Sunday, April 4, 2021

Nikolai Legat (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace


El 27 de diciembre de 1869 nació Nikolai Legat, en Moscú. Creció en una familia de artistas, del linaje Legat-Obújov. Su padre, Gustav, era bailarín y profesor de ballet. Con él, Nikolai (al igual que su hermano menor, Sergei) comenzó a estudiar danza. Ingresó a la Escuela Imperial Rusa de Ballet y allí también se formó con Christian Johansson y Pavel Gerdt. Antes de su graduación, en 1888, ya había bailado con el Ballet Mariinski, a donde ingresó inmediatamente salido de la Escuela y, en 1894, se convirtió en primer bailarín ya que tenía una técnica brillante y era hábil tanto en roles clásicos como de carácter. Nikolai estrenó los roles principales de “Kalkabrino” (en 1891) y de “Raymonda” (en 1898), ambas de Petipa, entre otros. Fue partner de las grandes bailarinas del Teatro Mariinski como Anna Pávlova, Pierina Legnani, Olga Preobrazhénskaya y Mathilde Kschessinska. 


Además de ser un destacado bailarín, junto a su hermano realizaron ingeniosas caricaturas de los bailarines de la edad de oro del ballet ruso, publicando un libro con los trabajos en 1903, en San Petersburgo, y con el nombre “Russian ballet in caricature”, en Londres en 1939.


En 1902 se convierte en asistente de maestro de ballet, mostrando una gran capacidad pedagógica. Por eso sucedió a Petipa, tras su retiro de Escuela Imperial Rusa y del Ballet, como maestro de ballet, en 1910. Así mismo, reemplazó a Johansson, en 1905, en su classe de perfection. Entre sus alumnos figuran grandes nombres de la danza de la época: Olga Preobrajenka, Lubov Egorova, Julie Sedova, Agrippina Vaganova, Tamara Karsavina, Mikhail Fokine, Vaslav Nijinsky y Adolph Bolm, entre otros. En ese período también realizó varios ballets, destacándose la versión de “The fairy doll” (1903), con música de Bayer y otros, realizada junto a su hermano Sergei, donde interpretaron a los dos pierrot en el estreno. Sin embargo prefería la enseñanza a la coreografía.
 

La vida personal de Nikolai Legat no fue calma. Por un lado, sufrió el suicidio de su hermano menor, Serguei, en 1905, con quien compartía también clases, escenarios y caricaturas. Por otro lado, su vida amorosa: se casó tres veces, primero con la bailarina Olga Chumakova, con quien estuvo casado por diez años. Luego se divorciaron y Nikolai se casó con la hermana de Olga, Antonia. La relación fue breve, se separaron dos años después, pero llegaron a tener una hija, María. Finalmente, algunos años más tarde, se casó con la bailarina Nadezhda (Nadine) Nikolaieva, que tenía la mitad de su edad.


En 1914, tras un desacuerdo con la dirección del Teatro, abandonó el Mariinski y comenzó a dar clases en diferentes instituciones privadas, fundamentalmente en París y Londres. Allí conoció a Nikolaieva, su última esposa, quien siguió en viaje con él. Luego de la Primera Guerra Mundial regresaron a la entonces U.R.S.S. pero no consiguieron insertarse en los nuevos cánones de la danza soviética y, en 1922, dejan definitivamente la U.R.S.S.


En la temporada 1925/1926 reemplazó a E. Cecchetti como maestro de ballet en la compañía de S. Diaghilev, los Ballets Russes. En Londres, en 1926, donde finalmente se instaló, abrió junto a su esposa su propia escuela, la Legat School of Ballet, en Kent, siendo maestro de una nueva generación de bailarines, tales como Alexandra Danilova, Lydia Lopokova, Margot Fonteyn, Ninette de Valois, Anton Dolin y Serge Lifar.


Nikolai Legat falleció en Londres, el 24 de enero de 1937, a los 67 años. La Escuela continuó con sus actividades, a pesar de la partida de su gran maestro, y luego se trasladó a Sussex. En 1939 se publicaron, en Londres, sus memorias “Ballet Russe: Memoirs of Nicolas Legat”.





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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).


Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Easter Sunday (by The Benedictines Monks of the Abbey of Notre-Dame de Fontgombault)

Camagüey. Procesión del Domingo de Resurrección, 2018. Foto/Fidelito Cabrera. 
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Saturday, April 3, 2021

Reflexión (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.




La vida está hecha de decisiones muchas veces difíciles, nosotros debemos saber diferenciar cual es la mejor, pero si en algún momento nos llegamos a equivocar, asumamos este hecho como una enseñanza y no un fracaso.

Recuerda nunca mirar atrás, eso no te dará soluciones, tampoco te desgastes pensando en un futuro que aún no llega ni te pertenece, vive intensamente el hoy, es lo único tangible que se puede percibir de manera transparente y el que te permitirá construir tu historia. 

No te apresures adelantado ningún suceso, todo en la vida se da de forma natural, cuando eso sucede se empieza a reconocer la paz y la tranquilidad, y cuando se vive en ese estado todo es posible materializar en la vida.

Lucha siempre por todo lo que desees, utilizando siempre armas transparentes que no lastimen a nadie, así tu ser vivirá tranquilo y podrás alcanzar una vida llena de plenitud y de gozo.

Trata de recorrer tu camino de forma liviana y arroja al viento todo lo que para ti ya no tenga utilidad, así evitarás que se obstaculice tu caminar. 

Ve en busca de tu valiosa libertad, sin ella no se puede llegar lejos. Cuando se es verdaderamente libre en todos los aspectos, se reconoce que se ha alcanzado la dicha, porque cuando se vive cautivo, nunca se podrá vivir en paz, es como un pájaro atrapado que han mutilado sus alas. 

Y recuerda valorar cada momento de la vida, porque nunca nada vuelve a repetirse.








