Wednesday, November 17, 2021

De campos de aviación y vías férreas del Camagüey de ayer. (por Carlos A. Peón-Casas)



De campos de aviación y vías férreas. Curiosidades de la otrora ciudad camagüeyana. Según pormenores de Jorge Juárez Sedeño(1).




por Carlos A. Peón Casas.




Nos satisface hoy revisitar estas páginas siempre colmadas de historia y sucesos de nuestra amada ciudad agramontina, que el celebrado historiador Jorge Juárez Cedeño hubiera de compilar con tanto denuedo durante su prolífica vida.

Comenzamos nuestras alusiones desempolvando para el lector siempre curioso de tales pormenores, el estado primigenio de nuestro primitivo campo de aviación, que según nos apunta el cronista, no fue localizado e un solo punto, sino que entre los años de 1913 y 1929, ocuparon distintos lugares.

El primero conocido se encontraba en lo que sería el conocido y actual reparto Saratoga cuando no era más que una finca, y donde aun no se localizaban el chucho ferrocarrilero conocido con el mismo apelativo, ni la tornavía del mismo perteneciente a los talleres ferroviarios de Garrido.


A posteriori, esa localización para el aterrizaje de avionetas y aviones de poco porte correspondió a los terrenos del popular y ya citado reparto Garrido.

Escuchemos la voz autorizada de Juárez Cano transcrita para nuestra mejor comprensión de este texto suyo que hoy recorremos con deleite:
Después fue en Garrido, cuando la zona entre la calle de Braulio Peña, los talleres ferroviarios y la hoy Clínica Militar Ignacio Agramonte, era yerma y no se había construido la línea de los tranvías eléctricos. Eso fue hasta 1921.

En el año 1928, varios aviones juntos, estuvieron en la carretera a Santa Cruz del Sur y al sur del arroyo Santa Cruz, donde ahora está la tasajera.

De 1921 a 1929, los aviones militares aterrizaban en distintos lugares de las sabanas al norte de la ciudad, en el entonces camino tortuoso a Nuevitas y a pocos metros del canal ferroviario hacia esa ciudad portuaria.

Ya en el año 1929, empezaron en el terreno aunque sin preparación del hoy Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte.
Otros detalles sugerentes para esta rememoración corresponden el texto de Juárez Sedeño, a las singularidades de nuestras vías férreas. Y aunque mucho se ha aportado ya sobre el particular, consideramos oportuno rememorarlos, a veces en calidad de verdaderos detalles inéditos para muchos, desde tan exhaustivo texto de nuestra memoria citadina.
Las primeras líneas férreas en Camagüey, que fue la segunda de toda Cuba, fue la de Puerto Príncipe a Nuevitas de 73 kilómetros.

Empezó a funcionar en el año 1846, con la estación en Sabana Nueva a varios kilómetros del entonces extremo norte de la ciudad.

Años después, la línea se extendió al sur, y se hizo la estación de madera en lo que hoy es la de Ferro ómnibus en el inicio de la Avenida Finlay y frente al parque de igual nombre, lo que originó que a ese lugar le llamaran la Plaza del Paradero.

En el kilómetro 2 de esa línea, cruce con el río Hatibonico, estaba la llamada caja de agua.

Era una línea recta, y su ancho fue el mayor de Cuba entres seis sistemas de esas vías, y algunos aseguraron que también era la más ancha de todo el mundo.
Para 1913, algo inédito sucedió cuando la propiedad de aquel añoso ferrocarril cambió de dueños, así prosigue el relato de nuestro cronista:
la Compañía del Ferrocarril de Cuba, empresa estadounidense, lo compró a la camagüeyana de Puerto Príncipe a Nuevitas, cuyos accionistas eran camagüeyanos y españoles todos residentes en la ciudad, la línea se estrechó a la misma medida. Esa diferencia impedía que el material rodante pudiera pasar de líneas.
A partir de entonces se sucedieron sustanciales cambios que están a la vista de los actuales residentes de la ciudad de entre ríos, aunque para muchos, sea desconocido como se sucedieran en el tiempo. La crónica nos sirve a todos para rememorar y ponernos al día:
Después, antes de fomentarse el Reparto Saratoga, por su zona se construyó otra línea, llamada el chucho de Saratoga, hacia la antigua línea de Nuevitas, y del mismo una tornavía al lado de los talleres ferroviarios de Garrido. Tras estas construcciones, se quitaron varios kilómetros de la antigua a Nuevitas, en cuyo abolido terraplén se han hecho parcelaciones de terrenos y construcciones de casas.

