Tuesday, November 6, 2018

Yugo y Estrella (un poema de Nuvia Estévez)

Nota: Cada martes un poema de Nuvia Estévez. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.


Yugo y Estrella


Pudiera darte la autobiografía
de una vida sin riesgos ni exabruptos
alejada de infames o corruptos
malabares hostiles de agonía

Puedo mostrarte yo la apología
que me conceden y jamás ostento
pues escribir es un divertimento
que me propuso Dios y la Poesía

A tu yugo torcido en el presagio
de lo que soy    puedo mostrar la rosa
la lágrima    la estrella que retoza

palpitante en el sueño    Hacia el naufragio
veloz avanzas    Y esta mariposa
aún puede alzarte en su ala tormentosa.




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Nuvia Estévez nació en Puerto Padre, Cuba, 1971. Ha publicado, entre otros, los poemarios “Últimas piedras contra María Magdalena”, “Penancolía”, “Maniquí desnudo entre Escombros”, “Misterio de Clepsidras” y “Las muñecas, las putas, las estatuas”. Su obra aparece en varias antologías y en estudios sobre poesía cubana. Actualmente reside en el Sur de La Florida.

6 de noviembre: Celebración de Fr. José López Piteira, Primer Beato Cubano

Fray José López Piteira fue beatificado el 28 Octubre de 2007, junto a 497 mártires de la guerra civil española.


Nació en Arroyo Blanco (Jatibonico, prov. De Camagüey, -actualmente pertenece a la provincia de Sancti Spíritus-) el 27 de marzo de 1913. Sus padres se llamaban Emilio y Lucinda. Fue bautizado en la parroquia de San José de Arroyo Blanco el 11 de noviembre de 1913. Al ingresar en los agustinos sus padres vivían en Partovia, Orense. Hizo el noviciado en el convento de Ntra. Sra. del Buen Consejo de Leganés y él profesó el 20 de agosto de 1929. Estudió cuatro años de filosofía en Leganés y tres de teología en el Monasterio de El Escorial. Profesó de votos solemnes en este monasterio de San Lorenzo el 16 de julio de 1934. Fue ordenado de subdiácono por el obispo de Madrid, Mons. Eijo Garay el 6 de abril de 1935 en la capilla del seminario de Madrid, y de diácono por Mons. Francisco Gómez, obispo misionero dominico de Haiphong, en Tonkin, el 8 de septiembre del mismo año en el Monasterio.

El 6 de agosto de 1936 fue detenido con toda la comunidad y encarcelado en la prisión de San Antón de Madrid. Como dice el padre Natalio Herrero “es digno de notarse la respuesta del diácono José Piteira, nacido en Cuba, quien, al decirle que podía hacer valer esa circunstancia de haber nacido en Cuba para conseguir la libertad, contestó: Están aquí todos ustedes que han sido mis educadores y maestros y mis superiores, ¿qué voy a hacer yo en la ciudad? Prefiero seguir la suerte de todos, y sea lo que Dios quiera”.

Después de cuatro meses de prisión fue juzgado a finales de noviembre por un falso tribunal constituido en la misma cárcel y condenado a muerte sólo por ser religiosos.

Su nombre estaba incluido en una “saca” de la muerte, y llamado a primeras horas de la mañana del último día de noviembre. Le ataron las manos después de haberle despojado de todo, y fue conducido a Paracuellos del Jarama con otros 50 agustinos donde fueron asesinados el 30 de noviembre de 1936, dando verdaderas muestras de fe cristiana ante los propios verdugos. (Texto tomado del website de la Provincia Agustiniana Matritense)

Monday, November 5, 2018

José María Gironella, entrevista en el programa "A Fondo" (RTVE, 1977)


(Miami) Homenaje póstumo al escritor cubano Bernardo Marqués Ravelo


El Pen Club de Escritores Cubanos en el Exilio invita a un evento público para rendir homenaje al escritor Bernardo Marqués Ravelo, fallecido en mayo del 2018 y uno de los firmantes de la importante Carta de los 10 en Cuba.

El encuentro que será conducido por el poeta Manuel Vázquez Portal, consistirá en recordar su vida y obra, a través de anécdotas de amigos y colegas y la lectura de algunos textos suyos. Participarán: Rosa María Rodríguez, viuda del escritor. Los actores Orlando Casín y Carlos Cruz. Los cineastas Lilo Vilaplana y Diego Rodríguez Arché. Los escritores Félix Luis Viera, Rodolfo de la Fuente, Juan Antonio Sánchez y Waldo González López.


Sábado 10 de noviembre, a las 3 p.m.

West Dade Regional Library
9445 Coral Way
Miami 3316

Leonardo Favio (Mayo 28, 1938–Noviembre 5, 2012)



Sunday, November 4, 2018

Las palabras Quebec y Cuba se parecen mucho... Le Dictionnaire cubain indispensable (Prólogo de Víctor Mozo)

Nota del blog: Agradezco a Víctor Mozo, que comparta con los lectores del blog, su versión al español del Prólogo de Le Dictionnaire cubain indispensable (coautoría de Michel Brulé y Víctor Mozo).


Prólogo


Las palabras Quebec y Cuba se parecen mucho y algunos quebequenses que pasan el invierno en la mayor de las islas del Caribe, se definen como “cubaquenses”.

Existen dos posibilidades en cuanto al origen del significado del nombre de Quebec. La primera y la más conocida de las hipótesis es que vendría de la lengua iroquesa y significaría allí donde el río se estrecha. La segunda dice que viene más bien de la palabra innu “képak” que quiere decir “desembarquen”. En lo que concierne al origen de la palabra Cuba, existen también algunas hipótesis que se confrontan. El lingüista francés Léon Douay pretende que vendría de la palabra maya cuba, que quiere decir codo, pero la hipótesis más verosímil sugiere que venga de la palabra arahuaca cubanacan, que significaría “tierra del medio”.

