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Wednesday, February 6, 2019

El seminarista Adolfo Rodríguez, estudiante de Teología en la Universidad de Comillas. Curso Académico 1947-1948 (por Carlos A. Peón-Casas)


Hemos dado recién con un interesante Catálogo de los Alumnos del Seminario y Universidad Pontificia de Comillas, correspondiente al curso 1947-1948. Y ni cortos ni perezosos hemos rastreado en sus dilatada lista de 770 estudiantes matriculados en aquel minuto, para re-conocer la presencia entre aquel alumnado, de nuestro inolvidable Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera.

En el orden numérico general, al entonces seminarista Adolfo, le correspondía el número 43. Aparecía registrado además, en el Orden de Clases, como el número 24 en el curso correspondiente al cuarto año de la Facultad de Teología.

En los datos que se recogían de cada estudiante, de nuestro primer arzobispo se decía en sus generales que era hijo de Adolfo, ya fallecido, y de Clara Esther, con residencia en la calle Castillo 27, en Minas, Camagüey, Cuba. Se mentaban igualmente su fecha de nacimiento correspondiente: 9 de Abril de 1924, y se apuntaba que cursaba su segundo año en dicha institución.

Aquel correspondería a su último ciclo lectivo en el Seminario de Comillas, por entonces localizado en la provincia de Santander, en el norte de España. Su ordenación como es sabido, ocurriría en julio del año 1948.

Pero el entonces seminarista-teólogo Adolfo, no era el único camagüeyano en Comillas, ni tampoco el único cubano.

Rastreando con atención, el dilatado record de los estudiantes de aquel curso hemos topado con los nombres de otros 4 camagüeyanos, dos habaneros, un cienfueguero, y uno de la antigua provincia de oriente, aunque en el desglose general por nacionalidades(1)  se nos hable de una cifra mayor: 20 seminaristas cubanos, la lista efectiva sólo incluye 615 nombres del total, de donde inferimos que entre los no mencionados, pudieran encontrarse los restantes.

De la entonces dilatada provincia de Camagüey provenían los seminaristas Eduardo Aguirre García, en segundo de Teología, natural del poblado de Jatibonico, hijo de José y Carmelina, y avecinado en aquel en la calle Céspedes 25; y Vicente Pérez Gago, cursando primero de Filosofía, y originario de Morón.

De la propia ciudad de Camagüey, eran dos los seminaristas en lista: Lionel Montells Loret de Mola hijo de Gustavo y Ángela, con dirección en San Fernando 154; y Francisco Oves Fernández, hijo de Leopoldo y Emma, y con dirección en Maximiliano Ramos (Horca) en el número 56. Ambos cursaban la Filosofía, el primero en segundo curso, y el segundo en el primero.

Originarios de la Habana, por ende cubanos de origen, pero ya residentes en España, estaban matriculados en aquel año: Mariano Albero Salinas y Armando López Valcarcel, ambos cursando la Teología.

De la antigua provincia de Oriente era Ángel Mario Rivas Canepa, residente en Sagua de Tánamo y estudiante entonces del segundo año de Filosofía.

Efraín Rodríguez Falcón, quien llevaba ya seis años de estudios, y cursaba en aquel minuto la Teología, era nativo de la ciudad de Cienfuegos.

Del grupo de camagüeyanos, además nuestro primer arzobispo, Mons. Adolfo, sólo, hasta donde sepamos, recibió las órdenes sacerdotales Francisco Oves Fernández, en 1952, y quien andando el tiempo, también fue consagrado obispo, fungiendo como Auxiliar de Cienfuegos en 1969, y Arzobispo de La Habana, de 1970 a 1980.

Del resto de los cubanos, también concluyó allí sus estudios para el sacerdocio: Ángel Mario Rivas Canepa, según nos testimonia del Sr. Enrique Palacios, quien hubo de conocerlo en sus años de seminarista, en el Seminario del Cobre.

Muchos años después, Mons. Adolfo tuvo la suerte de volver a reencontrar antiguos condiscípulos de aquellos años de seminarista en Comillas, aunque ya no en el primitivo espacio que ocupara el antiguo Seminario y Universidad en tierras cántabras, sino en su nueva sede en Madrid.

Se me dice, de buena tinta, que en un antiguo corredor en la antigua Universidad en Comillas, Santander, donde se reconocen a aquellos ex alumnos que se distinguieron a posteriori, y fueron nombrados obispos.

El recuerdo de nuestro Arzobispo Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera, está oportunamente recogido allí, acompañado de una foto suya(2), como un claro símbolo de su denodada entrega a la que fue su inclaudicable misión de servicio a su Iglesia local camagüeyana, y a la de la patria cubana y universal.



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  1. Las cantidades de seminaristas por países es como sigue: Argentina: 5, Cuba: 20, Chile: 2, El Salvador: 4, Guatemala: 2, Honduras: 3. México: 54, Nicaragua: 4, Panamá: 2, Paraguay: 4, Perú: 3, Portugal: 8, Santo Domingo: 2, Venezuela: 1.
  2. Se trata de una copia coloreada, de la misma foto que le fuera tomada tras su ordenación obispal en Camagüey en 1963. Cortesía del Sr. Enrique Rodríguez.

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Ver Mons. Adolfo Rodríguez, en el blog

Tuesday, June 26, 2018

Presentación del libro: "Monseñor Adolfo. Es bueno confiar en el Señor" (por el Dr. Luis Alvarez)

Notal del blog: Agradezco al Dr. Luis Alvarez que comparta con los lectores sus palabras de presentación del libro Monseñor Adolfo. Es bueno confiar en el Señor. 

El evento tuvo lugar el pasado 20 de junio de 2018, en la Catedral de Camagüey. Estuvo presidido por  Mons. Wilfredo Pino, Arzobispo de Camagüey, Tania Bermúdez, Directora del Museo Arquidiócesano "Mons. Adolfo", Osvaldo Gallardo, redactor principal del libro, el Dr. Luis Álvarez, y el historiador Francisco Luna.


Esta valiosa compilación de documentos y algunos testimonios sobre la hermosa trayectoria de Monseñor Adolfo Rodríguez no solo ofrece a los lectores una imagen hermosa y coherente del sacerdote y el prelado, sino también un apasionante panorama de la iglesia cubana en una época en que a los católicos cubanos, como expresó Mons. Adolfo en su homilía de la misa crismal de 1987, nos “tocó asumir la sacudida de dos desafíos que vinieron al mismo tiempo: una revolución socio-política y una renovación conciliar profundas” (p. 109). La vida de nuestro inolvidable arzobispo resulta inseparable de un período que él supo iluminarnos también con su hondísima fe y con su admirable entrega como pastor de almas.

Muchas emociones e ideas de verdadera bondad se suscitan por la lectura de este libro y soy incapaz de hablar de todas. Pero si algo me queda claro como ínfimo lector, es el profundo humanismo católico que emana de las homilías y documentos de Mons. Adolfo. Ya S.S. Pablo VI decía en su encíclica Populorum Progressio, de 1967, que el humanismo cristiano que se debe propugnar es el que respeta y defiende la dignidad humana desde la verdad de la fe, una idea que S.S. San Juan Pablo II reiteró en su encíclica Sollicitudo Rei Socialis, en 1987. San Juan Pablo II decía allí:
Entre las opiniones y actitudes opuestas a la voluntad divina y al bien del prójimo y las «estructuras» que conllevan, dos parecen ser las más características: el afán de ganancia exclusiva, por una parte; y por otra, la sed de poder, con el propósito de imponer a los demás la propia voluntad.
Los documentos, cartas y homilías de Mons. Adolfo nos muestran a un cristiano convencido de que ante todo debe guiarnos el ejemplo que puso en sus palabras sobre el profetismo en la Iglesia —en el Consejo Parroquial Diocesano, 1997—, en las cuales se refirió a
“los hombres de la gran gesta, cuyos escritos impresionantes escuchamos en la liturgia de la misa, los hombres que pasaron por la cruz, soportaron las crisis, aguantaron las burlas, los desórdenes, los golpes y ataques, los que se enfrentaron con serenidad al martirio y a la muerte, pero siguieron adelante hoy, mañana y pasado mañana y murieron en su misión […]. Cada uno encarnó un valor, una virtud; cada uno puso su ladrillo del gran edificio” (p. 55).
Si alguien en nuestra isla comprendió cabalmente el sentido de la encíclica de San Juan Pablo II Sollicitudo Rei Socialis fue ciertamente Mons. Adolfo, quien una y otra vez en los documentos atesorados en este libro alude a la fe como portadora del perdón y del valor de la reconciliación. Sacerdote de estremecida y honda caridad, fue también cubano a toda prueba, y de allí deriva también su maravillosa capacidad de dialogar con su grey: él conoció como nadie esa cualidad que, con tanta certeza, nos atribuyó a sus compatriotas, llamándola la “sensibilidad expectante del cubano”. Pues, en efecto, somos un pueblo capaz de intensos sentimientos y de una constante expectación, palabra que significa “espera en la confianza“, y que no por gusto da nombre a una fiesta en honor de la Virgen María el 18 de diciembre. Como su propio pueblo, Mons. Adolfo supo esperar en la fe. Y ello hizo que nos repitiera, una y otra vez, que la pertenencia a la Iglesia Católica no deriva de lo exterior de una participación en acciones en su seno, sino de una fe interiorizada en esa confiada espera en Cristo. Por eso dijo en la XXVII Reunión Interamericana de Obispos celebrada en La Habana en 1999:
Debemos cuidar que los cristianos no midan su pertenencia a la Iglesia por su participación en las actividades de la Iglesia, porque esas actividades solas no definen al cristiano. Es necesario despertar la vida espiritual, en la pastoral de la santidad con el gigante dormido de la Iglesia cubana, que son nuestros magníficos laicos. Nunca se puede estructurar la pastoral exclusivamente en torno al sacerdote, menos aún en una Iglesia de muchísimos laicos y poquísimos sacerdotes (p. 59).
Esta idea fundamental, esa imagen peculiarísima que tuvo Mons. Adolfo del laicado cubano, es uno de los basamentos de su humanismo católico, en el cual el cristiano respeta, real y efectivamente, la dignidad humana y reconoce el derecho a las exigencias integrales de la persona, pero concibe esas exigencias como dirigidas hacia una realización concreta de una verdadera atención evangélica a lo humano, atención que debe no sólo existir en el orden espiritual, sino tender al ideal de una comunidad verdaderamente fraterna, a un re-ligarse los hombres entre sí a través de la fe y el amor. Mons. Adolfo sabía muy bien los riesgos y dificultades para luchar por una verdadero humanismo integral cristiano. Y alertó sobre ello claramente cuando dijo en la reunión de 1999 antes mencionada:
La Iglesia de la vivencia, que tan caro ha costado, no puede pasar a ser la de la prepotencia, que intente medir su pulso con otros como si fuera un poder frente a otro. La historia nos enseña que la Iglesia nunca ha perecido con los golpes, pero tampoco ha triunfado con los aplausos.
La tentación de la Iglesia de copiar las formas del mundo: copia que sale mal. Copia la autoridad y sale el autoritarismo; copia el orden y sale el inmovilismo; copie el derecho y sale el legalismo; copia la unidad y sale la uniformidad; copia el servicio y sale el funcionalismo; copia la comunión y sale el reunionismo.
La Iglesia cubana no puede cerrar el camino que lleva a la reconciliación, de la cual san Pablo nos dice que somos embajadores; y ese camino es el diálogo. (p. 60)
Y si algo supo Mons. Adolfo fue dialogar. Su humanismo, profundamente cristiano, le permitió dirigirse a los más humildes, sin vulgarismos de expresión que rebajan a quien los emplea, sin elevar a quienes los escuchan. No tuvo varios idiomas: uno para el culto y otro para el iletrado: dominó una lengua ciertamente bendecida, la que permite expresarse con limpieza, con corrección, sin pedantería engreída ni esa chabacanería que algunos consideran “aterrizar” el lenguaje y no es, en el fondo, más que una forma de desprecio a un oyente supuestamente inferior. Su palabra nos elevó siempre, porque era sabio, es decir, tenía verdad en él y no simplemente informaciones. Por momentos se descubre en sus documentos y homilías que conocía a José Martí mejor que muchos, o que, en el fondo recoleto de su alma, sabía muy bien que es bueno leer al gran escritor católico Georges Bernanos, y esos libros suyos, Diario de un cura rual o Diálogos de carmelitas, que hoy nadie en Cuba conoce. Sabía que la cultura, cuando se basa sobre la fe, es uno más entre los firmes estandartes del cristianismo.

