Friday, January 17, 2020

Agonía de Amor (un poema de Thelma Delgado)


Confieso que por usted de amor muero
Su ausencia de a pocos me está matando
Yo moriré de amor y proclamando
Morir de amor entre sus brazos quiero!

Si solo sus labios rozar pudiera
Y a su oído pudiera susurrarle
Lo que mi ser se empeña en dedicarle
Así la muerte a gloria me supiera

Escribo versos en mi lenta agonía;
Sin esperanzas mueren mis anhelos
Que su mirada se cruce con la mía.

Le dedico mi amor y mis desvelos
Y mi alma toda y toda mi alegría.
Tal vez en otra vida nos veremos.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

(Miami) Homenaje a José Martí. “La poética de la muerte, el sacrificio y la cruz”, por José Raúl Vidal y Franco


Artistas invitados: Dueto de Alberto Miguel y Luis de Toro con su premisa de los versos de José Martí musicalizados .

Martes, Enero 28, 2020 a las 8:00 pm

Imago Art in Action
165 Majorca Avenue,
Coral Gables, FL 33134

Thursday, January 16, 2020

En el Día Internacional de la Croqueta (por Joaquín Estrada-Montalván y receta de Alfredo Pong)


Además de huevos y bolas de gofio (abuela canaria), me criaron con croquetas. Aquellas croquetas que vendían por la libre en la carnicería, que no se sabía de que eran, pero venían espolvoreadas con harina blanca y se comían fritas y crudas.

Pasó el tiempo, llegando el Período Especial con la masa de croqueta explosiva.

Pasó tiempo y llegué "afuera", donde hay croquetas de jamón, de bacalao, de lo que sea que te de la gana y dos días para celebrarle en Miami, el 1 de octubre (Miami Croqueta Day) y hoy 16 de enero (International Croqueta Day)


Como obsequio a los lectores del blog les comparto una receta personal de Alfredo Pong. Además, recomiendo la lectura de su reciente libro De Cantón a La Habana: Una historia de chinos en Cuba, con prólogo de Daína Chaviano.



Croquetas de Pollo o Jamón o Carne a lo Pong

- 100 gr. De jamón molido o de masa de pollo asado molido o carne.

- 1 litro de leche

- 90 gr. De mantequilla + 20 gr. de aceite de oliva extra –virgen.

- 200 gr. de Harina de trigo.

- 1 cebolla mediana bien picadita (OPCIONAL).

- Nuez moscada (1/8 cdta)

- 2 huevos bien batidos para el empanizado.

- Pan molido.

- Calentar bien la leche, mientras se derrite en una sartén la mantequilla con el aceite de oliva, una vez caliente se agrega la cebolla y se deja hasta que transparente oscura bien pochada, entonces se agrega la harina y se revuelve bien hasta que coja color y se vea cocinada y bien mezclada sin grumos. aA continuación se va agregando la leche poco a poco mezclando bien hasta lograr una masa cremosa bien uniforme (min. 15 min. Revolviendo en la misma dirección – ideal 30 min.), entonces al final de agrega la nuez moscada y el molido de pollo o jamón o una mezcla de ambas en partes iguales.

- Se revuelve bien hasta que despegue bien la masa del fondo de la sartén, una vez compacta se saca y se pone en un bol de cristal y se cubre con una lamina plástica (Wrap) bien pegada a la masa para evitar que se forme costra dura por el aire frío, se coloca en el refrigerador por al menos 8 o más horas hasta que enfríe bien toda la masa y se compacte mas.

- Se saca del bol y se hacen sobre una superficie bien enharinada unos rollos del espesor de las croquetas que se quieran, luego se cortan con un cuchillo por el tamaño final de las croquetas y se harinan bien.

- Pasos del empanizado: - harina – huevo batido- pan molido.

- Se fríen en aceite a 180 grados centígrados ( 350 F ), hasta que se doren bien.

En Memoria de Gina Preval (por Gustavo Andújar)

Gustavo Andujar, Emilio Moscoso (Perú), Card. Jaime Ortega, Walfredo Piñera, Robert Molhant (Bélgica, Secretario General de SIGNIS en el 2002), Joaquín Estrada-Montalván, Gina Preval.  Arzobispado de La Habana. Año 2002.
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A las 6:30 am del 15 de enero de 2019 partió al encuentro del Padre Eterno la querida Georgina -"Gina"- Preval Valdés-Miranda, Presidenta Emérita de SIGNIS Cuba.

Gina Preval nació en La Habana el 14 de mayo de 1922. Su andadura en la comunicación católica comenzó en 1947, cuando se integró al recién constituido Centro Católico de Orientación Cinematográ fica (CCOC), creado a partir de un Secretariado de la Acción Católica Cubana. El Centro nucleaba a un selecto grupo de jóvenes intelectuales católicos, entre los cuales se destacaban el Dr. Julio Morales Gómez, quien llegaría a ser presidente de la Junta Nacional de Acción Católica, América Penichet, que presidía el Centro, y los críticos cinematográficos Manuel Fernández Santalices y Walfredo Piñera. En el CCOC, Gina colaboraba en la edición de la revista Cine Guía y de las guías anuales que recogían las evaluaciones que el Centro hacía cada año de todas las películas estrenadas en Cuba, así como en la organización y funcionamiento de la mayor red de Cine-Clubes que haya existido en Cuba.

Gina formó parte también del Comité Organizador del Congreso Mundial de 1957 de la Oficina Católica Internacional del Cine (OCIC), previsto para celebrarse por primera vez fuera de Europa, y que se celebró con todo éxito en Cuba.

