Sunday, January 3, 2021

Lucile Grahn (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


El 30 de junio de 1819, en Copenhague (Dinamarca), nacía Lucile Alexia Grahn, hija de John Jensen von Grahn y de Christine Knudstrup. Grahn ingresó muy pequeña a la Escuela del Royal Danish Ballet, donde se formó bajo la tutela férrea de August Bournonville, quien la subió al escenario por primera vez con solo 7 años. El debut oficial llegó en 1834, cuando estrenó el ballet “Nina” (o “La Folle par Amour”) de Louis-Jacques Milon, en la versión de Bournonville. Ese mismo año, su maestro la llevó a París específicamente a ver a María Taglioni en el rol principal de “La Sílfide”, obra de la cuál Bournonville haría su propia versión dos años más tarde y que sería interpretada por Grahn. 


Lucile Grahn, además de ser la discípula favorita de Bournonville (coreógrafo principal por ese entonces del Royal Danish Ballet), poseía un gran nivel técnico, lo que la llevó a convertirse rápidamente en Primera Bailarina, estrenando obras como “Tyrolerne” (1835), “Valdemar” (1835), “La Sílfide” (1836) y “Don Quijote” (1837), todas con coreografía de Bournonville.


Sin embargo, Lucile soñaba con bailar en Teatro de la Academia Real de Música de París y, sumado a que la relación entre ella y su maestro se había tensado (parece que Bournonville tenía otras intenciones con la joven bailarina, más allá de la danza), decide solicitar el permiso real para abandonar Dinamarca con el objetivo de proyectar su carrera internacionalmente. En 1838 cumple su sueño y debuta en París en la obra “Le Carnaval de Venise”, de Milon, y al año siguiente ingresa a la Compañía. Lamentablemente una lesión interrumpió abruptamente sus presentaciones en el Teatro de la Academia Real de Música. Sin embargo, el éxito allí obtenido y una vez recuperada, le valió, en 1843, una invitación del Ballet Imperial donde interpretó “La Sylphide” y “Giselle”, en el Teatro Bolshói Kámenny, de San Petersburgo.


En 1845 su carrera se vio definitivamente consolidada cuando fue invitada por el coreógrafo Jules Perrot a conformar el elenco del “Grand Pas de Quatre”, junto a Fanny Cerrito, Carlotta Grisi, y María Taglioni, estrenado en el Her Majesty´s Theatre. Allí también interpretó el rol principal en “Eoline” o “La Dryade” (1845), “La Bacchante” (1845), “Catarina” o “La Fille du Bandit” (1846) y “Le Jugement de Paris” (1846), todas con coreografía de Perrot. 


Entre 1846 y 1856, año de su retiro de los escenarios, Grahn se presentó en los teatro más importantes de Europa, donde también realizó algunas reposiciones, como “Catarina” de Perrot, y estrenó su obra “Bacchus et Ariadne” (de la cual muy poco se sabe). En 1848 se estableció en Hamburgo y, tras su retiro, se casó con el cantante de ópera Friedrich Young. Entre 1858 y 1861 enseñó ballet en la ciudad de Leipzig. En 1869 se instaló definitivamente en Múnich, donde dictó clases de danza en el Teatro Nacional de Múnich hasta 1875. Allí también colaboró con R. Wagner en el montaje de “Das Rheingold” y de “Die Meistersinger von Nürnberg”. 

El 4 de abril de 1907, Lucile Grahn fallece en Múnich, ciudad que tiene una calle en su honor. Grahn fue la primera bailarina de origen danés en obtener reconocimiento internacional y una de las bailarinas icónicas del período Romántico del ballet.



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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

El general de división Manuel Antonio de Varona Miranda (por Frank de Varona)

Manuel Antonio de Varona Miranda fue uno de los patriotas camagüeyanos que pelearon en las tres guerras de independencia de Cuba: la Guerra de los Diez Años (1868-1878), la Chiquita (1879) y la del ’95 (1895-1898). La familia Varona peleó en todas las guerras de independencia con valentía y distinción. Francisco de Varona y González alcanzó el más alto rango del Ejército Libertador, Mayor General, y peleó en las tres guerras de nuestra independencia como Manuel Antonio de Varona Miranda. Miguel de Varona y del Castillo, hijo del filósofo Enrique José de Varona, fue comandante y ayudante de Antonio Maceo. Posteriormente fue general y jefe del Ejército Nacional de la República de Cuba. Escipión de Varona y Agüero alcanzó el grado de comandante del Ejército Libertador de Cuba. 

De acuerdo con Jorge Juárez Cano en su libro Apuntes de Camagüey 23 miembros de la familia Varona murieron solamente en la Guerra de los Diez Años. Entre los que fueron fusilados por los españoles se encuentran mi bisabuelo José Fernando de Varona y Batista y mi tío abuelo Oscar de Varona Agüero. Varona Agüero fue fusilado en Santiago de Cuba en 1873 junto a su pariente el general Bernabé de Varona y Borrero (Bembeta), ambos de la expedición del Virginius. Diego Esteban de Varona y Gelabert murió con su esposa Ana Josefa Agüero y de Varona en 1875 y Carlos de Varona fue fusilado en 1870.

Nació el futuro general de división del Ejército de Liberación el 1 de enero de 1856 en la finca El Aguacate cerca de Sibanicú. Manuel Antonio fue uno de los tres hijos del matrimonio de Diego de Varona del Castillo y Rufina de Miranda Agüero. 

Cursó sus primeros estudios en Santa María del Puerto del Príncipe y cuando regresó a Sibanicú estalló el Grito de Yara el 10 de octubre de 1868. Entonces su padre y sus hermanos Pablo y Javier se unieron a las tropas mambisas. En 1870, Manuel Antonio, a la edad de 14 años, salió a pelear por la independencia de Cuba. 

El joven Manuel Antonio combatió en las zonas de Subanicú, Minas y Nuevitas a las órdenes del coronel Nené Perdomo. Después pasó a combatir en Oriente bajo las órdenes de los generales Guillermo Moncada, Flor Crombet y el Titán de Bronce Antonio Maceo. Cuando se firmó el Pacto del Zanjón que puso fin a la Guerra de los Diez Años en febrero de 1878 Manuel Antonio, quien entonces tenía 22 años, había alcanzado el grado de teniente.

Al año siguiente comienzó la Guerra Chiquita y Manuel Antonio combatió a las órdenes de Limbano Sánchez y participó en muchas batallas. Fue herido de gravedad en un combate y capturado prisionero por los españoles, quienes lo llevaron al Castillo del Morro en Santiago de Cuba. Logró su libertad gracias a las gestiones hechas por su madre y por una camagüeyana que era la prometida del gobernador militar de Oriente.