Honremos una vez más la memoria vibrante de Mons. Adolfo. Pero, sobre todo, aprendamos de él, de estos textos suyos que, hoy más que nunca, nos alertan y fortalecen, porque nos recuerdan, en su palabra a la vez hermosa y transparente, que “la Iglesia cubana quiere ser la Iglesia de la esperanza: que recuerda el pasado, vive el presente y espera el futuro” (p. 37).



Friday, June 22, 2018

Presentan en Camagüey el libro "Monseñor Adolfo. Es bueno confiar en el Señor" (por Clemente Morgado)


En la noche del 20 de junio de 2018, fue presentado en la Basílica Menor de Camagüey, Cuba, la selección de documentos y testimonios, Monseñor Adolfo. Es bueno confiar en el Señor.

La presentación de la compilación del Secretariado de Cultura de la Arquidiócesis de Camagüey, estuvo a cargo de un panel integrado Tania Bermúdez, Directora del Museo Arquidiócesano "Mons. Adolfo", por Osvaldo Gallardo, redactor principal del libro, el Dr. Luís Álvarez, Premio Nacional de Literatura en este 2018 y el historiador camagüeyano Francisco Luna, quienes disertaron sobre la vida y obra de Monseñor Adolfo Rodríguez, obispo de la Arquidiócesis de Camagüey durante 40 años. El Dr. Álvarez leyó una breve ponencia sobre Monseñor Adolfo y el humanismo cristiano. En la presentación estuvieron presentes los obispos, Monseñor Wilfredo (Willy) Pino de Camagüey y el nuevo Obispo de Guantánamo-Baracoa, Monseñor Silvano Pedroso. También estuvo una amplia representación del clero y laicos camagueyanos, así como autoridades del Partido Comunista de Cuba en la provincia.

El lugar escogido para la presentación del libro, es altamente significativo, porque se realizó en el área de la Basílica donde reposan los restos de Monseñor Adolfo y se enmarca en el proceso iniciado por la Arquidiócesis de Camagüey para lograr la beatificación de Monseñor Adolfo. El libro fue vendido a los asistentes al precio subsidiado de 25 pesos, pues es realmente una impresión de lujo, que contiene la biografía de Monseñor Adolfo, una selección de sus documentos y homilías, así como un amplio testimonio fotográfico de quien fuera el más querido pastor de los católicos camagüeyanos en el siglo XX. Recordemos su profunda confianza en el Señor demostrada en expresiones como ¨miramos con serena confianza el futuro siempre incierto, porque sabemos que mañana, antes que salga el sol, habrá salido sobre Cuba y sobre el mundo entero, la Providencia de Dios¨.

Sunday, May 6, 2018

Mons. Adolfo Rodríguez (por Mons. Wilfredo Pino, Arzobispo de Camagüey)


Mi testimonio personal sobre Mons. Adolfo.
A 15 años de su muerte.

por Mons. Wilfredo Pino
 Arzobispo de Camaguey.


Al comenzar estas líneas le he pedido a nuestra Madre del Cielo, la misma a quien tanto amó Monseñor Adolfo, esté ahora a mi lado cuando, por la solicitud que se me ha hecho, escribo mi testimonio para su Proceso de Canonización. Sé que es una gran responsabilidad la que asumo, pero confieso que no tengo ningún temor, y si tuviera alguno, sería el de, como decimos los cubanos, “quedarme corto” al destacar las virtudes que acompañaron la vida de este gran hombre de Dios, de Cuba y de la Iglesia.

Mi primer encuentro con él fue cuando recibió mi solicitud de entrada al Seminario. Tenía yo 13 años y estaba muy lejos de imaginar ese día cuánto aprendería de él y qué estimación llegaría a tenerle.

Luego de su muerte, cuando tuve el privilegio de leer documentos para preparar un número extraordinario del Boletín Diocesano, descubrí que Monseñor Adolfo llamó la atención desde que era seminarista. En la carta de presentación que le hace su obispo, Monseñor Enrique Pérez Serantes, a Monseñor Manuel Arteaga, Arzobispo de La Habana, dice textualmente: “El que va se llama Adolfo Rodríguez. Ya terminó brillantemente el tercer año de Filosofía, y va a comenzar la Sagrada Teología. De los míos, es el número uno en todo, y creo sea quizá el alumno más querido en El Cobre”.

Yo destacaría, por encima de muchas cosas, su confianza en Dios. Las citas bíblicas escogidas por él para su ordenación sacerdotal y luego la episcopal, así lo demuestran: “Sé en quien he confiado” (2 Tim. 1, 12) y “Es bueno confiar en el Señor” (Salmo 118, 8), respectivamente. No sólo supo vivir él esta confianza sino que animaba a los que estaban a su alrededor a vivirla. Esa confianza lo hacía ver la luz en medio de cualquier oscuridad por la que se estuviera pasando.

Fue un hombre de “luz larga”. Sabía no perder el rumbo de a dónde se debía llegar. No se dejaba desanimar por los tropiezos del día a día. La esperanza siempre lo sostenía. A sus sacerdotes, en los tiempos difíciles, nos llamaba a no desanimarnos y a tener paciencia. “A la Iglesia cubana Dios la está probando en su paciencia”, nos decía. Y añadía: “Hasta ahora hemos esperado 20 años. Tal vez Dios quiera que esperemos 20 años más”.

Pude descubrir en él un estilo de oración que yo llamaría “en la vida”. Solía rezar el rosario mientras iba de camino desde el Obispado hasta su casa. Cuando iba por la carretera con su chofer, sacaba discretamente su rosario del bolsillo y lo rezaba. Cada día, al llegar al Obispado, antes de abrir su oficina, iba a la Capilla y rezaba. Gustaba de repetir jaculatorias, especialmente: “Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío”.

A pesar de ser un hombre de amplia cultura, se sentía muy bien visitando las pequeñas comunidades de la Diócesis, y nos invitaba a los sacerdotes a cuidar esas comunidades “porque en ellas está el futuro de la Iglesia de Cuba”.

Nunca vi en él un gesto de vanidad, ni la búsqueda de un aplauso o reconocimiento. Reafirmé esto cuando, después de su muerte, tuve en mis manos un sencillo librito de pensamientos de San Agustín, a quien él admiraba y citaba con frecuencia y que estaba junto a su breviario, en la pequeña capilla de su casa. En una de sus páginas, San Agustín se pregunta: “¿Qué es la humildad?” Y la respuesta que da es: “No buscar ser alabado.” Monseñor Adolfo había subrayado con su bolígrafo la respuesta.

Algo que llamaba también la atención en él es que podía hacerte una crítica, o darte una queja por algo que hiciste o dijiste, o sea, ponerte su dedo en la llaga que dolía… pero tú sentías que la otra mano la tenía puesta en tu hombro. Y reconocías que era un padre el que te hablaba, alguien que no quería hacerte daño, alguien que te quería mejorar.

Monseñor Adolfo dormía poco. Cuando visitaba las comunidades de la Diócesis era el último en irse. Muchas veces llegaba en horas de la madrugada luego de estar visitando una comunidad lejana. Y podías ir a su casa a las 7 de la mañana, que ya estaba listo para comenzar otro día. Los vecinos pueden dar testimonio de que la luz de su oficina era la última que se apagaba en la cuadra y la primera en encenderse.

Nunca aprendió la mecanografía, pero escribía velozmente con sólo dos dedos. Y en la época de casi ninguna noticia religiosa en la prensa, él mismo ponía varios papeles cebolla con papel carbón en su pequeña máquina de escribir y copiaba noticias que a él le llegaban. Luego nos enviaba copias a los sacerdotes bajo el título de Noticias Católicas Internacionales y nos pedía que las pusieran en los murales de las iglesias.

Monseñor Adolfo amó y cuidó mucho a Clara Esther, su mamá. Es verdad que ella se dedicó a él, pero también él la atendía con esmero. Cada noche, después de comer, se sentaba veinte, treinta minutos, en un balance frente a su mamá y conversaba con ella “del sol, la luna y las estrellas”, cualquier tema que estuviera a la altura de ella. Siempre la trató de “usted”, algo que es llamativo entre los cubanos.

Llamativa fue también su gratitud y cariño para quien fuera su secretario y chofer durante 41 años, el “fiel” Padilla, como le llamó en la Misa donde celebraba 25 años de ordenación episcopal.

