Tuesday, August 30, 2022

Lo Contemporáneo en el XXVII Festival Internacional de Ballet de Miami. (por Wilfredo A. Ramos)


Como ha venido siendo costumbre a través de los años, dentro de las presentaciones que realiza el Festival Internacional de Ballet de Miami, encontramos las dedicadas a mostrar la presencia del ballet y la danza moderna dentro de dicho evento, lenguaje que enriquece el arte de la danza, acercando a nuestros días su legendario legado. Historiadores e investigadores marcan como el inicio del rompimiento del dominio de los rígidos cánones del ballet tradicional, la aparición sobre los escenarios de la gran bailarina Isadora Duncan, quien despojó a esa manera conocida de danzar, de su rigidez, dotándolo de un nuevo código expresivo y de movimientos, así como acercándolo incluso a temas más terrenales. Es por ello que la llegada del llamado ballet moderno, que incorpora nuevos lenguajes, pero manteniendo como base la tradicional técnica clásica, se ha convertido en otra visión de la danza que se hace presente una y otra vez sobre los escenarios de galas, concursos y festivales de ballet.

Esta nueva edición del más importante evento dedicada a esta manifestación en Miami y el único de su tipo en todo los Estados Unidos, fundado por el fallecido Pedro Pablo Peña, que hoy continua en manos de su discípulo Eriberto Jiménez, se abrió nuevamente a la posibilidad de que el público de la ciudad pudiera tener contacto con agrupaciones y artistas de otras partes del mundo que cultivan dicho estilo danzario.

Bailarines llegados desde Francia, Colombia, República Dominicana, Suiza y los propios Estados Unidos, fueron los encargados de ofrecer una muestra de sus trabajos en el acogedor Miami Theater Centre, uno de los muchos espacios teatrales que se encuentran diseminados por la ciudad, pero que no son muy conocidos por el gran público, debido a la poca difusión cultural que realizan los medios responsable de ello.

 
“Latente” Juan David Viveros.
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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"Latente” 
Stephanie Bejarano y Juan David Viveros.
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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La Compañía Colombiana de Ballet, agrupación que dirige José Manuel Ghiso, presentó dos obras, la primera de ellas “Aquel día”, coreografiada por Felipe Nuñez, con música de Andres Pelaéz e interpretado por Stephanie Bejerano, trabajo basado en el tema de la partida, el abandono y la angustia que ello provoca, bien defendido por la intérprete. La segunda obra fue “Latente”, de creación colectiva, sobre música de Entropy Bostro Pesopeo, defendido por la propia Stephanie y Juan David Viveros.

En esta última obra lo que comenzó como un prometedor e interesante trabajo se fue desdibujando con el decursar del tiempo, dejando un marcado aire de improvisación y de falta de acabado. Para comenzar dicho pas de deux, las cortinas se cerraron, para al volver a abrirlas ofrecernos una hermosa imagen del bailarín vestido con una gigantesca saya de color rojo que se apropiaba de casi todo el centro del escenario, con la que comienza a interactuar, pero de la cual se despoja en breve tiempo, dando entrada a escena a la bailarina para continuar con una linea de acción donde se abandona totalmente el concepto inicial, desechándolo por el resto de la obra. Considero que este espectáculo perdió la oportunidad de ofrecer un interesante desempeño con la sola presencia del bailarín en la escena, que al convertilo en baile de pareja frustró el desarrollo de la obra, amén de no aportar validez a la pieza.

“Espíritu de mar y vientre de tierra” 
Lya Gómez y Pablo Walls.
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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“Hispaniola” Lya Gómez y Luis Pérez.
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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Ballet Concierto Dominicano, bajo la dirección de Carlos Veitía, subió a escena tres obras, dos de las cuales contaron con coreografiá del propio Veitía, “Espíritu de mar y vientre de tierra”, con magnífico tema musical de Bievenido Bustamante, interpretado por Lya Gómez y Pablo Walls, trabajo sobre el enfrentamiento entre esos dos elementos de la naturaleza, reasignándose en el encuentro mujer-hombre y la segunda “Hispaniola” con música de Vangelis, la cual contó nuevamente con Lya Gómez como ejecutante, ahora acompañada por Luis Pérez, una pieza con sesgos folklóristas y nacionalistas. Ambas obras son poseedoras de un concepto coreográfico muy parecido, con un lenguaje escénico y danzario similar, donde la fuerza de lo moderno no logra suplantar totalmente el fuerte acento neoclásico de las mismas, aunque sin duda en ambas se muestra un buen resultado técnico-artístico por parte de los bailarines.

