Thursday, April 8, 2021

A mi esposa (un poema de José Ramón de Betancourt)



Negros eran mis cabellos 
cuando al verte en mi camino, 
hallé un resplandor divino 
luciendo en tus ojos bellos; 
no eran, nó, puros detellos 
de mi ardiente fantasía 
lo que en tus ojo veía; 
era luz santa del cielo, 
rayo de amor y consuelo 
que hizo la ventura mía. 

Está mi cabello cano 
y blanca está tu cabeza 
y áun hallo en tí la belleza
de otro tiempo ya lejano: 
¿será también sueño vano 
de mi vejez prematura? 
Nó, que existe una hermosura 
que con los años se aumenta,
y es esta la que se ostenta 
en tu álma serena y pura. 

Ella alumbró mi camino 
en próspera y mala suerte, 
contra el dolor me hizo fuerte, 
y por gozar, imajino 
que ha enlazado su destino 
á mis penas y á mi honor: 
por ella sentí el amor, 
quise la gloria y la vida, 
y con ella mi alma unida 
irá al seno del Señor.

Este es el voto ferviente 
con que saluda tu día 
dulce compañera mía 
el corazón consecuente:
si mi acento débilmente 
no pude pintar aquí 
cuanto por tu amor sentí; 
sabe que mi alma delira 
por la patria que nos mira, 
por tu hijos y por tí. 



(He respetado el texto como fue escrito)

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