Wednesday, June 26, 2019

En Voz Blanca (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Agradezco a Thelma Delgado, que comparta con los lectores su intervención en el evento "Celebrando la Literatura Hispana en las Américas", que tuvo lugar el pasado 22 de junio en la Biblioteca del Congreso, Washington DC.

Thelma participó en el encuentro representando a México, como parte de la delegación de la Academia Norteamericana de Literatura Moderna Internacional, Capítulo Miami.


El 13 de Octubre de 1884 nació en la ciudad de Mérida, Yucatán México, Antonio Medíz Bolio Cantarell, poeta, dramaturgo, político y periodista. Fue uno de los más destacados promotores y estudiosos de la cultura maya durante los primeros 50 años del siglo XX. Antonio Medíz Bolio fue considerado el intelectual yucateco más importante del siglo pasado por la amplitud y variedad de su producción literaria. Sin embargo, su fama actual reside únicamente en su obra iniciadora de la corriente indigenista en Hispanoamérica.

Inició sus estudios en la Facultad de Jurisprudencia de Mérida y luego en el Instituto Literario de Yucatán, donde se graduó de abogado en 1907. Su carrera periodística la inició en las revistas más importantes de Yucatán, como El Salón literario. Publicó sus primeros poemas en la revista Pimienta y Mostaza en 1903 y en la Revista de Mérida en 1911. En el periódico El Intransigente suscribió editoriales bajo el seudónimo de A.M.B. (las iniciales de su nombre) y artículos literarios como Bergerác. También colaboró en el Diario Nuevo México.

Tras la usurpación de Victoriano Huerta, Antonio Medíz Bolio se exilió en La Habana, Cuba; formó parte de la colonia mexicana, La América Española como se le conocía y desde ahí escribió en contra de la dictadura en El Heraldo de Cuba. Ahí, en el exilio escribió Crónicas de Cuba. Libro que tuvo muy poca difusión en México. De regreso a Yucatán, ejerció diversos cargos públicos.

Perteneció a numerosas asociaciones culturales como el Ateneo Peninsular, del que fue miembro fundador y presidente en 1916. La sociedad Mexicana de Autores, de la que fue presidente y socio de honor; La Unión Mexicana de Autores; el Pen Club de México; el Ateneo de Ciencias y Artes de México; Socio correspondiente de la Sociedad de Historia y Geografía de Guatemala. Académico honorario de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes de Cádiz; de la Academia Colombiana de la Lengua. Miembro correspondiente desde 1930 y después de 1946 numerario de la Academia Mexicana de la Lengua. En este punto debo mencionar que su discurso de ingreso fue un estudio sobre la Interinfluencia del Maya con el español en Yucatán.

Antonio Medíz Bolio público su primer libro a los 19 años de edad. Evocaciones, fue un libro de poemas sobre leyendas mayas. Tiempo después destacó en la Ciudad de México al escribir teatro. Ahí perteneció al grupo de los 7. Antonio Magaña Esquivel ha estudiado su producción dramática y dice: -Inició a la sombra de los dramas de Echegaray, Alma Bohemia y Las dos Noblezas. Luego se declaró discípulo de Jacinto Benavente e hizo zarzuelas y dramas con música. Suerte Perra, vientos de montaña y el Verdugo entre otros. El escribió más de 28 obras teatrales.

No todo en Medíz Bolio es indigenismo. Algunas de sus obras de teatro y trabajos poéticos presentan a un proletariado belicoso que se levanta a exigir sus demandas o confrontar los hechos de la actualidad con la esperanza de que los pueblos, no solo mexicanos, tuvieran la capacidad de oponerse a los gobiernos totalitarios. Una muestra de esto está en el poema Manelíc.

Su obra titulada “La Ola” estrenada en el Teatro José Peón Contreras en 1917 en la ciudad de Mérida, Yucatán, por la compañía de Ricardo Mutio, sostenía la posibilidad del divorcio y respaldaba un nuevo programa social que dejaba de lado la caridad de los grandes señores y se centraba en los derechos de los ciudadanos. Esta obra impresionó al público al exponer un tema tan radical.

