Friday, November 15, 2019

Francisco saluda a La Habana en su 500 cumpleaños (Video y texto completo)


Queridos hermanos y hermanas de La Habana:

Estoy contento de poder unirme, a través de este video mensaje, a la celebración por el quinto centenario de fundación de vuestra ciudad de San Cristóbal de La Habana.

En quinientos años de historia de ese amado pueblo, hay entretejidas muchas vidas entregadas por los demás, muchos sueños, esfuerzos, sacrificios compartidos para construir el presente y el futuro de los hijos de Cuba.

Quisiera resaltar en esta ocasión, tres aspectos históricos que estuvieron presentes desde los comienzos fundacionales, y todavía continúan siendo pilares para este tiempo. Y estos son la fe, la caridad y la esperanza.

La fe está en las raíces de la ciudad. Y las raíces sostienen la vida que se va gestando, las raíces nutren, las raíces ayudan a crecer. No olviden esas raíces, el testimonio de fe de vuestros antepasados. El acto fundacional de la ciudad de La Habana fue la celebración de la Santa Misa. Allí está la centralidad de la vida cristiana: en la Eucaristía, el sacramento que nos reúne a los cristianos como pueblo ante la presencia del Señor que nos habla, nos alimenta, nos envía para que seamos testigos en medio del mundo. Testigos del Evangelio.

El Señor Jesús nos invita a ser testigos de fe y también testigos de caridad y de amor. La caridad es otro aspecto que distingue al pueblo cubano. Lo han aprendido de María, la Madre de Jesús, que desde los comienzos se hizo presente entre ustedes en la advocación de la Virgen de la Caridad del Cobre. La caridad que nos enseña María es dar amor, y darlo con ternura, con dedicación, y dar amor en lo cotidiano. ¿Dónde? Pues, en la familia, entre los vecinos, en el trabajo, con todos y siempre. No importa si uno piensa de una manera u otro piensa de otra. Que haya amor, que haya concordia. Y así se fundamenta la unidad del pueblo cubano. La concordia entre ustedes. Cada uno. Que María nos enseñe a vivir esta caridad, que no es solamente dar "algo" a los demás, sino y sobre todo "darnos" a nosotros mismos. Vivir la "amistad social", que ayuda a andar adelante a un pueblo.

Y, por último, otro pilar es la esperanza.Que el jubileo que celebran sea un motivo para renovar la esperanza. Así como San Cristóbal cargaba y llevaba sobre sus hombros a sus hermanos, también entre ustedes, por favor, sosténganse, ayúdense, anímense y sigan adelante sin desfallecer, siempre con la mirada en la meta. Dificultades en la vida va a haber siempre, los pueblos tendrán dificultades, pero esa unidad de un pueblo, unido en la caridad, en la esperanza de andar adelante, eso ayuda a que el pueblo crezca fuerte.

Pido al Señor que estos pilares de fe y caridad y esperanza que los sostienen, así como la alegría que los caracteriza, se renueven y acrecienten en este tiempo de gracia jubilar.

Que Jesús los bendiga, bendiga a todo el pueblo cubano, que yo recuerdo con cariño cuando los visité: ¡Qué pueblo grande! Y que la Virgen, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, los cuide. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Muchas gracias.

[01828-ES.01] [Texto original: Español]

Las mil y una Habana (por Fausto Canel)

Foto/Reuters
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Las mil y una Habana

por Fausto Canel

No, La Habana nunca fue el Hollywood del cine pornográfico. Nunca tuvo ni el volumen de producción ni los costos de rodaje de los grandes productores de ahora, y jamás existieron empresas con la presencia financiera que tienen, por ejemplo, Cupid Enterprises, con su edificio de 6 plantas en Ventura Boulevard, en el San Fernando Valley de Los Angeles, o Playboy en Español, con sus tres pisos en la zona sur de Miami Beach. En los años cincuenta habaneros no existía ni el vídeo ni el DVD, y sobre todo, no existía la Internet.

Pero la producción de cine pornográfico en Cuba fue importante. Primero porque La Habana se convirtió, con Las Vegas, en el centro del entretenimiento mundial, y en La Habana los costos eran bajos y las regulaciones nulas. Y cómo las mujeres eran hermosas, las localizaciones neutras, y el diálogo inexistente en las películas---por lo tanto sin necesidad de subtítulos---el cine porno made in Cuba se convirtió en un renglón de exportación a todas partes del mundo.

El cine pornográfico rodado en La Habana dio trabajo a decenas de (excelentes) técnicos cinematográficos que de otra manera no hubiesen podido vivir de su oficio, con la producción de cine “normal” casi inexistente en la isla. No estamos hablando de equipos numerosos. Con tres o cuatro personas bastaba. Pero aquella fuente de trabajo, aunque innombrable, siempre fue bienvenida.

En aquella época, la producción cubana de cine comercial regular, en su gran mayoría coproducciones con México, eran unas pocas comedietas de parca gracia en las que sin ton ni son---aunque seguramente al son de un mambo o de un cha-cha-chá de moda---ocurría aquello que llamaban una “escena de piscina”, ese momento en la trama que los productores exigían a los guionistas y en el que la acción sucedía alrededor de una piscina sin motivo lógico, aunque con el lógico motivo comercial de mostrar 5 ó 6 coristas en bikini paseándose ante la cámara.

Los mexicanos sabían que La Habana de noche (y no Acapulco) era el telón de fondo que el espectador latinoamericano prefería en este tipo de películas. Cuando el gobierno de Prío Socarrás (anterior a Batista) hizo una colecta pública, gravando de un centavo los billetes de la Lotería para construir un estudio en la zona del Biltmore (hoy Cubanacán) y comprar los equipos de rodaje y revelado necesarios al lanzamiento de un cine cubano, los mexicanos tomaron medidas.

Ocultándose detrás de la marca “estadounidense” Columbia Pictures de México, crearon un monopolio de distribución que alquiló los estudios y sus equipos durante los 365 días del año, impidiendo así que los cubanos los pudiesen utilizar para la creación de una industria nacional independiente.

En abril de 1959 presencié la toma de posesión de aquellos estudios por el ICAIC–recién creado Instituto Castrista de Arte e Industria Cinematográficos---y participé en la apertura de las cajas en las que se encontraban los equipos de laboratorio en blanco y negro que nunca los mexicanos habían ni siquiera desembalado.