La lengua arahuaca era hablada por las principales naciones amerindias de la Isla. Desafortunadamente, esta lengua desapareció en Cuba porque los que la hablaban murieron, ya sea por las epidemias, por el mestizaje con los colonos españoles o con los esclavos negros. Los ingleses, quienes siempre practicaron una forma de colonización segregacionista y racista, exterminaron ciertamente unos 40 millones de amerindios en América del Norte, pero sus políticas segregacionistas y racistas permitieron sobrevivir a las tribus de arahuacos. Actualmente podemos encontrar un cierto número de ellos en Jamaica.

Si van a Guardalavaca, cerca de Holguín, se hace hincapié en visitar el museo de Chorro de Maita. Allí aprenderán con estupefacción que los amerindios de Cuba vivían en largas casas como nuestros propios amerindios. Los colonos franceses son los ancestros de los hippies y preferían hacer el amor más bien que la guerra. En un fascinante ensayo intitulado Nuestros ancestros, los primeros hippies, Gabrielle Labeau diserta sobre este tema bajo todos sus ángulos. Los primeros colonos franceses vivían armoniosamente con las Primeras Naciones y la mayor parte de nosotros tenemos orígenes amerindios. Es más, el historiador Francis Parkman elogió siempre nuestro modelo de colonización: La civilización española aplastó a los indios; la inglesa los despreció y la francesa los abrazó y mimó.

Si los amerindios de Cuba y de Quebec se parecían tanto por sus viviendas, su alimentación y su relación con la naturaleza, no sucede necesariamente lo mismo con los cubanos y los quebequenses. Nuestras diferencias culturales son enormes y tratamos de explicarlas en este libro a través de las palabras. Y volviendo al movimiento hippie que se caracterizaba por la libertad sexual, la solidaridad y el sentido de la comunidad, no hay duda de que fue el movimiento que más amenazó al gobierno (establishment en el original). A aquellos que llamamos los grandes de este mundo han hecho todo desde el hundimiento de este movimiento para erradicar sus valores.

Desde 1970, los medios de comunicación no dejan de empujarnos hacia el individualismo y el cada uno para sí. Actualmente, su victoria es casi total con el advenimiento de los medios de comunicación social, ya que hemos entrado en una era de egocentrismo, los selfies son la prueba más explícita. En la unión está la fuerza, pero el credo de los que nos dirigen (establishement) es el de dividir para vencer. En la provincia de Quebec es evidente que nuestras élites, todas malintencionadas, opresoras y antidemocráticas como son, se sirven de sus medios de comunicación para desunirnos al máximo.

En Cuba, es evidente encontrar algunos cubanos aferrados a sus teléfonos, pero la mayoría de ellos no pertenecen a nuestro mundo moderno. Efectivamente, la solidaridad humana y el sentido de la comunidad están siempre presentes y bien implantados. En Quebec, abandonamos a nuestros padres en asilos subvencionados. En Cuba, los ancianos participan activamente en la vida familiar y en la educación de los hijos. En Quebec, el movimiento #metoo, que tiene sus cosas buenas, ha contribuido sobre todo a crear un abismo entre hombres y mujeres. En Cuba las mujeres aman a los hombres y viceversa. Los cubanos no podrían imaginar una sociedad sin el aporte de ambos sexos. El coqueteo es omnipresente y se ve regularmente cómo los hombres piropean y silban a las mujeres sin que estas se den por ofendidas. Es cierto que los cubanos son más pobres que nosotros, pero son ricos en sol y en sonrisas. Mucho tenemos que aprender de ellos, pero para aprovechar al máximo de sus enseñanzas, tenemos que conocer sus costumbres a través de sus palabras. Gracias a este Diccionario cubano indispensable, podrá aprovechar los numerosos atajos y evitar las trampas que le tenderán.



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Ver textos de Víctor Mozo, en el blog

Muerte del Cabo Cheo (un cuento de Ciro Alegría)

Nota del blog: Publico hoy este texto del intelectual peruano Ciro Alegría, como un homenaje en el 110 aniversario de su nacimiento. 

Ciro Alegría obtuvo en el año 1941, el Premio Latinoamericano de Novela y recibió el galardón en el Waldorf Astoria en Nueva York. Mario Vargas Llosa lo considera "el primer clásico de la literatura peruana".

Su viuda Dora Varona Gil, poetisa cubana, se ha dedicado a editar su obra póstuma, que al día de hoy reune más de 20 títulos, traducidos en más de 20 idiomas. Además, ha escrito "La sombra del cóndor: Biografía ilustrada de Ciro Alegría" (1993)..

Para conocer de su vida y obra, se puede visitar el website Vida con Alegría

Agradezco a Cecilia Alegría, su hija y colaboradora del blog, quién facilitô la información y el texto de su padre, para compartir con los lectores. 


Perdóneme, don Pedro… Claro que esta no es manera de presentarme… Pero, le diré… ¿Cómo podría explicarle?… Ha muerto Eusebio López… Ya sé que usted no lo conoce y muy pocos lo conocían… ¿Quién se va a fijar en un hombre que vive entre tablas viejas? Por eso no fui a traer los ladrillos… Éramos amigos, ¿me entiende?

Yo estaba pasando en el camión y me crucé con Pancho Torres. Él me gritó: “¡Ha muerto Cheo López!”. Entonces enderezo para la casa de Cheo y ahí me encuentro con la mujer, llorando como es natural; el hijito de dos años junto a la madre, y a Cheo López tendido entre cuatro velas… Comenzaba a oler a muerto Cheo López, y eso me hizo recordar más, eso me hizo pensar más en Cheo López. Entonces me fui a comprar dos botellas de ron, para ayudar con algo, y también porque necesitaba beber.