En 1922 publicó “La tierra del Faisán y el Venado”, libro que lo identificaría el resto de su vida, porque rompió con un esquema literario previo, para fundar uno nuevo, Indigenista. Al que más tarde abrían de sumarse escritores como Abreu Gómez y Monteverde. En este libro Antonio Medíz Bolio rescató la herencia abolida por el racismo de la explotación, le dio su importancia capital dentro de la literatura mexicana a la herencia maya, demostrándonos que, en muchas de sus instancias más altas, esa literatura ha sido, aun sin proponérselo la voz del indio expresada en el idioma del blanco, como se aprecia en el poema “Esta Tierra es Mia”. Medíz Bolio le mandó el manuscrito de su obra cumbre a Alfonso Reyes solicitándole un prólogo y le decía: -“He pretendido hacer una estilización del espíritu maya, del concepto que tienen todavía los indios (filtrado desde hace millones de años) sobre sus orígenes, su grandeza pasada, sobre la vida, la divinidad, la naturaleza, la guerra, el amor, todo dicho con la mayor aproximación posible al genio de su idioma y a su estado de ánimo en el presente. He pensado el libro en maya y lo he escrito en castellano. He hecho como un poeta indio que viviera en la actualidad y sintiera, a su manera particular, todas esas cosas suyas. Los temas están sacados de la tradición, de huellas de los antiguos libros, del alma misma de los indios, de sus danzas, de sus actuales supersticiones (restos vagos de las grandes religiones caídas) y, más que nada lo que yo mismo he visto y oído, sentido y podido penetrar en mi primera juventud, pasada en medio de esas cosas y de esos hombres”. En la primera página de la obra está escrito –“Soy de la tierra del Mayab. Ella es mi Madre. A mi madre ofrezco este libro, demasiado pequeño para ella, demasiado grande para mí. A la mujer cuyos ojos velaron amorosamente sobre esta obra de mi corazón. A los hijos del Mayab, mis hermanos de sangre y de esperanza. Y en maya dice: -“Lelí é lá. ú lúumil cutz, ú lúumil ceh, mayab ú kabá. Esta es la tierra del faisán y el venado, y el Mayab es su nombre.

La sociedad señorial yucateca gozaba de medios económicos que le permitían tener servidumbre, incluyendo, pero no limitado a tener niñeras. Es por este medio que Antonio Medíz Bolio fue bilingüe desde nacimiento. El idioma maya lo aprendió desde la cuna.

Para entender más a fondo y en particular la fusión de la cosmovisión maya y la cristiana-Occidental tal como la maneja, es preciso decir que don Antonio, recibió gran parte de su formación académica inicial en el Seminario Conciliar y en el Colegio de San Ildefonso, aunque eso no fue impedimento para que sus inquietudes intelectuales se abrieran paso, tal como él escribió: “Como Juárez y como Ocampo, salí librepensador de un colegio de sacerdotes. Y así pude decir mucho después, en un debate parlamentario, que es mejor ser liberal en Cristo, que católico en Voltaire”. No hay razón para pensar que los sentimientos del poeta hacia los indígenas era mera hipocresía. Muestras de verdadero amor hacia el género humano las hay en toda su obra y en la narración de sus vivencias.

Conocer la obra y vida de Don Antonio nos invita a reflexionar sobre lo que hoy comprendemos como Nación y, más aún, sobre cómo vamos definiendo aquello que solemos llamar “lo nacional”.

Es vasto el legado que nos dejó este gran Yucateco. En diferentes lugares de México hay colegios que llevan su nombre. A modo de acotación menciono que cursé mis estudios de preparatoria en el colegio Antonio Medíz Bolio en la Ciudad de Progreso de Castro. En Yucatán cada año se celebra el premio estatal de literatura rindiendo así homenaje a su legado. Algunos de sus poemas como “Caminante del Mayab”, estrenada en la ciudad de México en 1931; “Yucalpetén”, y “Campanitas de mi Tierra” fueron musicalizados por Guty Cárdenas, Y finalmente, pero no menos importante está la traducción que hizo del Chilam Balam de Chumayel del Maya al español.

Me despido dejando que el autor sea quien nos invite a releer su obra y remontarse a las sendas que transitan por el romanticismo y van desde el texto embelesado en la contemplación de la tierra y la mujer, como se aprecia en el poema “Mater Admirábilis” al compromiso social y al grito consciente por la reivindicación de una cultura.

“Caminante que marchas por esta misma senda:
Detén tu paso y escucha.
La lona de mi tienda, rota por los granizos y por los huracanes,
desgarrada por dientes de lobos y rufianes,
aún podrá darte sombra y, a trechos, un abrigo.
Pan y sal yo te ofrezco con mi mano de amigo.
Entra, pues, y oye, en tanto que la noche se cierra,
un romance de amores y un romance de guerra.”


Muchas gracias.

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