A principios de la década de los 60, cuando muchos dirigentes laicos, incluidos numerosos miembros activos del CCOC, abandonaron el país, Gina, que trabajó durante muchos años como secretaria en la Nunciatura apostólica, asumió la presidencia del CCOC y de la Junta Nacional de Acción Católica Cubana. La ACC sería disuelta en 1964, pero Gina mantuvo la labor del Centro, tanto con la elaboración de reseñas críticas de las películas, como con los vínculos internacionales, la educación cinematográfica y el trabajo del Cine-Club Félix Varela, miembro fundador de la recién constituida Federación Cubana de Cine-Clubes. En esta etapa, cuando los contactos entre la Iglesia católica y las instituciones d el Estado eran casi inexistentes, Gina logró que el CCOC mantuviera un diálogo vivo y eficaz con el ente estatal del cine, el ICAIC, y la comunidad profesional de ese campo. Ejemplo de esto fue la invitación por el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano para que la OCIC constituyera un jurado internacional en el Festival. El jurado se constituyó en 1984, en la quinta edición del Festival, y se mantiene activo hoy, treinta y cinco años después.

Gina cesó en la presidencia del CCOC en 1985, pero regresó en 1996, cuando ya el CCOC se había transformado en OCIC Cuba, y fue elegida Presidenta Emérita de la organización, Miembro Honorario de la Federación de la Prensa Cinematográfica Cubana (Capítulo Cubano de FIPRESCI) y miembro de la Directiva Nacional de la Federación Cubana de Cine-Clubes.

En el Congreso Mundial de OCIC en 1998, en Montreal, y en ocasión de cumplirse el 70 aniversario de la Organización, Gina recibió un homenaje especial, junto con otras cinco personalidades mundiales, por sus largos y fructíferos años como dirigente del CCOC-OCIC Cuba. En 2009, en el Congreso Mundial de la Asociación Católica Mundial para la Comunicación (SIGNIS) en Chiang-Mai, Tailandia, Gina fue una de tres personalidades de la comunicación católica en el mundo en recibir el Premio Especial SIGNIS por la Obra de la Vida.

Fue especialmente invitada a presidir los Jurados SIGNIS en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y en el Festival Internacional de Mar del Plata, Argentina. La Comisión para la Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba le otorgó su más alto galardón, la Distinción "Monseñor Carlos Manuel de Céspedes", y recibió numerosas distinciones y homenajes de varias organizaciones y asociaciones del mundo de la cultura en el país.

Humilde y sencilla, nos deja un extraordinario modelo a seguir.

Descanse en paz.

(Texto distribuido por el Secretariado de la COCC)

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Arucas, Del Rosario, Coronel Borrero (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 

El callejón de Arucas se encuentra paralelo a San Idelfonso y nace en Santa Ana para extenderse a la derecha hasta Jesús, María y José. Su nombre debe encontrar origen en el apellido de uno de los vecinos asentados en su entorno, probablemente a don Carlos de Aruca, de la parroquia Santa Ana en 1797. El apellido puede estar vinculado al hecho de que este vecino fuera originario de Arucas, municipio perteneciente a la provincia Las Palmas, al norte de Gran Canaria en España, donde el modo de llamar a la ciudad es tan fuerte que se reconoce su iglesia, bajo la advocación de san Juan Bautista, como Catedral de Arucas, amén de que no alcance esta jerarquía eclesiástica.

En cuanto a del Rosario, parece estar vinculada a la devoción religiosa. No olvidemos que una de las capillas laterales de la iglesia Mayor está bajo la advocación de esta virgen y son varias las esclavas que, en el entorno de esta calle y desde finales del XVIII, ostentan el nombre de María del Rosario, entre las que se encuentran la de casta arará que perteneciente a doña Catalina Ortega en 1798 y la mandinga de Ignacio Marrero en 1799. No hay que descartar la posibilidad de que para citarle se tome como referente solo el nombre femenino tal y como aparece en el Plano topográfico de Puerto Príncipe y sus cercanías (1883) que dedicara Tomás Valiés y Benabarre al ilustre don Enrique Capriles y Asuna, defensor de las Carolinas y primer gobernador civil nombrado para Puerto Príncipe, donde coloca el texto “C. del Rosario”.

En relación con el cambio de nombre según el listado levantado el 21 de diciembre de 1927 por el DSAM consta la permanencia de su nombre y se especifica que se le reconoce indistintamente por callejón del Rosario o de Arucas, informe que se lee en sesión del 12 de marzo de 1928. De modo que a partir de esta fecha se incorpora al potencial de espacios urbanos donde legitimar o rendir tributo a una personalidad del ámbito político o cultural.

El nombre Coronel Esteban Borrero Echevarría aparece como propuesta de una de las calles de la ciudad el 23 de agosto de 1927. Para entonces el concejal Luis R. Sala Céspedes sugiere el callejón de Tío Perico, mas ante la duda del estado en que se encuentra el nombre de esta calle se solicita informe a secretaría. La segunda oportunidad se anuncia en sesión del 11 de abril de 1930 y se realiza en relación con el callejón de las Micaelitas; y la tercera y definitiva días después, en la del 28 de abril; ocasión en la que Sala comunica que no han sido modificado los nombres a los callejones Tío Perico y de Aruca, razón por la que rehace la sugerencia de rendir tributo en este último a Esteban Borrero, acuerdo que se confirma el 7 de mayo de ese año.

Así, incorporaron los camagüeyanos en la ciudad un referente para recordar a Esteban Borrero y Echevarría (Puerto Príncipe 1849-San Diego de los Baños 1906), el médico, literato, educador y patriota que alcanzó el grado de coronel. Antonio Barreras Núñez lo llama el gran cervantista cubano y destaca como signo de perseverancia el hecho de combinar el trabajo en un taller de zapatería con el de repartidor de pan en tiempos de postguerra. Dentro de sus obras el historiador Jorge Juárez Cano destaca la composición A la mujer, publicada en el Correo de las Damas en 1876 y anota que “junto a Varona, Tejera, Betancourt, los Sellen y Valera Zequeira redactó Arpas Amigas, calurosamente juzgada por Revilla en El Globo de Madrid”. Apunta Juárez que se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de La Habana el 8 de octubre de 1879, al tiempo que subraya que sus tareas literarias le consagraron como “exquisito poeta y cuentista admirable”; que partió a Cayo Hueso al iniciarse la Revolución el 24 de Febrero de 1895 y más tarde “el austero don Tomás Estrada Palma lo nombró Delegado General del Partido Revolucionario Cubano en Costa Rica y El Salvador”. El académico de la Historia de Cuba, Sr. Chacón y Calvo insertó sus poemas “De lo más interno” y “Flor de un día” en Las cien mejores poesías cubanas (Madrid, 1922).