¡Ese olor! Usted comprende, don Pedro… Lo olíamos allá en el Pacífico…, el olor de los muertos, los boricuas, los japoneses… Los muertos son lo mismo… Sólo que como nosotros, allá, íbamos avanzando…, a nuestros heridos y muertos los recogían, y encontrábamos muertos japoneses de días, pudriéndose… Ahora Cheo López comenzaba a oler así… Con los ojos fijos miraba Cheo López. No sé por qué no se los habían cerrado bien… Miraba con una raya de brillo, muerta… Se veía que en su frente ya no había pensamiento. Así miraban allá en el Pacífico… Todos lo mismo…

Y yo me he puesto a beber el ron, durante un buen rato, y han llegado tres o cuatro al velorio… Entonces su mujer ha contado… Que Cheo estaba tranquilo, sentado, como si nada le pasara, y de repente algo se le ha roto adentro, aquí en la cabeza… Y se ha caído… Eso fue un derrame en el cerebro, dijeron… Yo no he querido saber más, y me puse a beber duro. Yo estaba pensando, recordando. Porque es cosa de pensar… La muerte se ríe.

Luego vine a buscar a mi mujer para llevarla al velorio y creí que debía pasar a explicarle a usted, don Pedro… Yo no volví con los ladrillos por eso. Mañana será.

Ahora que si usted quiere ir al velorio, entrada por salida aunque sea… Usted era capitán, ¿no es eso?, y no se acuerda de Cheo López… Pero si usted viene a hacerle nada más que un saludo, yo le diré: “Es un capitán”…

¿Quién se va a acordar de Cheo López? No recibió ninguna medalla, aunque merecía… Nunca fue herido, que de ser así le habrían dado algo que ponerse en el pecho… Pero qué importa eso… ¡Salvarse! Le digo que la muerte se ríe…

Yo fui herido tres veces, pero no de cuidado. Las balas pasaban zumbando, pasaban aullando, tronaban como truenos, y nunca tocaron a Cheo López… Una vez, me acuerdo, él iba adelante, con bayoneta calada y ramas en el casco… Siempre iba adelante el cabo Cheo López… Cuando viene una ráfaga de ametralladora, el casco le sonó como una campana y se cayó… Todos nos tendimos y corría la sangre entre nosotros… No sabíamos quién estaba vivo y quizá muerto… Al rato, el cabo Cheo López comenzó a arrastrarse, tiró una granada y el nido de ametralladoras voló allá lejos… Entonces hizo una señal con el brazo y seguimos avanzando… Los que pudimos, claro. Muchos se quedaron allí en el suelo… Algunos se quejaban… Otros estaban ya callados…

Habíamos peleado día y medio y comenzamos a encontrar muertos viejos… ¡El olor, ese olor del muerto!… Igual que ahora ha comenzado a oler Cheo López.

Allá en el Pacífico, yo me decía: “Quién sabe, de valiente que es, la muerte lo respeta.” Es un decir de soldados. Pero ahora, viendo la forma en que cayó, como alcanzado por una bala que estaba suspendida en el aire, o en sus venas, o en sus sesos, creo que la muerte nos acompaña siempre. Está a nuestro lado y cuando pensamos que va a llegar, se ríe…Y ella dice: “Espera”. Por eso el aguacero de balas lo respetó. Parecía que no iba a morir nunca Cheo López,

Pero ya está entre cuatro velas, muerto… Es como si lo oliera desde aquí… ¿No será que yo tengo en la cabeza el olor de la muerte? ¿No huele así el mundo?..

Vamos, don Pedro, acompáñeme al velorio… Cheo era pobre y no hay casi gente… Vamos, capitán… Hágale siquiera un saludo…


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Duelo de caballeros. Cuentos y relatos (1963), en Relatos, Madrid, Alianza, 1983, págs. 276-278.

Saturday, November 3, 2018

Cómo enfrentar una crisis (por Orlanda Torres)


Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.


La mayoría de las crisis tienen connotaciones negativas e implica que tengamos que vivir un periodo difícil en nuestra vida. Conocemos que las crisis vitales son aquellas que surgen de forma inesperada de manera repentina y nos obligan a tomar decisiones inmediatas que en ocasiones se hacen difíciles de tomar.

Y existen las crisis circunstanciales que son aquellas originadas por un hecho que las precipita como un divorcio, muerte, enfermedad desastre natural etc.

Algunas pueden durar periodos cortos, otras pueden durar largo tiempo que nos impiden seguir con nuestras habituales acciones diarias. Las más duras pueden lacerarnos, dejándonos huellas y en algunas ocasiones cicatrices que hacen que todo nuestro ser se movilice y cambiemos nuestra actitud y procedimientos, haciéndonos seres más fuertes. Este evento hace que nos saquemos la capa externa y construyamos una nueva para protegernos, este estremezón hace que te adaptes y aceptes muchas cosas que antes no las considerabas importantes en tu vida. Pasas a otro nivel.

Las crisis son pruebas que nos hacen sentir que estamos desamparados, desprotegidos, huérfanos y fragmentados. Es ahí donde empiezas a redescubrir formas y estrategias para rescatar tu “yo”.

Entonces empiezas a movilizarte para hacer cambios y reinsertarte nuevamente en el engranaje de la vida y en algunos casos tener que aceptarte como una nueva persona, debido a las alteraciones sufridas por la crisis que dejó huellas en tu ser.

Una crisis puede romper ilusiones, sueños y hacer que tu vida de un giro sorprendente, pero lo más interesante de todo esto, es cómo vamos canalizando, aceptando y adecuándonos ante estos acontecimientos abruptos.

Es un reto más de la vida que nos pone a prueba y nos obliga a adaptarnos al nuevo escenario donde nos tocará vivir.

En muchos casos empezamos asumir mejor los hechos y tenemos una percepción más clara de la vida y aceptamos que nada es estático, que la vida es cambio constante y que, aunque no todos estamos preparados para sucesos inesperados, tenemos que tener en claro que siempre debemos estar atentos y saber que mientras estemos vivos, la vida puede sorprendernos en cualquier momento y debemos encarar los sucesos de la mejor forma para poder convertirnos en mejores seres humanos.