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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble
Administra:
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Instagram: orlanda.torres.3

Friday, April 2, 2021

El Perdón (por Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey. Viernes Santo. Año 2021)



Jesucristo, clavado en la cruz, y minutos antes de morir, perdonó a quienes lo mataban y rezó por ellos diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc. 23, 34). Los cristianos, a ejemplo de Jesucristo, tenemos que perdonar a quienes nos hayan ofendido. Y eso no es fácil. Lo fácil es vengarse, odiar, pasar la cuenta, guardar rencor, desquitarse, pagar con la misma moneda, devolver ojo por ojo y diente por diente, tomar represalias… 

¡Cuánto nos cuesta perdonar! Dice la Biblia que un día, Pedro, el jefe de los doce apóstoles, le preguntó a Jesucristo: “Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” (Mt. 18, 21). Supongo que, por la pregunta que hace, el apóstol debía sentirse molesto con las repetidas ofensas de alguien. Su paciencia y su misericordia se estaban agotando. Y, al responderle, Jesucristo parece jugar con las matemáticas de Pedro: “No te digo que perdones solo siete veces, sino setenta veces siete” (Mt. 18, 22), lo que, en otras palabras significa ¡siempre! Por eso no es fácil ser buen cristiano. 

Yo no estoy seguro si a todos los cubanos nuestras familias nos han enseñado a perdonar a los que nos ofendan y a pedir perdón a los que hemos ofendido. 

Por eso quisiera invitarlos a que, si no lo han hecho todavía, aprovechen este Viernes Santo para perdonar o para pedir perdón. 

Perdonar al que nos haya ofendido no significa aprobar el mal que nos hizo o estar de acuerdo en todo lo que nos dijo. Perdonar tampoco impide reclamar nuestros derechos, exige solamente que lo hagamos sin odio. Puede que no se nos quite de la mente la ofensa que nos hicieron, pero si perdonamos sinceramente, recordaremos lo sucedido sin amarguras, sin dolor, sin resentimientos, sin rencores y sin la herida abierta. 

Perdonar es haber sacado de nuestra alma el rencor que quedó en nosotros luego de la ofensa recibida, es apagar esa invisible “batidora” que de manera muy lenta, pero a todas horas, da vueltas a nuestros malos pensamientos y resentimientos contra alguien. Perdonar, como han dicho bellamente escritores y poetas, es imitar al árbol del sándalo cuya madera es de un excelente olor y “perfuma el hacha que lo hiere”, o ser como la pequeña flor de la violeta “que derrama su fragancia precisamente cuando se levanta el zapato que la aplastó”. Perdonar es cumplir sinceramente con lo que decimos cada vez que rezamos el Padrenuestro: “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 6, 12). Perdonar es luchar con la fuerza del amor que construye y no con la fuerza del odio que destruye. 

Aprovechemos, pues, este Viernes Santo para pedirle a Dios la curación de nuestra memoria enferma, que todavía no logra olvidar las ofensas que nos hicieron ayer o hace muchos años. La Madre Teresa de Calcuta aconsejaba: “Perdona, que perdonando tendrás paz en tu alma y la tendrá el que te ofendió”. También de un gran sacerdote es este consejo: “Si quieres ser feliz un instante, véngate. Si quieres ser feliz toda la vida, perdona”. Nuestro Dios, “rico en misericordia” (Ef. 2, 4), no demorará en ayudarnos a que perdonemos sinceramente y cicatricen nuestras heridas.

Cristo crucificado nos invita, además, a que nos llenemos de valor y pidamos perdón a quienes nosotros ofendimos. No nos rebajamos cuando pedimos perdón a alguien, más bien ese gesto nos engrandece. 

• Saber pedir perdón es ganarle la guerra a nuestro orgullo. 

• Pedir perdón por una mala acción que hicimos es la gran oportunidad de demostrar nuestra humildad, nuestra sinceridad y nuestra honestidad. 

• Pedir perdón es aceptar que cometimos un error, que le hicimos daño a alguien, que le quitamos la alegría a alguien, que causamos daño a alguien, que fuimos injustos con alguien. 

• ¡Vamos a pedirle a nuestro buen Dios que nos ayude a acercarnos a quienes ofendimos y pedirles su perdón! 


¡ Que así sea!

Mi Señor Crucificado (un poema de Thelma Delgado)



Hoy recuerdo con tristeza
Tu rostro ensangrentado
Tu calvario, tu muerte, tú nobleza 
Tus heridas, tú costado atravesado.
Moriste por mí en la Cruz
Para darme vida eterna
Y yo, que he hecho por ti?
Mi respuesta me da vergüenza.
En mis momentos de necesidad
Imploro tu ayuda, tu luz, tu amparo
Pero no regreso a ti con humildad 
A decir -Gracias, todo está solucionado.
Yo se que soy pecador
Y se también lo que tú me amas
Me arropas siempre, me das calor
Cuidas de mi y nunca nada reclamas.
De rodillas hoy ante ti
Mi Señor crucificado
Te pido una vez más, escucha mi sufrir
Y perdona mis pecados.
Resucítame a mi también
Lava con tu sangre mi leprosa alma
Para que pueda yo llevar el bien
A los carecen de paz y calma. 
Hoy vivimos como enemigos
En un mundo frágil, temeroso y hostil
Dando tumbos por los caminos
Ciegos del alma, y con el corazón febril.
Permíteme ser tu instrumento
Ayudaré a mi prójimo y bajo tu amparo
Tu palabra será nuestro cimiento
Y así tu muerte no habrá sido en vano.





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Ver

Miserere mei, Deus


Thursday, April 1, 2021

Epidemias en Santiago de Cuba (por Rafael Duharte Jiménez)


En el verano del año 1515 se propagó una epidemia de viruela en la región de Cuba que diezmó la población aborigen, probablemente fruto de la llegada de los españoles que fundaron la villa de Santiago. El historiador mexicano Aguirre Beltrán afirma que un negro ladino que se embarcó con su amo en la expedición de Hernán Cortes que salio de la bahía santiaguera en 1518, llevó la viruela a tierra mexicana.

La precaria situación de la higiene y la ausencia de médicos y boticas fue un fenómeno crónico en la ciudad de Santiago de Cuba durante prácticamente toda la época colonial. El médico e historiador Rafael Fleitas afirma que “Hacia el año 1600 la ciudad quedó una vez más sin médico, el Ayuntamiento acudió a la curandera india Maria Nava y el 3 de noviembre de 1609 esta fue oficialmente contratada”.