En el exilio Manuel Antonio de Varona colaboró con patriotas cubanos radicados en países del Caribe y América Central. Vivió en Venezuela por un tiempo y en 1895 viajó a la República Dominicana. Allí se unió a los generales Serafín Sánchez y Carlos Roloff y partió en la expedición a bordo del barco James Woodal. Desembarcaron en la zona de Punta Caney y Tayabacoa en la costa sur de Las Villas en 24 de julio de 1895. 

Manuel Antonio fue ascendido a capitán y recibió el mando de un batallón bajo las órdenes del general Carlos Roloff, quien era un polaco nacido en Varsovia en 1842 y que murió en Guanabacoa en 1907. Con sus soldados el capitán Varona destruyó vías férreas y puentes con el objetivo de obstaculizar el movimiento del ejército español en Las Villas. El 1 de octubre de 1895 Manuel Antonio de Varona fue ascendido a comandante y nombrado jefe del batallón Tiradores de Roloff. Su tropa combatió en las zonas de Tunas de Zaza, Santi Spíritus, Remedios, Caibarién, Morón y Júcaro. El general Roloff fue nombrado secretario o ministro de la guerra y se despidió del comandante Varona.

El 22 de octubre de 1895 el general Antonio Maceo comenzó la marcha invasora hacia el occidente partiendo de Los Mangos de Baraguá, lugar histórico de la protesta del general Maceo ante Arsenio Martínez Campo, el capitán general de Cuba. Maceo y el general en jefe del Ejército Libertador Cubano Máximo Gómez enfrentaron con su pequeño ejército de unos 2,500 mambises a más de 100,000 soldados españoles de línea y 60,000 voluntarios. También los mambises tuvieron que cruzar por dos trochas fuertemente defendidas por una serie de fuertes.

Los españoles estaban convencidos que con la inmensa superioridad de su ejército bien equipado y armado y dirigido por los mejores generales de España con mucha experiencia en guerras en África podrían destruir al pequeño y mal equipado Ejército Libertador.

Cuando el general Maceo invadió Las Villas le pidió al comandante Manuel Antonio de Varona, a quien conocía muy bien desde la Guerra de los Diez Años, que se incorporara al ejército invasor. Manuel Antonio entonces participó con audacia y valor en combates enconados y sangrientos tales como Boca del Toro, La Colmena, La Amarilla, Coliseo y El Estante. En Calimete los cubanos perdieron la batalla y se retiraron antes de ser destruídos por completo.

Varona marchó a la vanguardia de la columna invasora del Lugarteniente General Antonio Maceo y finalizó la brillantísima hazaña de la invasión militar del occidente de Cuba, una de las más famosas marchas militares triunfales de la historia mundial, en Mantua, Pinar del Río el 18 de enero de 1896.

El Titán de Bronce llegó cuatro días después para terminar la invasión de Cuba de lado a lado. Varona fue ascendido a teniente coronel y se le nombró jefe de la zona de Mantua. Dejaron atrás miles de soldados españoles heridos y muertos que habían sido en derrotados en múltiples combates. Ardieron ingenios, cañaverales y los campos de tabaco, y de esa forma se destruyó la economía de Cuba y España. 

Al finalizar la invasión de oriente a occidente el general Maceo recorrió 424 leguas en 90 días, peleó en 27 combates y ocupó 22 pueblos. El Capitán General Arsenio Martínez Campos renunció ante su fracaso al no poder detener la invasión y fue reemplazado por el “carnicero” Valeriano Weyler. El nuevo capitán general movilizó su ejército contra Maceo. El Titán de Bronce murió peleando el 7 de diciembre de 1896 en San Pedro.

La guerra continuó y el 15 de abril de 1898 Manuel Antonio de Varona obtuvo el rango de general de brigada. El 24 de agosto fue ascendido a general de división y se convirtió en uno de los 33 generales de ese rango, al igual que el camagüeyano Lope Recio Loynaz.

Una vez lograda la independencia de su patria, el general Manuel Antonio de Varona se dedicó a la agricultura en su finca con el fin de mantener a su extensa familia .El general Varona se casó dos veces. Con su primera esposa, María Cansino, tuvo dos hijos, Francisco y Pedro de Varona y Cansino. En su segundo matrimonio con María Teresa Rodríguez Parra y Quintero nacieron siete hijos María Teresa, Ana María, María Antonia, María Elena, Bernabé, Luis y Enrique de Varona Rodríguez Parra. Murió este insigne patriota camagüeyano el 6 de octubre de 1935 en La Habana a la edad de 79 años.

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Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.
Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.
He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).

Marta Abreu. Benefactora y patriota (por Teresa Fernández Soneira)


por Teresa Fernández Soneira
(para el blog Gaspar, El Lugareño)



El 2 de enero se cumple aniversario de la muerte de Marta Abreu Arencibia en París. En el centenario de su partida, Santa Clara le rindió homenaje, y una tarja fue colocada en el ayuntamiento. El amor de Marta Abreu por Cuba, y especialmente por su ciudad natal, Santa Clara, quedó evidenciado en las obras que realizó y en sus constantes preocupaciones, dando desinteresadamente una gran parte de su fortuna a la provincia y a la causa de la independencia. Por eso es que hoy la recordamos.

El 13 de noviembre de 1845, en la calle Sancti Spiritus de la ciudad de Santa Clara, nace Marta de los Ángeles Abreu Arencibia. Sus padres, Pedro y Rosalía, eran personas acaudaladas por lo que la familia vivía cómodamente. Poseían hermosos caballos, volanta y criados; viajaban con frecuencia a Europa y a los Estados Unidos, lo que hizo que Marta y sus hermanas Rosa Beatriz y Rosalía Paula, estuvieran en contacto con figuras prominentes y adquirieran una vasta cultura.

¿Cómo era Marta?, su biógrafo, Pánfilo Camacho la describe: “[…] de alta estatura y delgada de cuerpo, posee hermoso cabello castaño oscuro… peinado hacia atrás…de facciones finas, tez trigueña clara, ojos verdes… […] es esbelta y erguida, de una belleza moderada […]amiga de la lectura de libros escogidos, adquiere cultura excepcional dado el medio en que vive. La melancolía de la niñez deviene en un carácter que reúne la reciedumbre y la reflexión. Marta no es una mujer común”(1). No cifra Marta su existencia en tal o cual baile, como ocurre con la mayoría de sus amigas, ni tampoco está pendiente del halago de jóvenes casaderos. Aunque muchos se han acercado a ella con intereses amorosos, Marta no encuentra en ninguno lo que ella desea en un compañero”.