En de Arucas debían encontrar los camagüeyanos el referente para recordar a uno de los protagonistas en la fundación de la Sociedad de Estudiantes Clínicos de La Habana y la Sociedad Antropológica, así como de las publicaciones Gaceta Médica, la Revista de Ciencias Médicas y la Enciclopedia Médica, entre otras. La memoria colectiva ha mantenido en la cotidianeidad el nombre de Arucas, este fragmento urbano que cualifica el CH, pero dista considerablemente del área declarada PCH.


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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

Clanadonia

Wednesday, January 15, 2020

De Finca Vigía al Floridita (por Carlos A. Peón-Casas)


De Finca Vigía al Floridita:
Un viaje de Papa Hemingway por La Habana en la piel de Thomas Hudson(1)


por Carlos A. Peón-Casas


Las muchas veces de este recorrido en veinte años de su estancia habanera, no lo harían nunca trivial, y Papa Hemingway lo acabaría inmortalizando en su novela póstuma Islas en el Golfo, acaso entre sus producciones con signo tan cubano, y por sus alusiones impostergables a la ciudad habanera, que la recorren de continuo.

Y es que a no dudarlo, el personaje de Hudson, irremediable alter ego del Hemingway escritor, y que lo pone a vivir bajo su misma piel, incluso en los escenarios más personales e íntimos del narrador, habitó con largueza esos espacios, los que Hemingway acabó reproduciendo con la magnificencia de los detalles más prolijos, en la ya aludida historia del Hudson personaje, artista y hombre de acción, quien enmascara los avatares existenciales de un Hemingway, aireados a través de la novela, diez años después de su muerte.

Aquella Habana de la primera década de los cuarenta del pasado siglo XX, emerge con suspicacias, y sin retoques ni amaneramientos discursivos. Hemingway la pinta como es, en la descarnada lobreguez de sus contrastes, y la devela como en un lienzo de líneas bien trazadas con el realismo más discursivo de su prosa lapidaria.

El viaje se narra inequívocamente casi en el mismo tiempo en que la realidad del recorrido se hace evidente a bordo del automóvil que conduce al narrador y a su personaje, desde el interior de la Finca y hasta los predios habanensis del Floridita y sitios conexos.
En el automóvil Thomas Hudson y el chofer descendieron por el camino, y el chofer bajó un momento y quitó la cadena del portón(…) Avanzaron a través de la miseria de una calle lateral del pueblo y doblaron para coger la Carretera Central(2).
A partir de tal punto discurre el periplo, que le ocupará al lector el tiempo en que se leen doce páginas del texto, salpicado una y otra vez con observaciones y consideraciones que marcan ese espacio físico que, en un mapa, y medido en línea recta, ocuparía una distancia de unos diez kilómetros, un poco más en la realidad.

En un punto la carretera, luego de dejar atrás el poblado de San Francisco de Paula y “el último bar y el inmenso árbol de laurel español”(3), se tornaba cuesta abajo, y así lo sigue retratando el narrador:
La carretera corría loma abajo durante casi cinco kilómetros, bordeada por grandes árboles viejos. Había criaderos, granjas pequeñas y grandes, con decrépitas casas coloniales españolas (…) pastos ondulados, cortados por calles que terminaban en barrancos, cubiertos de hierba seca y carmelitosa por la sequía(4).
La próxima mención del recorrido ocurre a la altura de Luyanó, sin que antes se haga ninguna otra, a su paso por el proverbial parque de La Virgen del Camino.
Ahora habían pasado el puente y subían por la colina rumbo a Luyanó, donde había una vista del Cerro, hacia la izquierda, que a Thomas Hudson siempre le recordaba a Toledo(…) Luego la colina se terminó y Cuba volvió a rodearlos por ambos lados(5).
Un poco más adelante, ante un obligado paso a nivel ferroviario el auto se detiene, y Hemingway en el discurrir del fluir de la conciencia de su personaje, nos vuelve a retratar el paisaje circundante, ya a la altura del castillo de Atarés:
Más allá de las hileras de automóviles y camiones detenidos, estaba la colina con el castillo de Atarés(…) A lo lejos el humo atravesaba todo el cielo, desde las altas chimeneas de la Compañía de Electricidad de La Habana, y la carretera corría por el viejo empedrado bajo el viaducto, paralela al extremo superior del puerto, donde el agua era tan negra y grasienta como la que se bombea del fondo del tanque de un buque petrolero(6).
El paisaje que continúa en su narración es precisamente el del puerto habanero ya citado, que para entonces mostraba a esa altura su cara no más feliz:
(…) los barcos de casco de madera de la lamentable y grotesca marina mercante de tiempo de guerra, yacían contra los pilotes cubiertos de creosota de los muelles de madera; la escoria del puerto se adhería a sus costados, más negra que la creosota de los pilotes y maloliente como una cloaca sucia(…)(7)
Su aguda mirada sobre el ya lamentable y avanzado grado de contaminación de la rada habanera, le merece otra interesante perspectiva a su narración:
Este puerto, que ha sido contaminado durante trescientos o cuatrocientos años no es el mar, de todos modos. Y este puerto no está mal, cerca de la entrada. NI tampoco al lado de Casablanca(8).
El recorrido continúa, esta vez bordeando la bahía, y hasta alcanzar la calle San Isidro. La descripción de ese minuto del viaje, es sugerente por las descripciones de aquella zona de la capital, donde se aluden circunstancias muy peculiares de aquellos años cuarenta.
Había doblado por la calle San Isidro, detrás de la estación principal del ferrocarril y frente a ala entrada de los viejos muelles donde fondeaban los barcos que venían de Miami y Cayo Hueso y donde estaba la terminal de la línea aérea de la Pan American cuando aún usaban los viejos clippers(9).
De aquella barriada, pródiga en sus buenos tiempos en burdeles regentados por franceses, y poblados por muchachas de aquel país que ejercían en esos predios el “oficio más antiguo del mundo”, deja Hemingway su particular evocación, en la voz de Hudson, al transitarla aquella fría mañana:
En esa época conocía cada bar y tugurio de esa parte de la ciudad, y San Isidro había sido la gran calle de los burdeles y los muelles. Estaba muerta ahora, sin una casa que funcionara en ella, y había estado muerta desde que la cerraron y embarcaron a todas las prostitutas de regreso a Europa(…)Pero mucha gente quedó muy triste después que se fue el barco y la calle San Isidro nunca volvió a ser lo que había sido(10)
La próxima referencia del recorrido lo es otro sitio simbólico de la ciudad, el embarcadero de la emblemática “lanchita de Regla”, frente al cual desemboca el automóvil después de dejar atrás San Isidro. Sobre aquella comarca marinera el autor/personaje deja otras reflexiones que compartimos ahora con el lector:
Ahora el automóvil había salido a la calle que daba frente al mar, donde atracaba la lanchita que iba hasta Regla y los barcos costeros. El agua del puerto estaba oscura y picada, pero en el mar no se veían crestas blancas. El agua estaba demasiado turbia.(…)Mirando a través de ella vio que la bahía estaba en calma en la parte que quedaba al reparo de las colinas que coronaban Casablanca(…) donde sabía que estaba fondeado su propio barco, aunque no alcanzaba a verlo desde aquí(…)(12)
Referimos ahora, y transcribimos con toda exactitud, en animo de oportuno cierre a esta crónica rememorativa, la parte final del recorrido hasta el afamado Floridita, el sitio preferido por Papa y también por su personaje el pintor Hudson;