Aquel ferrocarril de Puerto Príncipe a Nuevitas, en su patio, tenía una carga de madera pintada de verde, que la quitó el entonces Secretario de Obras Públicas el día 13 de septiembre de 1928, lo que originó la actual unión de las calles Avellaneda y Joaquín Agüero, y a los pocos meses, la desaparición de la antigua estación de madera, que en varios años se ocupó por oficinas de la Compañía del Ferrocarril de Cuba.

Cuando se fomentó el reparto Carmona, la calle al borde de la desaparecida línea, le pusieron por nombre Ferrocarril, a la cual, en 1939, con la nueva rotulación, la rotularon como al inicio de Tomás Betancourt en la Vigía.

Eso fue en Camagüey, la segunda calle con el nombre de Ferrocarril, que no prosiguió.
Ya desde el año 1902, el ferrocarril central había hecho su entrada en la ciudad, desde entonces data antigua estación, hoy devenida Museo Ferroviario.

Juárez Sedeño nos ayuda ahora a entender todos esos pormenores, cuando la ciudad contara con una segunda e importante vía férrea.
La segunda línea férrea de la ciudad, fue la del central, inaugurada en el mes de diciembre del año 1902.

Dentro de la ciudad, tiene un tramo de diez vías, en lo llamado crucero de Rosario y frente al nuevo andén de los trenes nacionales.

Los kilómetros desde Santa Clara, dentro de la ciudad, por el oeste empiezan en el 254, sigue al 255, 256 está a pocos metros al este de la calle de Jesús María (ahora Pablo Lombida habiendo quedado dentro del nuevo andén de los trenes nacionales), el 257 en el llamado crucero de Saratoga y límite de la Zambrana con el mencionado reparto, el 258 dentro de los talleres ferroviarios de Garrido, al norte de Jayamá los 259, 260 y 261, ese 261 está en el crucero de El Corojo ahora calle, y del 262 y demás hasta las últimas casas de la ciudad.

Como ya se ha mencionado en las calles antiguas, las últimas manzanas de República (antes Reina) y Santa Rosa (ahora Florentino Romero) fueron partidas por la construcción de esa línea.

La Plaza del Paradero (ahora Parque Finlay) por el paradero de cargas y ahora andén de los trenes nacionales, perdió la vista de la calle de Francisquito (ahora Jorge Rodríguez), donde entonces estaba la cárcel. La construcción de esa línea central, nos obligó a la de Nuevitas, a quitar la cerca de madera que tenía, lo que hizo el entonces Secretario de Obras Públicas el 13 de septiembre de 1928, lo que unió a las calles de Avellaneda y Joaquín Agüero y a lo que era inicio del camino a Nuevitas, ahora Avenida Finlay.

Hasta ese día, la única vía de comunicación de la Vigía y el centro de la ciudad, era la calle de República en doble dirección desde la estación ferroviaria hasta la Avenida de los Mártires.
Otros pormenores nos ubican en el año de 1923. Para entonces entraría en servicio una tercera opción férrea: el ramal a Santa Cruz del Sur. El cronista nos devuelve los ecos de aquellos sucesos que están por cumplir la primera centuria:
Y la tercera fue el ramal ferroviario a Santa Cruz del Sur, que empezó a funcionar en 1923, primero hasta Vertientes y después hasta esa población costanera al sur.

El mismo tiene tres kilómetros dentro de la ciudad, hasta la carretera central oeste, en el paso a nivel de la misma. En esa rinconada está el reparto La Rubia, cuya característica es que todas sus calles en sus dos direcciones, dan con el kilómetro tres de esa vía férrea.
Un detalle final, muy ilustrativo como todo este fantástico y curioso recorrido, alude a los apeaderos que tales vías tenían a lo largo del espacio citadino:
Por las vías férreas mencionadas de la ciudad, hubo dos apeaderos: en la de Nuevitas frente al Aeropuerto Internacional Ignacio Agramonte nombrado Aviación; y en la de Santa Cruz del Sur otra al fondo del entonces Cuartel Agramonte llamado Cuartel en el kilómetro 3 y reparto la Rubia ahora.

En el proyectado y no verificado reparto La Caridad del Cerro, la calle paralela al ramal a Santa Cruz del Sur, la nombraron ferrocarril. Ese es el tercer caso en Camagüey, de una calle con ese nombre sin perdurar.






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1. Jorge Juárez Sedeño. Historia física de la ciudad de Camagüey. (Documento en formato digital.)

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