LA GUERRA DE LOS DIEZ AÑOS

El 10 de octubre de 1868 llegan noticias a Santa Clara de la hazaña de Carlos Manuel de Céspedes y sus seguidores de lanzarse a los campos de Cuba en son de guerra. En 1869 la insurrección ha prendido en Oriente y Camagüey, y en la finca Dos Hermanas, propiedad de los Abreu, el padre de Marta declara hombres libres a todos los esclavos que se sumen a la insurrección. Desde entonces Marta se adhiere a la causa de la libertad de Cuba y está al tanto de todos los acontecimientos. Pero Pedro Abreu llega a la convicción de que la guerra no va a terminar tan pronto y que amenaza con extenderse hacia las regiones occidentales. Es por ello que comienza a planificar el traslado de la familia para La Habana. Adquiere la casa número 72 del Paseo del Prado, una de las mejores de la ciudad. A la fiesta de inauguración de la residencia asiste el licenciado Luis Estévez Romero, abogado matancero que tiene su bufete en La Habana, donde atiende a lo mejor de la sociedad habanera. Es allí en aquella fiesta que Estévez se siente atraído por Marta y comienza a visitarla. Esta vez Marta se enamora y encuentra finalmente en Estévez el compañero que ansía. En 1874 Marta y Luis contraen matrimonio, y a los 12 meses les nace Pedro, el hijo fruto de su amor. Luego tendrían una niña que fallecería pocos días después de nacer.

LAS OBRAS DE MARTA


En 1876 fallece el padre de las Abreu y meses más tarde fallece la madre, por lo que la fortuna es distribuida entre las tres hermanas. Esto facilita a que Marta pueda llevar a cabo la labor social, educativa y cultural que siempre ha deseado para su provincia. Establece escuelas, un asilo para ancianos, la estación de bomberos y policía, un dispensario para enfermos pobres, y muchas otras obras sociales (ver reseña al final de este artículo). Con la fundación del Teatro La Caridad, el 8 de septiembre de 1885, festividad de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, obsequia Marta a Santa Clara con la institución cultural más importante de ese siglo en aquella ciudad. Los fondos provenientes de las funciones que se llevaban a cabo en el teatro eran utilizados a partes iguales entre las diferentes obras benéficas que ella había instituido.

Hay una curiosa anécdota que cuenta que Marta una vez viajaba por Suiza en compañía del científico, Dr. Carlos de la Torre, cuando vieron desde el tren a unas mujeres lavando en el río. Marta le dijo a Carlos de la Torre: “Se me ha ocurrido una idea; voy a hacer unos lavaderos en Santa Clara”. Y así fue. Mandó construir los lavaderos que tenían una bomba de agua para que las mujeres no tuvieran que ir al río a abastecerse. Estos fueron utilizados por casi 40 años. Los planes de Marta de beneficiar a su ciudad natal tenían una doble vertiente, como explica la historiadora K. Lynn Stoner: “Marta se comprometió con el movimiento independentista ya desde 1885, y mandó construir una planta eléctrica para su ciudad natal sin ayuda ni permiso de España”. Y continúa Stoner: “Trayendo luz a su ciudad significaba, y era así visto por sus ciudadanos, como una señal de seguridad y de apoyo a la soberanía nacional”(2). La planta eléctrica comenzó a funcionar en marzo de 1895, a sólo 14 meses de haberse comenzado a construir. El día de la inauguración se veían carteles por todas partes que decían: “¡Marta, Santa Clara te quiere!”; o “¡Marta, la gran santaclareña!”. En la Plaza Mayor levantaron una torre de madera, réplica de la parisina Torre Eiffel, recubierta de luces, y luego para festejar se celebró una gran gala en el teatro.

Marta se siente tan cubana y desea tanto la independencia de Cuba, que cuando en 1894 el ayuntamiento de Santa Clara presenta una moción para que se le conceda un título de Castilla con la denominación de condesa de Villaclara, se opone a esta distinción. No accede por su modestia y por su patriotismo. Marta no quiere ser condesa de Castilla; ella es cubana cien por cien y sólo quiere ser benefactora de Santa Clara sin que España tenga nada que ver en eso.

LA GUERRA DE 1895

“Mi última peseta es para la Revolución, y si hace falta más y se me acaba mi dinero, venderé mis propiedades […] y si eso todo fuese poco, nos iríamos nosotros a pedir limosna […], porque lo haríamos por la libertad de Cuba”, afirmó Marta Abreu.

En junio de 1895, al comenzar la guerra, Marta y su esposo se exilian a París. Para allá también se ha ido parte de la crema y nata de la sociedad cubana de la época: los azucareros, los cafetaleros, los hacendados y terratenientes. En las tertulias parisinas Marta conversa con las personalidades que impulsan esta guerra desde el exterior, y pide el apoyo de la aristocracia cubana. Envía cables a Estrada Palma con el seudónimo de “Ignacio Agramonte” para que se mantenga en el anonimato, y para averiguar cómo van los progresos de la guerra. Indaga sobre cuánto costaría alistar a un ejército, y sin pensarlo dos veces envía la cantidad 240,000 pesos, cuantiosa suma para aquella época, y que hoy significaría millones de dólares. Estando residiendo en París, Marta también se preocupa por dar a conocer su país a los franceses, y logra establecer en la Sorbona una sala dedicada a la cultura cubana.

Al concluir la guerra, en febrero de 1899, los esposos Estévez retornan a Cuba Libre. Aunque sólo unos pocos saben de su llegada, y a la servidumbre de su casa se le indica que se estén listos en espera de la visita, pronto empieza a correr la noticia por la ciudad. Santa Clara se preparaba para recibirlos con honores y agasajos, y el 19 de marzo, hacia el atardecer, arribaba Marta a su ciudad natal. Se sentía vecina, y nada más que vecina e hija de aquella ciudad querida, y para su regreso solo deseaba la sencillez. “¡Ha llegado Marta!”, decían los vecinos. “Viva la benefactora!” La alegría cundió en todas direcciones. Hubo brindis, discursos y alborozo por las calles.

Ya en su patria, Marta quiso continuar la tarea inacabada antes de su partida a Paris, así como la que demandaba los estragos producidos por la guerra. Había que reconstruir y fabricar; ayudar a los huérfanos; aliviar a las viudas y a los pobres. Tenía que también proseguir con su labor filantrópica y patriótica que incluiría levantar una escuela vocacional de arte, porque ella decía que había que despertar en el cubano su amor por las artes y la cultura.