Clara Esther y Padilla fueron los familiares más cercanos a él. Y cuando ambos se enfermaron, varias veces me decía que él le pedía a Dios morirse primero para no sufrir la muerte de ninguno de ellos dos. Me decía que quien debía morirse era él y no Padilla, y como argumento ponía que “Padilla tiene esposa, hijos y nietos que atender”. Dios escuchó su oración y se lo llevó consigo antes de la muerte de Padilla y Clara Esther.

Mucha era su capacidad de conocer a las ovejas por sus nombres. Y conocer igualmente sus problemas y necesidades. Esas personas necesitadas, cuando menos se lo esperaban, recibían la visita de Padilla que iba, en nombre del Obispo, con algo en la mano. Monseñor Adolfo estaba pendiente de los enfermos en el hospital, del seminarista que no tenía armario en su casa, o del joven que siempre andaba con una única camisa… Como sabemos, lo que hizo pocas horas antes de morir fue ir al Hospital Amalia Simoni a visitar a dos enfermos: una religiosa y un laico.

No quiero olvidar su amor al Camagüey. Se molestaba, igual que Monseñor Pérez Serantes en su tiempo de obispo de Camagüey, cuando decían que los camagüeyanos eran personas orgullosas. Y se defendía diciendo que Camagüey más bien era “legendaria”.

Muchas conjeturas se hicieron cuando quedó vacante la sede arzobispal de La Habana. Y no pocas hablaron de que fue propuesto para ella pero siempre dijo que no.

Cuando, años después, escribió a los fieles anunciando que el Papa había aceptado su renuncia, afirmó: “Las escasas fuerzas que me queden las coloco a disposición del nuevo Arzobispo, en lo que él estime conveniente disponer de mi servicio a la Iglesia de Camagüey”.

En ocasiones me citó una frase de quien lo nombrara obispo, el Papa Juan XXIII, pero que no recuerdo con exactitud. Se refería a que un obispo cumplía un gran por ciento de su trabajo episcopal si tenía a sus sacerdotes unidos y trabajando alegres en el apostolado. Ese gran por ciento lo había conseguido Monseñor Adolfo. Vivió siempre preocupado por sus sacerdotes e incluso por los familiares de los sacerdotes. Ver a un sacerdote alegre, lo alegraba, y la renuncia al ministerio de un sacerdote, lo estremecía.

Rezaba mucho antes de ordenar a un sacerdote. Y de manera especial lo hacía en la sacristía minutos antes de la Misa de ordenación, recostado a un mueble y con su cara entre las manos. Como Jesucristo, la noche antes de elegir a los doce.

Gozaba con la presencia de sus sacerdotes los lunes en su despacho del Obispado para compartir juntos los hechos del quehacer pastoral. Esperaba con ilusión esas mañanas de lunes. Solía dejar para los lunes las buenas noticias. No le gustaba que en esas reuniones informales se hablara de problemas o se plantearan cuestiones que iban a obligar a demasiada reflexión. En eso imitaba a ese buen padre de familia que enseña a sus hijos que “hay un tiempo para trabajar y otro tiempo para compartir con la familia”. Se preocupaba si alguno empezaba a aislarse faltando a esas reuniones no obligatorias. Y si conocía de antemano que alguno de sus sacerdotes no podía estar por algún compromiso de importancia, él era el primero en explicar a todos el motivo de su ausencia. Nos pedía a los sacerdotes, cuando íbamos a La Habana, que no dejáramos de ir al Seminario y reunirnos con los seminaristas de Camagüey. Por supuesto que, al regresar, nos preguntaba si habíamos ido a ver a los seminaristas.

Estaba convencido de que la fraternidad sacerdotal había que empezarla desde el Seminario.

Si es cierto que conocía bien a sus ovejas, igualmente conocía muy bien a sus sacerdotes. De vernos la cara, ya se daba cuenta de si algo andaba bien o mal. Y su paternidad entraba en acción.

Este “invento” suyo de las reuniones de los lunes hicieron posible lo que parecía imposible: lograr una mayor unidad y afecto entre jesuitas, claretianos, salesianos, marianistas y diocesanos; entre sacerdotes ancianos y sacerdotes jóvenes; entre los de muchos años de ordenación y otros recién ordenados; entre españoles, dominicanos, polacos y cubanos. Como buen padre, sabía perfectamente que no hay dos hijos iguales… Pero Monseñor Adolfo se encargaba de despertar, en cada uno de sus hijos sacerdotes, lo positivo que encerraba en su corazón.

Monseñor Mario Mestril, que fuera su obispo auxiliar y luego primer obispo de Ciego de Ávila, escribió para el Boletín Diocesano de Camagüey, el siguiente testimonio: “A Mons. Adolfo le debo y le agradezco la preocupación porque los sacerdotes nos reuniéramos cada lunes a compartir con él, a confraternizar entre nosotros; me hizo descubrir el sentido de lo que es el presbiterio”.

Monseñor Adolfo decía, poéticamente, muchas verdades. Sus homilías eran al estilo de las que hace hoy el Papa Francisco. Sin embargo, cuando se las pedía para publicarlas en el Boletín Diocesano que yo dirigía, me hacía resistencia. Yo me defendía diciéndole que, al haberlas dicho en público, yo las tenía grabadas. Era mi interés luchando contra el “no ser alabado” de San Agustín…

Hay frases suyas antológicas que todavía hoy día muchos repiten o citan de memoria. Quisiera mencionar varias de ellas:

• “En el Señor miramos con serena confianza el futuro siempre incierto, porque sabemos que mañana, antes que salgo el sol, habrá salido sobre Cuba y sobre el mundo entero, la Providencia de Dios” (Discurso de apertura del Encuentro Nacional Eclesial Cubano, 17-2-1986)
• “Cuba es la tierra buena del evangelio”
• “El tiempo siempre se venga de lo que se hace sin él”
• “Un corazón helado no puede ser misionero”
• “Cuando no hay amor, nos cerramos al diálogo, diciendo que no se puede dialogar, y nos abrimos al monólogo, a la violencia, a la polémica estéril, a la pretensión de reducir al silencio al adversario y hacerlo polvo, a la trampa del ‘nosotros’ y ‘ellos’
• “El pueblo sencillo entiende las cosas sencillas y recuerda mucho las cosas sencillas”
• “La fuerza de los jóvenes es la amistad”
• “En nuestro trabajo pastoral no debemos gastar pólvora en salvas”
• “El diálogo será siempre el camino mejor, necesario, posible y único, en todos los niveles: familiares, sociales, religiosos, pastorales, etc. Mucho más en Cuba que está llena de once millones de cubanos dialogantes de los que proverbialmente se dice: “los cubanos, hablando se entienden” (Homilía en la Toma de Posesión de su Monseñor Juan, 24-8-2002)
• “Una Iglesia sin cruz no es la Iglesia de Jesucristo; una Iglesia sin cruz es una cruz mayor”
• “No podemos avergonzarnos de predicar la misericordia de Dios y de despertar la misericordia humana en este mundo que no se perderá por falta de cerebros, de dinero, de armas… pero sí por falta de amor” (Apuntes para el Adviento de 1988)
• “En Cuba, ni los ateos son tan ateos, ni los cristianos somos tan cristianos”
• “No hay peor descanso que el descanso de un trabajo no realizado. Uno puede cansarse de descansar” (Homilía del 24-8-2002)
• “Si volviera a nacer, volvería a ser sacerdote, y si alguien me preguntara dónde, le contestaría que en Cuba, incluso con sus nubes; en esta Iglesia que es todo menos aburrida, y con este pueblo cubano que cada vez veo más claro que es un pueblo religioso desde sus raíces y que quiere seguir siendo religioso” (Homilía por sus 50 años de sacerdocio, 18-7-1998)
• “No me arrepiento de haber repetido millares de veces, en las buenas y en las malas, en las horas fáciles y en las difíciles: “Señor, en ti confío” (Homilía por sus 50 años de sacerdocio, 18-7-1998)
• “Siempre será más fácil pedir paciencia a los generosos, que pedir generosidad a los impacientes” (Discurso de apertura del Encuentro Nacional Eclesial Cubano, 17-2-1986)
• “Que todos seamos capaces de cumplir nuestra misión como hermanos, en familia, responsables y colaboradores sinceros y leales, que no quiere decir incondicionales, porque todo incondicional siempre es mediocre, y nos pasaría lo que les pasa a los pinos, que a su lado no crece nada” (Homilía 6-3-1999)
• “Lo que alguna vez es pensado es ya, desde ese momento, una realidad” (Homilía 6-3-99)
• “El poner la otra mejilla que nos pide Jesús no es, en definitiva, otra cosa que salir siempre con la serenidad, salir siempre en esta vida con algo desconcertante” (Intervención en el Sínodo de los Obispos de diciembre de 1985)
• “Tenemos que agradecer al Concilio Vaticano II que no hubiera condenado a nadie, porque hoy nos parece que, de cara a los protestantes, a los ateos, a los masones, a la religiosidad popular, dio resultados más positivos el anuncio sereno del Evangelio, la vivencia gozosa de la fidelidad cristiana, la alegría de ser cristianos, que una actitud meramente condenatoria o meramente defensiva” (Intervención en el Sínodo de los Obispos de diciembre de 1985)
• “En Cuba, en lo que se refiere a las relaciones Iglesia y Estado, el presente no se parece al incómodo pasado, y como la dialéctica es terca si es dialéctica, estamos seguros que el futuro no se parecerá al presente” (Homilía en la Toma de Posesión de su sucesor, Monseñor Juan (24-8-2002)

¡Y tantas otras verdades más!

Monseñor Adolfo fue capaz de hacer afirmaciones muy sabias no sólo con una sonrisa en sus labios sino provocándola en sus oyentes. Bastaría recordar su manera de explicar las “tres edades” de la vida de toda persona: “la niñez, la adultez y ¡qué bien te ves!”. Solía advertir la brevedad de la vida humana indicando que entrar a la “tercera edad” era una forma bonita para no tener que decir la última edad. Hablando de su propia vejez, dijo en una homilía: “A mí nadie me decía antes: “Cuídese”… Ahora me dicen demasiadas veces: ¡Qué conservado está usted!, con lo que me están queriendo decir que “para los años que usted tiene, está bastante bien”…

Ocurrente su forma de expresar gráficamente su consejo de cómo un buen pastor debía preocuparse de todo lo relacionado con sus ovejas: “Hay que hacer como los gorriones, que pican y miran para los lados”.