En las actas capitulares de la ciudad aparecen frecuentemente denuncias que atribuyen epidemias a los esclavos africanos que traían los barcos negreros y se informa sobre controles y medidas de cuarentena a dichos navíos en algunos cayos de la bahía. Las Crónicas de Santiago de Cuba de Emilio Bacardi también ofrecen un registro pormenorizado de las distintas epidemias que azotaron la ciudad.

Durante la época colonial las principales epidemias que asolaron a Santiago de Cuba fueron la Viruela, la Fiebre Amarilla y el Cólera Morbus. Las rogativas a los santos y particularmente a la Virgen de la Caridad del Cobre a partir del siglo XVII, fue el único remedio frente a las epidemias, pues los antibióticos no llegaron hasta el siglo XX. Las autoridades coloniales instrumentaron numerosos medidas para mejorar la higiene de la ciudad relacionadas con el destino de la basura y los desperdicios sólidos; en 1844 se creo incluso una estación de cuarentena en Cayo Duan para los buques que venían de lugares donde habían epidemias; todo este esfuerzo choco siempre con la tradicional indisciplina del vecindario, poco inclinado a cumplimentar las medidas sanitarias. 

En los últimos años del siglo XIX, las intensas medidas sanitarias del gobierno de ocupación norteamericano erradicaron o controlaron enfermedades como la fiebre amarilla. En el año de 1902 según la Guía Directorio de Comercio y Profesiones e Industrias en la ciudad de Santiago habían: 42 médicos, 7 dentistas, dos droguerías y 19 farmacias. 

En el año de 1918 al concluir la Primera Guerra Mundial se propagó una pandemia que afectó a numerosos países de Europa y los Estados Unidos la cual se denomino Gripe Española, por supuestamente haberse originado en España.

Ese año la ciudad de Santiago de Cuba sufrió una epidemia de influenza, que debió ser la terrible Gripe Española. Las salas del Hospital Civil y todos los sanatorios estaban llenos de “griposos”. La epidemia provoco más de 200 defunciones. El Diario de Cuba comentaba “Es macabro el espectáculo de los numerosos entierros que se ven pasar diariamente por las calles más transitadas.”

En el mes de octubre, teniendo en cuenta la gravedad de la situación, el Alcalde decretó la suspensión de todos los espectáculos, el cierre de las escuelas públicas y todo lugar de reunión eventual como los templos y logias.

A fines de mes se constituyó el Comité de Auxilio de Santiago de Cuba que organizó comisiones de trabajo para enfrentar la epidemia. Numerosas brigadas sanitarias recorrieron la ciudad y sus repartos para desinfectar todos los establecimientos de acceso público, las ciudadelas y cuarterías.

El 16 de noviembre aún se reportaban numerosas defunciones y permanecían enfermos con la gripe más de 2 200 santiagueros según reportaban los periódicos La Independencia y Diario de Cuba.

¿Como llegó a Santiago de Cuba la Gripe Española? Quizás con los emigrados que venían de Europa, tal vez con los norteamericanos; lo real es que la ciudad logró controlar la llamada “Gripe Española” como años antes había derrotado al colonialismo español.





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Rafael Duharte Jiménez (Santiago de Cuba, 1947). Profesor, Historiador Ensayista y Guionista de radio y televisión. Ha publicado 12 libros, numerosos artículos y ensayos en revistas en Cuba y el extranjero y una Historia Audiovisual de Santiago de Cuba que consta de 355 audiovisuales de 12 minutos cada uno; conferencista en 28 universidades y centros de investigación en El Caribe, América Latina, Europa y Los Estados Unidos. Es miembro de la UNIHC y la UNEAC. Actualmente labora como especialista de la Oficina de la Historiadora de la Ciudad de Santiago de Cuba.

Candita Batista (Senado. Camagüey. Octubre 3, 1916 - Camagüey. April 1, 2016)





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Ver
Candita Batista, suave elogio camagüeyano, por Kezia Zabrina Henry Knight en la página Medio ambiente cultural

Wednesday, March 31, 2021

(Bohemia. Junio 1925) "A Camagüey". Un poema del mexicano León Ossorio.

 


Soy ave de paso, Camagüey galante...
Soy ave de paso, y antes de partir
Te daré este verso que es como un diamante.
¡Para mí tu nombre es un añorante
rosal que perfuma mi loco existir! 

Para tus mujeres que están embrujadas
por el sortilegio de sus gallardías,
mi musa conserva sus piedras talladas
¡Cuántos ojos lindos dieron sus miradas
al bardo que sueña con tus celosías!

Deja que descanse de mi gran jornada,
¡oh, las inquietudes de mi corazón!
Con tus heroísmos floreció mi espada,
y para dejarla también embrujada
dame un poco de agua de tu tinajón.

Dámela en la cuenca de una blanca mano,
de una tierna mano de Samaritana...
Traigo sed horrible del solar indiano
y mi sed la curas, Camagüey cristiano,
con miel de una boca de camagüeyana. 


León Ossorio

Monseñor Valentín Zubizarreta, primer obispo de Camaguey (1914-1922). Por Carlos A. Peón-Casas.


El primer obispo de la naciente diócesis camagueyanensis, que fue creada en 1912, Mons. Valentín Zubizarreta y Unamunzaga[1] recibió su consagración el 8 de noviembre de 1914, en la Iglesia de la Merced, el hecho era consecuencia de su pertenencia a la orden carmelitana de la Provincia de Castilla, asentada en aquella, y de la que fungió como visitador. Entre los años 1903 y 1906 ya había estado de visita allí. [2]

La recién nacida diócesis carecía de fondos propios suficientes para su mantenimiento. Se juzgó necesario el envío de unos 9000 dólares para asegurar su sostenimiento, de ellos: seis mil para sustento del prelado y otros tres mil para las necesidades diocesanas. La primera residencia episcopal le costaba unos 130 dólares en concepto de alquiler, y se ubicaba en el número 130 de la calle Independencia.