La Habana de noche siempre existió. La famosa expresión “llave del golfo” no se refería a Cuba---casi otro país---sino a La Habana, que fue subida de Batabanó con la intención expresa de colocarla justo encima de la Corriente del Golfo, esa “serpiente-río del Atlántico”, como la llamaba Hemingway. La idea era favorecer los viajes de las dos flotas–la de Yucatán y la de Cartagena de Indias—que venían a América de España. Las flotas se montaban juntas sobre la corriente frente a África, que las trasportaba raudo hasta La Habana aumentando la velocidad del viento, mientras que una única (y poderosa) fuerza militar las escoltaba.

Ya en la ciudad, los marineros pasaban días antes de seguir viaje y La Habana se desarrolló enseguida con los privilegios y “vicios” de cualquier importante puerto de mar. Luego las dos flotas seguían su camino, independientes, para a la vuelta de nuevo reencontrase en La Habana, esperándose la una a la otra antes de montarse otra vez juntas en la Corriente que ahora, en dirección contraria, las llevará de regreso a España.

Pero los marineros de la vuelta ya no eran los pobres marineros de la ida, enriquecidos ahora con el oro y la plata de Perú y México. Y La Habana supo ofrecerles entretenimiento y otras formas de gastar, aunque no fuese más que parte de sus ganancias. Fue aquel crecimiento espectacular, ajeno al resto de la isla, lo que convirtió a La Habana en el mito que llegó a ser.

Mayer Lansky también sabía del mito y un buen día abandonó su modesto bungalow de Miami Beach y condujo hasta Palm Beach en su destartalado Chevrolet, con la intención de conversar con su viejo amigo Fulgencio Batista, ex-presidente cubano retirado en Florida.

La idea de Lansky era sencilla. Convertir una vez por todas a La Habana en un centro internacional de entretenimiento, una especie de Las Vegas corregida y aumentada, sólo que está vez no en el desierto sino en el trópico y el sol y las playas y el mar---y lejos, claro, del FBI, IRS, CIA, esa abominable, para él, sopa de letras.

Y con la posibilidad, sobre todo, de blanquear las ganancias del crimen organizado construyendo hoteles de super-lujo –y ahora de mayor tamaño gracias a las nuevas tecnologías del aire acondicionado y los ascensores automáticos---, creando, por supuesto, casinos en cada hotel para generar infinitas nuevas ganancias.

¿Qué tenía que decir el general retirado---y ya sin mayores ingresos---ahora que se acercaban las elecciones en Cuba?

Claro que Lansky no le dijo a Batista lo que tenía que hacer. El general lo pensó y se dijo: Tal vez chifla el mono. Y se postuló. Pero en la primera encuesta se vio que no tenía posibilidades: el partido Ortodoxo contaba con la gran mayoría de los votos. De modo que Batista se quitó el traje de estadista y se puso la cara chaqueta de cuero de militar golpista. El futuro de Cuba cambió de golpe---y no sólo como un juego de palabras.

La Habana bajo Batista creció en tamaño y en riquezas, a pesar de que las ganancias del juego fueron principalmente a los bolsillos de los participantes en los negocios irregulares y exentos de impuestos. Pero mucho se filtró, sin embargo, a la economía general local. Y la clase media---eficiente, trabajadora y frugal---supo aprovechar el momento. Un momento que repercutió en el resto de la isla.

Se aceleró la creación de pequeñas industrias nacionales, se multiplicaron los comercios locales, se construyeron altos edificios de apartamentos en la costa del Malecón y la ciudad bulló como lo que era: la capital del cuarto país en desarrollo económico de Latinoamérica.

Recuerdo, amacord, que el ómnibus me dejó en la esquina de las calles L y 23, dónde comenzaban a construir el nuevo hotel de la zona, el Havana Hilton, en los terrenos de un antiguo parque de diversiones para niños.

Un gran letrero anunciaba que la obra estaba financiada por la Caja de Retiro y de Asistencia Social de los Trabajadores Gastronómicos. Por razones técnicas, el edificio tomará años en terminarse en un proceso que seguí paso a paso, apenas un adolescente, desde la ventanilla de la ruta 30 de la cooperativa Ómnibus Aliados en la que cada mañana viajaba a mi colegio en el Vedado.

Aquella noche no había más que un enorme agujero en el sitio y cuando llegamos a la esquina descendí del ómnibus, bajé por la calle 23 hasta la calle 0, y doblando a la izquierda, subí hasta los jardines del Hotel Nacional. El portero uniformado no me hizo el menor caso: es probable que como vestía guayabera me tomase por el hijo de algún huésped.

Foto/AP
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Entré en el edificio, doblé a la izquierda en el lobby y me acerqué a las cortinas que cubrían la entrada al cabaret. Tony Martin cantaba un foxtrot de moda, mientras que Cyd Charisse, su mujer, bailaba sensual a su alrededor, mostrando sus hermosas piernas perfectas. Cuando vi que el Maitre d´ venía en mi dirección, me alejé de las cortinas y penetré en el casino de juego, a mi derecha.

El Casino Parisién estaba casi vacío. Era temprano y la posible clientela cenaba todavía, disfrutando de los Martin en el cabaret. Me acerqué a la caja y le tendí al cajero el billete de cinco pesos, el equivalente de cinco dólares, que mi madre me había dado para mis gastos del mes.

El muy desgraciado muy bien hubiese podido darme cinco fichas de a dólar, pero con su peor expresión reprobatoria me dio una única ficha de a cinco---que yo acepté sin chistar, aterrado como estaba. Era obvio que quería deshacerse de mí lo antes posible. Con mi ficha me acerqué a la ruleta, aposté al 5 rojo. Y perdí.

Aquel fin de semana no fui al cine, ni siquiera visité algún amigo. No tenía dinero ni para pagar el pasaje de un ómnibus. Cuando mi madre me preguntó, extrañada, si ese fin de semana no iba a ir como de costumbre al cine, le dije que no, que no había buenas películas. Lo que no había era dinero y eso no se lo podía confesar. Esa fue mi cura de caballo en lo que al juego respecta. Nunca más he vuelto a jugar en mi vida.

