Tuesday, July 29, 2025

Un poema para tus manos (por Segundo H. Leyva Casay. Camagüey, 1960)

Foto/Bohemia
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A Carmina Benguría


Cuando en la plegaria de tu voz divina
se escuchan los versos de un poema triste
donde llora el alma una desventura,
¡tus manos son alas que claman y piden!

Cuando en un supremo éxtasis nos dices 
las bellas palabras de tus dulces preces
y en los discursos de Martí te elevas,
tus manos, Carmina, ¡son manos que ofrecen!

Cuando en tus pupilas brilla la certeza,
de cambiar en belio lo triste, fulguran, 
y entonces tus manos, rubricando el gesto
con todas tus ansias, ¡son manos que acusan!

Y cuando tu verbo milagroso calla
dejando en las almas la luz que redime
¡se vuelven de seda, de nácar, de espuma
tus manos sagradas cuando se despiden...!



Segundo H. Leyva Casay
Camagüey.
Texto tomado de Bohemia. Septiembre 1960.



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