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Orlanda Torres: Psicóloga, Escritora, Educadora, Orientadora Motivacional.
Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
Administra:
Facebook.com: Orlanda Torres
Instagram: orlanda.torres.3

Viernes 24 de junio de 1966 (por Víctor Mozo)


El día se presentaba caluroso. Fui a esperar la guagua que me llevaría al campamento militar en la parada que quedaba casi enfrente de la Catedral en la calle Independencia esquina a Luaces. Serían apenas las 5:30 de la mañana y el aroma de pan recién horneado en la no muy distante antigua panadería y dulcería El Roxi del gallego Eusebio Cal, llegaba hasta la parada. Me comería un buen pedazo de pan caliente, me dije. Soñaba despierto, la que había sido una magnífica panadería y dulcería solo fabricaba ya un remedo de pan que solo era distribuido según el racionamiento impuesto.

En fracciones de segundos me vi años atrás en ese mismo lugar vestido con camisa azul, corbata blanca y pantalón kaki, esperando la ruta no 1 que me llevaría al colegio de los Hermanos Maristas. Camisas azules y corbatas blancas, ese es el Marista, había dicho una vez el Hermano Julio, rector del colegio. De repente, todo me resultaba tan distinto. La ruta no 9 que me llevaría a mi destino disminuía su velocidad para detenerse. Sin querer, empezaba a comprender el sentido de la palabra preocupación.

La guagua inició su rutinario recorrido atravesando calles, me pareció que iba más rápido que de costumbre o quizá era yo quien quería que fuera más despacio. Me acompañaban algunas cabezas rapadas sin que ninguna me fuera conocida, lamenté. Siempre el mismo aire de desconfianza. En los asientos del fondo alguien pasaba la borrachera de la víspera. Este vive en otro mundo, me dije. Mejor para él, no sé si ahogaba penas o alegrías.

Eran casi las 6 cuando la guagua llegó a nuestro destino. Me bajé sin pensarlo mucho, total, no había vuelta de hoja. Éramos apenas unas diez personas. Sin mediar palabra entre nosotros fuimos entregando la citación al militar que nos esperaba en la puerta de entrada. Si en las marchas dominicales acostumbradas notaba que había mucha gente, estaba vez aquel terreno enorme estaba prácticamente cubierto por una nube humana casi estática que trataba de buscar su rumbo. Ese 24 de junio de 1966 éramos probablemente más de mil.

Tratando de buscar a alguien conocido, me encontré con un viejo amigo de la infancia. ¿Y a ti por qué te citaron? Le pregunté.
- Pues ná, dejé de ir a la escuela y empezaron a citarme. ¿Y a ti?
- Por ir demasiado a la iglesia, creo.
- Tú siempre fuiste muy católico.
- Fui no, lo soy. Afirmé convencido.
Me alegró ver a alguien conocido, fue recíproco, era apenas un año mayor que yo. Robertico, le llamábamos. Buen muchacho, de buena familia. Tratamos pues de permanecer juntos y así pasar el poco tiempo que tendríamos haciéndonos conjeturas sobre el futuro.

Esta vez había muchos militares. En su mayoría se trataba de oficiales del Ministerio del Interior con sus inconfundibles uniformes y sus rostros impasibles. Como si de ir a al combate se tratara había además muchos soldados armados con armas largas. Los Sacker, Arroz Blanco y otros pasaban a un tercer plano. Me pareció ver al “sargento” Aguilera.

Al cabo de una hora empezaron a llamarnos por nuestros nombres a través de un altavoz. El que lo hacía era un oficial del Ministerio del Interior. Así se fueron formando compañías de 120 hombres. Por suerte Robertico y yo caímos en el mismo grupo, nos sentíamos menos aislados.

Mientras tanto una caravana de camiones Zil soviéticos con barandas de madera hacía su entrada en el campamento, nunca antes había visto tantos. Robertico y yo nos miramos, en esos vehículos nos transportarían.

Aquel pase de lista parecía no tener fin hasta que a eso de las 11am nos hicieron marchar militarmente hasta donde esperaban los camiones. No se nos permitía hablar, no se nos había permitido tomar agua y el calor no daba tregua. A lo lejos percibí una ambulancia, no sé si llegaron a utilizarla, ¡éramos tantos!

La orden de subir a los camiones fue dada y los encargados de arrearnos como si fuéramos ganado eran los “sargentos”. Sacker y compañía se dieron gusto gritándonos para que subiéramos rápido a los camiones. No nos daban tiempo ni de tener miedo. ¡Rápido, muévanse! ¡Arriba, arriba, partida de vagos! Vago el coño de tu madre, respondió entre dientes uno de los que subía.

No sé cuánto tiempo estuvimos parados en el dichoso camión, poco era el espacio donde podíamos movernos. Al menos, podíamos fumar y hablar, unos se encerraban en un silencio sepulcral y otros maldecían bajito la hora en que allí estábamos. El último en subir fue un miliciano con metralleta en mano y cara de pocos amigos que no dejaba de fijarnos con la mirada.

Desde donde estábamos ubicados pude ver que un jeep del Ministerio del Interior iría al frente de la larga caravana de camiones que nos llevaría a un destino aún incierto. Le seguía un camión posiblemente del Ministerio del Interior también lleno de soldados armados. Cada 4 o cinco camiones se situaba otro jeep con militares.

Nuestro camión se puso en marcha con un zarandeo que puso a prueba nuestras piernas que perdían equilibrio. Podíamos hablar, pero de pronto, a medida que íbamos saliendo, un silencio extraño invadía todo el espacio. Que sea lo que Dios quiera, me dije.