¡Con qué serenidad afrontaba el tema de su muerte, que presentía cercana! Baste leer, la carta que dejó escrita para los obreros que estaban reparando algunas iglesias de la Diócesis: “Me gustaría despedirme uno por uno… pero eso sería un espectáculo raro, más aún cuando uno no tiene ya el pasaje en la mano porque está en lista de espera. Pero sí decirles que, ya en la terminal, los recuerdo, los admiro y les agradezco su obra”.

A los matrimonios solía decirles que “un matrimonio sin un sí o un no, debía ser una cosa muy aburrida”. Y al presentarle a alguien sus sacerdotes más jóvenes decía: “Él todavía no ha hecho la Primera Comunión”. Y a todos los sacerdotes nos invitaba a preparar bien nuestras homilías y clases, “para que no resulten una agüita bomba”. Y si alguien empezaba a elogiarlo en público, interrumpía para decirles a todos: “Atiéndanlo todos, porque cada vez que él ha dicho una verdad, se le ha caído un brazo”. Y así desviaba el elogio hacia otro tema.

Años después de su muerte, muchos seguimos hablando de él, o citando sus frases, como si siguiera vivo entre nosotros. Personalmente, le rezo y trato de imitarlo a él en mi episcopado. Sigo agradeciéndole sus consejos, su amistad, su paternidad, sus observaciones, sus regaños, su cercanía, su paciencia y confianza para conmigo.

Los cubanos, cuando mencionamos el nombre de alguna persona difunta, solemos decir a continuación “que en paz descanse”. Confieso que no me nace decir esa frase cada vez que menciono a Monseñor Adolfo. No me lo imagino “descansando” sino muy activo, intercediendo por todos.

Convencido estoy de que, aquella noche del 9 de mayo del 2003 en la que él murió en mis manos pidiéndome que le diera la bendición, nuestro Padre Dios lo recibió diciéndole: “Ven, siervo bueno y fiel, entra al banquete de tu Señor” (Mt. 25, 23).


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Ver Mons. Adolfo Rodríguez en el blog

Friday, February 2, 2018

El Papa se queda en Camagüey (por Eduardo González)


Hoy día de la Virgen de la Candelaria, Patrona de Camagüey, escribo esta crónica celebrando el 504 aniversario de la fundación de la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe pero inspirado en uno de los hitos históricos de esta comunidad, la misa papal del 23 de enero de 1998.

La visita de su santidad Juan Pablo II a Cuba durante 5 días, llenó de júbilo a los cubanos. La llegada del mensajero de la Verdad y la Esperanza a nuestras tierras puso fin a un ciclo de persecución religiosa iniciado en los años 60 del pasado siglo. Aunque concebida como jugada maestra de alta política por el entonces líder Fidel Castro, la llegada del Papa peregrino cumplía fines pastorales y generó gran expectativa internacional por asociarse la figura de Karol Jozef Wojtyla al fin del comunismo internacional. Al ser recibido en el aeropuerto internacional José Martí de Rancho Boyeros, La Habana, el Santo Padre pronunció estas palabras…
Con la confianza puesta en el Señor y sintiéndome muy unido a los amados hijos e hijas de Cuba, agradezco de corazón esta calurosa acogida con la que se inicia mi visita pastoral, que encomiendo a la maternal protección de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre. Bendigo de corazón a todos y de modo particular a los pobres, los enfermos, los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu …
La apretada agenda del Juan Pablo II incluyó la celebración de una misa dedicada a la juventud en la Plaza Ignacio Agramonte de Camagüey. Aproximadamente 2 años duraron los preparativos en la cuna del Mayor, incluyendo agotadores ensayos del gigantesco coro, visitas misioneras casa por casa y amplias catequesis para preparar la multitudinaria eucaristía. Este colosal esfuerzo material y espiritual fue liderado por Monseñor Adolfo Rodríguez Herrera, en gloria esté, secundado por todos los religiosos y laicos de la diócesis, resaltando el padre Wily Pino, por su infatigable entrega a los ensayos y organización del magno evento cuidando de todos los detalles.

Recuerdo que casi no pude dormir en la madrugada del viernes 23 de enero de 1998, para ser de los primeros en ingresar a la plaza. Efectivamente, cuando el cordón militar permitió el acceso a la explanada sobre las 6.30 am, fui de los primeros en entrar. Tuve que correr para coger un buen lugar desde donde pudiera ver mejor. Me ubiqué cerca de un pasillo acordonado por donde supuse que entraría el Papa. La multitud fue creciendo y la espera comenzó a impacientar a los presentes. Cuando pasó el avión donde venía el Papa comenzaron las exclamaciones de júbilo, creo recordar que esto pasó cerca de las 10 de la mañana. Mientras tanto se escuchaba canciones religiosas y plegarias preparando la celebración.

Pasado unos 30 minutos aproximadamente llegó el Papa a la plaza. Para hacerlo tuvo que pasar por la recién construida en aquel entonces, rotonda Amalia Simoni, que quedó en el imaginario popular como la ¨rotonda del Papa¨, aunque ahora se llame Camilo Cienfuegos por el monumento allí erigido. Juan Pablo llegó en su papamóvil acompañado del Obispo Adolfo Rodríguez Herrera, saludando ambos a la delirante multitud. Los pude ver de cerquita, como a 10 metros de distancia, apreciando los detalles de la blancura del rostro del pontífice polaco. Comenzó entonces la celebración eucarística de la cual cito algunos fragmentos de la homilía papal…
Este lugar, que lleva el nombre de Ignacio Agramonte, El Bayardo, nos recuerda a un héroe querido por todos, el cual, movido por su fe cristiana, encarnó los valores que adornan a los hombre y mujeres de bien: la honradez, la veracidad, la fidelidad, el amor a la justicia. El fue buen esposo, padre de familia y buen amigo, defensor de la dignidad humana frente a la esclavitud… ¿Qué es llevar una vida limpia? Es vivir la propia existencia según las normas morales del Evangelio propuestas por la Iglesia. Actualmente, por desgracia, para muchos es fácil caer en un relativismo moral y en una falta de identidad que sufren tanto jóvenes, víctima de esquemas culturales vacíos de sentido o de algún tipo de ideología que no ofrece normas morales altas y precisas. Ese relativismo moral genera egoísmo, división, marginación, discriminación, miedo y desconfianza hacia los otros …
Mientras la misa se celebraba, los cantos y oraciones fueron creando un momento mágico que encontró su culmen en el espontáneo estribillo ¨El Papa se queda en Camagüey, en Camagüey, en Camagüey¨. Pronto todos los asistentes coreamos insistentemente la pegajosa copla cuyo ritmo proviene de las barras futbolísticas ¨oeeee, oeeee, oeeee¨. A lo que el Papa respondió
 …La celebración de hoy ha sido muy festiva y alegre. Los jóvenes han traído su alegría, su dinamismo, acercándose al altar del Señor, a Dios que alegra la juventud. Al marcharme para ir a encontrar a otros hermanos, agradecido con la invitación a quedarme en Camagüey, les quiero repetir que Cristo los mira, a cada uno, los mira y ama. Por eso no tengan miedo de abrirle las puertas de su corazón. ¡Qué este sea el programa de la juventud cubana¡…

Sobre el origen del pegajoso estribillo, aunque en el Internet circulan versiones que fue inspiración ¨de una mujer del pueblo¨ me atrevo a afirmar por los testimonios recogidos que fue autoría de un entusiasta joven llamado Karel Morell Avilés, quien pronto fue secundado por  el coro y de allí se propagó por toda la plaza y pasó a la memoria histórica del Camagüey como símbolo del espontáneo amor del pueblo camagüeyano por el Papa bueno.

Terminada la misa los jóvenes recorrieron largo rato las calles de la ciudad entonando canciones festivas y religiosas. Recuerdo haber conversado con uno de los manifestantes, quien me gritó exaltado ¨Ahora si se acabó el comunismo de p…¨ Con esto ejemplifico la emoción que se vivió en aquellos momentos inolvidables.

Veinte años después vemos que los protagonistas principales no están en Camagüey. Karol Jozef Wojtyla está en la gloria de los altares a la diestra del Señor. Monseñor Adolfo también partió hacia la eterna Jerusalén y está en trámites su proceso de beatificación. El entonces Obispo Auxiliar de Camagüey, Juan de la Caridad García Rodríguez, es el actual Obispo de La Habana. El Padre Wilfredo Pino, es hoy Obispo de Camagüey. Los restos del mandatario Fidel Castro Ruz yacen en una piedra en Santa Ifigenia. Muchos de los jóvenes participantes en la misa, han abandonado Cuba o Camagüey. Pero el espíritu del 23 de enero persiste aún en la ciudad. Los sobrevivientes esperamos algún día refundar la legendaria Camagüey sobre nuevas bases morales y materiales haciendo realidad el profético mensaje de Juan Pablo II de que el mundo se abra a Cuba y Cuba se abra al mundo. En esa misa estaba el joven Castor Álvarez Devesa, quien es uno de los tres sacerdotes firmantes de una carta abierta al General-Presidente Raúl Castro Ruz pidiendo libertades ciudadanas. Es un claro ejemplo de inspiración en el espíritu del 23 de enero. La generación del Papa bueno, trabaja en las sombras y espera su oportunidad. El tiempo está a nuestro favor.

Camagüey. 2 de febrero de 2018.

Tuesday, May 9, 2017

El éxito está al final del camino (por Joaquín Estrada-Montalván)


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Publico casi textual la nota que redacté en los días cercanos al viernes 9 de mayo de 2003, fecha en la que Mons. Adolfo a las 10 . 30 p.m., partiera en viaje definitivo a la Casa del Padre.

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El éxito está al final del camino 


por Joaquín Estrada-Montalván

Con 79 años de edad, recientemente cumplidos, sacerdote desde el año 1948, obispo (el más joven del mundo en esos momentos) nombrado por SS Juan XXIII en el año 1963 y toda una vida al servicio de los otros, Mons. Adolfo, el decano de los obispos cubanos, el viernes 9 de mayo, aproximadamente, a las 10. 30 p.m., se retiraba a la Casa del Padre. La Catedral Metropolitana de Camagüey recibió desde el alba del sábado hasta la tarde del domingo a todos aquellos que quisieron dar su último adiós a este su padre y amigo.

El sábado con una misa cada hora, estuvimos pidiendo por su eterno descanso, y también solicitábamos su intercesión por nosotros allá en el cielo. El domingo, coincidiendo con el Día de las Madres, se celebró la Misa a las 9. 00 a.m.. A las 3. 30 p.m. tuvo lugar la Misa Solemne presidida por Mons. Juan García, Arzobispo de Camagüey y concelebrada por casi todos los obispos de Cuba, así como por el clero camagüeyano y varios sacerdotes de otras diócesis. Estuvieron presentes asimismo junto al pueblo de Camaguey, religiosos (as) y laicos de otras diócesis. Las autoridades civiles de la provincia, estuvieron todo el tiempo disponibles y cercanas.

