Wednesday, June 20, 2018

¿Qué esperar de la próxima reforma constitucional en Cuba? (por Roberto Peláez)


Continúa trabajando en La Habana, a toda prisa y en secreto, la comisión temporal de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), conformada por 33 diputados, a fin de elaborar el anteproyecto de Constitución de la República. La comisión la preside Raúl Castro el mandatario saliente y el vicepresidente es el actual presidente del Consejo de Estado, Díaz-Canel. El número 33 es la llamada ¨edad de Cristo¨ o sea que a los 33 años de edad Jesus Cristo fue crucificado y llegó al final de su breve vida como hombre para ascender a la diestra de Dios. Así esperamos que esos 33 parlamentarios elaboren el proyecto de modificación constitucional que a la larga sea el final de la dictadura post-castrista.

El Presidente saliente, prometió la reforma constitucional, sin embargo prefirió dejar el proceso de reforma al nuevo mandatario Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez como forma de legitimarlo con un espaldarazo político. Tan apresurados están los miembros de la cúpula dirigente cubana, que han cometido crasos errores técnicos jurídicos que ponen en duda aún más la seriedad del proceso constituyente. El primer error estuvo en publicar la prensa oficialista cubana, el sábado 2 de junio, el acuerdo del Consejo de Estado relativo a conformar una propuesta de comisión temporal de diputados, para elaborar y presentar el proyecto de Constitución de la República de Cuba. Violando así flagrantemente la actual Constitución de la República, que en su artículo 75-ñ, recoje la facultad de la Asamblea Nacional del Poder Popular para nombrar comisiones permanentes y temporales, lo que se ratifica en el artículo 4-q del Reglamento de la ANPP, de 25 de diciembre de 1996. Incluso la propuesta de dicha comisión temporal no es facultad del Consejo de Estado, sino del Presidente de la ANPP según el artículo 5-h del propio Reglamento que lo faculta para designar temporalmente cuando no está reunida la ANPP, las comisiones permanentes y temporales hasta que se reúna la ANPP. Lo que nunca podía pasar jurídicamente es que el Presidente del Consejo de Estado propusiera a la ANPP la integración de la comisión temporal para la reforma constitucional. El otro error es menos evidente y es una formalidad. El nuevo Presidente del Consejo de Estado y Jefe de Gobierno por el artículo 93-a de la Constitución, representa al Estado y al Gobierno y dirige su política por lo que en buena técnica jurídica no puede ser segundo en ninguna comisión parlamentaria aunque no exista ningún artículo que lo prohíba expresamente. Simplemente Díaz-Canel corroboró el secreto a voces de que es una marioneta en manos de Raúl Castro, quien tiene el poder real en Cuba, independientemente de los tecnicismos legales constitucionales.

La Comisión de los 33, según ha trascendido en la prensa, trabaja sobre la base de un anteproyecto elaborado por la Comisión de Estudios Constitucionales y Jurídicos de la ANPP, presidida por José Luis Toledo Santander, quien es el cerebro constitucionalista de la cúpula en el poder. Se trabaja en modificaciones como la de extender a todo el país la experiencia de gobierno de las provincias de Artemisa y Mayabeque, en las cuales se simplificó el aparato burocrático y se separaron las funciones administrativas y de gobierno. También se esperan otras inclusiones como la institución de la Contraloria General de la República y sus amplias facultades de control y supervisión. Quizas pueda añadirse la prohibición de ocupar cargos públicos de dirección por más de dos mandatos consecutivos. Es una incógnita el tema de los derechos de la comunidad LGBTI y el matrimonio homosexual, sobre el que la diputada Mariela Castro Espín, viene abogando con fuerza. No se esperan libertades ciudadanas al mantenerse el artículo 5 de la Constitución que otorga al Partido Comunista de Cuba el rol de dirección en la sociedad cubana, lo que convierte a la Constitución en antidemocrática, al blindar el poder de un grupo politico sobre el resto de la sociedad cubana. Se esperan modificaciones electorales pero cosméticas sin alterar el estatus quo. El artículo 21 de la Constitución que garantiza la propiedad personal mientras no se utilize para explotar el trabajo ajeno, también tendrá que ser modificado teniendo en cuenta las reformas legales ocurridas en el ámbito del trabajo por cuenta propia y la ley de la inversión extranjera. Aunque pequeñas aperturas no signifiquen un regreso al sistema de libertad de trabajo y de mercado. Donde sí no esperamos nada es en la independencia de los órganos judiciales y la Fiscalía General de la República, que seguirán totalmente dependientes del gobierno.

¿Qué postura debemos mantener los ciudadanos ante este proyecto de reforma constitucional? Pues en mi modesta opinión debemos participar en los debates y por las redes sociales debemos exigir un referendum imparcial bajo supervisión internacional de la ONU, proponiendo todas las libertades ciudadanas posibles. Si no se cumplen las exigencias solicitadas entonces debemos votar con claridad NO para enviar un mensaje al mundo. Aparentemente este proceso de reforma constitucional es más de lo mismo, pero debemos luchar por cada milímetro de libertad en todos los escenarios posibles. La dictadura no puede jugar a las libertades porque si se equivoca perece en el juego político.




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