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Texte en français VENDREDI 24 JUIN 1966



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Ver textos anteriores de Víctor Mozo, en el blog

Augusto Roa Bastos, entrevista en el programa "A Fondo" (RTVE, 1976)

Friday, November 2, 2018

Siempre (un poema de Thelma Delgado)

Nota: Cada viernes un poema de Thelma Delgado. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



Siempre


Mientras existan labios queriendo besar
Unos brazos deseando proteger
Y el mar regale su canto a quien quiera escuchar
Habrá poesía

Mientras exista un refugio para los suspiros
la flor siga su romance con el viento
Y los perdóname no sean omitidos
Habrá poesía

Mientras exista el recuerdo del primer amor
el ave siga enamorada del viento que acaricia sus alas
Y haya una palabra de consuelo para sanar el dolor
Habrá poesía

Mientras tus ojos me digan te adoro
Te estremezcas al besarme
Y recuerdes que eres mi vida, mi mundo todo
Siempre, siempre Habrá poesía



___________
Ver
Página de Thelma Delgado en el website del Cultural Council of Palm Beach County

26 Festival Internacional de Ballet de La Habana (Inauguración. Octubre 28, 2018. Video completo)


Thursday, November 1, 2018

"La isla invertebrada". Antología de poesía cubana (Selección, notas y prólogo: Luis Manuel Pérez Boitel)

Nota del blog: Pronto estará circulando el volumen "La isla invertebrada". Antología de poesía cubana. Selección, notas y prólogo: Luis Manuel Pérez Boitel. 

Comparto con los lectores el índice de autores y sus poemas, que integran esta  inmensa, subjetiva, sugestiva e  interesante  selección. Poetas afincados  en la matria  planetaria, o "isla invertebrada", que acoge lo que insistimos en llamar lo cubano en la poesía.


Causas del odio social y político (por Christina Balinotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada a la familia por la Dra. Christina Balinotti (https://www.facebook.com/christina.balinotti), quien ha aceptado la invitación a compartir cada jueves, un tema relacionado con su proyecto Universidad de la Familia, programa académico extenso de 45 semanas. Los libros de la Dra. Christina Balinotti se pueden adquirir en Amazon en este enlace. Para ver sus videos y suscribisrse a su canal www.unifamilia.com y visitar su website http://www.balinotti.com/


Basados en los últimos acontecimientos de violencia racial y política en los Estados Unidos, nos preguntamos por qué existen personas que odian hasta intentar la muerte de quienes no piensan igual. Es acaso que el odio es más fuerte que el amor como afirmaba Sigmund Freud?-- Un sesgo de la condición humana inevitable. Sin duda parte de los afectos profundos del hombre, el odio tiene la particularidad de ser contagioso y transgeneracional. Lo pasamos a nuestros hijos y lo liberamos en las sociedades para que otros lo recogan como ejemplo. En esta entrevista reveladora analizo el tema para el programa del periodista venezolano Napoleón Bravo.




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Christina A. Balinotti: Escritora, Personalidad de Televisión y Radio. Experta en temas de Cultura y Psicología. Mujer de la Semana 2015 CNN Español. Pionera del Movimiento y Organización Femenidad Holística.

Fundadora/Directora del programa académico Universidad de la Familia, Ahora Sí, Miami 2016. http://www.balinotti.com/

Wednesday, October 31, 2018

Angela Agramonte de Varona (por Carlos A. Peón-Casas)


Doña Angela Agramonte de Varona,
 benefactora ilustre del Puerto Príncipe.

por Carlos A. Peón-Casas



La labor caritativa de esta dama puertoprincipeña, de la que poco o nada se nos dice, nos llega por mediación de una publicación conmemorativa igualmente poco vista y citada, referente al centésimo aniversario de la muerte del siempre recordado Padre Valencia(1).

Doña Ángela Agramonte, ilustre lugareña, fue testigo inefable, y luego continuadora entusiasta, del paso bienhechor de aquel hombre santo que fue el Padre José de la Cruz Espí, el Padre Valencia para todos los principeños, y para sus benditos lazarinos, y todos los que supieron de su caridad y amor infinitos.

Para aquel año de 1876, justo a los 30 años de la muerte del querido Padre Valencia, y luego que sus restos fueran exhumados, la diligente y caritativa dama, que fue testigo del hecho, tuvo a bien dedicar tiempo y peculio a una obra imprescindible en aquel minuto: el rescate de la ya por entonces muy averiada Iglesia de San Lázaro, que junto al Asilo anexo, sufriera ya el embate inevitable de los elementos, y primordialmente el comején.

Escuchemos el testimonio de la propia Doña Ángela en carta a su hijo Don Macedonio de Varona, firmada en Puerto Príncipe en mayo 29 de aquel año:
Me he dedicado ahora a refaccionar el asilo de San Lázaro y la bóveda del venerable padre Valencia que amenazaban caer a concurrencia de un comején y goteras de la iglesia; y creo que con el favor de Dios todo lo haré, pues todo lo estoy haciendo de limosna. Sacamos los restos que los encontramos todos llenos de comején, todavía con carne en los ojos y en un callo que tenía en la frente que se le había hecho del suelo, pues oraba postrado, y parecía un lunar. Tenía la cabeza (y) el cutis disecado. Allí tenía de enterrado 39 años cumplidos el 2 de mayo, y sacamos los restos el 12 de mayo: de modo que tenía 39 años (y) diez días. Estos restos los sacó el Sr. Arzobispo y los sacerdotes y el Comandante General y todas las personas que quisieron ir. El P. Riverol y un escolapio fueron los que trasladaron los restos a una caja de zinc que yo tenía preparada, y mandé a hacer otra de caoba muy linda que estuvo allí, y se pasó la de zinc a la de caoba ayer que asistieron las mismas personas del otro día y se trasladaron las cajas a su habitación donde se pusieron los pocos muebles que existen de él, que son: una cama de tabla y un ladrillo que era su almohada en las pocas horas que descansaba y cuando estaba enfermo y un crucifijo. Todo se guardó hasta que se refaccione la iglesia y tumba, para entonces volver a colocar los restos lo mejor que se pueda; pues juzga tu si tendré que caminar, pues yo soy la encabezada y me acompañaban Belén Socarrás, Anita Clorinda, Masita, Regla la esposa de Manuel Villafuerte y Manuela Xiques y otras varias(2).
Su testimonio es ciertamente revelador, en cuanto a los detalles de aquella primera exhumación de los restos del P. Valencia, e igual de su enorme deseo por salvar para la posteridad de su tiempo, en medio de los fragores de la Guerra de los Diez Años, el valioso aporte, de aquel buen pastor, a la caridad de los mas necesitados.