Pero no podrían disfrutar mucho de Santa Clara ya que al Dr. Luis Estévez había sido nombrado para desempeñar el cargo de Secretario de Justicia bajo la administración norteamericana de ocupación bajo el General Leonardo Wood. Tendrían que trasladarse para La Habana. Marta desea estar en Santa Clara, pero se ve en una disyuntiva. Sin embargo, no vacila pues su corazón y su patriotismo la llevan a la resignación. Tiempo después vendría otra prueba para el matrimonio. Dice Fernando Ortiz: “A propósito de la designación de candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia de la República, el nombre de Luis Estévez y Romero se balanceó en la cresta de la ola”(3). Marta estaba nuevamente en el umbral, siempre dispuesta a subordinarlo todo, a ejercer su patriotismo por la necesidad histórica. Luis Estévez y Romero aceptaría la designación para la vicepresidencia de la República junto con Tomás Estrada Palma como Presidente. Los sueños de Marta tendrían que aguardar una vez más. Pero en 1905 Estévez renuncia como vicepresidente, y el matrimonio por fin se retira a su hogar en Cruces. Parece que ha llegado la hora de satisfacer definitivamente sus aspiraciones. En el sosiego de la paz hogareña, Marta vuelve a dedicarse, incansable, a sus tareas habituales: la casa, la cultura, la beneficencia.

EL ADIÓS DEFINITIVO A CUBA

Pero ni sus deseos íntimos, ni sus proyecciones públicas debían verse satisfechos ya que pocos años más tarde Marta y su esposo emprendían viaje a Europa. Los motivos inmediatos pueden quizás colegirse, pero no constan en ninguna parte, y no hay certeza ni autenticidad de las razones que los hizo dejar a Cuba. De “necesidad de resolver asuntos importantes” hablan algunos; de “criterios políticos” aludían otros; pero en concreto nada puede afirmarse con seguridad. El hecho es que el matrimonio regresó a París. ¿Sintió quizás Marta una profunda melancolía al perder de vista las playas de Cuba? ¿Le asaltó quizás un presentimiento?

Residiendo en Francia no cesó de recibir cartas de Santa Clara con pedidos y lamentos de desgracias, “aquello que no puede una menos que atenderlas y servirlas; - escribía Marta en una carta. “Estoy pasando mesadas a varias familias que se han quedado en la calle, y pagando colegios a niñas que me han recomendado y a otras que han quedado desamparadas”.

En París Marta tiene problemas de salud. En los últimos días de diciembre del 1908 es sometida a una cirugía, pero debido a las complicaciones de ésta, muere el 2 de enero de 1909. A Santa Clara llegan las noticias de su deceso y es tanta la devoción que tiene su pueblo por ella, que se declara duelo nacional por nueve días, y los edificios públicos se visten de cortinas negras. Más de 100 periódicos reseñan el suceso. Los funerales se llevan a cabo el 4 de enero en la iglesia de San Felipe de París y ese mismo día la entierran en el cementerio de Montmartre. Luis Estévez queda totalmente desconsolado. Su compañera de 35 años lo deja solo y triste; ha sido un gran golpe. Ni los nietos, ni el hijo, ni los cuñados lo hacen salir de su profunda depresión, y al mes y dos días después del fallecimiento de Marta, Luis Estévez Romero se suicida. Triste y trágico final para una pareja que tanto ennobleció y que tanto sacrifico y luchó por una Cuba mejor.


Años más tarde, el 20 de febrero de 1920, los restos de Marta Abreu y de Luis Estévez fueron exhumados y trasladados a La Habana en el vapor Flandes para ser sepultados en el panteón de la familia Abreu-Arencibia en el Cementerio de Colón.

Santa Clara fue siempre una de las preocupaciones constantes en la vida de Marta Abreu. La ciudad jamás dejó de estar en ella; siempre la llevó consigo, tanto en la mente como en el corazón. Pudiendo vivir cómoda y tranquilamente en Francia, al margen de lo que pasaba en Cuba, decidió sacrificar parte de su comodidad y ofrecer una porción considerable de la fortuna de sus cofres en beneficio de su país. Supeditó sus deseos a la necesidad que Cuba tenía entonces en la figura de su esposo. Sus contribuciones a la vida civil fueron vistas por todos en la isla como un compromiso público, un acto sagrado, que contribuyó a la causa de la democracia en la nueva nación. Su cubanía, su bondad y su grandeza de espíritu hicieron que se ganara el título de “La Gran Benefactora”. A Marta le debemos mucho los cubanos, y a pesar de los años transcurridos, su vida nos sigue enseñando lo que es la constante preocupación por los necesitados y el amor a la patria.


El Legado de Marta Abreu Arencibia. Fundaciones  y obras.  

  • El Teatro La Caridad – 8 de septiembre de 1885
  • Colegio San Pedro Nolasco (31 de enero de 1882)
  • Asilo de Ancianos San Pedro y Santa Rosalía
  • Obelisco dedicado a los sacerdotes Juan Martín de Concedo y Francisco Antonio Hurtado de Mendoza (15 de julio de 1886)
  • Dispensario El Amparo para niños pobres enfermos y sus familias (1 marzo 1897)
  • Escuela La Trinidad para niños negros
  • Escuela El Gran Cervantes para niños negros
  • Escuela El Buen Viaje
  • Reforma la Ermita del Buenviaje de los Padres Pasionistas
  • Escuela Santa Rosalía
  • Casa de Bomberos (1886)
  • Escuela municipal Concedo (1886)
  • Cuerpo de Policía de Santa Clara (1886)
  • Construcción de cuatro lavaderos públicos: La Pastora, El Carmen, del Puente
  • y el Condado. (18 mayo 1887)
  • Estación meteorológica de Santa Clara, incluyendo todos sus instrumentos
  • y equipamiento técnico (1889).
  • Planta eléctrica para el alumbrado público de la ciudad de Santa Clara (1 de marzo de 1895)
  • Estación de Trenes de Santa Clara
  • Erección del Puente sobre el Paso del Minero en Santa Clara
  • Instrumentos para la Banda de Música del Cuerpo de Bomberos (1899)
  • Donación de una bóveda para los pobres en el Cementerio de Santa Clara.
  • Contribuyó a la reparación del camino a Camajuaní
  • Contribuyó a las reformas que se hicieron a las iglesias del Buen Viaje y
  • la de Encrucijada.
  • Reconstrucción de los hospitales de San Lázaro y San Juan de Dios.
  • Mecenas de artistas, intelectuales y hombres de ciencia como los doctores Carlos de la Torre (científico), Julio Jover Anido (astrónomo) y Manuel Velasco (médico).
  • Quince envíos de remesas para la independencia de Cuba equivalentes a más de 240,000 pesos



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Citas y Notas 

  1. Camacho, Pánfilo: Marta Abreu, Una Mujer Comprendida, Ediciones Universal, Miami, 1995, p. 49.
  2. Stoner, K. Lynn: Militant Heroines and the consecration of the Patriarcal State: The glorification of Royalty, Combat and National Suicide in the making of Cuban National Identity, p 5.
  3. Fernando Ortiz: “Homenaje Póstumo”, Revista Bimestre Cubana, núm. 2, Vol. VII, marzo-abril, 1912.