Mons. Juan García en su homilía, se refirió a Mons. Adolfo como el Buen Pastor, que supo guiar a su rebaño, porque conocía a cada una de sus ovejas y las conducía con amor. Coincidentemente era este el Evangelio del domingo. En otro momento de la homilía recordaba que este obispo había “ordenado 30 sacerdotes camagüeyanos y 7 diáconos permanentes. Felicitaba cuando las cosas iban bien, invitaba a la audacia, pastoral y repetía mucho no acepten un No por respuesta. Llamaba cuando las cosas iban mal, pero al ser poeta, no molestaba, por la delicadeza y elegancia, el regaño que hacía.”

La calle del Cristo en Camagüey, inicia a los pies de la torre de la Catedral, presidida por una enorme escultura de Cristo Rey y tiene su fin, ocho cuadras después, en la Iglesia del Cristo del Buen Viaje, con el Cementerio en su parte posterior. Este fue el trayecto que transitamos a paso lento, con la música solemne de la Banda Provincial, los cantos y oraciones, acompañando a Mons. Adolfo hasta (aparentemente) su última morada. El féretro se llevó cargado en hombros, primero los obispos, luego los sacerdotes, los diáconos, los seminaristas y los laicos, queriendo expresar de algún modo que el Amor que depositó en cada persona por siempre estará cosechándolo.

Mons. Adolfo ante todo proyecto que se le presentaba reiteraba invariablemente: conversamos sobre esto dentro de quince años, pero comienza hoy mismo. Conocedor del alma y del idioma, utilizaba continuamente el juego con las palabras para transmitir sus reflexiones sobre la vida o sobre la muerte. Le gustaba hablar con historias, parábolas, anécdotas, que transmitían una sabiduría, pero que dejaban el espacio a la libertad del oyente a tener su propia enseñanza. Me gustaba presentarlo a los numerosos amigos que por diferentes causas visitaban la diócesis, como el Decano. El siempre respondía, eso sólo significa el más viejo, de una manera elegante.

Cuando el Papa Juan Pablo II, luego de que Monseñor Adolfo le insistiera en varias ocasiones, aceptó su renuncia (como lo exige el derecho canónico a todo obispo al llegar a los 75 años de edad) estaba continuamente buscando variantes idiomáticas a su nuevo titulo: emérito, jubilado, (...), retirado, y cuando llegaba a este último término, decía que esto significaba vuelto a tirar, que cuando uno nacía lo tiraban al mundo, y que ahora este re - tiro significaba como un nuevo nacimiento.

Una de sus frases preferidas era que el éxito no está a la mitad del camino, ni siquiera después de ella, sino que el éxito estaba al final del camino, expresaba así que el trabajo y el bien había que hacerlo todos los días, hasta que llegara el último. Solía graficar con los aeropuertos, diciendo que la palabra EXIT, se encontraba en la puerta hacia la pista, o sea hacia el cielo.

Este hombre que invitaba a enseñar a partir de las actitudes para formar convicciones, estuvo hasta el último instante de su vida haciendo el bien. En el ocaso de ese viernes, fue a visitar enfermos en el hospital, como era su costumbre diaria. Unos momentos después le llegaría el infarto que lo afrontó rezando el rosario y recibiendo la bendición final de las manos del P. Willy (quien sirvió como obispo de Guantánamo-Baracoa y actualmente es el arzobispo de Camagüey).

Mons. Adolfo, demostró con su vida que el éxito está al final del camino.




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Nota: Esta cronología fue publicada en la revista ENFOQUE de Camagüey, en al año 2003, luego del fallecimiento de Mons. Adolfo.


Mons. Adolfo Rodríguez. Cronología mínima.

por Joaquín Estrada Montalván


Nota previa: Esta cronología tiene como base la realizada en el año 1998, con motivo de sus Bodas de Oro sacerdotales y sus 35 años como Obispo de Camagüey. Junto a los datos estrictos de la vida de Mons. Adolfo Rodríguez, aparecen aquí, algunos datos de la diócesis y del país que sirven de contexto, aunque por supuesto todos ellos están cercanamente relacionados a su camino vital. En ese momento Mons. Adolfo Rodríguez, haciendo gala de su extrema modestia, no estuvo de acuerdo en que se publicara. Hoy, como homenaje y recuerdo, hemos decidido hacerla llegar a Uds. La única intención es ofrecerles un mínimo conocimiento a partir de datos de la vida y obra de este gran cubano, padre y amigo.

Faltan las valoraciones y otros acercamientos a su figura, pero ellos demoran, pues necesitan del tiempo para que maduren. El texto primero, de esta cronología, fue escrito junto a Roberto Méndez Martínez, con la asesoría de Mons. José Sarduy, y con la colaboración de Mons. Juan García, entonces obispo auxiliar, y las Sras. Maribel Moreno y Yaritze Rodríguez, secretarias del arzobispado. En esta nueva versión, se han introducido algunas correcciones, ampliado otros datos, además ha sido actualizada hasta el presente. Han colaborado en esto Mons. Juan García, Arzobispo, el P. Ernesto Pacheco, Mons. José Sarduy, la historiadora Amparo Fernández y muy especialmente Maribel Moreno. Sin lugar a dudas, pueden haber posibles errores, lagunas, omisiones, olvidos involuntarios, por todo lo cual les pido disculpas anticipadamente.



1912

- 10 de diciembre: Pío X, erige la Diócesis de Camagüey.

1913

- 16 de mayo: Inaugurada la Santa Iglesia Catedral de Camagüey, en el templo que fungía como Parroquial Mayor. Este día se hace pública la Bula de Pio X de 1912 donde hace efectiva la erección de la diócesis de Camagüey.

1914

- 25 de mayo: Es nombrado como primer obispo de la diócesis de Camagüey, Mons. Valentín Zubizarreta Unamusanga, de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Es consagrado como obispo el 8 de noviembre en la Iglesia de La Merced.

1922

- 13 de agosto: Es consagrado Mons. Enrique Pérez Serantes como Obispo de Camagüey, en sustitución de Mons. Valentín Zubizarreta, quien es nombrado Obispo de Cienfuegos.

1924

- 9 de abril: Nace en el poblado de Minas, provincia de Camagüey. Su nombre completo es Adolfo Casildo de la Caridad Rodríguez Herrera. Hijo de Adolfo Rodríguez Fernández y Clara Ester Herrera Ravinal.

- 14 de julio: es bautizado en la parroquia de Nuevitas, por el sacerdote Cecilio Vega Arce, sus padrinos fueron Gregorio Velez y Amalia Ravinal

1928

- 11 de febrero: Se funda la Federación de la Juventud Católica Cubana.

1935

- 7 de junio: Se inician las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede. El presidente de la República de Cuba, en esos momentos era el Sr. Carlos Mendieta.

- 16 de junio: Jornada Eucarística Diocesana que tuvo como acto central una Misa en el Casino Campestre, donde se estima participaron 40 000 personas y comulgaron unas 10 000.

- 15 de septiembre: el Papa Pío XI nombra a Mons. Jorge Carruana, hasta entonces Delegado Apostólico, primer Nuncio en Cuba.

1936

- Adolfo Rodríguez entra en el Seminario Diocesano de Camagüey, Santa María, que radicaba en el Obispado y en la Quinta San José. Permanece en este hasta el año 1938. Había cursado sus estudios primarios en el Colegio Público de Minas.

1938

- Continua sus estudios en el Seminario San Basilio Magno de Santiago de Cuba. Permanece en este seminario hasta el año 1944. 1944

- Continua sus estudios en el Seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana. Permanece en este seminario hasta el año 1946. 1945

- 24 de diciembre: el Papa Pío XII, eleva a la dignidad de Cardenal al Arzobispo de la Habana, el sacerdote camagüeyano, Mons. Manuel Arteaga Betancourt. Siendo este el primer Cardenal cubano, de las Antillas y de toda la América Central.

1946

- 28 de junio: Recibe la Tonsura de manos del Excmo. Mons. Enrique Pérez Serantes.

- 29 de junio: Recibe las Ordenes Menores de manos del Excmo. Mons. Enrique Pérez Serantes.

- Es enviado a continuar su formación a la Universidad Pontificia de Comillas en Santander, España. Realiza sus estudios correspondientes a la Teología.

- 3 de noviembre: En una carta al Obispo de Camagüey, con membrete del rector de la Universidad Pontificia de Comillas, y firmada por Francisco Javier Baeza, dice: “han pasado ya bastantes días y los alumnos de su diócesis se encuentran bien, gracias a Dios. Adolfo Rodríguez y Eduardo Aguirre en Teología, dando buena cuenta de sí”.

1947

- 24 de febrero: Se celebró una gran Concentración Eucarística en la Catedral en saludo al Congreso Eucarístico Nacional que se estaba celebrando en La Habana. Se colocaron altavoces en varios lugares de la ciudad para escuchar el mensaje radiado que envió el Papa. Esta fue precedida de una semana misional eucarística diocesana.

- 20 de julio: recibe el Subdiaconado de manos del Excmo. Mons. Balbino Santos, Arzobispo de Granada, España.

- 21 de diciembre: Es ordenado Diácono por el Excmo. Mons. José Eguino Trecu, Obispo de Santander, España. 1948

- 18 de julio: Adolfo Rodríguez es ordenado sacerdote en la iglesia de la Universidad Pontificia de Comillas, España por el Obispo de Tarragona, Mons. Dr. Dn. Emmanuel Hurtado García.

- Celebra su primera misa en la Capilla del Convento de las RR MM Clarisas de Monforte.

- 22 de noviembre: Es nombrado Coadjutor ad Universitatem Causarum de la parroquia de la Catedral de Camagüey.

- 22 de noviembre: Realiza la Profesión de Fe en la Capilla del Obispado.

- 19 de diciembre: Celebra su primera Misa Solemne en Minas.

1949

- 8 de enero : Es nombrado Obispo de Camagüey Carlos Riu Angles, hasta entonces párroco de Banes. Mons. Pérez Serantes es promovido al Arzobispado de Santiago de Cuba. El nuevo prelado llegó a Camagüey el 26 de marzo.

1950

- Se inauguran las oficinas de la Acción Católica y la Casa de Ejercicios Espirituales para hombres en esta ciudad.

1951

- 18 de enero: Comenzó una gran misión diocesana .