La dedicación de aquella buena cristiana a perpetuar la obra de Valencia, se nos sigue contando de parte de un testigo, Don Juan Basulto, vecino del Príncipe, en carta al ya citado Macedonio de Varona, dando cuenta de la enfermedad y muerte de Doña Angela, acaecida, fortuitamente, en el mismo asilo de San Lázaro, en diciembre de aquel propio año:
Ella se había marchado para San Lázaro en Septiembre para continuar su obra, la cual venía haciendo desde mayo último, pero entonces iba de mañana a las 6 y venía a la misma hora de la tarde. Como el carruaje cobrase por llevarla y traerla dos pesos, acordó irse a vivir a San Lázaro, y venir los domingos a oír misa o a hacer alguna diligencia en provecho de la obra, que estas eran tantas que solo ella las desempeñaba. Supón que madera, cal ladrillos, arena, hierro, clavos, martillos, operarios, peones, arquitectos y dinero se hacía de limosna y era necesario mandarlo ella misma.
La semana antes había estado cuatro días mala, y con unas quejas que había recibido se fue montada en una carreta desde su casa a las nueve de la mañana el día cuatro y se estuvo en San Lázaro hasta el viernes a las oraciones, habiendo cogido cama en desde el miércoles en San Lázaro. En este tuvo tres días de calentura sin remitirla a ninguna hora. Y el domingo a las once menos unos minutos falleció…
A su deceso, el periódico El Fanal, hubo de publicar unas notas laudatorias a la memoria de tan esforzada y caritativa dama del Príncipe, y que ahora transcribimos para ayudar a redondear esta mirada a figura tan descollante de la caridad cristiana, siempre bien entendida, y mejor vivida, de su época:
Poseía una varonil fuerza de voluntad que unida de practicar el bien, no le dejaba lugar a detenerse ante ningún obstáculo por insuperable que fuese, cuando se trataba de poner en práctica la más relevante virtud: la caridad. A esto se debe que en muy pocos días se vieran reparados todos los techos, empleándose un número considerable de tejas, maderas y otros materiales, con más la mano de obra consecuente al trabajo.(…)
Pero ¿con que recursos contaba Ángela para proceder a tan costoso trabajo? Con Dios, con su abnegación, su fe, y la nunca desmentida caridad de nuestro pueblo(3).
En algún minuto, aquella mujer de alma tan dedicada a los más necesitados había expresado de aquella ermita que:
Ese templo de piedad grande en su forma y grande por el objeto a que se dedica, es la obra de un hombre que al emprenderla contaba con mucho menos que con lo que yo cuento para su reparación(4).
Y acaso en medio de tremendas escaseces, fomentadas por el estado de guerra que asolaba al país, en el minuto que narramos, esta mujer decidida y llena del mismo espíritu que el santo Padre Valencia no se arredró ante nada y dio lo mejor de sí, para el logreo de aquel imprescindible empeño, así lo recuerda aquel panegírico que venimos citando de El Fanal:
La infatigable señora activó personalmente los trabajos preparatorios para la reconstrucción de la ermita y a los pocos días un considerable número de operarios daban principio, estando a más de la mitad al tiempo de su fallecimiento, y dejando en su recinto todo o casi todo, el material necesario para la terminación, y caso de faltar algunos bastaría con los que hay ofrecidos y y con algunos efectos y algún dinero en billetes que existen en poder de su albacea testamentario Sr. Don Juan Basulto(5).
A su deceso, y otra vez, emulando acaso en el tiempo, se escucharon otra vez, los lamentos de los pobres lazarinos y todos aquellos, a quienes el P. Valencia socorrió, cuando aquel pasó al Padre, así nos lo sigue relatando aquella crónica:
El nombre de Ángela Agramonte de Varona vive en los corazones de los pobres de esta ciudad, que lloran desconsoladamente tan sensible pérdida, pero con mayor razón en los de San Lázaro, a quienes ha dejado huérfanos(6).
Y ya en aquel minuto pedía a voces perpetuar la memoria de aquella buena alma que tanto hizo por sus prójimos, que entonces muchos durante su vida, supieron aquilatar, y cuya interpelación llega hasta hoy, olvidada acaso su impronta bienhechora entre tanto “mundanal ruido”:
Si nuestra débil voz tuviera algún valor, nos uniéramos(..) para pedir a quien corresponda que su nombre sea grabado en un lugar visible del hospicio para veneración y recuerdo de sus caritativos hechos y de los grandes beneficios debidos a ella(7).



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  1. El Centenario del Padre Valencia. Reportaje de Emiliano Barrios. El Camagüeyano, Camagüey, 1938
  2. Doña Angela Agramonte. María Teresa Betancourt, en El Centenario del Padre Valencia, op cit. p.39
  3. Ibíd. p.40
  4. Ibíd. p.41 Se cuenta aquí a seguido la anécdota siempre proverbial, de la primera vez que el Padre Valencia saliera a recolectar fondos para iniciar la obra del Asilo, que costaría al final muchos miles de pesos, y a pesar de no haber recogido al final del día más que 75 centavos, torno a su celda “entusiamdao y satisfecho”
  5. Ibíd.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd. Todavía en 1938, ese anhelo estaba incumplido, y así llega hasta hoy.

Tuesday, October 30, 2018

Santa Sede sobre la exhumación de Francisco Franco


La Oficina de Prensa de la Santa Sede informa que el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, no se opone a la exhumación del cuerpo del militar español Francisco Franco, aunque todavía no se ha decidido si sus restos serán enterrados en la catedral de La Almudena de Madrid.