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BIBLIOGRAFÍA

Camacho, Pánfilo: Marta Abreu: Una Mujer Comprendida, Ediciones Universal, Miami, 1995, Pág. 49.
De Castromori, Javier: “Marta Abreu y Luis Estévez en el centenario de sus muertes”, Memorando Vitae, www.blogger.com
Fernández Soneira, Teresa: Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, vol. III, Ed. Universal, Miami (en preparación).
Fernández Triana, Juan Manuel: Marta Abreu, Excelsa Cubana, Centro del Patrimonio Cultural de Santa Clara. www.verbiclara.nireblog.com.
Fernando Ortiz, “Homenaje Póstumo”: Revista Bimestre Cubana, Núm. 2 Vol. VII, marzo-abril, 1912.
Stoner, K. Lynn: “Militant Heroines and the Consecration of the Patriarcal State: The glorification of royalty, combat and national suicide in the making of Cuban national identity”, Cuban Studies 34 (1): 71-96, enero 2003.


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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos.

Nacimiento de Cristo (un poema de Gastón Baquero)


Por darle eternidad a cuanta alma
en hombre, flor o ave se aprisiona,
sustancia eterna ya brindóse en palma
salvando del martirio a la paloma.

La blanca sombra y el gentil aroma
que sus carnes exhalan; y la calma
de angustias plena que la frente asoma,
alma sin par desnudan en su alma.

Siendo recién venido eternidades
a sus ojos acuden en tristeza.
Ya nunca sonreirá. Hondas verdades

ciñéndole en tinieblas la cabeza,
van a ocultar su luz, sus potestades,
mientras en sombras la paloma reza.

Saturday, January 2, 2021

(Camagüey. Octubre 1923) Velada en el Teatro Avellaneda, organizada por los Caballeros de Colón


"Esta respetable institución ofreció una gran velada a la sociedad camagüeyana en el teatro "Avellaneda", como acto inicial de su reciente fundación en esta ciudad, acordando, a la vez, fijar precio a las localidades, con el fin único de destinar su producto líquido a engrosar los fondos que por cuestación pública se vienen recaudando con destino a la erección en Garrido de la nueva casa para la venerable comunidad de Siervas de María. 

Sentimos que la mucha extensión de esta crónica nos impida reseñar detalladamente esta brillante fiesta, en que tomaron parte distinguidos elementos de nuestra sociedad bajo la competente dirección de los doctores Felipe Pichardo Moya y Fernando Martínez Lamo, y el laureado maestro Félix Raffols. 

Lo cual era, como resultó, garantía de éxito resonante." (Nota en la prensa de la época)



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Ver en el blog

Los Reyes Magos


(ACI-Prensa). Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

Mar desnudo (un poema de Justo Rodríguez Santos)


Mar desnudo este paisaje vivo, desterrado,
sin colina ni barco, en brisa pura,
respira como un pecho en la madura
ventana de su nombre recordado.

Fugitivo del punto señalado,
al linde que su forma azul procura,
canta su bello olvido mientras dura
su contorno en mi frente aprisionado.

A la orilla tranquila sin arena
bajo este exacto ciclo ultramarino,
no arribará la flor ni la sirena.

iEternidad cautiva sin destino,
para mi voz amaneciendo plena
y mis ojos ausentes de marino!

Friday, January 1, 2021

(Camagüey) "Casa del altillo de San Juan de Dios"

Casa del siglo XVIII

Ramón Pintó 107 y 109 (Plaza San Juan de Dios 5) entre Matías Varona y González Hurtado.



Leonela González despide el año 1952.


Foto. Bohemia. Enero 1953
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Ballerina, Inició su carrera artística en la Sociedad Pro-Arte Musical, fue de las primeras integrantes del Balllet Alicia Alonso (fundado en octubre de 1948). Actriz de cine y Teatro. Cantante. Profesora de Ballet. Bailarina en el Tropicana. Imagen del Tropicana. Salió de Cuba en el año 1959. 

Escultura en el Cabaret Tropicana
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Crónicas del Noroeste V. (por el P. Alberto Reyes, sacerdote camagüeyano)


Entre continuidad y discontinuidad.

Hay una magia hermosa que se expande desde la Navidad hasta el inicio de un nuevo año. Es una sensación de que es posible dejar atrás no sólo lo que nos ha hecho sufrir durante el año que termina, sino también lo que nos traba la vida en el presente. Es un tiempo de esperanza, de propósitos, de optimismo en la mirada y en lo mejor del alma.

Esperamos mucho del 2021. Esperamos, junto con el resto del planeta, la derrota del Covid, el fin de los confinamientos, encontrarnos con aquellos que queremos y abrazarnos sin miedo. Esperamos tiempos más serenos, con más salud, mejor economía y menos sobresaltos.

Los cubanos, además, esperamos otras cosas. Esperamos poder salir a las calles y decir en alta voz lo que pensamos sin el miedo que nos hace bajar la voz y actuar como el gorrión que “pica y mira para los lados”, esperamos unas calles llenas de gente feliz y no de agentes policiales listos para reprimir el menor “desliz”, esperamos disfrutar de esa sensación gratificante de pueblo adulto que lucha unido por construir un presente digno sin la tutela paternalista de un Estado que no acaba de entender que su función no es la de agente de control totalitario sino la de ayudar a los ciudadanos a ser cada vez más libres y capaces.

Bueno, realmente, ¿no lo entiende?

Una opinión.

No soy politólogo, ni sociólogo. No soy un profesional de los estudios sociales. Soy solamente alguien que vive en un contexto y tiene sus propias opiniones.

Yo veo, eso sí, a un grupo de poder que controla los destinos de mi tierra desde hace 62 años, y un país con un gobierno diseñado para mantener a una élite en el poder. Durante mucho tiempo creí que la motivación era solo esa: el gusto por el poder, el placer del protagonismo absoluto, unido, obviamente, al acceso a unas quasi ilimitadas posibilidades económicas. El dinero, ya lo sabemos, no da la felicidad, pero calma los nervios.