Escudo episcopal de Mons. Zubizarreta,
en el Salón del Trono. Arzobispado de Camagüey
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En la ciudad agramontina el prelado contaba con 6 parroquias a saber: la Catedral con 8000 fieles; la Soledad con 7000, San José con 12.000, Santa Ana con 15.000, Santo Cristo con 18.000 y la Caridad con 12.000.[3]

Dos órdenes religiosas masculinas ya estaban presentes en la ciudad a su llegada: los padres escolapios y los carmelitas descalzos. En 1917 llegarían a su pedido los salesianos, quienes permanecerían desde entonces tomando a cargo la parroquia de La Caridad, y dando después comienzo al Colegio de Artes y Oficios[4], que para entonces se consideraba uno de los mejores de América Latina[5]

Entre las congregaciones femeninas ya instaladas a su llegada como obispo se incluían las Ursulinas de Santa Ángela de Merici, las Reparadoras y las Siervas de María.

Por la preocupación del prelado respecto a las necesidades educativas de la grey a su cargo, facilitó la entrada a la diócesis de dos congregaciones con ese carisma: la Compañía de Santa Teresa de Jesús (Teresianas) y la de las Hermanitas de los Niños Pobres.

Los miembros del clero diocesano de ese minuto no pasaban de una docena de sacerdotes. Dada la escasa presencia de aquellos en los pueblos de campo, más de uno debía asumir las labores de dos parroquias. Aún así algunas de aquellas carecían de párrocos[6], como las de San Jerónimo, Arroyo Blanco y Cubitas. En algún minuto hubo de clarificar los límites de algunas de aquellas, como fue el caso de la de Santa Cruz, a la que le hizo coincidir su extensión con la del territorio civil de municipio del mismo nombre. En otro caso hubo de segregar una parte de la parroquia de Santa Ana, para adicionársela a la de San José, en específico la gran barriada de La Vigía que se promovió con la llegada del ferrocarril a la ciudad.[7]

La diócesis no podía sostener por entonces un seminario diocesano ante la ausencia de un edificio capaz para albergarlo, y las rentas pertinentes para su mantenimiento. En el año 1920, siete seminaristas locales[8] cursaban estudios en el de La Habana. Hasta ese minuto el obispo sólo había ordenado a un sacerdote.

Si partimos del hecho de que los más de 200.000 habitantes de la provincia y diócesis de Camagüey en 1914 se declaraban católicos, y un número muy ínfimo se confesaban miembros de otras iglesias protestantes, y muy difícilmente alguno que otro ateo, dadas las convenciones de la época, el nuevo prelado, podía considerarse dichoso de aquella grey tan populosa y a la vez seguidora de los preceptos de la Santa Madre Iglesia.

Sin embargo, la realidad parecía de ser de otro tenor. La vida moral de aquellos católicos dejaba mucho que desear, y ante tal constatación así lo hacía saber el obispo en su primera Relación a la Santa Sede: “Mores populi sunt depravatissimi”[9]. Y completaba su aseveración con una lista de los males morales más evidentes: la obscenidad, la injusticia en los negocios y la indiferencia religiosa.

En cuanto a la práctica religiosa, eran muy pocos los que observaban el precepto dominical, y menos aún los que se acercaban a los sacramentos de la confesión y la comunión. Quizás en la ciudad el número era algo superior.

Los matrimonios civiles eran los más abundantes, e igualmente había una alta tasa de concubinatos. Muchos de los nacidos de tales uniones eran fruto de tales uniones.

El bautismo de los recién nacidos dentro de la primera semana, eran raros, igual se le retrasaba hasta el año del nacimiento, y se daban casos que no los bautizaban jamás.

La educación cristiana dentro de los hogares era muy pobre. Sólo la que se impartía en los colegios religiosos, pues la escuela primaria no la impartía. Aunque la doctrina cristiana se explicaba cada domingo en las iglesias eran pocos los padres que enviaban a sus hijos a recibirla.

Las sectas masónicas acogían a muchos católicos que no sentían que su condición fuera óbice para pertenecerá aquellas. El espiritismo estaba muy extendido y se daban casos de feligreses y feligresas que acudían a la primera misa de las parroquias, para luego encaminarse sin ningún escrúpulo a las sesiones espiritistas en los bien conocidos “centros” esparcidos por la ciudad, aunque tal comportamiento estaba muy extendido por toda la feligresía del país:
El Padre Marciano García, carmelita cubano, nos trae el caso de las Terciarias carmelitas del Carmen de Matanzas quienes salían de la misa de 5.30 de la mañana para asistir a la sesión espiritista de las siete”[10]
Para el recién llegado obispo nada de aquella situación quedaba ajena a su celo de pastor. Algunas de sus primeras disposiciones estuvieron en relación con exaltar la piedad de los fieles:
Por una circular del 14 de enero de 1919 ordena a los párrocos y rectores de la iglesias la celebración de un triduo solemne en honor de San José (…) a rezar el públicamente el Santo Rosario en sus respectivas iglesias todos los días del mes de octubre a la hora se juzgue más conveniente para la mayor asistencia de fieles, y exhortándoles a promover el rezo diario del Rosario en las familias.[11]
Otras circulares fueron ya alusivas a aspectos más jurídicos:
como aquella que recuerda las condiciones exigidas por la Iglesia para ser padrino de bautismo, o aquella otra en que se regulan los día de ayuno y abstinencia para los católicos de Cuba, diferentes para los de raza blanca y para los negros y mestizos[12]
Sus Cartas Pastorales fueron igualmente ejemplares. La primera de aquella con motivo de su Consagración Episcopal, cuyo contenido abundaba sobre la verdadera religión, y la explicación de su lema pastoral Pax multa.

La segunda dedicada al espiritismo, data de 1915, que como ya se ha explicitado en otro sitio, era una verdadera plaga que hacía estragos en el territorio de su diócesis camagüeyana. El texto era un llamado a precaverse de aquellas para no ver socavada la fe de sus diocesanos.
individuos de inteligencia extraviada procuran arrancar la fe de los creyentes y corromper las costumbres de los cristianos prácticos. Con cuatro ceremonias ridículas y algunas gesticulaciones no siempre honestas pretenden obtener respuestas de los espíritus, y no consiguen más que una espantosa batahola de martillazos, que ellos se encargan de interpretar como mejor les convenga”[13]
Una Instrucción breve a propósito del proyecto de ley del divorcio, fue hecha pública por el obispo en 1918, con motivo de la introducción de la ley por el presidente Menocal aquel mismo año. El texto discurre sobre tres apartados que versaban sobre el matrimonio cristiano como verdadero sacramento, su indisolubilidad, y la gravedad de quienes solo lo contraen por la vía civil sin luego validarlo ante la Iglesia.

