Friday, August 7, 2020

La cola de la bicicleta (por Joaquín Estrada-Montalván)


Año 1982.  Una semana en la "cola" de la calle Maceo, para comprar una bicicleta soviética.

Dos o tres, tenían unas hojas donde apuntaban el nombre de quienes se iban incorporando a la "cola" y le decían el número que le correspondía en ese momento.

A la noche quizás a las 9 o a las 10, y antes que saliera el sol, había que acudir a "rectificar la cola". La "colera" voceaba el nombre: "Joaquín" y se le respondía con el apellido: "Estrada".

La persona que no acudía al pase de lista, perdía su lugar, y se iba "corriendo la cola", de cada ronda de voceo se regresaba con el nuevo lugar en la "cola".

La noche previa había que dormir en la "cola", para defenderla de los "rompecolas".

La venta era por la "Libreta de racionamiento de productos industriales", alguien de la tienda filtraba, tal día por la letra tal, van a sacar tantas bicletas 28. Las coleras y los coleros (a veces eran pareja, o familia, o amigos) organizaban la logística de su "cola": termo de café, sillas plegables, hojas para apuntar los nombres y lápiz...

Supuestamente las "colas" eran no permitidas, por lo que de los coleros, permanecía solo uno de ellos a la vez haciendo guardia en la puerta de la tienda, por si llegaba otro "team" avisarle que "aquí ya hay cola".

Finalmente el viernes compré la bicicleta 28 soviétiva, las llantas eran "melcocha", por lo que tuve que conseguir dos llantas de las que no se doblaban al "entrarle duro a las esquinas", junto con el grupo de Iván el Loco, pero ya eso es parte de otra historia. (JEM)

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Esto aplicaba para la "cola" de lo que fuera, comparto mi experiencia comprando una bicicleta.

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