- 28 de enero: En el Parque Agramonte el Obispo hizo la consagración de la diócesis al inmaculado Corazón de María.

- Para conmemorar los primeros cincuenta años de instauración de la República, se convoca a una misión Nacional que a lo largo de toda la Isla lleva la verdadera imagen de la Virgen de la Caridad.

- Julieta Arango logra la apertura de un Hospital Infantil en el antiguo local de San Juan de Dios. La institución es dirigida por un patronato y queda a cargo de las Carmelitas Misioneras.

1952

- 24 de enero: Es nombrado Cura Encargado de la Parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en la Zona de Vertientes.

1953

- La agrupación Católica Universitaria publica los resultados de una "Encuesta Nacional sobre el sentimiento religioso del pueblo de Cuba ", que aportó entre otros los siguientes datos: el porcentaje total de católicos es de 72, 5 % y la asistencia regular al culto de 24, 0 %.

- Se funda el colegio Teresiano de Saratoga.

- 5 de octubre: Apertura del Colegio Virgen del Carmen de Vertientes de las Carmelitas Misioneras por gestiones del P. Adolfo Rodríguez. Colegio parroquial. Preescolar y primaria, en el año 1960 comenzó con los estudios de secundaria.

1954

- Se inaugura el colegio de Santa Cruz del Sur de las Hermanas del Amor de Dios.

- 29 de mayo: Es canonizado el Papa Pío X, quien creó la diócesis de Camagüey, por este motivo el Obispo tuvo la aprobación a su pedido de declarar a este Papa, copatrono de la Diócesis.

1955

- 10 de octubre: Se inauguró el Colegio del Central Lugareño de las Hermanas del Amor de Dios.

- 26 de febrero: Los P. Agustinos llegan a la Parroquia de San José. Estarán en ella hasta abril de 1961. Regresan a la parroquia en esta fecha los Jesuitas.

- Los P. Jesuitas inauguran la Casa de Ejercicios Espirituales “Loyola - Javier ” en el Reparto Puerto Príncipe (Actualmente es el Motel Caonao). Dejan la Parroquia de San José y continúan atendiendo la Capilla de San José.

1956

- 7 de octubre: Es nombrado Consiliario Diocesano del Consejo de Caballeros Católicos, Rama “A” de la Acción Católica.

- Los P. Agustinos fundan la Escuela Parroquial San Fernando en el Reparto La Vigía.

1957

- 30 de enero-10 de febrero: Se celebran las segundas misiones.

1958

- 3 de mayo: El P. Adolfo Rodríguez, actuó de maestro de ceremonias en el centenario de las Escuelas Pías en Camagüey.

1959

- 1 de enero: Triunfa la llamada Revolución Cubana, esto traerá como consecuencia importantes y profundos cambios a todo los niveles y en todos los ambientes de la sociedad cubana.

- 9 de septiembre: Con su ahínco, logra que el Colegio Santa Teresita de Vertientes de las Carmelitas Misioneras, abra sus puertas. Era en un barrio pobre y alejado del centro del pueblo. Preescolar, primaria y secundaria.

- 2 de noviembre: Es nombrado Cura Ecónomo de la Parroquia de Vertientes.

- 28 - 29 de noviembre: Se celebra el Congreso Católico Nacional en La Habana.

1961 - Se declara el carácter socialista de la Revolución Cubana.

- 6 de junio: Se promulga la Ley de Nacionalización de la Enseñanza. Se suprime, por tanto, la educación católica en todo el territorio nacional.

- Mons. Carlos Rius Angles suspende la Acción Católica en la diócesis .

1962

- 11 de Agosto: El P. Adolfo Rodríguez es nombrado por Mons. Carlos Rius Angles, como Vicario General y Gobernador Eclesiástico.

- El P. Adolfo se reúne con antiguos directivos de la Acción Católica. Se organiza en la diócesis el laicado de manera más acorde con los tiempos y con una estructura única en el país, para atender: catequesis, liturgia, jóvenes y matrimonios.

1963

- 27 de mayo: El P. Adolfo Rodríguez es nombrado Obispo de Tiberiópolis y Auxiliar de Camagüey, por SS Juan XXIII. En esos momentos era el Obispo mas joven del mundo.

- 16 de julio: El P. Adolfo Rodríguez es consagrado como Obispo en la Catedral de Camagüey por Mons. Evelio Díaz Cía, Arzobispo de La Habana. Los padrinos fueron su señora madre Clara Ester Herrera Ravinal y el Sr. Antonio Martinez. Su padre ya había fallecido.

- Muere el Card. Manuel Arteaga Betancourt, Arzobispo de la Habana.

1964

- Mayo: Nace la publicación del Apostolado Seglar “Documentación” - Boletín de información y estudio- que permanecerá circulando hasta el año 1969.. En la presentación Mons. Adolfo Rodríguez manifestó: “Es una actitud que busca con afán transformar los conocimientos en compromisos de conciencia Y es una actitud que sobrepone a la curiosidad y a la documentación, el amor, el amor cristiano, el amor operante, que obra grandes cosas o no es amor.” Está publicación está considerada como la antecesora de la Revista ENFOQUE.

- 4 de agosto: Mons. Adolfo Rodríguez ordena como sacerdote a Mario Mestril Vega, en la parroquia de Nuevitas.

- 6 de setiembre: En carta del Encargado de Negocios a.i. de la Santa Sede, Cesar Zacchi a Mons. Adolfo, le comunica que ”Me complazco grandemente en significarle que, habiéndose quedado vacante la Sede Episcopal de Camagüey por la renuncia a la misma que, por motivos de salud, presentó el Excmo. y Veneradísimo Mons. Carlos Riu Anglés, el Santo Padre PAULO VI se ha dignado trasladar a Vuestra Excelencia a la mencionada sede residencial (...) en la cual Vuestra Excelencia trabajó con celo y esmero hasta septiembre de 1961 como Párroco y Consiliario de Acción Católica, para seguir sirviéndola, a partir de la mencionada fecha, primero como Vicario General después como Gobernador y, finalmente, desde julio de 1963, como Obispo Auxiliar con facultades de Obispo Residencial”.

- 10 de septiembre: Se hace pública la Bula Papal donde Mons. Adolfo Rodríguez es nombrado Obispo Titular de Camagüey. Estando él en Madrid, de paso para las sesiones del Concilio Vaticano II en Roma.

- 14 de setiembre - 21 de noviembre: Mons. Adolfo se encuentra en Roma participando en la Tercera Etapa del Concilio Vaticano II.

- 29 de diciembre: Mons. Adolfo Rodríguez toma posesión de la diócesis.

- Llegan los Padres Belgas a Camagüey. Permanecen en la Diócesis hasta el año 1970. Fueron los primeros sacerdotes extranjeros que entraron al país después de 1961.

1965

- 14 de setiembre - 8 de diciembre: Mons. Adolfo se encuentra en Roma participando en la Cuarta Etapa del Concilio Vaticano II.

1966

- 11 de febrero : Llegan las Hermanas Sociales a la Diócesis

1967

- Primer Consejo Diocesano de Pastoral

- 1 de setiembre: Se crea el Apostolado Seglar Organizado en Cuba

1968

- 1 de agosto: Elegido por la Conferencia Episcopal Cubana como delegado a la Reunión del CELAM, en Medellín, Colombia.

1969

- Comunicado de los Obispos de Cuba pidiendo el cese del Bloqueo de los Estados Unidos a Cuba. Primero de los Obispos después de 1961.

- 4 - 8 de agosto: Se celebra en la Casa de la Merced un Cursillo de Actualización Pastoral. Los ponentes fueron el P. Carlos M. de Céspedes y Mons. Evelio Ramos. En la década del 60, en la diócesis los cursillos de actualización pastoral, así como charlas de diversos temas relacionadas con la fe y la cultura, fueron frecuentes.

1970

- Noviembre: Elegido por la Conferencia Episcopal Cubana como representante ante el CELAM y como Presidente de la Comisión Episcopal de Ecumenismo y de la Comisión Episcopal de Vocaciones y Seminarios.

- Mons. Adolfo propicia encuentros ecuménicos diocesanos. Dirige cartas a los sacerdotes para promover estos encuentros en sus parroquias.

1971

- 2 de febrero: Ordena como sacerdotes a: José Agustín Sarduy Marrero, José Luis Rodríguez Rodríguez, Francisco García Pérez, José Rafael Grau Adán y José Manuel García Sardiña en la Catedral.

1972

- 25 de enero: Ordena como sacerdote a Juan de la Caridad García Rodríguez, en la Parroquia de Morón.

- 8 de febrero: Ordena como sacerdote a Raúl Ernesto Fernández Valledor, en la Catedral

1973

- 15 de julio: Ordena como sacerdote a Juan Gibert Valero Castillo en Morón.

- Se celebra el Primer Encuentro Diocesano de Pastoral Juvenil. Con el lema "Jesucristo liberador". Estos encuentros se celebraron ininterrumpidamente todos los veranos, hasta el año 1998, en que comenzaron a celebrarse los Campamentos de Verano.

1975

- 1 de agosto: Ordena como sacerdote a Wilfredo Pino Estevez en la Catedral.

1976

- Declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Cubana condenando el atentado terrorista contra un avión de Cubana de Aviación en la isla caribeña de Barbados donde perdieron la vida 73 personas.

1979

- 21 - 22 de agosto: La Conferencia Episcopal Cubana lo elige como su Vicepresidente.

- Visita la diócesis el Card. Bernandin Gantin.

1980

- 28 de mayo: Ordena como sacerdotes a Osvaldo Cambra Casalís, Héctor Meléndez Varona, Rodolfo Lamas Catá, Modesto E. Mursulí Suárez, Ignacio Zaldumbide Vilor, Eleades Petit

1981

- Enero- Febrero- Marzo: Aparece el primer número de la Revista Enfoque. Es la decana de las revistas católicas cubanas actuales.

1982

- Comienza el proceso de reflexión Eclesial Cubana (REC).

- Enero: Regresan las Hermanas Salesianas a la diócesis.

- Es elegido presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba; estuvo en este servicio por dos periodos, hasta 1988.

1983

- A petición de Mons. Adolfo regresan a Camagüey, las Hnas. Siervas de María. Ellas estuvieron en la diócesis desde el 2 de julio de 1891, hasta su expulsión en 1961.

- Se clausura la Catedral por reparaciones.

1984

- 21 de agosto: Ordena como sacerdote a Nelson Benítez en la Parroquia de Ciego de Avila.