Durante el período que fungiera como obispos diocesano Mons. Zubizarreta dio a conocer otras Cartas[14], como la que firmó en ocasión de la celebración de la Cuaresma de 1918 sobre la necesidad de ser hijos fieles de la Iglesia católica y de aprovechar los medios que ella nos suministra para nuestra perfección. Estaba dirigida al clero secular y regular, a las religiosas, religiosos, y a los fieles de las entonces dos diócesis encomendadas a su cuidado, la de Camagüey y la de Cienfuegos.

Un detalle singular allí esbozado iba en la línea de denunciar y poner en ridículo el supuesto respeto humano que alejaba a muchos quienes se decían católicos:
El ser católico práctico no es deshonra sino una gloria ante el concepto de la buena sociedad. El pertenecer de lleno a la Iglesia Católica y recibir con frecuencia los sacramentos no es humillante sino glorioso[15]
En esa misma línea hay que prestar atención a otro texto suyo, esta vez un discurso que pronunciara con ocasión del Primer Congreso Eucarístico de La Habana en 1919. Aquel convite fue promovido por el obispo habanero Mons. González Estrada en ocasión del Cuarto Centenario de la fundación de la capital habanera. Mons. Zubizarreta hizo esta vez un celebrado elogio de la Eucaristía, poniendo de manifiesto sus saberes teológico y litúrgico, a la par que disertó “sobre la catolicidad práctica de muchos que se decían católicos”:
No es católico el que no cumple con los deberes que le impone la ley del Señor y de la Iglesia para el mejor cumplimiento de aquella. No lo es el que deja de cumplir los preceptos de oír misa y confesión y comunión; los que pertenecen a sectas condenadas por la Iglesia… Y así no está en su lugar decir: fulano es buen católico, aunque no va a cumplir con el precepto pascual, vive maritalmente sin contraer matrimonio católico…Decir de uno que es buen católico cuando vive en concubinato o pertenece a la masonería o al espiritismo, condenados por la Iglesia, o no va a misa los domingos, etc., es decir lo que no es cierto como católico”16]
En 1920, el obispo llevó a cabo su visita “ad limina” al Vaticano. En su viaje desembarcaba por el puerto de Santander en España, pasando por San Sebastián en camino a Roma. El viaje duró de junio a septiembre de aquel año. Un año después viajaba también a los Estados Unidos por razones médicas, y fue recibido en la Clínica de los Hermanos Mayo en Rochester Minessota[17].

Fue revelado de sus funciones como obispo de Camagüey el 24 de febrero de 1922, y nombrado obispo residencial de Cienfuegos. El D. Enrique Pérez Serantes, hasta entonces Gobernador Eclesiástico de Cienfuegos fue nombrado obispo de Camagüey.

Enrique Pérez Serantes
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Para muchos, aquel relevo, tenía un signo de particular referencia, desde 1916, el nuevo obispo Pérez Serantes había sido su fiel colaborador en aquella diócesis cienfueguera, cuando ante la renuncia del también obispo carmelita Mons. Aurelio Torres Sanz, Mons. Zubizarreta había asumido la función de Administrador Apostólico, llevando sobre sus hombros la tamaña tarea de simultanear sus responsabilidades entre dos ciudades distantes por seis años.

En el sentir de los diocesanos cienfuegueros y camagüeyanos, aquel sacerdote gallego de grandes dotes evangelizadoras, era “hechura de Mons. Zubizarreta”[18] Su impronta camagüeyana cargada de grandes sentidos evangélicos, lo llevarían luego a suceder a su antiguo obispo, cuando fuera designado Arzobispo de Santiago de Cuba, a la muerte de Mons. Zubizarreta quien había regentada aquella sede desde el año 1925.





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[1] Nació el 2 de noviembre de 1862 en el caserío de Arnorixa, país vasco. Entró al noviciado carmelitano de Larrea en 1879. En 1880 emitió sus votos simples de obediencia, pobreza y castidad. Recibió el presbiterado en 1894. Fungió como profesor de Filosofía en el Seminario de Burgos y Prior del convento de Vitoria. Nombrado Definidor Provincial y Visitador de las casas de América en 1897. Viajó por Chile, Cuba y Estados Unidos. En 1906 era Prior de Burgos y Visitador General de la Provincia de Aragón-Valencia. Obispo de Camagüey en 1914, y Administrador de Cienfuegos desde 1916 hasta 1922, en ese año asumió como obispo aquella diócesis. Arzobispo de Santiago de Cuba desde 1924 hasta su fallecimiento en 1948. En Mons. Valentín Zubizarreta. Carmelita, Obispo, Teólogo. Antonio Unzueta Echevarría. Ediciones El Carmen. Vitoria-Gasteiz, 2006.
[2] Entre 1903 y 1906, visitó las casas de la orden en América. Un interesante informe suyo de cuanta de la visita a la de la congregación camagüeyana: “La ciudad de Puerto Príncipe tiene unos 40.000 habitantes de todos los colores: blancos, negros, mulatos y chinos; con 30 sacerdotes: 20 regulares, entre escolapios y carmelitas y los demás seculares. Posee once iglesias: 6 parroquiales, 3 conventuales, una de un hospital y una ermita llamada La Candelaria. Una de las iglesias conventuales (la de S. Francisco) está regentada por los PP. Escolapios y otra (la del Carmen) está ocupada por las religiosas ursulinas. La asistencia a la iglesia es muy escasa, y por más que se hace alarde de piedad, está no pasa de pura palabra, pues casi la totalidad de las iglesias se encuentran completamente vacías aún los días de fiesta. Nuestra iglesia de la Merced era una excepción en este punto pues la concurrencia solía ser siempre grande, sea por el culto que allí es más esmerado, sea por su situación céntrica.”. Ibíd.p.138
[3] Las otras nueve incluían la de San Eugenio de Ciego de Ávila (45.000), la Candelaria de Morón (35.000), la Virgen de la Caridad de Nuevitas (15.000) y Santa Cruz (18.100) entre las más relevantes. Había otras tres parroquias sin iglesias San Jerónimo, Arroyo Blanco y San Miguel de Cubitas, la de Guáimaro también era de ese grupo, pero tal época se terminaba su construcción. Ibíd. p.152
[4] La instalación de los padres salesianos se debió al ofrecimiento de la Srta. Dolores Betancourt, quien deseó construir a sus expensas una Escuela de Artes y Oficios para niños pobres, para lo que había destinado, como para otras importantes obras y mejoras eclesiales y educativas, todo su caudal.
[5] Ibíd. p.160
[6] Había “procurado que todos los párrocos tengan su propia casa cural. No se les permite que tengan ama de llaves”Ibíd, p.156
[7] Ibíd.
[8] El obispo pagaba por ellos “238 dólares mensuales, sin contar el vestido, los libros, las matrículas, etc; en total unos 300 dólares mensuales.”Ibíd.
[9] Ibíd.
[10] Ibíd. p.157. Citado de GARCIA, M., Introducción a la espiritualidad cubana. En “Espíritu y Vida” 1 (1994) 136
[11] Ibíd. p.158
[12] Ibíd. En año III, 1919, pp.68-71, las dos circulares fechadas el 19.02.1919
[13] Ibíd. p.288
[14] Otras de este período serían su Carta Pastoral en la Cuaresma de 1920 sobre la modestia cristiana, la carta Pastoral Colectiva de los Sres. Arzobispo y Obispos de Cuba, dada en La Habana el 13 de junio de 1921, y la Carta Pastoral con motivo de la toma de posesión de la diócesis de Cienfuegos, el 24 de febrero de 1922. Ibíd. pp.2291-292
[15] Ibíd. p.290
[16] Ibíd. p176
[17] Allí se le practicó una exhaustiva revisión médica que descartó padeciera un cáncer de garganta.
[18] Ibíd. p.180