Era una Habana en la que los grandes hoteles presentaban cada semana dos o tres grandes nombres del entretenimiento mundial, como cebo para que los espectadores pasasen por las mesas aledañas de ruleta o bacará. Amacord.

Otra noche tomé la ruta 28 y me bajé, más de media hora más tarde, ante la vía privada que conducía al cabaret Tropicana. Subí la cuesta entre las luces de los autos que llegaban y penetré en el lugar. Me dirigí al escenario al aire libre que se conocía como Bajo las Estrellas y me senté al bar. Seguía siendo apenas un adolescente, pero el barman no confirmó mi edad. Me sirvió el Cuba Libre que le pedí y que hice durar toda la presentación de uno de mis cantantes favoritos de la época: Nat King Cole.

Foto Flickr (by Vieilles_Annonces)
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Cuando terminó pagué mi único trago y rehice mi camino, evitando cuidadosamente el casino de juego, y me fui a dormir. Los cubanos de todo el país tuvieron la oportunidad de presenciar a cada uno de aquellas artistas mundiales en los dos programas semanales de entretenimiento en la televisión: el Cabaret Regalías y Jueves de Partagás.

El turismo continuó aumentando el volumen de negocios de los pequeños comercios locales, de las tiendas por departamentos –las primeras en Latinomérica–, de los hoteles y restaurantes netamente criollos, y también de la prostitución---fenómeno no nuevo (¿recuerdan la Flota?), pero sí multiplicado ahora tanto en los burdeles populares como en la versión sofisticada de las call girls.

Proliferaron las salas de cine y teatro, pero también las pequeñas salas de teatro “osado” o directamente pornográfico, se desarrolló el sainete erótico de contenido sexual y también, no faltaría más, la producción de cine pornográfico para consumo local y distribución internacional.

Tan sucios fueron los negocios en esa franja del turismo ---fundamentalmente estadounidense por ser el que más dinero tenía y también el que más sufría de las prohibiciones de una sociedad puritana---que la corrupción se fue extendiendo a los bares y bodegas de barrio de la ciudad, en las que el régimen colocó maquinas tragaperras, inesperados instrumentos de juego junto a las victrolas inolvidables del ensoñamiento cotidiano musical.

Ahora los habaneros, lejos en la ciudad de los visitantes “americanos”, se podían tomar un “palmita”---favorito ron barato--- escuchando los boleros de Arsenio o de Tejedor, mientras dejaban caer monedas de 20 centavos por la ranuras de aquellos ya llamados ladrones de un solo brazo.

La estrategia del gobierno fue utilizar las recaudaciones---al igual que los beneficios de los innecesarios parquímetros recientemente colocados en las zonas residenciales de Centro Habana---para asegurarse la lealtad de los jefes de las estaciones de policía de los barrios.

La clase media habanera, católica y hacendosa y en su mayoría de origen español, se mantuvo ajena e indiferente a los blanqueos de Lansky, las piernas de Cyd Charise, las canciones de Nat King Cole, las insinuaciones, cigarrillo en mano, de Jacqueline Francois, los chascarrillos verde subido del teatro Shanghai, o las muchachas “de alterne” de los grandes hoteles.

Hasta que la insurrección urbana comenzó a colocar petardos en cines y negocios de la ciudad y los jóvenes anti-batistianos atacaron el Palacio Presidencial para ajusticiar al dictador, y la policía de Batista respondió con una represión asesina y brutal.

Poco a poco la vida en La Habana se tendió y las madres comenzaron en las noches a esperar en las puertas o balcones de las casas la llegada de sus hijos adolescentes, bajo sentencia de muerte si jamás se veían envueltos en un incidente.

Esa clase media nacional, que era la verdadera base vertebral de la economía del país, se benefició del dinero del turismo, de la nueva afluencia, pero también se terminó crispando contra Batista cuando la reacción policial a los atentados de la clandestinidad amenazó con paralizar la ciudad. Fue esa clase la que puso a Batista contra la pared---y Fidel Castro no lo olvidó. Sacarles del país estará entre sus más urgentes proyectos después de la escapada del antiguo dictador.

Ya que un buen día, sin seguir los consejos que le hacían las “fuerzas vivas” del país para que permitiese elecciones libres y honestas, como ya lo había hecho 20 años antes, Batista se marchó en un avión, dejando a todos “embarcados”. Incluyendo a Mayer Lansky.

Y fue entonces que llegó el Comandante.

Habría que ver sin con las duras realidades económicas de hoy, con las “jineteras” de nuevo mito y el turismo sexual actual a la isla, ya se ha creado una contemporánea (y siempre subterránea) producción de DVDs pornográficos en la ciudad.

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Ver Fausto Canel en el blog

La Habana. Siglo XIX

Thursday, November 14, 2019

Calles y callejones de Camagüey: Callejón Santa Gertrudis o del Perro, Coronel Barreto (por Marcos A. Tamames-Henderson)

 Nota del blog: Cada jueves se publica en el blog, gracias a la cortesía de Marcos Antonio Tamames-Henderson, una selección de su libro Calles y callejones de Camagüey. Entre la leyenda y la historia.

  

Santa Gertrudis es uno de esos pintorescos espacios urbanos que suma a su serpenteo el hecho de nacer y desembocar en una calle. Parte de San Ramón y en su trayectoria corta Santiago u Horca, origina a Santa Inés o del Medio (I) y culmina en Santa Ana o del Calvario. Su nombre debió oficializarse en la segunda mitad del XVIII. 