Lo hacemos en atención a esa amalgama de intangibles que recorre el relato, matizado de olores y colores locales que tanto impresionaban al narrador, desde la primera vez que descubrió los avatares inenarrables de aquella Habana, que lo enamoró para siempre.
Se dirigieron directamente hacia la ciudad(12) y, pasando entre almacenes y tiendas, se encontraron fuera del viento. Thomas Hudson sintió el olor de la harina, el olor de las cajas de embalaje recién abiertas, el olor del café tostado, que era una sensación más fuerte que la de un trago por la mañana, y el delicioso olor a tabaco, que se sintió más fuerte justamente antes de que el automóvil doblara a la derecha hacia el Floridita.




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  1. Un grupo de amigos, presididos por el Sr. Gaspar Muñoz López, todos amantes del cicloturismo, que desandan la capital en tan saludables andares, me piden desempolvar este interesante recorrido de Papa Hemingway, para incluirlo entre sus andanzas, por la ya cinco veces centenaria ciudad habanera. A ellos va dedicada esta crónica.
  2. Islas en el Golfo. Ernest Hemingway. Editorial Arte y Literatura. Ciudad de La Habana, 1981.p.55
  3. Ibíd.
  4. Ibíd.
  5. Ibíd. p.58
  6. Ibíd. p.59
  7. Ibíd.
  8. Ibíd. p.60
  9. Ibíd. p.64
  10. Ibíd.
  11. Ibíd. p.65
  12. Colegimos que lo hicieron por alguna calle de las que corren de este a oeste, y comunican la zona del puerto con la calle Egido, donde se ubica el famoso bar y restaurant.


"El Lugareño" nació en la bodega de la esquina (por Joaquín Estrada-Montalván)


En esa esquina camagüeyana que aparece en la foto, Lugareño (Calle de la Carnicería, Contaduría; Lugareño) y Hnos. Agüero (Calle de San Ignacio; Hermanos Agüero), nació Gaspar Betancourt Cisneros "El Lugareño" (Abril 29, 1803), como bien lo indica la placa en la pared. Para mis contemporáneos era y es, la "esquina de la bodega".


Cuando H o M, anunciaban al vecindario a viva voz: "llegó el tomate", "vino el café", "trajeron la mitad del arroz que faltaba", "están bajando la papa"... podría ser en enero y escuchar desde la calle, a través del entreabierto del "ganchito" de la puerta: "apúrense que no hay cola pal aceite de octubre"... La acción que sucedía era salir "sin pestañar" (que quien pestañea pierde) para la "casa del Lugareño". Así le conocí, desde entonces muycho le aprecio.


Tuesday, January 14, 2020

Notas al margen: César Vidal: Los Hijos de la Luz (por Waldo González López)


Quince años atrás, el conocido polígrafo español César Vidal obtenía el IV Premio de Novela Ciudad de Torrevieja 2005, por Los hijos de la luz, una rigurosa narración sobre la Revolución Francesa, sus inicios y repercusión en el comunismo contemporáneo, la guillotina, la Iglesia católica, los masones, la magia negra y la blanca, la grafología, el homosexualismo y otros temas que enriquecen el texto, al corroborar su enciclopédica cultura, cuya popularidad es ratificada en Miami por su solicitada participación en programas televisivos de alto rating, como «El Espejo», a cargo del colegamigo Juan Manuel Cao.


El galardón le fue otorgado por un jurado integrado, entre otros, por el poeta y narrador español José Manuel Caballero Bonald (presidente) y la narradora y poeta cubana Zoé Valdés, quienes acertaron al otorgar el máximo lauro al también autor de títulos de historia, como Las Brigadas internacionales y La guerra de Franco.

Mas, otras distinciones han merecidos sus textos: Premio de novela histórica “Ciudad de Cartagena” por La mandrágora de las doce lunas: Premio “Las Luces” por su biografía Lincoln, Premio “Jaén” por El último tren a Zurich; Premio “Algaba” por Pablo, el judío de Tarso; Premio “Finis Terrae” por el ensayo El caso Lutero; Premio “Espiritualidad” por El testamento del pescador (el libro de temática espiritual más vendido en España en 2004 a excepción de La Biblia) y Premio de novela “Alfonso X El Sabio” por El fuego del cielo.

Según apunta el editor en la nota de contracubierta: «Sin renunciar al rigor histórico, Los hijos de la luz es un thriller, a caballo entre la aventura y el mundo real, pero sobre todo es un canto a dos de los bienes más preciados que tiene el ser humano: la amistad y la palabra». Pero pienso que es más, mucho más la expectante narración que nos obsequia el autor, cuya filia de historicidad le dona altos valores de realismo sin olvidar la ficción. Leamos.