(Bohemia. Abril 1924) "Las Siete Palabras". Por Víctor Basilio de Santi-Espino.

 

Tuesday, March 30, 2021

De la Semana Santa en las "Ordenanzas Municipales de la ciudad de Puerto Príncipe" (actualmente Camagüey). Vigentes en enero de 1857.



ARTICULO 6. Desde las diez de la mañana del Jueves Santo hasta el sábado siguiente despues del toque de Gloria, no podrán rodar por las calles otros carros, carretas, carretones ni carretillas que los que conduzcan los abastos al mercado, permitiéndose solo el uso de coches, quitrines, volantes y diligencias el Jueves Santo hasta una hora despues de terminados los oficios en las iglesias, y en el caso de lluvia a cualquier hora de las demás que resulten prohibidas en este y los dos días siguientes. Los contraventores incurrirán en una multa de uno á tres pesos.

ARTICULO 7. Se prohibe en los mismos días jugar en los billares, y en otro cualquier establecimiento público de juegos permitidos; bajo la multa de doce a quince pesos.

ARTICULO 8. Se prohiben en los referidos días danzas y cantares que turben la devoción; pena de uno a tres pesos.
...

ARTICULO 11. Los vecinos harán barrer y regar con el mayor esmero en los días del Jueves y Viernes Santo, las calles por donde se anden las estaciones y pase la procesión del Santo Sepulcro, iluminando por la noche de ambos días las fachadas de sus edificios; bajo la multa de uno a tres pesos.

Ser moderno (por Joaquín Estrada-Montalván)


En una ocasión en un programa de TV, me preguntan por qué la iglesia no se moderniza y acepta no recuerdo cuál pecado.

Le respondí:

- El pecado al que Ud se refiere es anterior al mandamiento que con él se relaciona, por lo que si "tumba" el mandamiento para contemporizar con ese pecado, iría atrás en el tiempo y sería menos moderna la Iglesia, en ese caso. 

Monday, March 29, 2021

de las "Ordenanzas Municipales de la ciudad de Puerto Príncipe". (actualmente Camagüey). Vigentes en enero de 1857.



ARTICULO 32. ° Todo médico ó cirujano á quien se presente ó que advierta cualquiera enfermedad epidémica ó contajiosa grave, avisará ántes de las doce de la noche del mismo dia en que tenga noticia del caso, á la Junta Subalterna de Sanidad de la Jurisdiccion, remitiendo el parte á la Secretaría de dicha Junta; pena de veinte á treinta pesos.



(Se ha respetado la manera de escribir del original)

Sunday, March 28, 2021

(Revista Cuba. Octubre 10, 1966) "El conjunto Tutankames: un bohemio en cada instrumento y en conjunto un asilo de ancianos"

 

Chuchú, el mejor marímbula de Cuba, habla de su instrumento y del conjunto Tutankames:
... la marímbula es de origen africano, la trajeron los esclavos. No tiene que ver con la marimba, eso es otra cosa. La marímbula se afina con la guitarra y se usa en los sextetos. Un sexteto si no tiene marímbula no sirve ... ¿el conjunto Tutankames'? ... ya usted lo ve, un bohemio en cada instrumento y en conjunto un asilo de ancianos. Se fundó un año después que Sirique puso su peña en esta herrería [de Siruque]. Un grupo de viejos de la trova decidimos recordar y nos unimos junto a Sirique. Este conjunto no tiene ningún fin lucrativo. Cantamos aquí y algunas veces en beneficios y hospiiales. . . pero mire, lea nuestro Reglamento, ahí lo dice todo ... 
Leemos, ''Reglamento. Los Tutankames. Este conjunto musical lo formaron un grupo de buenos amigos y ex-músicos de la vieja guar-·dia, con el fin encaminado de hacer patente el lema recordar es vivir. Este conjunto musical tiene como fundamento ser simbéfico pues únicamente lo podrán escuchar en el taller de Sirique, cuna donde nació. 

"Esfe grupo actúa por amor al arte, por espíritu bohemio y por vocación musical. Sus integrantes forman parte de la historia musical de Cuba, por haber sido estrellas cada uno en su género, por lo tanto su repertorio y estilo será a plenitud de sus integrantes. 

"Este conjunto musical acompañará a todo aquel que desee expresar su sentimiento musical, ya que este grupo ha. sido creado fraternalmente para que todos se sientan complacidos con el grupo musical Los Tutankames. Firmado: Alfredo González (Sirique), Luis Peña, Isaac Oviedo, Manolo Plá, Armando Fernández, Román Baz,·Pedro Mena, Mario Maní, Eufemio Abreú, Jesús Arístola, Nené Enrizo".