1985

- Comienza Curso Bíblico en Creole para la Comunidad Haitiana de la Parroquia de San José.

- Se crea el departamento de Asuntos Religiosos, dependiente del Comité Central del PCC para la relación de las iglesias y el estado.

- Mons. Adolfo Rodríguez dirige una comunicación a sus fieles sobre "Algunas orientaciones del magisterio eclesiástico acerca de la deuda externa y el nuevo orden económico internacional "

- 16 de julio: Ordena como sacerdote a Roberto Rivas Betancourt en la Soledad.

- 17 de julio: Ordena como sacerdote a Eugenio Castellanos Pesantes en Nuevitas.

- Diciembre: Mons. Adolfo participa en el Sínodo Extraordinario de Obispos, que se celebró en Roma por los veinte años de haberse celebrado el Concilio Vaticano II. En su discurso planteó: “ (...) también tenemos que agradecer al Concilio que no hubiera condenado a nadie, porque hoy nos parece que, de cara a los protestantes, a los ateos, a los masones, a la religiosidad popular, dio resultados más positivos el anuncio sereno del evangelio, la vivencia gozosa de la fidelidad cristiana, la alegría de ser cristianos, que una actitud meramente condenatoria o meramente defensiva.

1986

- Se celebra en la Habana el Encuentro Nacional Eclesial Cubano. Mons. Adolfo en su condición de Presidente de la COCC, pronunció el discurso de apertura. “... Los cubanos, por nuestro carácter, somos capaces de construir cualquier cosa en común; y en común vamos a construir este camino del Espíritu, felicitándonos por tantas cosas que salen bien en nuestra patria y preguntándonos qué humildemente que podemos hacer para que las que salgan mal, salgan bien,,,”

- 1 de abril: Ordena como sacerdote a Ernesto Pacheco López en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.

- Setiembre: sale el primer numero del folleto de la catequesis “ Carlos y Alicia”, a partir de marzo de 1988 se le cambia el nombre por el actual “Amigos de Jesús”. El Obispo les dice a los niños “ Jesús es el amigo de verdad; el amigo que nunca falla. Jesús es el que hace el camino contigo; el que te escucha y atiende; el que te aconseja, te aprueba o te reprende; el que comparte contigo y se queda siempre junto a ti ” # 31.

1987

- Visita Canadá y Estados Unidos, en su condición de Presidente de la Conferencia Episcopal Cubana, junto a los Arzobispos de la Habana y Santiago de Cuba. En Washington (Casa Blanca y Departamento de Estado) actualizan las gestiones realizadas por las Conferencias Episcopales de EUA y Cuba, para la liberación y ubicación en Norteamérica de algunos de los presos políticos y sus familiares. También trataron sobre el levantamiento del embargo a Cuba.

1988

- Febrero: Es nombrado Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia y en este mismo año es nombrado, asimismo, como Presidente de las Comisiones de Doctrina de la Fe y Ecumenismo.

- 16 de julio: Mons. Adolfo Rodríguez celebra sus Bodas de Plata sacerdotales, en la parroquia de La Caridad y ordena a Vicente Pérez como diácono permanente, es el primero en el país.

1989

- 5 de agosto: Ordena como sacerdote a Juan Gabriel Díaz Ruiz en la Soledad.

- Regresan las Hermanas Teresianas.

- Octubre: Regresan las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha a la Diócesis. Fueron a trabajar a Nuevitas. Fundan casa en Camagüey el 15 de abril de 1991.

1990

- 12 de febrero: Inaugurada la Biblioteca Diocesana de Camagüey.

- Apertura en Camagüey del proceso de beatificación del cubano José Olallo Valdés.

- 30 de julio: Ordena a José Figueredo Alfonso y a Oscar Valdés Castañet, como Diáconos Permanentes.

- 30 de diciembre: Mons. Adolfo Bendijo e inaugura el templo de Guayacanes en la zona de Ciego de Avila, primero que se construyó en la diócesis desde 1959

1991

- 1 de febrero: Sale el primer número del nuevo Boletín Diocesano de Camagüey de la Comisión Diocesana de Pastoral. En la presentación dice Mons. Adolfo “aprecio y valoro la orientación que la Comisión ha querido que tenga este Boletín de carácter formativo e informativo ”

- 22 de febrero: Es elegido por la Conferencia Episcopal Cubana como miembro de su Comité Permanente, su delegado ante el CELAM, y ratificado en sus anteriores cargos.

- 9 de mayo: Madre Teresa de Calcuta le escribe a Mons. Adolfo sobre la próxima fundación en la zona de Ciego de Avila, “enviaré a las hermanas, para trabajar entre los más pobres de su diócesis.”

- 23 de julio: Llegan las Hnas. Agustinas, que están destinadas a trabajar en la zona de Morón.

- 29 de julio: Se celebra el centenario de la presencia de las Hnas. Siervas de María en Camagüey.

- 31 de agosto: Ordena como diácono permanente a Ramón Castro de la parroquia de Ciego de Avila.

- Octubre: Mons. Adolfo Rodríguez anuncia la línea espiritual del Adviento de este año, que será apoyada en el libro Hechos de los Apóstoles y será la “ koinonia” “ si en este mundo existe un pueblo fácil para la koinonia de la primera juventud de la iglesia que describe el libro de los Hechos de los Apóstoles, es nuestro pueblo cubano, marcado por una cultura del corazón que ha hecho proverbialmente al hombre cubano un hombre cordial ”

- 15 de noviembre: SS Juan Pablo II, nombra a Mons. Mario Mestril Vega como Obispo Auxiliar de Camagüey .

- 23 – 24 de noviembre: Se celebró el Primer Taller Diocesano de Cine – Vídeo. Participaron 25 laicos de las diversas comunidades de la diócesis.

1992

- 25 de enero: Comenzó en la Diócesis la Campaña Bíblica programada para conmemorar durante 1992 el V Centenario de la Evangelización de América. Mons. Adolfo Rodríguez la presenta en una carta a todo el Pueblo de Dios firmada el 24 de diciembre de 1991: “Buscar el Reino: Esa podría ser para nosotros la mejor forma de conmemorar el V Centenario”

- Febrero: Se funda en Camagüey, la Infancia Misionera una de las Obras Misionales Pontificias. Desde esta Diócesis se ha expandido a todo el país, para llevar a cabo esta labor animaron las fundaciones con el lema “la infancia misionera llegará Cuba entera”. Ahora dicen “la infancia misionera llegó a Cuba entera”.

- 9 de febrero: Consagrado Mons. Mario Mestril, como Obispo Auxiliar de Camagüey por Mons. Adolfo, asistió también el Pro-Nuncio Apostólico en Cuba, Mons. Faustino Saínz, en la parroquia San Eugenio de la Palma de Ciego de Avila.

- 31 de mayo: Ordena como diácono permanente a Miguel Viera Alvarez en la Parroquia de Florida.

- 14 de junio: Ordena como diácono permanente a Rosendo de Jesús García en la Iglesia de Morón.

- Se constituye el equipo de Cáritas -Camagüey.

- El coro Interparroquial de Camagüey fue admitido a participar en el I concurso Pierluigi da Palestrina, en Roma. No pudo asistir por falta de financiamiento.

- Inauguran Casa en Nuevitas las Hermanas del Card. Sancha

- 22 de octubre: Acto cultural en la Iglesia de la Soledad por los 500 años de la Evangelización en América.

- 27 de octubre: Misa solemne concelebrada, presidida por Mons. Adolfo para conmemorar el V Centenario de la Evangelización.

- 11 de diciembre: Regresan los Hermanos de San Juan de Dios a Camagüey.

- 11 de diciembre: Fue inaugurada por Mons. Adolfo en una misa concelebrada con Mons. Mario Mestril y el P. Ignacio Zaldumbide la casa de las Hnas. Misioneras de la Caridad, conocidas como las de Calcuta en la Zona de Ciego de Avila.

1993

- Por vez primera el clero de Camagüey realiza los Ejercicios Espirituales Anuales en Camagüey, en la Casa Diocesana de La Merced. Estos ejercicios normalmente son realizados en El Cobre o en la Casa Sacerdotal en la Habana.

- Mons. Adolfo convoca al Consejo Pastoral Diocesano. "Realmente, las cosas, como las instituciones y las personas, cambian de peso y es necesario de vez en cuando levantarlas para reorientarlas. Esta es la razón del próximo Consejo Pastoral Diocesano que venimos deseando y preparando desde hace aproximadamente 10 meses".

- Mons. Adolfo bendice la nueva casa de las Hnas. Teresianas en la calle Avellaneda.

- Se funda en Camagüey el Centro Diocesano de Formación Integral a Distancia, con la asesoría y recursos del Movimiento Católico Regnum Christi de México.

- Se celebran los I Juegos Vicariales de Pastoral Juvenil. Estos se continuaron celebrando todos los años, además se han ido introduciendo Copas de varias disciplinas deportiva particulares.

- 5 de agosto: Ordena como sacerdote Carlos Juan Himeliz Lewis en la Iglesia del Sagrado Corazón.

- 31 de agosto: Llegan a la Diócesis las Hermanas Siervas del Corazón de María, son destinadas a la Zona de Florida.

- 8 de setiembre : Los Obispos cubanos dan a conocer la carta pastoral El Amor todo lo espera, con gran repercusión nacional e internacional.

- 12 de septiembre: Ordena diácono permanente a Vicente Acuña, en la iglesia de Florida.

- 4 de octubre: Mons. Mario Mestril ordena como Diácono Permanente a Freddy Gan Rodríguez, en la Iglesia de Santa Ana.

1994

- El Papa Juan Pablo II nombra Cardenal al Arzobispo de la Habana Mons. Jaime Ortega Alamino.

- 26 de febrero: Ordena como sacerdote a Alvaro Beyra Luarca en la Iglesia de La Soledad.

- Febrero: Se funda en Camagüey el Proyecto Evangelización 2000.

- 1 de agosto: Reabierto el templo de la Iglesia de La Merced.

- 19 de noviembre: Ordena como sacerdote a Vicente Pérez de la Cruz en la Iglesia de Morón.

- Diciembre: Se celebra en Camagüey el Consejo Pastoral Diocesano.

1995

- 29 de enero: Visita la Diócesis Mons. Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana y segundo cardenal cubano. Presidió la misa concelebrada en la Iglesia de La Caridad en la mañana y en la tarde en la Iglesia de Ciego de Avila. dijo en Camagüey "una Iglesia fiel y unida en Cristo ha podido subir en Cuba la cuesta a veces penosa de nuestra historia".