Ahora, sin embargo, tengo una hipótesis diferente. Creo que no se trata simplemente de poder y economía, porque hoy día eso puede mantenerse sin la necesidad de tener a un pueblo en contra. Es algo más, es la impunidad que da el poder absoluto, es la posibilidad de actuar sin ser cuestionado.

En cualquier parte del mundo donde haya una mínima democracia, el poder no es impune, porque las sociedades democráticas, sin ser perfectas, generan mecanismos para que el poderoso no pueda ejercer libremente el mal. Por mucho poder que tenga una persona, si roba, si mata, si maltrata, si extorsiona, si entra en la ilegalidad, si se salta ciertas normas…, puede ser cuestionado, investigado y condenado. La impunidad es la posibilidad de jugar a ser Dios.

Dicho de otro modo.

¿Qué es, en sí, la impunidad? La impunidad es todo aquello que tiene por respuesta: “no pasa nada”.

- Hundieron el remolcador 13 de marzo, con niños dentro…, y no pasó nada.

- A tres jóvenes que habían secuestrado una embarcación para irse del país se les aplicó la pena de muerte porque había que dar una “condena ejemplarizante”…, y no pasó nada.

- Se provocó la crisis de los balseros, y se permitió que la gente, en su desesperación, se lanzara al estrecho de la Florida flotando en recámaras de tractor…, y no pasó nada.

- No salimos de una crisis económica para entrar en otra…, y no pasa nada.

- Los jóvenes, el futuro de esta patria, emigran continuamente…, y no pasa nada.

- Se utiliza a los profesionales como mano de obra barata y se les priva del fruto de su trabajo…, y no pasa nada.

- Un profesional pone en las redes sociales algo que ha visto con sus propios ojos pero que implica una crítica a la situación que vive el país y se le invalida para siempre su título…, y no pasa nada.

- Un joven universitario expresa una opinión contraria al sistema, y se le expulsa del sistema educativo…, y no pasa nada.

- La seguridad del Estado detiene o confina arbitrariamente a las personas…, y no pasa nada.

- El sistema de justicia está secuestrado por el Estado, provocando la indefensión jurídica del ciudadano de a pie…, y no pasa nada.

- Se reactivan los actos de repudio…, y no pasa nada.

- Se denigra en la televisión a cualquier persona, se miente sobre ella, se “teje” y se vende el perfil deseado, sin que haya derecho ni posibilidad de réplica…, y no pasa nada.

- Los salarios no alcanzan, y no van a alcanzar…, y no pasa nada.

- No hay medicamentos imprescindibles para la salud de muchas personas…, y no pasa nada.

- Las personas que han trabajado toda su vida llegan a la ancianidad y no tienen nada …, y no pasa nada.

- La cotidianidad del cubano es una carrera de obstáculos por conseguir lo necesario, desde el pan nuestro de cada día hasta un pasaje de autobús…, y no pasa nada.

- Los artículos de primera necesidad empiezan a venderse en dólares americanos, la moneda del “Imperio” al que los mismos que ponen las tiendas han achacado todos nuestros males…, y no pasa nada.

- Se le sigue llamando “Revolución” a una dictadura…, y no pasa nada.

Esto es impunidad. Y esto es más, mucho más que lo que pueden dar el dinero o el poder por sí solos, porque la impunidad no sólo es lo más parecido a la ilusión de ser Dios, sino que es la posibilidad de vivir por encima de los diez mandamientos, es el reino dorado de la arbitrariedad institucionalizada. ¿Hay motivos para pensar que los que disfrutan este paraíso van a renunciar a él espontáneamente?

Tú, yo y el 2021.

Hay que tener grandeza de alma para, desde el poder, parar algo así. O hay que convertir el corazón, porque un corazón convertido al bien puede hacer que el poder se utilice para servir y no para aplastar. Pero mientras esto llega, ¿qué podemos hacer los ciudadano de a pie ante todo este control omnipresente que se despliega ante nosotros día a día? ¿Tenemos algún poder?

Sí, tenemos el poder de actuar como hombres y mujeres libres, tenemos el poder de decir lo que pensamos, de usar el “sí” y el “no” desde nuestra conciencia y no desde lo oficialmente orientado, podemos denunciar en público y en privado lo que está mal y no responder “como si no pasara nada”, tenemos el poder de unirnos al que defiende la verdad y la justicia para no hacerlo vulnerable. Tal vez uniéndonos, diciendo lo que pensamos y reclamando nuestros derechos, uno a uno, la verdad y la libertad se abran paso. No hacer nada, no intentar romper la impunidad, es colaborar con ella.

Y tenemos la libertad para rezar, para alzar las manos al Dios al que un día le dimos la espalda, y pedirle a él, que es misericordia, que perdone la soberbia de este pueblo que un día pensó que era mejor caminar sin él. Tenemos la posibilidad de volver el rostro al Dios que sacó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y del destierro en Babilonia. Podemos empezar este 2021 pidiendo al Dios que nunca dejó de acompañarnos que convierta en fecundidad la esterilidad de este pueblo. Podemos dejar de ser el pueblo que da culto a los ídolos que lo esclavizan y convertirnos al espíritu del Salmo 33, que dice: “Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor”[1]

[1] Salmo 33, 12.


Texto tomado del Facebook del P. Alberto Reyes. 

María, Madre de Dios

La Iglesia Católica celebra el 1 de enero la Solemnidad de María, Madre de Dios. Comparto la catequesis de Juan Pablo II, en la Audiencia General del 27 de noviembre de 1996.



por Juan Pablo II. 
Audiencia General. Noviembre 27, 1996





María, Madre de Dios



(Lectura: Evangelio de san Lucas, capítulo 1, versículos 34-35)

1. La contemplación del misterio del nacimiento del Salvador ha impulsado al pueblo cristiano no sólo a dirigirse a la Virgen santísima como a la Madre de Jesús, sino también a reconocerla como Madre de Dios. Esa verdad fue profundizada y percibida, ya desde los primeros siglos de la era cristiana, como parte integrante del patrimonio de la fe de la Iglesia, hasta el punto de que fue proclamada solemnemente en el año 431 por el concilio de Éfeso.

En la primera comunidad cristiana, mientras crece entre los discípulos la conciencia de que Jesús es el Hijo de Dios, resulta cada vez más claro que María es la Theotokos, la Madre de Dios. Se trata de un título que no aparece explícitamente en los textos evangélicos, aunque en ellos se habla de la "Madre de Jesús" y se afirma que él es Dios (Jn 20, 28, cf. 5, 18; 10, 30. 33). Por lo demás, presentan a María como Madre del Emmanuel, que significa Dios con nosotros (cf. Mt 1, 22­23).

Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: "Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita" (Liturgia de las Horas). En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión Theotokos, "Madre de Dios".

En la mitología pagana a menudo alguna diosa era presentada como madre de algún dios. Por ejemplo, Zeus, dios supremo, tenía por madre a la diosa Rea. Ese contexto facilitó, tal vez, en los cristianos el uso del título Theotokos, "Madre de Dios", para la madre de Jesús. Con todo, conviene notar que este título no existía, sino que fue creado por los cristianos para expresar una fe que no tenía nada que ver con la mitología pagana, la fe en la concepción virginal, en el seno de María, de Aquel que era desde siempre el Verbo eterno de Dios.

2. En el siglo IV, el termino Theotokos ya se usa con frecuencia tanto en Oriente como en Occidente. La piedad y la teología se refieren cada vez más a menudo a ese término, que ya había entrado a formar parte del patrimonio de fe de la Iglesia.

Por ello se comprende el gran movimiento de protesta que surgió en el siglo V cuando Nestorio puso en duda la legitimidad del título "Madre de Dios". En efecto, al pretender considerar a María sólo como madre del hombre Jesús, sostenía que sólo era correcta doctrinalmente la expresión "Madre de Cristo". Lo que indujo a Nestorio a ese error fue la dificultad que sentía para admitir la unidad de la persona de Cristo y su interpretación errónea de la distinción entre las dos naturalezas ―divina y humana― presentes en él.

El concilio de Éfeso, en el año 431, condenó sus tesis y, al afirmar la subsistencia de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única persona del Hijo, proclamó a María Madre de Dios.

3. Las dificultades y las objeciones planteadas por Nestorio nos brindan la ocasión de hacer algunas reflexiones útiles para comprender e interpretar correctamente ese titulo. La expresión Theotokos, que literalmente significa "la que ha engendrado a Dios", a primera vista puede resultar sorprendente, pues suscita la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la fe de la Iglesia es clara: la maternidad divina de María se refiere solo a la generación humana del Hijo de Dios y no a su generación divina. El Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con él. Evidentemente, en esa generación eterna María no intervino para nada. Pero el Hijo de Dios, hace dos mil años, tomó nuestra naturaleza humana y entonces María lo concibió y lo dio a luz.

Así pues, al proclamar a María "Madre de Dios", la Iglesia desea afirmar que ella es la "Madre del Verbo encarnado, que es Dios". Su maternidad, por tanto, no atañe a toda la Trinidad, sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana.

La maternidad es una relación entre persona y persona: una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la persona que engendra. Por ello, María, al haber engendrado según la naturaleza humana a la persona de Jesús, que es persona divina, es Madre de Dios.

4. Cuando proclama a María "Madre de Dios", la Iglesia profesa con una única expresión su fe en el Hijo y en la Madre. Esta unión aparece ya en el concilio de Éfeso; con la definición de la maternidad divina de María los padres querían poner de relieve su fe en la divinidad de Cristo. A pesar de las objeciones, antiguas y recientes, sobre la oportunidad de reconocer a María ese título, los cristianos de todos los tiempos, interpretando correctamente el significado de esa maternidad, la han convertido en expresión privilegiada de su fe en la divinidad de Cristo y de su amor a la Virgen.

En la Theotokos la Iglesia, por una parte, encuentra la garantía de la realidad de la Encarnación, porque, como afirma san Agustín, "si la Madre fuera ficticia, sería ficticia también la carne (...) y serían ficticias también las cicatrices de la resurrección" (Tract. in Ev. Ioannis, 8, 6­7). Y, por otra, contempla con asombro y celebra con veneración la inmensa grandeza que confirió a María Aquel que quiso ser hijo suyo. La expresión "Madre de Dios" nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina. Pero ese título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret, proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su consentimiento.

Siguiendo el ejemplo de los antiguos cristianos de Egipto, los fieles se encomiendan a Aquella que, siendo Madre de Dios, puede obtener de su Hijo divino las gracias de la liberación de los peligros y de la salvación.

Un poema de Thelma Delgado



Sembremos con alegría un árbol
Aunque nunca de su sombra disfrutemos
Llevemos en la mano siempre paz
Cuando una guerra presenciemos. 

Que encontremos juntos la solución
Escondida en cada problema
Y disfrutemos del invierno
Tanto como la primavera.

Recordemos, siempre recordemos
Cada día al despertar
Que si tenemos fuerza para quejarnos 
También tenemos fuerza para cambiar.

Iniciemos este día, este mes, este año
Con nuevos bríos para avanzar
Hagámoslo con pisada firme
Qué aún hay mucho por caminar.





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Ver

Prohíben en Camagüey que "la Navidad" continúe recorriendo sus calles

Camagüey. Navidad 2020.
Fotos/Fidelito Cabrera
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El día 26 de este mes de diciembre, compartí unas fotos de "la Navidad" recorriendo las calles de Camagüey.

Esta iniciativa lidereada por Fidelito Cabrera, de la Parroquia de Santa Ana y fundador de la Infancia Misionera en Cuba, lleva varios años celebrándose. 

El pasado 30 de diciembre, con el pretexto del Covid 19, la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista de Cuba en la provincia de Camagüey, le hizo saber a Mons. Wilfredo Pino, arzobispo de Camagüey y al P. José Bastián, párroco de Santa Ana, que tenían que suspender la caminata por la ciudad. 

Los sacerdotes intentaron sin exito revertir la prohibición, argumentando que si permitían otros actos y eventos, no había razón para suspender la caminata navideña.

Este año se celebraron tres recorridos y un cuarto en el interior y en el atrio de la Iglesia. (JEM, con información de ACI Prensa)


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(update) Nota de Fidelito Cabrera en su Facebook.


-El 30 de diciembre se nos comunicó que las tradicionales Cabalgatas navideñas de la parroquia no debían salir más por las calles. Noticia que nos entristeció, pero esto no fue motivo de dejar de sentir gozo por el nacimiento del Rey del universo. 

No fue motivo tan poco de apagar en nosotros esa luz que nos ilumina ni de opacar el brillo de la Navidad.

Todo lo contrario, la cabalgata no caminará por las calles, pero sigue caminando en el corazón de todos, cuando ahora en las noches desde el atrio de la Iglesia se le canta al Niño Dios y al mismo tiempo se hace llegar una gota de alegría a los que por allí pasan y se detienen para disfrutar el momento.

¡Eso es Navidad!



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Ver en el blog



Thursday, December 31, 2020

La República de Cuba

 Foto/Revista Arquitectura. Mayo 1929.