Ciudad del Vaticano 
A propósito de la reunión que mantuvieron el lunes 29 de octubre, el Secretario de Estado de la Santa Sede y la Vicepresidenta del Gobierno de España, Carmen Calvo, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, precisó a través de un comunicado, lo siguiente: 
«El cardenal Pietro Parolin no se opone a la exhumación de Francisco Franco, si así lo han decidido las autoridades competentes; pero en ningún momento se pronunció sobre el lugar de la inhumación. Es cierto que la señora Carmen Calvo expresó su preocupación por la posible sepultura de los restos en la catedral de La Almudena, así como su deseo de explorar otras alternativas, también a través del diálogo con la familia. Al Cardenal Secretario de Estado le pareció oportuna esta solución»

(Radio Vaticana)

La hija de su marido la bota de la cama (por Cecilia Alegría, La Dra. Amor)

Nota del blog: Espacio semanal de Cecilia Alegría, La Dra. Amor, dedicado al amor de pareja.


Cecilia Alegría, La Dra. Amor,  responde a un caso que le ha llegado a través de su website www.ladoctoraamor.com

Querida Dra. Amor

Mi pareja y yo tenemos unos meses viviendo juntos. El tiene una niña de 4 años de edad, que vive con su madre casi todo el tiempo, pero él la trae a nuestra casa dos fines de semana al mes que se han convertido en una lucha porque la pequeña No quiere dormir en su cama sino en la nuestra y me termina echando a mí para quedarse durmiendo con su papá.
La tarde del sábado compré un peluche a la niña a cambio de su promesa de dormir con el muñeco, en su camita, por la noche. A la hora de irse a dormir yo la metí en la cama con el peluche, le conté un cuento, le prometí que si dormía sola el Domingo por la mañana iríamos a un parque de diversiones y la dejé solita (y aparentemente convencida y contenta). A los 10 minutos la niña estaba gritando como una poseída "Papaaaaa"; como siempre mi pareja fue a su lado, la levantó de la cama, la metió en nuestra cama y se acostó con ella (yo estaba mirando la T.V. en el sofá).
Mi pareja se quedó dormida con ella en nuestra cama y no se imagina mi cabreo en ese momento... Total que yo mal-dormí en el sofá y ellos dos en la cama de matrimonio, el domingo por la mañana me salían rayos y centellas por los ojos, encima del enfado había dormido fatal.
Cuando mi pareja se levantó le planteé la situación, comentándole que me parecía muy mal su actitud. Si a la niña no se le enseña desde pequeña que debe dormir sola (con el esfuerzo que eso supone) no se le hace ningún favor, además de que no es sano que duerma con personas mayores, etc...
Me contestó literalmente "es muy cómodo mirar los toros desde la barrera, si la atendieras más..., para mi sería más fácil" a lo que yo respondí "yo no soy su madre y considero que ya me implico bastante, pero tú me desautorizas delante de ella si después de todo acabas durmiendo con ella en nuestra cama".
Acabamos discutiendo y prácticamente no nos hablamos, él no entiende el porqué de mi enfado y yo no entiendo el porqué de su actitud tan cómoda respecto a la educación de su hija. Parece que yo no le importo.
Evidentemente cuando la niña se levantó de la cama me negué a ir con ellos al parque de diversiones y ¡se arruinó el día completo!
¿Qué hago, doctora amor, qué hago?
Analicemos el caso con detenimiento:

Ella No está casada con ese hombre y por tanto no tiene por qué aguantar lo que sucede en ese dormitorio que No es conveniente ni bueno, ni para la niña ni para la relación que la dama que nos escribe tiene con su novio. ¡El papá consiente tanto a la niña que no tiene ninguna consideración por nuestra amiga quien termina durmiendo en el sofá!

La respuesta que ella le dio al novio cuando él defendió a la niña por pasarse a la cama de ellos fue la respuesta correcta. Ella no es su madre y aunque intenta ganarse el cariño de la niña y hacerle entender que su lugar es su camita en su propio dormitorio, no cuenta con el respaldo de su papá.

El la está malcriando tanto que la niña va a crecer siendo la que lo controle y manipule a su antojo. Esto suele suceder porque los padres divorciados tratan de compensar la culpa de la separación con engreimientos, pero éste no es el camino. El rol del padre es educar ejerciendo disciplina.

Que le dejen encendida la lámpara de la mesa de noche y cierren con llave la puerta de su dormitorio. Si la niña toca la puerta, el padre deberá llevarla de regreso a su cama y hablarle y decirle que ella ya es grande y que tiene que aprender a dormir en su camita. En último caso que el padre se sacrifique quedándose al lado de la niña hasta que ella se vuelva a dormir. Puede que cueste formar el hábito, pero el hábito tiene que formarse.

Pero si el padre no quiere colaborar con lo que acabo de sugerir. le voy a hacer a ella una pregunta directa y muy clara: ¿Para qué quieres un tipo para el cual está primero su hija que tú? Que se quede con su hija. Mándalo lejos. Su hija tendrá 20 años, y seguirá estando primero que tú. Y que la eduque como le dé la gana. Si tu pareja, no te presta la atención, que tú necesitas, porque lo más importante es su hija .... ¿qué haces con él?


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Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez(Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018) 
Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Medios Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado nueve libros entre los que se encuentran:Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez(Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018) 

No tientes a los ángeles de las vocales (un poema de Nuvia Estévez)

Nota: Cada martes un poema de Nuvia Estévez. Puedes leer sus textos en el blog, en este enlace.



No tientes a los ángeles de las vocales



Lo estoy creyendo todo como una adolescente
lo que aprendí del polvo y de la hiedra
Si paso un dedo por la piel
ningún nombre ha quedado
Soy de esponja o de musgo
de fibra vegetal que no digiero
Si siento un ruido
retorna la cuerda que me habita
Fui crisálida a punto de reventar
emoción lacrimógena
No volveré a decir lo que no crean
te extraño como un niño
dame tu leche
la tetilla rosada
Acerca tu mano a mis nalguitas
y canta
Eres el gallo rojo
El 23
¡Atrévete!