"Carmen” 
Camilla Colella y Octavio De la Rosa.
Fotos/Emilio Héctor Rodríguez
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“Volverá la felicidad” 
Camilla Colella y Octavio De la Rosa.
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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Desde Suiza, nuevamente se hizo presente en el festival la Compañía Octavio de la Rosa/Alma Dance Project con sendas propuestas, “Carmen”, coreografiada por Mauro Bigonzetti, música de Octavio de la Rosa, interpretado por él y Camila Colella, así como “Volverá la felicidad”, con coreografía, música e interpretación del propio de la Rosa junto a la Colella nuevamente. La primera es un tan solo un fragmento de una obra mayor, que vuelve sobre la tan llevada y traída obra de Prosper Merimee, que en esta oportunidad no aporta nada nuevo ni como concepto ni a través de su lenguaje danzario, mientras que la segunda micro pieza, es un muy elemental trabajo de ballet-teatro el cual no ofrece aspecto alguno de interés.

“El Toro” Alexa Goldberg y Aaron Atkins
Foto/Emilio Héctor Rodríguez
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Desde New York, se hizo presente de nuevo en este evento, la agrupación Ballet Inc, dirigida por Aaron Atkins, con el pas de deux titulado “El Toro”, música de Lhasa de Sela y Edith Piaf, con coreografía e interpretación del mismo Atkins junto a Alexa Golberg, obra en la cual se vuelve a tratar sobre el enfrentamiento hombre-animal y donde una vez más el rol de este último es asumido por una mujer. En realidad un trabajo donde ni el lenguaje danzario ni la concepción del mismo se sacude del peligro latente siempre al momento de hacer ‘ballet moderno’.

En realidad, si algo salvó la función de cierta falta de expectativas, fue sin duda la participación del Arles Youth Ballet, proveniente de dicha ciudad francesa y la pareja de bailarines cubanos Beatriz García y Armando Brydson, en representación del Cuban Classical Ballet of Miami.

"Convergence of Pathways” 
Arles Youth Ballet Company
Fotos/Simon Soong
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La agrupación europea, es una joven institución creada hace tan solo dos años por la pareja de bailarines brasileños Karina Moreira y Norton Fantinel, la cual agrupa alrededor de una treintena de bailarines de diversas nacionalidades, pero que en esta visita redujeron su participación a tan solo trece bailarines. Ellos tuvieron a su cargo la responsabilidad de abrir y cerrar la noche con dos magníficos trabajos, la primera “Convergence of Pathways”, coreografía y diseños de vestuario de Craig Davidson, y música de Ludwig van Beethoven, mientras que la segunda obra fue “Miniatures”, con coreografía y diseños de Julien Guerin, mientras la música corría a cargo de Johann Paul von Westhoff, Frederic Chopin, Ludwig van Beethoven, Max Richter, Huma Utku y Wim Mertens. Ambas obras de perfectas facturas y un excelente lenguaje danzario, son trabajos grupales, en donde cada integrante tiene su momento de destaque individual, lo que hace que ambas piezas den oportunidad del disfrute de solos, dúos, así como de excelentes y diversos momentos grupales en escena, mostrando la buena preparación técnica de cada uno de los integrantes de esta compañía, dejando ver la excelente factura de ambas obras, lo cual habla de la magnífica labor que viene desarrollando esta tan joven agrupación. Sin duda una excelente y agradable sorpresa este primer contacto con tan prometedor colectivo danzaria francesa.

“To Zero Point”
 Beatriz García y Armando Brydson.
Fotos/Emilio Héctor Rodríguez
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El segundo gran momento de la gala fue el encuentro con esos dos recién llegados bailarines cubanos que se presentaron como parte de la compañía anfitriona en el hermoso pas de deux “To Zero Point”, el cual contó con música de Arvo Pat, siendo coreografiado por ambos artistas. Lo ofrecido sobre el escenario por García y Brydson resultó en un trabajo de un muy cuidado acabado, tanto desde el punto de vista técnico como del artístico, mostrándonos a unos intérpretes de hermosas líneas y poseedores de un lenguaje danzario bien definido. Dicha propuesta coreográfica, a pesar de su brevedad, mostró una hermosa factura, conjugándose a la perfección todos sus elementos con el buen gusto. Esperamos que estos artistas puedan recomenzar su carrera de manera exitosa en su nuevo andar en este país.

Para finalizar, felicitamos el gran esfuerzo de Eriberto Jiménez al frente de este evento, así como a todos los colaboradores que hacen posible la continuidad del más importante encuentro danzario de nuestro país, a pesar de la falta de apoyo por parte de personas e instituciones, lo que hacen que el resultado del trabajo realizado sea considerado de un enorme quijotismo.

Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, Agosto 12, 2022




“Ya te olvidé” Patricia De León
Foto/Emilio Héctor Rodríguez

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