¿Por qué Santa Gertrudis? Como topónimo aparece en el Fondo de Anotaduría de Hipoteca entre 1779 y 1794, muestra de que su génesis se encuentra afianzado en la segunda mitad del XVIII. En cuanto a su connotación religiosa pudiera dar fe el hecho de que entre 1805 y 1813 está realizando trámites, con la riqueza urbana que posee en esta calle, el presbítero José Antonio Díaz.181 ¿Existe algún vínculo entre la vida de santa Gertrudis y el Camagüey? ¿Según la Enciclopedia ilustrada de Espasa-Calpe se trata de la venerable, la virgen holandesa del siglo XIV con festividad el 23 de febrero; de la viuda de la tercera orden de san Francisco cuya festividad se celebra el 31 de mayo; la de Lorena, aquella que fue muerta por dos de sus hermanos por escapar de la voluntad de contraer matrimonio por haber consagrado a Dios su virginidad, celebración que se realiza en el día de la Ascensión, del 30 de abril al 3 de junio? Como santa Gertrudis de Altenberg, las principeñas levantaron monasterios y hospitales con los bienes familiares, y no solo financiaron las fiestas del Corpus, sino que además legaron dinero para su continuidad. Como santa Gertrudis de Nivelles, no fueron pocas las hijas de esta ciudad que ante una desdicha familiar se encerraron en un convento, postura que como signo identitario de la localidad recrea Gertrudis Gómez de Avellaneda en Sab. ¿O acaso el referente del topónimo es santa Gertrudis La Magna?, ¿la insigne escritora mística benedictina que se distinguió por el don de la palabra y tuvo como sacrificio la lucha contra el amor propio y la impaciencia? 

Su nombre popular: del Perro, pudiera indicar la presencia de un feroz canino en una de las construcciones que dan inicio al callejón: San Ramón o Santa Ana o del Calvario. De ambos nombres el de mayor eficacia sería el segundo; resulta casi imprescindible como referente urbano y un ejemplo de ello es el anuncio impreso en la página 3 de El Camagüeyano, en su edición del jueves 18 de octubre de 1906: “El guardapolvo de la casa no. 6 del callejón de Santa Gertrudis, conocido por Del Perro, se halla en deplorable estado, pues amenaza ruina y debe echarse abajo para evitar imprevistos accidentes”. Nombre oficial y popular forman parte del legado del período colonial al republicano; el oficial, de profundo origen católico, y el popular, marcado por hechos cotidianos. 

El cambio de sus nombres coloniales se anuncia en la sesión del Ayuntamiento del 9 de noviembre de 1921 como iniciativa del consejo territorial de veteranos de Camagüey, cuyos miembros acuerdan solicitar a la municipalidad nombrarla Coronel Barreto “seguro de que hemos de ser complacidos por ser dicho acuerdo patriótico”. El 15 de noviembre se lee la comunicación y los concejales Hernández, la Hera y Paisán proponen someterlo a estudio; mientras Adán Montejo, Adán Martínez, Chapellí, López, Marrero, Quevedo, Ruiz, Acosta y el presidente votan por el cambio y queda aprobado por mayoría de votos. El 22 de noviembre de 1921 el alcalde municipal confirma el acuerdo. 

Pasó el nombre del coronel Joaquín Barreto Arango a formar parte de la toponimia urbana de su natal Camagüey, una muestra de reconocimiento al hombre que ingresara a la Guerra del 95 el 8 de julio de ese año, “el mismo día que gracias a su tía Carmen, y a su tío político Adolfo, se libró de un inminente fusilamiento, y fue puesto en libertad”. Participó en el ataque a las columnas españolas en Jimaguayú y El Caimito y los combates de Macagual, Laguna Grande y El Infierno. 

Entre los tres nombres que reporta la historia de este callejón es común que sus vecinos reconozcan el de Perro y en su integridad forma parte del Centro Histórico.

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Marcos Antonio Tamames-Henderson (Jamaica, Guantánamo, 1961). Lic. Historia del Arte (1997), MSc. en Historia del Arte y en Conservación y Rehabilitación de Centros Históricos (2007). Miembro de la Uneac, Unaic, Unhic. La Editorial Ácana ha publicado sus libros De la Plaza de Armas al Parque Agramonte. Iconografía, símbolos y significados (2001, 2da ed. 2003); Tras las huellas del patrimonio (2004); La ciudad como texto cultural. Camagüey 1514-1837 (2005); Una ciudad en el laberinto de la ilustración (2009) y La cofradía de los signos urbanos (2012). Premio Especial Roberto Balmaceda (Uneac, 2002), Juan Marinello (2006), Juan Torres Lasqueti (2005, 2010, 2011 y 2012), Ensayo Histórico Enfoque (2007), Crítica Histórica José Luciano Franco (2005), Publicaciones, teoría y crítica en el V Salón de Arquitectura (2005) y Jorge Enrique Mendoza (2004), entre otros.

(La Habana. Noviembre 13, 2019) Discurso del Rey de España. Texto completo


PALABRAS DE S. M. EL REY EN LOS ACTOS CONMEMORATIVOS DE LA FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE LA HABANA
Palacio de los Capitanes Generales. La Habana (República de Cuba), 13.11.2019

Quiero agradecerle, en nombre de la Reina y en el mío, su invitación para acompañar a Cuba y a los cubanos en los actos conmemorativos de la fundación de la ciudad de La Habana hace 500 años y, muy especialmente, la cálida acogida que nos ha brindado.

Como a todo español que llega a Cuba ─y como creo también que a todo cubano que llega a España─, desde que ponemos pie en tierra nos invade un sentimiento muy fuerte de hermandad y de familiaridad. Una emoción que es fruto de tanta historia compartida, del cruce y la fusión cultural y de la simpatía y amistad que existen entre nuestros dos pueblos.

Señor Presidente,

Conmemoramos hoy, el V Centenario de la fundación por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, el 16 de noviembre de 1519, de la Villa de San Cristóbal de La Habana; a la que décadas después, en 1592, le sería reconocido el título de ciudad. Por su ubicación, pronto se convertiría en lugar de concentración de la Flota de Indias y comenzaría, ya en el siglo XVII, su fortificación por entenderse que La Habana era “llave del nuevo mundo y antemural de las Indias Occidentales”.

Este proceso de fundación y desarrollo urbanístico no fue un hecho aislado, y para entender su plena significación tenemos que verlo como parte del modelo de presencia de España en América en el que los nuevos territorios se incorporaban a la Corona en pie de igualdad con los demás reinos.

Por otro lado, la fundación de La Habana formó parte de una primera oleada de fundaciones, como la anterior de Santo Domingo tan pronto como en 1496, y las posteriores de Panamá, también en 1519, San Juan en 1521, Santa Marta en 1525, Cartagena de Indias en 1533, o Campeche en 1540, entre otras. La fundación de estas ciudades trajo consigo la creación de instituciones de gobierno, universidades, hospitales e imprentas. Algunas de estas obras públicas siguen albergando, cinco siglos después, las instituciones que rigen la vida de sus ciudades y gobiernos y son, en cualquier caso, acervo del patrimonio nacional.