Dividida en 3 partes: ‘Los hijos de la luz’, ‘Conspiración’ y ‘Némesis’ y un Epílogo, e intercalada entre los capítulos, la sección/leitmotiv: “Del cuaderno de estudios científicos del profesor Lebendig”) la novela —dedicada «A aquellos que combaten, incansables, honrados y valientes, las obras ocultas entre tinieblas»— se inicia en París, el 21 de enero de 1793, y enseguida la textura que dominará el sustratum discursivo a lo largo de las 331 páginas de la narración que —adoptada y adaptada tal un thriller— arraigará en el lector ineludibles jornadas, engalanadas por Vidal y su estilo semibarroco, apropiado para reflejar el lenguaje de la época.

Definida como ficción histórica, en virtud del rigor demostrado en su amplia y auténtica obra, el prolijo autor se apoya en la veracidad de los hechos que resaltan las aventuras del sabio grafólogo Lebending, el inspector de policía Wilhelm Koch y Espartaco/Adam Weishauput, por solo mencionar tres decisivos personajes que conforman la complicada trama de esta novela poseedora de no pocos méritos. Situada en el contexto de la Revolución Francesa y en medio de un complot masónico-illuminati (iluminados) por adueñarse del mundo, son estos los componentes atinados del libro, inusual en el contexto de la narrativa hispanoamericana.


No huelga decir que, apoyado en su infatigable rigor histórico, añadiría en su vasto quehacer un atendible volumen sobre la masonería, en el que nos ofrece la primera historia completa de los masones, desde su fundación en la antigüedad hasta la actualidad, corroborando que los masones no son algo del pasado, sino que viven entre nosotros. Por ello, en su libro homónimo Los masones, César Vidal nos ofrece la historia completa de la cofradía, mostrando su secretismo y su capacidad de reunir personas agrupadas en logias, bajo el precepto de fraternidad.

Guiado por el «efecto casi mágico de la memoria», Vidal convence por la rápida ubicación donde ubica al lector: en el año crucial de 1793, justamente insinuado en la siguiente línea que me evoca al García Márquez de Cien años de soledad: «De aquella mañana recordaría muchas cosas, pero sobre todo, quedaría inscrita en sus recuerdos la colocación asimétrica del patíbulo.»

La novela viaja por espacios cercanos y, a un tiempo, lejanos junto al lector, quien es guiado por el hábil narrador quien, de tal suerte, lo conduce por algunos países y capitales europeas a través de capítulos y años, como Francia y París de 1793, 1794, Baviera de 1775 y 1787, entre otras.

En consecuencia, desfilan ante sus ojos grandes figuras de la época: filósofos (Platón), reyes (Luis XVI, Ana y Federico El Grande), personajes históricos (Octavio, Catón, Espartaco, César, Cicerón, Cromwell, Marat, Danton, Robespierre), artísticas (Mozart), literarias (Virgilio, Horacio, Fray Diego de Céspedes, el Marqués de Sade, Voltaire, Rousseau, D’Alambert).

Destaco la relevancia de cómo el narrador se esmera en su cuidada prosa que, en no pocos momentos, enriquece con conjeturas, verdades y sentencias. Leamos, a guisa de muestras, las que siguen:
«El cadalso había sido erigido a pocos pasos de aquella lastimosa huella de un pasado que, por tan cercano, casi parecía presente…» (p. 14).
«Con el instinto que solo proporciona la experiencia» (p. 26).
«[…] la manera en que escribimos deja al descubierto lo que somos» (p. 80).
«La tristeza, la ira, la duda también quedan proyectadas en la escritura como la sombra de la taza en la pared» (p. 81).
«El pensamiento —la vida misma— constituye una ligazón continuada de ideas y situaciones» (p. 271).
La erioneia [en griego; en español: ironía: disimulo, ignorancia fingida, conformadora de la sique de lúcidos cerebros— es asumida por Vidal también en sus agudas intervenciones en el programa de Cao, y muestra en la novela sus cálidos tintes, aliados a un suave humor que, por unirse a ese leve tono cáustico, aporta indudable ganancia al texto. En varios instantes el autor hace gala de este atributo, asumido en la literatura, de Maquiavelo a hoy, pasando por los comediógrafos antiguos griegos, latinos, la picaresca española, inglesa y francesa…, por solo mencionar algunos descollantes ejemplos. Entre esos momentos, no puedo dejar de citar el siguiente:
«Karl se dijo que era un bonito universo de libertad y sabiduría el que estaban construyendo los jacobinos. Nadie se atrevía a fiarse de nadie y todos desconfiaban de todos. Eso sí, la palabra ciudadano y ciudadana no se les caía de la boca.» (p. 63).
Asimismo, un tinte poético enriquece su narración, tal se aprecia en el siguiente ejemplo:
«[…] la luz del amanecer había comenzado a teñir los muebles del cuarto con un barniz de un tono metálico» (p. 89).
De cualquier modo, la significación mayor de Los hijos de la luz radica en la semejanza que halla y demuestra Vidal entre la Revolución Francesa y los movimientos comunistas posteriores a la ¿Revolución? de Octubre, como asimismo los actuales casos del fracasado Socialismo del Siglo XXI, sin olvidar los peores momentos del infausto ya desaparecido campo socialista.