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Para conocer la historia de esta escultura (en el Capitolio Nacional de Cuba) y la del Alma Mater (en la Universidad de La Habana) recomiendo el texto: 

"Dos rostros, dos estatuas habaneras", de Mario Cremata Ferrán, en Opus Habana

Wednesday, December 30, 2020

La Avellaneda y J. R. de Betancourt comparados por Cirilo Villaverde


"De los otros puntos de la isla donde se han cultivado las letras con buen éxito, tales como Matanzas, Santiago de Cuba y Puerto Principe, que sepamos, sólo este último cuenta con dos novelistas notables: la Sra. Avellaneda y el autor de UNA FERIA DE LA CARIDAD; quien sea dicho de paso, acaba de revelársenos como tal novelista, aunque ya le conocíamos como poeta.

...

Nosotros no queremos establecer un paralelo entre la Sra . Avellaneda y el Sr. Betancourt, por que este no es nuestro objeto primordial; pero si diremos, antes de entrar de lleno en el juicio critico de UNA FERIA DE LA CARIDAD, que si la primera supera al segundo en la energía y belleza del estilo, en la viveza del diálogo, en el movimiento de la acción y en alguna que otra cualidad de este tenor, no cabe duda que el Sr. Betancourt supera á la Sra. Avellaneda en la verdad y fuerza de la pintura de las costumbres de su pueblo natal; prendas estas mucho más importantes cuando se trata sobre todo de describir la fisonomía moral y material de la sociedad dentro de la cual se sitúa la escena de la novela ." 


(Cirilo Villaverde, en su prólogo a "Una Feria de la Caridad en 183...", de J. R. de Betancourt. Tercera Edición. Barcelona 1855)


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Se ha respetado el texto como fue escrito

José Ramón de Betancourt en las Cortes de España

José Ramón de Betancourt en las Cortes de España.


Senador por la Sociedad Económica de La Habana (Cuba) 1883-1884, 1884-1885, 1885- 1886; Senador por la provincia de Puerto Príncipe (Cuba) 1886, 1887, 1887-1888, 1888-1889, 1889-1890.



Imagen: Certificación de su juramento como Senador por la provincia de Puerto Príncipe (Camagüey) en el año 1886.

Sobre la Oración (por Gertrudis Gómez de Avellaneda)


DOS PALABRAS
 SOBRE LA ORACION Y SOBRE ESTE LIBRO 


El ilustre Arzobispo de Cambray nos a conseja sabiamente que no rebusquemos conceptos, ni nos sujetemos servilmente á de terminadas fórmulas, cuando nos dirigimos á nuestro Padre Celestial. La Oracion no debe tomarse nunca como penoso y forzado tributo impuesto a nuestros labios; sino como santa necesidad del alma, aspiracion del espíritu que busca su centro, sagrada é íntima comunicacion entre la criatura capaz de conocimiento, de amor, de perfectibilidad, y su Criador benignísimo que quiere que le conozca, que le ame, que le imite, para que alcance la perfeccion y la felicidad. Si nos acostumbramos á considerar de este modo el gran deber de la Oracion, lo cumpliremos sin esfuerzo, dulce y voluntariamente, no cual tarea de esclavo; pero tambien sin hacernos un juego de su desempeño, como cosa de mera rutina en que el corazon no toma parte. Es preciso no llegar nunca á Dios sin considerar interiormente su grandeza y nuestra pequeñez, su santidad y nuestra miseria, su misericordia y nuestra in gratitud, su amor para con los hombres y de qué manera le hemos correspondido. Resultados de estas consideraciones serán, mediante la Divina Gracia, el religioso respeto, el saludable temor de su justicia, el dolor de nuestros pecados, el reconocimiento por sus beneficios, y la filial esperanza en obtener absolucion y enmienda; con cuyas disposiciones nuestra oracion no podrá ménos de agradar al Altísimo, cualesquiera que sean las fórmulas que usemos. Despues de la admirable Oracion Dominical, que no puede compararse á otra alguna, la mejor será siempre la mas sencilla y espontánea: pero como existen muchas personas, que aun que muy piadosas, carecen del hábito de hablar á Dios con esa libertad cordial; y como creemos que aun las mas prácticas se pueden sentir á veces en la necesidad de recurrir á un formulario para espresar sus propios sentimientos, nos hemos decidido á publicar el presente libro, que solo fué escrito para nuestro uso particular, y en el cual se hallarán gran número de preces y de cánticos -frutos de necesidades y sentimientos instantáneos- que se hacian sin estudiadas combinaciones de frases; sin sujecion forzada á ninguna fórmula; pero tan agenos, así lo creemos, á toda idea de originalidad innovadora, como a la costumbre desgraciada de una monótona rutina. Al resolvernos á que saliese á luz este Devocionario, que no era hasta hace poco sino una pequeña coleccion de nuestras personales inspiraciones, hemos procurado completarlo de manera que satisfaciese al público; asi no solo damos el debido espacio en él á las oraciones que nos han parecido mejores para durante la sagrada Misa, y puesto todos los oficios de la Semana Santa, etc., sino que tambien adoptamos con placer las devociones mas populares en España, sin hacer en ellas otras correcciones que aquellas que la lógica, la gramática, el sentido comun exigian como indispensables para que tuviesen cabida en una obra que, no por ser religiosa, podia emanciparse de todas las reglas literarias. Respecto al Rosario -rezo tan querido y practicado generalmente- nos lisonjea la esperanza de que merecerá aprobacion de todos los devotos ilustrados, la idea que hemos tenido de fijar la atencion en las consideraciones de los augustos misterios recordados en cada parte de dicho rezo, por medio de una breve esposicion de los mismos; á fin de que asociadas en cierto modo la oracion vocal y la mental, no se caiga facilmente en las distracciones casi inevitables cuando se repite muchas veces una misma fórmula sabida de memoria. En las oraciones de ofrecimiento y súplica sus tituidas a las que hallamos en otros Devocionarios que enseñan la manera de rezar el Rosario, solo diremos que dejamos al buen juicio de los lectores el esplicarse el porque hicimos esa mudanza; que por otra parte nada altera la indole y forma de la popular Devocion dedicada á Ntra. Sra. 

Solo nos resta ahora dar gracias a Dios por habernos permitido emplear nuestra indigna pluma en sus divinas alabanzas, y suplicarle como lo hacemos fervorosamente de lo íntimo de nuestro corazon, que se digne conceder á este libro y á cuantos usen de él las bendiciones de su misericordia. Asi se acuerden tambien los que lo lean, y saquen algun provecho de su contenido, de rogar al Señor por la humilde Autora!



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Se ha respetado el texto como fue escrito

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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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