Pero no fue solo un esfuerzo de creación de infraestructuras. España trajo consigo instituciones, ideas y valores. Las bases del Derecho Internacional, la concepción de los derechos humanos universales, el debate sobre la guerra justa, fueron aportes que dieron origen a lo que conocemos como la Edad Moderna. Todo ello hace que, en conjunto, esta historia “nuestra” se destaque como algo singular y extraordinario en el mundo.

Fue este un proceso histórico que debe ser valorado y comprendido, lógicamente, en la óptica de los siglos en que tuvo lugar. Si así lo hacemos, no cabe sino reconocer que en América se gestó un Nuevo Mundo, un mundo en el que convivían diferentes pueblos y culturas. El mestizaje, que exige el conocimiento mutuo, pasó a ser una de las varias señas de identidad de este Mundo Nuevo. Por todo ello, no es solo el español o el cubano el que se siente en familia al visitar Cuba o España. La misma sensación de familiaridad la tenemos cuando visitamos cualquier otro país de la América hispana o de la actual Comunidad Iberoamericana.

Esa raíz común está, precisamente, en la base de uno de los grandes proyectos políticos que vio la luz en el pasado siglo: la Comunidad Iberoamericana de Naciones, proyecto que albergó a Cuba desde su inicio y que, a través del Sistema de Cumbres y de la labor de su Secretaría General y los demás organismos iberoamericanos, ha traído consigo grandes progresos en la cooperación iberoamericana. En un momento histórico en el que la concertación entre naciones gestada en el ámbito de lo multilateral se pone a veces en duda, preservar y fortalecer el acervo de esta Comunidad, de “nuestra” Comunidad, es una tarea conjunta a la que invito a que dediquemos nuestros mayores esfuerzos.

Pero, así como la fundación de la ciudad formaba parte de una larga cadena de hechos fundacionales, también ponía en marcha una historia única e incluso “mágica”, la historia de La Habana y, con ella, la historia de Cuba. Por su ubicación estratégica, La Habana fue codiciada por las potencias de la época, lo que explica la necesidad de sus fortificaciones, como el castillo del Morro o la fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Fue pronto una ciudad plural donde convivían criollos y peninsulares; blancos, negros y mulatos; aristócratas, comerciantes y militares, religiosos y sirvientes.

Al amparo del comercio, La Habana se fue convirtiendo en una ciudad industriosa que desarrolló una arquitectura criolla, el “barroco cubano”, con una combinación de estilos llegados de la Península Ibérica y de las Islas Canarias y adaptados a la nueva realidad.

La evolución posterior de esta ciudad la ha visto moverse entre la adaptación a nuevas necesidades, por un lado ─como fue el uso del ferrocarril en 1837, primer territorio en la américa hispana en usar este modo de transporte, o el derribo de sus muros para poder expandirse─, y el esfuerzo continuado de preservación de su patrimonio, por el otro. Este esfuerzo fue reconocido por la Unesco en 1982 al declarar a La Habana Vieja como Patrimonio de la Humanidad. Y en ese gran trabajo de conservación, nos enorgullece saber que la cooperación española ha jugado un papel importante de acompañamiento durante las últimas décadas.

Nuestra historia común concluyó en 1902, al izarse la enseña nacional de Cuba en el castillo de los Tres Reyes del Morro, e iniciarse la independencia y con ella una nueva etapa en la historia de su país. Mañana, Señor Presidente, antes de partir de esta querida tierra, rendiré homenaje en Santiago de Cuba a los españoles, cubanos y estadounidenses que allí murieron con honor en 1898. Y tendré bien presente las palabras de José Martí cuando dijo que aquella fue una guerra sin odio. Y, en efecto, aquella sangre derramada, nuestra y vuestra, no ha dejado odio alguno entre nuestros pueblos y siguen vivas por siempre, mezcladas, acá y también allá, en tantas y tantas familias.

Señor Presidente,

Si “conmemorar” es una visión, revisión y valoración compartidas del pasado, es también, necesariamente, una oportunidad para mirar hacia el futuro. A lo largo de estos cinco siglos, La Habana ha ido evolucionando en su urbanismo, en su arquitectura, en su demografía y composición étnica y en su perfil político. La Habana no es, pues, una excepción a esa regla básica de que el inexorable paso del tiempo exige un esfuerzo de evolución y adaptación a la realidad cambiante.

Una lección segura que extraemos de la historia es que la evolución, la adaptación y el cambio son inevitables. Nada queda congelado en el tiempo y quien se resiste a su paso pierde la oportunidad de colaborar en el diseño de ese futuro que ya está naciendo, más aún, que ya está aquí.

Cuál será ese futuro es algo que tiene que dilucidar el propio pueblo cubano. Los cambios en un país no pueden ser impuestos, tienen que nacer de dinámicas internas, pero, de la misma manera que no puede tener éxito un cambio que no emane del interior de las fuerzas sociales y políticas de un país, es igualmente cierto que el cambio no traerá consenso y bienestar si no representa la voluntad ciudadana.

Es necesaria la existencia de instituciones que representen a toda la realidad diversa y plural que existe de los ciudadanos; y que estos puedan expresar por sí mismos sus preferencias y encontrar, en esas instituciones, el adecuado respeto a la integralidad de sus derechos incluyendo, entre ellos, la capacidad de expresar libremente sus ideas, la libertad de asociación o de reunión.

En ese proceso de cambio en el que está inmersa Cuba, nosotros, Señor Presidente, queremos acompañarles; y queremos hacerlo sobre la base del respeto y sobre la base de la propia experiencia. España supo dotarse, en 1978, de una Constitución basada en el pacto, la negociación, e inspirada en el consenso y la reconciliación. Y al amparo de ese marco constitucional, refrendado por el pueblo español en el ejercicio de su soberanía, los españoles hemos vivido nuestros mejores años como un país plenamente democrático.

De esa Constitución y de nuestra propia historia, los españoles hemos aprendido que es en democracia como mejor se representan y se defienden los derechos humanos, la libertad y la dignidad de las personas, y los intereses de nuestros ciudadanos. Y que la fortaleza que la democracia otorga a sus instituciones es la que permite el progreso y el bienestar de los pueblos y hacer frente a los riesgos y desafíos que inevitablemente surgirán en el camino.