No son pocas las similitudes o alegorías que en su texto hallamos de la sangrienta Revolución gala y el socialismo de hoy. Sugiero la lectura de los siguientes fragmentos que recuerdan los panfletos escuchados en la radio, vistos en la TV y leídos en la prensa del ya lejano año de 1959, como igualmente en los inicios de los ‘60s en la Cuba de los Castro:
-«Los príncipes y las naciones desaparecerán de la faz de la tierra. La raza humana se convertirá entonces en una familia, y el mundo será la morada de los Hombres racionales» (p.32).
-«Si se desea dominar una sociedad, hay que aniquilar antes a los que la gobiernan». (p. 33).
-«Ya no había Monarquía, ni siquiera limitada por eso que los filósofos llamaban Constitución. […] la acción de la guillotina no se iba a detener en Luis XVI. Luego le tocaría el turno a los familiares del rey decapitado. Sería fácil justificar unas cuantas docenas de ejecuciones más alegando que así se desarraigaba la perniciosa planta de la monarquía, que la libertad del pueblo lo exigía, que la luz de la razón y que bla, bla y bla. Sí, conocía de sobra toda esa palabrería revolucionaria.» (p. 59 y 60).
-«Le constataba que estaban deteniendo a la gente tan solo por quejarse de que no había pan. No tenía el menor deseo de que aquella mujeruca, enemistada con el agua y el jabón, lo denunciara por decir que tenía hambre, en otras palabras, por propaganda contrarrevolucionaria.» (p. 62.
-«(…) era un bonito universo de libertad y sabiduría el que estaban construyendo los jacobinos. Nadie se atrevía a fiarse de nadie y todos desconfiaban de todos». (p. 63).
-«Los revolucionarios habían prometido abundancia para todos —bueno, más bien, despojar a los que tenían para dárselo a los que no poseían nada—, pero en la práctica, nunca se había pasado hambre en Francia. ¿Adónde habían ido a parar las montañas de mantequilla, los ríos de leche, los castillos de uvas y frutas que se podían encontrar en la capital tan solo unos meses atrás? Quizá el gobierno revolucionario lo había repartido todo, pero de ser así, tendría que haberlo hecho en algún lugar muy distante. En la capital incluso encontrar pan empezaba a considerarse un verdadero milagro». (p. 94).
Sobre la represión que los cubanos del exilio y la Isla conocemos tanto por haberla sufrido, he aquí otro botón de muestra en torno a las similitudes entre ambas ¿Revoluciones? en el capítulo cinco de la tercera parte: «Némesis»:
(…) en Francia llevan abriendo y cerrando las puertas de las cárceles desde hace años. Primero, las abrieron para soltar a delincuentes y maleantes a los que los dirigentes de la Revolución decidieron considerar aliados en su lucha por la liberación del pueblo. Las dejaron vacías, literalmente vacías, claro que no por mucho tiempo. En un santiamén, las abarrotaron con sacerdotes, nobles, comerciantes o simples trabajadores a los que la guillotina no entusiasmaba o a los que había denunciado un vecino. Según ellos, todos ésos no eran el pueblo. No, eran enemigos del pueblo. Y a esa locura se sumaba la de los partidos…
Mas, no conforme, añade:
Los girondinos pasaron de carceleros a encarcelados poco antes de que Robespierre instaurara el Terror y comenzara a guillotinar a sus propios compañeros de la Montaña. Mientras gobernaba se llegó a plantear la deportación a las islas de todos los sospechosos. No de los que se opusieran a la Revolución, no. ¡De los sospechosos de poder hacerlo! Ni los tiranos griegos, ni los déspotas de los asirios o de los persas llegaron a tanto. Por supuesto, no lo hizo Luis XVI. En una semana, los defensores de la libertad ejecutaron a más personas que el pobre Capeto a lo largo de todos los años de su reinado. (p. 321-2).
En fin, estimo que con lo hasta aquí dicho, evidencio mi preferencia por esta valiosa novela del admirado colega hispano, con lo que, por sus merecimientos, concluyo con el que es quizás el más común de los lugares comunes al afirmar: «Lector, como yo, dadle al César lo que es del César... Vidal».




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Waldo González López (Las Tunas, Cuba, 1946) Poeta, ensayista crítico teatral y literario, periodista cultural. Graduado en la Escuela Nacional de Teatro (ENAT) y Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana). Autor de 20 poemarios, 6 libros de ensayo y crítica literaria, varias antologías de poesía y teatro. Desde su arribo a Miami (2011), ha sido ponente y jurado en eventos teatrales y literarios internacionales. Merecedor de 3er. Premio de Poesía en el X Concurso “Lincoln-Martí” 2012. Colaborador de las webs: teatroenmiami.com (Miami) y Encuentro de la Cultura Cubana (España), Boletín de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (New York), y los blogs OtroLunes (Alemania), Palabra Abierta (California), Gaspar. El Lugareño, y el diario digital El Correo de Cuba (ambos en Miami)

Inauguración del Hotel Havana Riviera. Diciembre 1957


Monday, January 13, 2020

Un poema de Félix Luis Viera

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.


Poema 61  de La patria es una naranja 



61

Carta de Raquel Martínez Romo a Jaime Corona. No lo dudes: ya la gente apenas cree en las flores. Pasó un tipo y sin más ni más cortó todas las flores que se asomaban en mi verja y las tiró a la calle; sólo por placer. Desengáñate: ya la gente no cree en las cartas escritas en papeles azules o rosados; ni en los telegramas de sólo tres palabras: Cuánto te amo. Por ejemplo, si escribes un poema donde llames lirio a mi sexo, los postmodernistas lo prohibirán; lo mismo si se te ocurre otro donde afirmes que en estos senos, medianos, acerados, se fragua una especie de contienda interminable. Tómalo en cuenta: ya la poesía no sabe qué decir. Cada día se usan menos las papeletas anónimas por los enamorados enfermos de añoranza. Es imposible: por los faxes, la internet, la TV llegan salchichas de Hamburgo, princesas de silicona, latas de gelatina para bajar de peso, operaciones a corazón abierto. Vaya, ya ni siquiera el corazón es corazón. Ya ni siquiera los enamorados se cantan; las serenatas se venden en envases desechables. Y el fútbol está a punto de hacer trizas todas las metas del amor. ¿Te das cuenta?... Sin embargo, si así lo quieres, tú sigue cantando, solo, tus coloquios para mí por esas calles; sigue buscando esas plumas que parten en el aire mis gemidos ausentes; sigue creyendo que hay una mixtura de lila y azul en mi mirada, cuando, solo, y sólo para mí, vas tarareando en silencio; sigue para mí sembrando flores que alguien luego habrá de romper como a trapos inservibles. Está bien: sigue creyendo que me envías palomas mensajeras portadoras de la última pulsación de tus sienes. Sigue si quieres. Yo no. Yo sé que todo se acabó.

