Wednesday, October 20, 2021

Los Arango Ramírez de Puerto Príncipe. (por Carlos A. Peón-Casas)

Acta de Defunción de Don Manuel de Jesús
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La estirpe de esta familia de rancio linaje puerto principeño desde el siglo XVIII, tiene a su haber, muchos gloriosos galardones todos adscritos al devenir de la historia de la otrora villa y ciudad; y tristemente poco aireados en los registros de tal memoria.

Mucho ha escuchado este escribidor, con humilde y atenta disposición, de los anales de esta progenie, de los labios al Sr. Enrique Palacios, un verdadero sabio de las genealogías y linajes de esta familia, y de tantas otras; revelaciones que acompañadas de sus ingentes y pacientes búsquedas en el Archivo Eclesiástico de la parroquia de la Soledad, por muchísimos años a su cargo, me sirven hoy para recrear estas líneas.

Nuestra referencia va sintonizada en este minuto con tres hermanos de aquella perfil genealógico: Antonio Anastasio, José Agustín Atanasio y Manuel de Jesús, que vieron la luz con toda propiedad en el antiguo caserón familiar de la antigua calle Soledad, hoy Ignacio Agramonte, conservada como anexo del Hotel Santa María, y que conoció en la ciudad otros usos y funciones en su largo historial.


El mayor de los tres José Agustín Atanasio nació el 19 de Noviembre de 1797 y fue bautizado el 24 de Noviembre del mismo año, según consta en los anales respectivos de la ya citada parroquia de La Soledad, tan próxima a la casa señorial de sus padres:

Su vida se entrelaza con la de su hermano Antonio Anastasio quien le sucedió, y vino al mundo el 2 de Mayo de 1801 y fue bautizado el 4 de Mayo. La historia de ambos se une desde muy temprana edad a la de los primeros conspiradores de la ciudad principeña contra el poder colonial, y según lo acotado por el Sr. Enrique Palacios, nuestra fuente más oportuna:
los llevó juntos a la prisión en el Morro de Santiago de Cuba. Más tarde por gestiones familiares serían puestos en libertad y deportados a tierras de Sur América. José Agustín, luchó junto a Simón Bolívar Palacios, El Libertador, llegando a ser oficial de su ejército. Ambos hermanos constituyeron familias en tierras suramericanas, donde fallecieron(1).
El Benjamín de la familia lo sería Manuel de Jesús. Su vida no dejaría de tener los mismos azarosos signos que la de sus hermanos, y los mismos comprometimientos con los ideales patrios. Según nos sigue apuntando nuestra fuente:
Era Licenciado en derecho, y vinculado a la familia de Joaquín de Agüero por sus esposas, caso tres veces, y en razón de sus negocios, además de las conspiraciones se vio obligado a salir del país rumbo a los Estados Unidos, donde murió, y su cadáver traído a Puerto Príncipe años más tarde(2).
Sus descendientes serían igualmente hombres de puro comprometimiento con los ideales de su padre. Gabriel Augusto Arango y Agüero(3) y su hermano Agustín, prestaron sus colaboraciones al alzamiento de Joaquín de Agüero y sus compañeros en 1851. Del primero citado ha corrido ya mucha tinta, respecto a sus posteriores participaciones en los sucesos del alzamiento de los camagüeyanos en 1868, y su trágica muerte en el interior del Casino Campestre, en enero de 1869.

Otro hermano, Manuel de Jesús Cornelio, nacido en 1831:
Participó en la guerra grande del 68 y apresado cerca de Las Tunas fue más tarde fusilado por el entonces Coronel Weyler(4)



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  1. Más de tres siglos al amparo de la Vigen. Historia de la Parroquia de Nuestra Señora de la Soledad. Enrique Palacios Caraballo. (Texto Inédito del autor.)
  2. Ibíd. Su partida de defunción se halla en los registros ad usum de la parroquia de la Soledad, donde se trasncribe el hecho de su muerte en Nueva York y posterior traslado del cadever embalsamado para ser enterrado en Puerto príncipe en 1856. Mostramos al curioso lector la foto que la ilustra.
  3. “De manos de Augusto Arango, recibió Joaquín de Agüero el dinero que la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe envió al caudillo para atender los gastos de campaña” En Joaquín de Agüero y sus Compañeros. Miguel A. Rivas Agüero. La Habana, 1951. p.170
  4. Más de tres siglos... Ibíd.

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