Señor Presidente,

Vivimos en un mundo en el que el desarrollo de las nuevas tecnologías, la intensidad de las comunicaciones y medios de transporte, y las posibilidades tan extendidas de viajar, abren para todos oportunidades enormes que hace poco eran casi inimaginables. Hoy nunca ha sido tan cierto que ningún país puede permitirse vivir aislado. Corresponde a las autoridades, en este sentido, dar a los ciudadanos la ocasión de desarrollar todo ese potencial: oportunidades de viajar y de recibir a gentes de otros países; acceso a las nuevas tecnologías; normas que permitan el pleno desarrollo de la creatividad en todos los ámbitos, desde la creación cultural a la generación de iniciativas empresariales.

Queremos también ser parte, como lo hemos sido hasta ahora, del crecimiento económico del país. Queremos ayudar a generar oportunidades de mejora económica y social. Porque estamos convencidos de que, si queremos acompañar la evolución de otras sociedades, lo tenemos que hacer reforzándolas, potenciando su capacidad de prosperar, de aprovechar esas oportunidades, a través del contacto con otras economías; pero también a través de leyes y normas que permitan a los emprendedores llevar a buen término sus proyectos que, en definitiva, generan beneficio y contribuyen al bienestar de toda la sociedad.

En esta labor de avanzar y de generar intereses compartidos entre nuestros dos países, especialmente a través del comercio y de la inversión, quiero destacar la tarea desarrollada por los empresarios españoles que están llevando a cabo con gran esfuerzo su vocación de generar riqueza y empleo teniendo que superar enormes dificultades.

Señor Presidente,

Cuba ocupa un lugar en el imaginario colectivo del mundo mucho mayor de lo que representa su realidad demográfica y económica. La peculiaridad de su historia y de su política es un factor que explica esto, pero ha sido igualmente determinante la potencia y creatividad cultural de su país. Creatividad en su literatura, y vemos con orgullo que la obra de Lezama Lima, de Alejo Carpentier, de Dulce María Loynaz, por citar solo tres nombres, han sido determinantes en la evolución de nuestra literatura.

Pero no menos admiración y pasión suscita su creatividad en el ámbito de la música, una demostración más, de que es en la diversidad cultural donde se genera una mayor creatividad. No se puede entender su música, sus múltiples tradiciones cultas y populares sin el aporte de las culturas española y africana; y de tantas otras tradiciones, incluidas las llegadas de Asia.

Sobre esos múltiples orígenes, Cuba ha creado algo propio, como lo ha hecho también en el terreno de la danza; arte en el que brilla también con luz singular, aún con la triste pérdida de la gran Alicia Alonso. La Reina y yo reiteramos nuestro pésame por su fallecimiento, hace unas semanas. A tantos maravilló e hizo disfrutar, sentando la base del impresionante dinamismo de la danza actual en Cuba, como hemos podido comprobar en el Teatro Nacional. Lo mismo podría decirse de las artes plásticas. La cultura cubana provoca admiración y reconocimiento en todo el Mundo.

Pero queremos, igualmente, que la cultura española sea mejor conocida en Cuba y que pueda también influir en los creadores culturales de este país. Queremos que conozcan nuestras grandes obras y por ello, en este viaje, tenemos el privilegio de ofrecer al pueblo de Cuba el impresionante autorretrato de Goya que será albergado en el Museo Nacional de Bellas Artes las próximas semanas. Pero queremos también ofrecer el aporte de los creadores culturales actuales, para así favorecer nuevas oportunidades de encuentro, de diálogo, de conocimiento y de aprecio entre nuestros dos países. La colaboración cultural tiene que seguir siendo un elemento esencial de nuestra relación.

Finalmente, quiero recordar que en Cuba vive la tercera mayor concentración de españoles residentes en el exterior, de la misma manera que España acoge a un importante número de cubanos. El trato respetuoso y eficaz a nuestros connacionales exige reforzar nuestras instalaciones y nuestros recursos humanos.

Señor Presidente, es esta la primera Visita de Estado que realiza un Rey de España a este querido país. Tengo que expresarle mi satisfacción por haberme correspondido este gran honor en una ocasión tan relevante como la conmemoración del V Centenario de esta ciudad de La Habana. El vínculo entre Cuba y España es profundo, no es superficial; es atemporal, no coyuntural; y lo es en gran medida más humano y entre pueblos o sociedades.

Por eso, tras caminar, escuchar, saborear y admirar Cuba en estas calles de La Habana ─aún tan solo durante apenas tres días─, pienso, como español, que siento más viva, más intensa y más completa la riqueza, la amplitud y la dimensión de nuestra propia identidad. Como siento también que todo lo que nos une ─aunque lejos en la distancia─ se encuentra muy cerca y muy unido en nuestras vidas.

Permítame, en esta oportunidad y para terminar, que recupere el discurso que la gran poeta cubana Dulce María Loynaz escribió al recibir el Premio Cervantes en 1992. Recordó en ese discurso cómo su padre, el general Enrique Loynaz, recorriendo la ciénaga de Zapata durante la campaña de 1895, tropezó en un claro del bosque con un oficial español que dormía con la cabeza apoyada en un libro. Al despertarse y verse sorprendido, el oficial dejó tras de sí el libro. El general Loynaz se lo llevó consigo, prosiguió la marcha con sus soldados y, más adelante, “rendidos de fatiga” y en un momento de descanso, comenzó a leerlo. La lectura le hizo reír ante la sorpresa de sus hombres. El general compartió la lectura con sus soldados, quienes también comenzaron a reír porque, como ella afirma, “La risa, cuando puede participarse, hermana a los hombres”.

No sabemos cuál fue el fragmento que leyó a sus soldados, pero sí sabemos cuál era el libro: “La historia del ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”. Comprendamos todos, en esa anécdota, que lo que nos une a españoles y cubanos resiste la distancia y resiste al tiempo mismo.

Permítame Señor Presidente, para finalizar, que levante mi copa en un brindis por la amistad entre los pueblos de España y Cuba.

Muchas gracias.