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Nuvia Estévez nació en Puerto Padre, Cuba, 1971. Ha publicado, entre otros, los poemarios “Últimas piedras contra María Magdalena”, “Penancolía”, “Maniquí desnudo entre Escombros”, “Misterio de Clepsidras” y “Las muñecas, las putas, las estatuas”. Su obra aparece en varias antologías y en estudios sobre poesía cubana. Actualmente reside en el Sur de La Florida.

Miami Book Fair, November 11-18, 2018


Monday, October 29, 2018

Ana en sombras (por María Antonia Borroto)


“Que nadie se atreva a decir que nada ha dicho de nuevo; la disposición de las materias es nueva. Cuando se juega a la pelota, una misma pelota sirve para el juego de éste y de aquél; pero éste la coloca mejor”. Tales opiniones de Blas Pascal nos curan de antemano de esa fatua pretensión de juzgar las cosas usando como rasero su supuesta originalidad. La mención del juego también me parece admirable como metáfora de la creación. Al equipararla con el juego, no se ignora la seriedad de tal acto, más bien todo lo contrario: pocas personas lucen tan serias como los niños cuando juegan y hasta nosotros, adultos y sofisticados, nos concentramos como si en ello nos fuera la vida cuando ensayamos una inocente batalla en el tablero de ajedrez o nos ha salido mala una mano en la brisca.

Tales opiniones de Pascal también me vienen como anillo al dedo para intentar una aproximación al libro Ana en sombras, de Olga María Romero Mestas, volumen que a ratos parece autodevorarse: se trata de un ejercicio que toma en cuenta, junto a la fabulación, la reflexión sobre el propio acto de creación. Deviene, por tanto, un juego de espejos en que las historias se reflejan con las variaciones de las lentas cóncavas y convexas. Muchas veces olvidamos, en nuestros análisis sobre las relaciones entre el arte y la vida, que el arte deviene una realidad en ocasiones angustiosa, y que su reflejo de esa otra cosa que llamamos la realidad nunca es milimétrico. Esto que, parece una perogrullada, es esencial para entender el libro de Olga.

Si lo contado deviene realidad, debe existir, por tanto, una suerte de segundo plano —tal vez primero, según como se mire— donde examinar esa nueva entidad. Parece un juego de palabras, mas si el signo artístico es autorreflexivo, que no otra cosa quiere decir esa eterna paradoja que es la imposibilidad de apreciar por separado el contenido de la forma, una obra así concebida gana en artisticidad. Ya no se trata de convencernos de una ficción, sino de ensayar los propios mecanismos creadores de ficciones, innatos, en buena ley, y de los cuales solo podemos tener atisbos, nunca la certeza cabal. Porque el asunto siempre habrá de ser de fuerte raíz ontológica: definir nuestra esencia creadora, nuestro afán de perpetuación en una obra propia, es definir lo humano.

Por eso me entusiasma tanto el libro de Olga. Todos los que alguna vez hemos escrito algo que parece tener autonomía respecto a la vida, gustamos de pensar y hasta repensar las máscaras que disfrazan la vida y que, paradójicamente, nos la devuelven en un contacto más esencial. De eso se trata: no renunciar a ella, sino de llegarle por otras vías, por otras esencias.

El género epistolar, marginal si se quiere, deviene por tanto estrategia para una confesión de distinta naturaleza y para repensar los fragmentos propiamente narrativos. Pero si ello es así en la primera sección de Ana en sombras, la propia existencia de lo epistolar habrá de ser mirada luego con los instrumentos de la crítica literaria: no ya las menudas esquelas, tan típicas en las residencias estudiantiles y en la amistad, sino otras misivas que forman parte del patrimonio de la humanidad, bien por la excepcionalidad de sus corresponsales o de sus circunstancias: cartas privadas que, como bien dice la autora, forman parte de la urdimbre de la historia.

Olga puede imaginar sus probables respuestas. Se invierte el proceso, se completa la creación y el juego, expresión de una doble naturaleza, resulta perfecto. Imposta la voz y la actitud, se imagina en lugar del otro, es el otro por excelencia. Recuerdo haber escuchado la lectura de tales fragmentos. Aislados de su contexto —del círculo mágico del juego— no pasaban de ser un gesto risueño y una muestra de pericia literaria: es que su gracia radica precisamente en lo irreverente y al mismo tiempo respetuoso de esta doble mirada a lo epistolar. No pueden, por tanto, aislarse de estas, sus otras intenciones: no pueden desligarse del libro y su sentido.

Ana en sombras, por tanto, sugiere como ha de ser leído, cuál ha de ser nuestra actitud respecto a él. La autora es quizás más despótica aún que aquellos que fingen darle libertades al lector. Aquí nuestra única libertad es aceptar o no el juego, el descubrimiento de la imbricación de las historias y la existencia de otras voces que retoman y reinventan lo ya escrito.

Los cuentos breves me resultaron los más disfrutables por su admirable sentido de lo exacto. Todo es preciso, medido: son puras y simples narraciones, fábulas completas en sí mismas, sin comentarios apenas del narrador, que una vez más enfatizan que el menudo y sincero acto de contar pertenece a la esencia de lo humano.

Por eso saludo esta entrega de la Editorial Ácana, libro de gran sinceridad y fineza, de urdimbre precisa y armoniosa, culto y atrevido —como su autora—, que nos muestra que la escritura es siempre un devorarse a sí mismo y a la escritura, la propia y la de los otros.



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Ver textos anteriores de María Antonia Borroto, en el blog



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María Antonia Borroto Trujillo: Periodista. Dra. en Ciencias de la Comunicación. Autora de los libros La novia de MartíLectura en dos orillasImagen múltiple de la ciudad: tres cronistas miran La HabanaPalpitación de lo diario: un costumbrista llamado José Martí, Páginas volanderas, El escritor y la bibliotecaria y Julián del Casal: modernidad y periodismo (Mención Casa de las Américas en 2014.  Editorial Oriente, 2016).
Actualmente se desempeña como profesora en la Universidad de las Artes, ISA, filial Camagüey.
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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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