Ciidad de México, 1998



61

Lettera di Raquel Martínez Romo a Jaime Corona. Non dubitare: adesso la gente crede appena ai fiori. Passò un tipo e in un sol colpo tagliò tutti i fiori che spuntavano dalla mia cancellata e li lanciò per strada; solo per piacere. Disilluditi: adesso la gente non crede alle lettere scritte su carta azzurra o rosata; neppure ai telegrammi composti da tre parole: Quanto ti amo. Per esempio, se scrivi una poesia dove definisci giglio il mio sesso, i postmoderni lo proibiranno; lo stesso se ne componi un’altra dove affermi che in questi seni non grandi ma compatti, si forgia una specie di contesa interminabile. Mettilo in conto: adesso la poesia non sa più cosa dire. Ogni giorno si usano meno i bigliettini anonimi per gli innamorati malati di nostalgia. È impossibile: a mezzo fax, internet, in TV arrivano salsicce di Amburgo, principesse di silicone, barattoli di gelatina per calare di peso, operazioni a cuore aperto. Sentimi bene, adesso neppure il cuore è semplicemente cuore. Adesso neppure gli innamorati cantano; le serenate si vendono in confezioni usa e getta. E il calcio sta per mandare in frantumi tutti i traguardi dell’amore. Ti rendi conto? Malgrado ciò, se vuoi fare così, tu continua a cantare, solo, le tue conversazioni per me lungo le strade; continua a cercare le penne che dividono nell’aria i miei gemiti assenti; continua a credere che esista un miscuglio di lilla e di azzurro nel mio sguardo, quando, solo, e solo per me, canticchi in silenzio; continua per me a seminare fiori che qualcuno poi distruggerà come stracci inutili. Va bene: continua a credere di spedire piccioni viaggiatori che recano l’ultima pulsazione delle tue tempie. Continua se vuoi farlo. Io no. Io so che tutto è finito. 


 

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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado siete poemarios; tres libros de cuento; cuatro novelas y una noveleta.
Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.
Su poemario La patria es una naranja, que aborda el tema del exilio a la par que incursiona en la realidad mexicana, ha tenido una buena acogida de crítica y público y recibió en Italia el Premio Latina in Versi en 2013.
Es ciudadano mexicano por naturalización. Reside en Miami.

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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960.

Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.  Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.

Obispos católicos de Venezuela: "Vivimos en un régimen totalitario e inhumano"


Carta Fraterna de los Obispos Católicos de Venezuela.
Enero 10, 2020

Sunday, January 12, 2020

“La pavana del moro” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



“The Moor's Pavane”, tal su nombre original, es la obra más conocida del coreógrafo mexicano-estadounidense José Limon. Fue estrenada el 17 de agosto de 1949 en el Connecticut College por la José Limon Dance Company, con música de Henry Purcell y vestuario de Pauline Lawrence. Esta obra, de 20 minutos de duración, está inspirada en la tragedia “Otelo” de William Shakespeare y posee solo cuatro personajes: el Moro (Otelo), Desdémona, Yago y Emilia, que el día del estreno fueron interpretados por José Limón, Betty Jones, Lucas Hoving y Pauline Koner, respectivamente.



Estructuralmente la obra se organiza en tres partes. En la primera parte vemos a los cuatro personajes, cada uno con su pareja, danzando en estilo cortesano (la pavana es una danza de corte europea), con movimientos al unísono. El Moro le entrega a Desdémona un pañuelo como prueba de su amor. Cuando el Moro y Yago se encuentran se abandona la danza de corte, los movimientos se vuelven más densos y se perfila el conflicto: Yago le sugiere al Moro que su esposa le es infiel.


En la segunda parte, donde se hacen más visibles los movimientos pertenecientes a la técnica Limon, reaparece el pañuelo, objeto del deseo de Emilia y Yago. Con la danza, Desdémona se distrae y deja caer el pañuelo que es rápidamente recogido y escondido por Emilia. Yago le insiste al Moro con la traición de Desdémona. Emilia y Yago se regodean con la posesión del pañuelo, al tiempo que el Moro rechaza a Desdémona y cualquier explicación que ella quiera darle.


En la tercera y última parte, Yago le muestra al Moro que posee el pañuelo, pelean. La danza de corte se torna más violenta, con movimientos más bruscos y rápidos. El Moro está destrozado por la supuesta traición de Desdémona y, finalmente, la mata.


Así, en esta obra vemos el contraste entre la majestuosidad de las danzas de corte y la pasión trágica de los personajes. Desde lo técnico, es evidente la influencia de Doris Humphrey, maestra formadora de Limon y directora artística de la Compañía. “La pavana del moro” ha sido incorporada al repertorio de las compañías más importantes del mundo, como el American Ballet Theatre, el Ballet de la Ópera de París y el Royal Danish Ballet, entre otros, marcando un límite difuso entre la danza contemporánea y el ballet.





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Ver en el blog 

Doris Humphrey (por Florencia Guglielmotti)




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Saturday, January 11, 2020

Reflexión (por Orlanda Torres)

Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


No es necesario volverse insensible ante el dolor. No te conviertas en cómplice de la maldad humana.

Piensa antes de provocar un acto que cause daño a tu semejante, recuerda que no somos los encargados de hacer sufrir a nadie.

En la vida todo lo que lanzas se regresa y todo acto injusto que se comete hacia otro ser humano, nunca nos permitirá evolucionar.
Haz siempre el bien, extiende una mano solidaria para el que la necesite, no te olvides cuando alguna vez también fuiste maltratado, no cometas el mismo error que te lastimó.

Conviértete con ese aprendizaje en un ser portador de luz y de grandes sentimientos solidarios.
Recuerda que nada en la vida permanece estático, todo se mueve, todo evoluciona y todo cambia.

Por eso, nunca olvides hacer el bien, provoca la unión y siembra amor para que puedas vivir en sosiego, no hay nada más saludable y placentero en la vida que poder dormir en paz.




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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.

Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.

-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy

Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección

Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer

Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble

Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Friday, January 10, 2020

Fragmento de "El diario de Lola". Final (por Thelma Delgado)

Nota del blog: Selección de textos, que serán parte del libro (en preparación) El diario de Lola, de Thelma Delgado.