(Texto oficial tomado del website de la Casa de su Majestad el Rey)


Bohemian Rhapsody (por Ramón Gener)



Wednesday, November 13, 2019

Caminos de la Isla de Cuba. Antigua relación según Esteban Pichardo en 1865 (por Carlos A. Peón-Casas)


Se trata de un libro ya incunable, una enjundiosa relación de todos y cada uno de los senderos que conectaban a la Isla de Cuba en aquel minuto, y que no volvería a tener un empeño similar hasta principios del siglo XX, cuando una expedición de la Inteligencia del Ejército Norteamericano, hiciera un bosquejo similar, intitulado Road Notes. Cuba 1909(1) más actualizado, pero manteniendo las esencialidades del libro de Pichardo, que ciertamente consultaron y tuvieron a la vista.

La relación que se esboza aquí, es sugerente en razón de que grafica el estado de aquellos caminos en particular, el Camino Viejo de Cuba, que enlazaba las principales ciudades de la época, que son más o menos las mismas de este hic et nunc.

Nuestra mirada encuentra particular destaque para los que atraviesan la antigua porción de nuestra actual provincia y ciudad de Camagüey.

El Puerto Príncipe de entonces se conectaba con las porciones oriental y occidental, tomando como referencia el entorno de la barriada de la Caridad, y el del Cuartel de Caballería en la calle de la Vigía respectivamente.

Todas las medidas, de ambos recorridos, empero, tomaban por referencia la Plaza de Armas. De aquella, hacia el norte, buscando la entonces salida a Sancti Spiritus, se recorrían exactamente 1420 varas hasta el Cuartel de Caballería.

De aquel punto por la que hoy seria la Avenida de los Mártires, antes Vigía, se alcanzaba el Entronque del Camino de la Guanaja, donde existía entonces el Tejar Santa Catalina.

De allí, según la relación del autor, tomando hacia la derecha se alcanzaba el Arroyo de Méndez, y su puente, distante unas sesenta varas. Un poco más adelante existía un famoso paradero conocido como Casas y Posada, distante 376 varas del puente sobre el Arroyo de Méndez, el punto, más cercano a la ciudad, donde los viajeros extenuados descansaban y reponían fuerzas antes de entrar a la ciudad del Príncipe.

Siguiendo adelante se alcanzaba un sitio conocido como La Tienda, el lugar donde arrancaba el Camino de San José que cruzaba sobre el conocido Puente de la Fundición, que cruzaba el rio Tínima en su porción inicial, y de allí enrumbaba hacia Caobillas y Caonao, para seguir enrumbándose hacia el oeste noroeste, y alcanzar otras localidades.

Viniendo desde el este, las cercanías de la ciudad de entonces por ese lado estaban a la altura del conocido T de Salvage, donde se encontraba con el de Monte de Horno, por esa época se ubicaban por allí, el Potrero de Recio, el Arroyo y Puente de ladrillo Santa Cruz, y más adelante la Casa residencia del Pedáneo de Maraguán.

A la altura de un sitio conocido entonces como La Exposición, entraba en la Ciudad de Puerto Príncipe por el entonces suburbio de La Caridad: “de cuya plaza a diez cordeles, termina el Partido Pedáneo de Maraguán y sigue al Puente de la Caridad (de ladrillo) sobre el Rio Hatibonico…."(2)


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  1. El trabajo fue acometido por parte de varios oficiales de la inteligencia del Ejercito Norteamericano, actuando a nombre del Cuba Pacification Army en el invierno de 1906-1907.
  2. Caminos de la Isla de Cuba. Felipe Pichardo. 1865 p .46

Robert Palmer


Monday, November 11, 2019

Obispos Católicos de Bolivia: "Lo que sucede en Bolivia no es un golpe de estado"


Los Obispos de la Conferencia Episcopal Boliviana, representantes de Comunidad Ciudadana, de los comités cívicos del país y del CONADE, reunidos en un diálogo constructivo sobre la inédita situación que se ha creado en el país, declaramos:

1. Lo que sucede en Bolivia no es un golpe de estado, lo decimos ante los ciudadanos bolivianos y ante toda la comunidad internacional. 

2. Llamamos a los bolivianos a la paz y no cometer actos vandálicos, ni de revancha, ni nada de lo que podamos arrepentirnos. Tenemos todos una grave obligación de defender la vida de todos los bolivianos. En nombre de Dios les decimos: cesen las acciones de violencia y preservemos la vida y la paz. Mantengamos el espíritu pacífico que ha reinado en el pueblo en este tiempo. 

3. Llamamos a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas de la nación a cumplir con urgencia con su rol constitucional de defensa de la propiedad y de las personas, preservando la vida y la libertad de todos. 

4. Estamos de acuerdo todos en proponer a la Asamblea Nacional de Bolivia una solución constitucional y pacífica para tener en breve un presidente constitucional con el encargo de formar un nuevo tribunal electoral y conducirnos a nuevas elecciones de forma que todo el pueblo pueda expresar su opinión en libertad y paz. 

Dios nos proteja en este momento y nos inspire sentimientos de paz y fraternidad. 


La Paz, 10 de noviembre de 2019

Conferencia Episcopal Boliviana
Comunidad Ciudadana
Comités Cívicos
CONADE

Rainy morning en Camagüey


Un poema de Félix Luis Viera

Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.     