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Ver en el blog

(Catedral de La Habana. Marzo 28, 2021) Sermón de las Siete Palabras.

Card. Juan García.
Arzobispo de La Habana.
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Fotos/Yandry Fernández Perdomo



Rescue (by Lauren Daigle)


A propósito de la Semana Santa (por el sacerdote camagüeyano Alberto Reyes)


Texto tomado del Facebook del autor



Nací y crecí en un ambiente cristiano. Durante años creí que era imposible vivir sin Dios, y me preguntaba cómo era posible que alguien viviera sin Dios. Pero un día, cuyas coordenadas no recuerdo, algo me hizo darme cuenta que era posible vivir sin Dios, sustituyéndolo, obviamente, por otros dioses, pero eso no interesa ahora. Comprender que podía vivir sin Dios fue uno de los momentos más importantes de mi vida, porque ese día me dije: “No quiero vivir sin Dios; puedo, pero no quiero”. Y a mi libertad le nacieron alas.

Esta certeza no quita el hecho de que la vida es una apuesta. ¿Existe Dios? No lo sabemos. Nadie puede demostrar su existencia ni su inexistencia. Es el terreno de la fe.

Y yo tengo fe, yo creo. Creo en Dios, y creo que Jesús de Nazaret es Dios hecho hombre, y creo que murió realmente en una cruz, y creo que resucitó. Creo que la vida que propone da sentido pleno a la existencia, y creo que, pase lo que pase, su promesa es cierta: “Las puertas del abismo no prevalecerán, el mal no tendrá la última palabra”. Ningún mal.

Respeto toda opción diferente y respetable (no todas las opciones humanas son respetables), pero creo que ese hombre muerto en cruz es El Camino, La Verdad y La Vida.

Y desde ahí abro, transito y cierro mis días, desde ahí miro la vida.

Hay, ciertamente, otras miradas que salen de mí y que me turban.

Miro el mal, presente en hombres y mujeres singulares, en organizaciones, en sistemas políticos o ideológicos, y no puedo dejar de admitir que el mal es una gran fuerza, que con el mal se avanza mucho y se logran muchas cosas, y no puedo evitar la sensación de que el mal terminará imponiéndose. 

Miro la mentira, la manipulación, el chantaje, el juego sucio, la traición, la doblez, y cómo los que lo usan logran sus premios.

Miro la avaricia, el egoísmo, el ansia desmedida de poseer, y los aplausos, las alabanzas y las envidias de aquellos que se han quedado “por debajo”.

Y miro mi alma, y me doy cuenta de que el mal también me habita, que no estoy hecho de una pasta diferente, y que yo también me he sentido cómodo cenando con el mal.

Pero entonces, algo en mí se rebela, algo que viene de un Cristo en cruz, traicionado, abandonado, torturado hasta lo inimaginable, pero sereno, que escucha y consuela al que con él sufre, que reza por los que lo condenan, que se ocupa de los suyos, y que confía en Aquel a quien siempre llamó “Padre”: “En tus manos Padre…, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Y entonces surge en mí la certeza de que el mal no tendrá la última palabra, de que no terminará imponiéndose, tengo la certeza de que el mal, a la corta o a la larga, caerá; tengo la certeza de que la verdad, la sinceridad, la honestidad, el servicio…, tienen la fuerza de transformar la vida, toda vida.

Ese Cristo en cruz hace brotar lo mejor de mí, y hace que me diga: “Puedo servir al mal, pero no quiero; puedo hacerme cómplice de la oscuridad, pero no quiero; puedo ser instrumento de la mentira, de la opresión, de la manipulación…, pero no quiero”. 

Entiendo que enfrentar el mal tiene precios, porque el mal busca imponerse, y no tolera opositores, entiendo que es menos complicado aliarse con el mal que negarse a servirlo, y entiendo que el camino del bien suele ser siempre más largo y más sufrido, y que hay que cuidarse mucho de no contaminarse, de no combatir el mal con el mal, el odio con el odio, la violencia con la violencia. A veces es tan difícil no contaminarse. Pero vuelvo la mirada a mi Cristo en cruz, aparentemente vencido e impotente, y siento por dentro su voz que me dice: “Cree, cree en la fuerza del bien, cree en lo mejor de ti mismo, cree que yo estoy contigo, y no te rindas”.

Y entonces miro al mal, y siento que tengo fuerzas para decir: “Puedo ser tuyo, pero no quiero”.

Saturday, March 27, 2021

Una tarde de teatro al sol en un hermoso jardín de Miami (por Wilfredo A. Ramos)


Como ya habíamos anunciado con anterioridad, el pasado domingo 21 de Marzo, tuvo lugar el estreno de la obra “Una tarde de sol”, en un escenario singular: Casa María, producción de Margi Happenings, con dirección de Marilyn Romero y las actuaciones de Marta Velasco y Gerardo Riverón, trabajo el cual resultó en una versión libre de “Mañana de sol”, obra de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, ambos poetas y autores muy conocidos en el ámbito teatral español de finales del siglo XIX y principios del XX, por sus más de doscientas obras, entre comedias, dramas, zarzuelas y exitosas revistas musicales.

Esta obra de los andaluces Álvarez Quintero, escrita en 1905, forma parte de sus numerosas y bien recibidas comedias de tono ligero en un solo acto, donde reflejan el habla coloquial, el color local y el humor de su Andalucía natal.

El primer gran éxito de estos autores llegó con apenas 24 y 26 años respectivamente, mediante su obra “El ojito derecho”, sucediéndose inmediatamente muchos otros, tanto que desde 1897 y durante cuarenta años en todas las temporadas madrileñas siempre había en cartelera al menos una obra de dichos autores. Sus obras llegaron al continente americano siendo representadas en el escenario del Teatro Colón de Buenos Aires y traducidas a varios idiomas. Ambos hermanos sufrieron prisión al comienzo de la Guerra Civil en El Escorial por parte de las tropas republicanas, falleciendo posteriormente Serafín en 1933 y Joaquín en 1944, reposando sus cuerpos en el cementerio de San Justo de Madrid.