Para leer sus escritos en el blog, en este enlace.



Querida Mimí:

Han pasado muchos años desde que mis padres murieron. Siendo aún una niña y no entendiendo el mundo sin ellos me quise quitar la vida y, mi tía, angustiada por no saber cómo ayudarme me llevó al psicólogo. El Dr. Cabrera me hizo muchas preguntas y me dijo muchas cosas que no recuerdo. Lo que si recuerdo es que me dijo –Lola, tú eres tu mejor compañía. Debes aprender a quererte, a cuidarte; a protegerte. Lola, tu eres tu mejor aliada o tu peor enemiga. Tú decides. No permitas que las situaciones o las personas apaguen esa luz tan brillante que llevas dentro. Cuando te sientas sola escribe. Eso te ayudará a entender mejor la vida. Ponle nombre a tu diario. Hazte amiga de ti misma. Así fue como empecé a escribir. Por eso te llamas Mimí, la forma corta de “Mi Misma”. Qué razón tenía el doctor. Escribir me ha cambiado la vida, literalmente. Me aferré a ti como un náufrago se aferra a su salvavidas. Y veme aquí, muchos años después seguimos juntas. Sabes todo de mí. Mis alegrías, mis tristezas, mis travesuras, que no han sido pocas. Mis amores, y desamores. Mis miedos, mis triunfos.

Hoy te escribo para decirte Gracias. Tú eres mi verdadera amiga.

A partir de ahora, mi vida toma un nuevo rumbo. Mi libro se está vendiendo muy bien. Me han invitado a presentarlo en varias tertulias en la ciudad. “Quien Ya Tu Sabes” me propuso vivir juntos. Acepté y, sin más testigos que el mar, la luna y las estrellas, nos hemos comprometido a amarnos y a cuidarnos. Tu sabes lo mucho que lo quiero y lo feliz que soy. Y más ahora que estamos juntos. Todo llega para el que sabe esperar. Ahora él duerme tranquilamente a mi lado. Es de madrugada pero no quería dormir sin decirte que te quiero mucho y que seguiremos juntas siempre. Siempre.

Buenas noches Mimí.




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Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

En un barrio viejo (de Nicolás Guillén Landrián, 1963)



En un barrio viejo
Director: Nicolás Guillén Landrián
Cuba
35 mm, B/N
Año:1963
ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián
Producción: Roberto León Henríquez
Fotografía: Livio Delgado
Edición: Caíta Villalón
Sonido: Ricardo Istueta

1964, Festival Internacional de Cortometrajes de Cracovia, Diploma de Honor

Ruben Rada



Thursday, January 9, 2020

Calles y callejones de Camagüey: Callejón de Arrieta, General Javier de la Vega (por Marcos A. Tamames-Henderson)

Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia. 
 
Se ubica en el barrio La Caridad. Nace en la calle del Paso Chiquito y en su recorrido cruza San Joaquín, de la Caridad y Cuba. Da inicio al callejón del Cura (I) y cierre a la calle 1ra. del barrio Vista Hermosa (D); para culminar en el nodo del que parten de la Glorieta (I) y la Calle 3ra. de Vista Hermosa. A partir de dicho nodo se prolonga bajo el topónimo Carretera de Santa Cruz del Sur.
Al sobrepasar del Paso Chiquito y hasta la calle Cornelio Porro, adquirió el nombre de calle 1ra. del barrio Garrido; aunque no son pocos los vecinos que lo siguen llamando de Arrieta o Javier de la Vega (nombre moderno); tramo en el que recibe a una calle que da entrada al Casino Campestre (I) y al callejón de Freyre (D); tras el puente recibe a Braulio Peña (D) y culmina en Cornelio Porro.
En cuanto a su nombre y clasificación Tomás Valiés y Benabarre en su Plano topográfico de Puerto Príncipe y sus cercanías (1883) la llama calle de Arrieta, mientras Lasqueti en la obra que publicara en 1888 la presenta como callejón de Arrieta. Argumenta que el nombre lo aporta el apellido del propietario de los terrenos en los que el eje se abre paso. Los Arrietas forman parte del patriciado principeño en el siglo XVIII: Emeterio de Arrieta, con riqueza urbana en San Ildefonso y quizás por ello protagonista en el financiamiento de la ermita Santo Cristo del Buen Viaje en 1723; doña Juana de Arrieta, registrada con propiedades en la céntrica calle de la Mayor entre 1779 y 1794, y Francisco de Arrieta, en el eje Santiago o de la Horca entre 1805 y 1813, son ejemplos de ello.
Su nombre se encuentra entre los que no han sido modificados en diciembre de 1927, según informe del DSAM, revelando su potencialidad para rendir homenaje en él a una figura relevante de la localidad. Un año después, en sesión del 12 de noviembre de 1928, el concejal Jorge Martínez Barreras propone cambiar el nombre a la calle Arrieta por el de General Javier de la Vega. Se toma el acuerdo de manera inmediata y es confirmado por el alcalde municipal, el doctor Domingo de Para el día 20. Sin embargo, en sesión del 20 de septiembre de 1930 el propio Martínez se quejaba de la ausencia de tablillas que indiquen el cambio de nombre, oportunidad que aprovecha el concejal Filiberto Silva Varona para sugerir que sean puestas el 10 de octubre en honor a tan conmemorativa fecha.
Al renombrar este callejón se recordaría al general Javier de la Vega (Puerto Príncipe 1851 - 1934), el principeño que con solo 17 años se incorporó al grupo insurrecto que operaba bajo las órdenes de Federico Castellanos Arteaga y participó en las dos guerras subordinado a Ignacio Agramonte primero y Máximo Gómez luego. Este camagüeyano fue herido en Manajanabo el 14 de mayo de 1896 y ascendido a general de división en diciembre de ese año. Durante la república neocolonial presidió el Consejo Territorial de Veteranos de Camagüey desde donde realizó una fuerte obra en el cambio toponímico de las calles y callejones de la ciudad.
Dista del área declarada PCH y solo dos de sus cuadras se integran al CH, las limitadas por del Paso Chiquito y Cuba.
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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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