Poema 55 de La patria es una naranja



55


Yaxkin Ramos se lamenta por Alejandro Reyes. A esa mujer de carnes amplias, de interminables honduras, a esa mujer con pretensiones de convoy, a esa dama abundante como los océanos, tú la penetrabas como aquel que penetra al sinfín multiplicado. Ancha, sólida, voluminosa era, y tú le ibas a ella como si se te fuera todo el cuero en cada lance. Alejandro Reyes –te decías–, qué infinitud guardan estas carnes y, sin embargo, qué estrechez interior, qué funda justa para mis ansias. Silvia era su nombre, y tú en las noches la llamabas: “Silvia, dame otra vez un poco de tus cremas más profundas; Silvia, que otra vez tus aguas vuelvan a lavarme por entero; que tus senos, inmensos como las montañas de mi niñez, vuelvan a tallar mis ojos; Silvia querida, excesos de exteriores, interiores de acero, deja caer todas tus tierras dentro de mí, que aún la noche sigue fría”. Alejandro Reyes –te decías–, ¿cómo habrá sido posible que tantas densidades confluyan en los muslos de Silvia? Y la llamabas: “Silvia querida, sueño con sismos debajo de la cama, sueño que varios volcanes me tragan y que una multitud de jarras cae desde los cielos, y yo estoy solo en una calle por donde nadie pasa: es tu ausencia, necesito que despiertes y te vuelvas a trepar sobre mí; si me duermo estoy solo, si no estoy contigo estoy solo”. Alejandro Reyes, qué solidez, qué ánimos de galeón los de Silvia, qué valles desbordados de esencias vaginales; qué talla: ocho mujeres en sí abarca Silvia. Rema, rema en las tardes Alejandro Reyes, Silvia es un lago cuya orilla contraria no se avista y tú la vas remando hasta que los remos se te astillan y aún no has llegado a su último desembarcadero. Cómo la penetrabas, Alejandro Reyes; qué fogatas, qué multilatidos había allá dentro; cómo tu sexo se calcinaba en aquella centrosfera; cómo al fin se deshojaba tu erección en esa flama. Qué muchachito eras recorriendo las llanuras de Silvia en verano. Cuán arropado te sentías sumergido entre sus senos en las noches de invierno. Qué enorme mujer; daba la impresión de que las estepas le quedaban chicas. Qué niñito te sentías, Alejandro Reyes, cuando las nalgas de Silvia te daban el sentido del Norte en esas noches en que dormían juntos. Tú la llamabas: “Ven, Silvia, déjame pasear otra vez en tu carrusel, dame los mismos caramelos, otra vez la pelota rojiazul y el carrito rojo; quiero jugar de nuevo a que estamos empezando”. Tú despertabas, Alejandro Reyes, y no sabías qué hacer si la enormidad de Silvia no estaba a tu lado. Ah, qué falta de calor, qué sobra de ausencia. Ah, el mundo se te ha quedado demasiado chico, Alejandro Reyes. Son diminutas las voces y los elefantes y microscópicos los edificios e invisibles los perros. Tú eres una mancha incolora en busca de Silvia, quien ya está más allá, más allá, más allá, en donde ya no podrás alcanzarla. Nunca. Nunca más.




55


Yaxkin Ramos si lamenta per Alejandro Reyes. Una donna dalle carni ampie, di interminabili profondità, una donna con ambizioni di convoglio, una dama abbondante come gli oceani, tu penetravi come colui che penetra un’incredibile infinità. Larga, solida, voluminosa era, e tu andavi da lei come se ti uscisse fuori tutta la pelle in ogni frangente. Alejandro Reyes - pensavi -, che infinito conservano queste carni e, malgrado ciò, che strettezza interiore, che fodera a misura delle mie ansie. Silvia era il suo nome, e tu nelle notti la chiamavi: “Silvia, dammi un’altra volta un poco delle tue creme più profonde; Silvia, che un’altra volta le tue acque tornino a lavarmi per intero; che i tuoi seni, immensi come le montagne della mia fanciullezza, tornino a scolpire i miei occhi; Silvia cara, realtà di eccessi, interiora d’acciaio, lascia cadere tutte le tue terre dentro di me, che ancora la notte è fredda”. Alejandro Reyes - pensavi - , come sarà stato possibile che tante densità confluissero nelle cosce di Silvia? E la chiamavi: “Silvia cara, sogno scosse di terremoto sotto il letto, sogno che diversi vulcani mi inghiottano e che una moltitudine di brocche cada dai cieli, e sono solo in una strada dove non passa nessuno: è la tua assenza, ho bisogno che ti svegli e che torni ad arrampicarti su di me; se mi addormento sono solo, se non sono con te sono solo”. Alejandro Reyes, che solidità, che animo da galeone quello di Silvia, che valli straripanti di essenze vaginali; che taglia: otto donne al suo interno contiene Silvia. Rema, rema nelle sere Alejandro Reyes, Silvia è un lago le cui sponde opposte non si vedono e tu vai remando fino a quando i remi si scheggiano e ancora non sei arrivato al suo ultimo imbarcadero. Come la penetravi, Alejandro Reyes; che fuochi, che infinite possibilità aveva là dentro; come il tuo sesso si bruciava in quella centrosfera; come alla fine cadeva la tua erezione nella fiamma. Che ragazzino eri mentre rincorrevi le pianure di Silvia in estate. Come ti sentivi protetto mentre eri immerso nei suoi seni nelle notti d’inverno. Che donna enorme; dava l’impressione che per lei le steppe fossero piccole. Che bambino ti sentivi, Alejandro Reyes, quando le natiche di Silvia ti indicavano il Nord durante le notti in cui dormivate insieme. Tu la chiamavi: “Vieni, Silvia, lasciami passare un’altra volta nella tua giostra, dammi le stesse caramelle, un’altra volta la palla rossa e azzurra e il carrettino rosso; voglio giocare di nuovo a quel che stiamo cominciando”. Ti svegliavi, Alejandro Reyes, e non sapevi che fare se le enormità di Silvia non erano al tuo fianco. Ah, che mancanza di calore, che grande vuoto intorno. Ah, il mondo è diventato per te troppo piccolo, Alejandro Reyes. Sono diminuite le voci e gli elefanti, sono diventati microscopici gli edifici e invisibili i cani. Tu eri una macchia incolore in cerca di Silvia, che adesso si trova più oltre, più oltre, più oltre, dove non potrai più raggiungerla. Mai. Mai più.



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Félix Luis Viera, poeta, cuentista y novelista, nació en Santa Clara, Cuba, el 19 de agosto de 1945. Ha publicado ocho poemarios; tres libros de cuento; siete novelas y dos novelas cortas.

Entre los premios que recibiera en su país natal, se cuentan el David de Poesía, en 1976; el Premio Nacional de Novela, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, galardón que ya le había sido otorgado a este autor, en 1983, por su libro de cuento En el nombre del hijo.

Su poemario La patria es una naranja, que aborda el tema del exilio a la par que incursiona en la realidad mexicana, ha tenido una buena acogida de crítica y público y recibió en Italia el Premio Latina in Versi en 2013.

Es ciudadano mexicano por naturalización.
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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960.

Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros.

Cuenta en su haber con una amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari.
Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.

Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.



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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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