Sus obras en su gran mayoría son de naturaleza costumbrista, describiendo el modo de ser de sus nativas tierras andaluzas en las cuales se reflejan solo la luz y la alegría de su pueblo, llegando a considerándoseles como autores con una ideología tradicionalista. Según Francisco Ruiz Ramón en su Historia del Teatro Español Siglo XX (Cátedra, 1995): “...los supuestos básicos de este teatro son los de un realismo naturalista ingenuo.” El lenguaje usado es un castellano depurado y elegante, pasado por el tamiz fónico del ‘dialecto andaluz’, con chistes de buen gusto, sin llegar nunca a la chabacanería, pero con gran vis cómica y con un excelente trabajo de diálogos. En sus obras no se encontrará crítica social de ningún tipo ni temas que alejen al espectador de la alegría de la vida, pudiéndose considerar sus obras de cierto ‘ternurismo y melodramatismo’ que las convierten en comedias puramente burguesas, con una visión idealizada de Andalucía. Es dicha alegría de vivir lo que salvó la obra de estos autores de las implacables plumas de Ramón Pérez de Ayala, Azorín o Luis Cernuda.

Regresando a la versión miamense de la original andaluza, tenemos que decir a su favor que la directora ha escogido a dos muy conocidos y experimentados actores cubanos para encarnar a los septuagenarios personajes reunidos en este ‘paso de comedia’, como bien se le ha dado en llamar a este brevísimo tipo de obra, nos referimos a Marta Velasco y Gerardo Riverón, ambos con una consolidada trayectoria en televisión, cine y teatro, la primera aquí en los Estados Unidos, mientras que el segundo lo mismo en Cuba que este país.


Como era de esperar el trabajo de estos dos actores estuvo a la altura de las expectativas, teniendo en cuenta que sus personajes no requerían de un complejo y profundo trabajo de interiorización, ya que con la sola caracterización física como ancianos de avanzada edad, más cierta modulación de voz y gestualización apropiada, salvan las exigencias de tan elementales personajes. La pericia y el oficio de los dos actores les hacen crear a estos dos tipos escénicos sin mayor riesgo y cumpliendo con los requerimientos del texto dramático y del género en cuestión.

Tanto Marta como Gerardo se pasean con sus personajes por ese supuesto parque público, en que se ha convertido este muy hermoso y acogedor jardín privado, el cual su amable dueña, María, ha puesto a disposición de esta y futuras puestas en escena para el disfrute del público ansioso por regresar a los teatros, interactuando con los asistentes allí presentes e incriminándolos por tener todos los “bancos del parque ocupados”, provocando simpáticas situaciones.

La directora ha incluido dos personajes más en su puesta tratando de crear contrastes generacionales, así como buscar imágenes evocadoras del pasado de los personajes protagónicos cuando en su temprana juventud vivieron un cálido romance, interrumpido por situaciones familiares que los llevaron a alejarse y a no saber nunca más uno del otro, cosa que el encuentro de estos dos ancianos irá descubriendo poco a poco mediante relatos que ambos irán contándose a medida que van entrando en confianza, dejando atrás los resabios y desencuentros de ese primer contacto en la búsqueda y disputa por un banco de parque donde disfrutar de su día, aunque teniendo a bien dejar en suspenso la aceptación por parte de cada uno de sus propias historias, lo que hace que el texto dramático tenga un final abierto y dado a múltiples lecturas.

Respecto a la utilización de esos dos jóvenes personajes incorporados a la trama, que mencionamos anteriormente, debemos señalar que en el caso del chico su caracterización como guardaparque, se integra de manera coherente con la trama de la obra, incluso en sus momentos de interacción con la anciana en donde le recrimina el que le arroje comida a los peces -de la verdadera hermosa fuente estilo japonés que engalana el patio de la casa escenario de dicha representación. Estos breves diálogos le ofrecen frescura y realidad al desarrollo dramático de la acción. En cuanto a la utilización de la chica, su aparición se hace algo forzada como transeúnte del parque primeramente y mucho mayor después cuando se convierte en una angelical escultura de dicho parque, moviéndose e interactuando con el anciano. La relación que establecen estos jóvenes personajes casi al final de la obra con los ancianos llevándonos al recuerdo de su juventud y ocupando el lugar de ellos, no queda del todo conseguida de modo satisfactoria.

La directora lleva a cabo un buen proceso de adaptación del ambiente y lenguaje del texto, al trasladar la acción de una posible ciudad andaluza hacia otra ciudad que pudiera ser la nuestra, eso sí, sin localismos rancios ni dejando que el llamado ‘sainete costumbrista cubano’ aparezca por lado alguno. Un acierto total el no localizar demasiado la acción, lo que no siempre son capaces de evitar algunas adaptaciones.

Algo que no quisiéramos dejar de mencionar, porque nos preocupaba antes de comenzar la función, era la excelente calidad del sonido utilizado, debido a ser esta una puesta al aire libre y haberles sido colocados micrófonos inalámbricos a los actores, los cuales no presentaron los penosos problemas que en ocasiones hemos tenido que sufrir en otras puestas de este tipo, aunque por el contrario no nos pudimos librar del acostumbrado ruido al pasar los aviones a través de este tan transitado cielo de Miami.

El que podamos disfrutar de Teatro, aunque no sea en las condiciones apropiadas, habla del amor hacia el mismo que profesan sus hacedores, lo que hace que esta manifestación, tan en peligro siempre, más en estos turbios tiempos, sea venerada como bendita, tanto por los que la profesan como por aquellos que la disfrutan como espectadores.

Y es debido a ese amor y a esa tozudez en hacer Teatro, que Margi Happenings a través de su directora, Marilyn Romero, como de su productora, Gigí González, nos anuncian que a petición del público que no pudo asistir al estreno debido a lo reducido del aforo por problemas de seguridad sanitaria, se realizará otra función el próximo domingo 4 de Abril a las 5:00 pm, para todos aquellos que han reclamado poder disfrutar de otra tarde de sol en ese tan hermoso jardín miamense.

La dirección de Casa María es 1187 SW 22 Terrace, Miami 33129 y la web para obtener las entradas es http://tardesol.bpt.me







Wilfredo A. Ramos
Marzo 26, 2021
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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