- 18 de mayo: Mons. Adolfo Rodríguez diserta sobre Martí y el amor, en el seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana, y luego el 5 de junio en la Casa Diocesana de la Merced en Camagüey, con motivo del centenario de la muerte de José Martí. “Y si alguien preguntara que podemos hacer para que ese sol se alce sobre el suelo cubano, sea el mismo Martí el que responda con esta incisiva frase suya: No me digas Señor, como se enciende el Sol, que en el amor eso se aprende”.

- 23 de mayo: Por invitación de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, la Pastoral Juvenil Diocesana celebra el Primer Encuentro Diocesano Juvenil de Ecología, OIKOS 95. Se seleccionan tres trabajos de este para participar en el ECO- Joven Nacional.

- 26 al 28 de mayo: Primer Taller Nacional de Especialistas de Síndrome de Down. Patrocinado por Cáritas. Asistieron 43 delegados de todas las Diócesis y 23 de Camagüey.

- Primer Encuentro Nacional de Pastoral Penitenciaria en Camagüey. 1996

- 2 de febrero: SS Juan Pablo II, eleva a la condición de Diócesis a la provincia de Ciego de Avila, incluyendo los municipios Jatibonico y Majagua. Nombrando como primer Obispo a Mons. Mario Mestril Vega. Mons. Adolfo lo anuncia en la misa de la Candelaria en la Iglesia de Morón. "Yo siento el desprendimiento de algo muy querido pero también vivo esta experiencia eclesial como don de Dios para con la Iglesia cubana que en poco tiempo ha crecido con tres nuevas Diócesis y con cinco nuevos Obispos cubanos".

- 21 al 25 de febrero: Se celebró en la Habana el Encuentro Conmemorativo del ENEC. Por Camagüey asistieron 10 delegados.

- 28 de abril: Toma de posesión de Mons. Mario Mestril como Obispo de Ciego de Avila. - 26 de agosto: Ordena como sacerdote a Angel Rodríguez de la Cruz, de la Compañía de Jesús, en la Iglesia de San José.

- Setiembre: Comienza a funcionar la Casa del preseminario diocesano. Este es uno de los sueños que Mons. Adolfo pudo ver hecho realidad, de manera parcial. El siempre se ocupó por la creación de un Seminario Diocesano, deseo de Mons. Adolfo y de toda nuestra Iglesia local, que aún se encuentra sin poder materializarse completamente.

- 10 al 13 de octubre: El Secretariado Diocesano para la Cultura, por invitación de la Asociación Hermanos Saíz y de la filial cubana de la OCIC, constituyó un jurado para la Cuarta Muestra Audiovisual El Almacén de la Imagen. Esta participación se continuó realizando todos los años.

- 17 al 18 de octubre: Se celebró el Consejo Pastoral Diocesano.

- 24 al 27 de octubre: Se celebra en Camagüey el Primer Encuentro Nacional de Historia “Iglesia Católica y Nacionalidad Cubana.” Este evento fue apoyado por él, desde que se le presentó el proyecto. Participó en todos los que se han celebrado, con excepción de su segunda edición. Se encontraba en la Visita Ad Limina de los obispos en Roma. Pero, se quiso hacer presente por medio de un mensaje donde declaró “A muy corto tiempo del nacimiento de esta feliz iniciativa se nota, se extiende, se siente que estos pasos aparentemente cortos han despertado un nuevo interés y una nueva conciencia en nuestra Iglesia sobre la necesidad de mirar lo mejor del pasado, para incorporarlo al presente y proyectarlo al futuro, no sólo a nivel de los grandes temas nacionales sino, lo que valoro mucho, a nivel de Parroquias, de Comunidades incluso sin templo y de instituciones de la Iglesia cubana, en la esperanza de que el porvenir será siempre mejor que el pasado”. Su participación en la edición cuarta de estos eventos, constituyó la última como Arzobispo Titular.

- 6 al 9 de noviembre: Se celebró en Camagüey el Primer Encuentro Nacional de la Unión Cubana de Prensa Católica. Mons. Adolfo participó representando a los obispos cubanos.

- 12 de diciembre: Ordena como sacerdote a Alberto Reyes Pías en la Parroquia del Carmen de Florida.

1997

- Abril: Llegan los P. Claretianos a la Diócesis. Son destinados a la Zona de Guáimaro - Sibanicú.

- Llegan a la Diócesis las Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena (Lauritas), son destinadas a Santa Cruz del Sur.

- 7 junio: Consagra como Obispo Auxiliar de Camagüey a Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez.

- 5 de julio: Se celebró el Primer Encuentro Diocesano de Historia. Participó como invitado Mons. Roberto González, Obispo de Corpus Christi en los Estados Unidos. Estos eventos se continua celebrando cada dos años.

- Ordena como Diácono Permanente a Eugenio Viñas de Dios en la Iglesia de Senado.

- 7 al 10 de agosto: Pastoral Juvenil celebra los 25 años de los Encuentros Diocesanos de Verano .

- 23 de agosto: Ordena como sacerdote a Manuel Puga Resto en la Iglesia de La Merced. - 3 de diciembre: Regresan a la Diócesis las Hermanas Misioneras Carmelitas.

1998

- 23 de enero: SS Juan Pablo II visita la Diócesis de Camagüey, una de las cuatro que el Papa visitó. La misa de Camagüey estuvo dedicada a los jóvenes. En el mensaje de bienvenida Mons. Adolfo dijo: “aquí están nuestros laicos. Están los cientos de laicos que en sus horas no laborables o escolares, sacando tiempo no se sabe de dónde, han visitado a pie decenas de millares de familias, de casa en casa, de puerta en puerta en toda la Diócesis, anunciando a Jesucristo e invitando a esta Eucaristía sin que apenas ninguna casa haya cerrado sus puertas al mensaje que llevaban. En Cuba hemos tenido varias etapas de la evangelización; una primera que realizaron Religiosos de España, una segunda que realizaron Ministros de otras confesiones cristianas, procedentes entonces preferentemente de los Estados Unidos. Ahora han sido los laicos cubanos los que han evangelizado a los cubanos”

- 18 de julio: Se reabre la Catedral y se celebran las Bodas de Oro Sacerdotales y 35 años como Obispo de Camagüey de Mons. Adolfo Rodríguez. La misa fue concelebrada por todos los Obispos de Cuba, el Nuncio, los sacerdotes y diáconos de la diócesis y de otras del país.

- 5 de setiembre: Se celebra la primera Reunión Diocesana de los encargados de las bibliotecas católicas.

- 8 de setiembre: Se vuelve a celebrar después de 37 años la procesión publica de la Virgen de la Caridad. En esta ocasión se paseo la Virgen por las calles que circundan su Santuario Diocesano.

- Noviembre: Es elegido Presidente de la Conferencia Episcopal Cubana.

- 5 de diciembre: El Papa Juan Pablo II elevó el Obispado de Camagüey en Arzobispado, erigiendo su Catedral en Metropolitana y nombrando a Mons. Adolfo Rodríguez, como primer Arzobispo. Quedando como diócesis sufragáneas Santa Clara, Cienfuegos y Ciego de Avila.

1999

- Enero: Para recordar el aniversario de la visita del Santo Padre a Camagüey, y por incitativa del Circulo Filatélico de Camagüey se realizó una cancelación especial. El acto se efectuó en el salón de protocolo de la Plaza de la revolución, donde el papa celebró la misa. Asistieron a este homenaje representantes de la Iglesia Católica y de las autoridades civiles. Mons. Adolfo presidió la delegación eclesial.

- 14 - 16 de febrero: Se celebra en la Habana, por primera vez, la Reunión interamericana de Obispos en su XXVII edición. Mons. Adolfo Rodríguez, en su calidad de Presidente de la COCC, pronunció el discurso de apertura, que versó sobre la situación de la Iglesia en Cuba, al año de la visita del Papa “Amamos a Cuba y amamos la Iglesia. Nos hemos quedado en Cuba con la Iglesia que se quedó (...) Con la Iglesia hemos acompañado al pueblo en sus sufrimientos y vicisitudes. (...) En la paciencia sobrevivimos los años difíciles del descorazonamiento pastoral; sobreviviremos, con la gracia de Dios, los años presentes también muy difíciles del desbordamiento pastoral. Así se ha mantenido la Iglesia cubana, serena, alegre callada, independiente, unida y sobre todo idéntica. Ahora queremos pensar con San Agustín: No nos quejemos de los tiempos. Nosotros somos el tiempo. Seamos mejores y los tiempos serán mejores””

- 6 de marzo: Se celebra la misa de institución del Arzobispado de Camagüey y de Mons. Adolfo Rodríguez como su primer Arzobispo.

- Mons. Beniamino Stella, hasta este momento Nuncio Apostólico en Cuba, y destinado a Colombia, preside una misa en la Catedral. En esta misa Mons. Adolfo agradece a Mons. Stella todo el amor brindado durante su misión a Cuba y a Camagüey en particular.

- 19 de mayo: Se funda el Aula “Carlos J. Finlay” por parte del Secretariado de Cultura. Un nuevo espacio para la reflexión y el dialogo. Mons. Adolfo Rodríguez tuvo a su cargo las palabras apertura: “Nace hoy una nueva iniciativa (...) bajo el nombre de Carlos J. Finlay, un hombre austero, gran científico y católico ferviente; y nace para promover un ámbito de diálogo, abierto a toda persona de probada buena voluntad y de probado interés por los temas de la cultura”

- 27 de noviembre: Mons. Adolfo inaugura el Asilo de Ancianos “Padre Olallo”. Este asilo de los Hermanos de San Juan de Dios funcionará en colaboración con el Ministerio de Salud Publica.

- 11 de diciembre: Mons. Adolfo inaugura la nueva iglesia de Sola. Esta iglesia fue construida en el mismo terreno donde estaba la anterior, ya en ruinas.

2000

- 29 de junio: Mons. Adolfo inaugura un nuevo local mucho más amplio para la Biblioteca Diocesana en La Merced.

- Restauradas las Capillas de Senado, San Lázaro en Camagüey y la Playa en Santa Cruz del Sur.

2001

- Julio: Los obispos cubanos realizan la visita Ad Limina a Su Santidad Juan Pablo II.

- 29 de setiembre: Mons. Adolfo, ordena como sacerdotes a Jesús J. del Pino Varela, Iván Rodríguez Jevey y Castor J. Alvarez Devesa. La homilía estuvo a cargo de Mons. Juan García. Mons. Adolfo les dirigió una palabras a los nuevos sacerdotes antes de terminar la misa, les dijo: “ Se hace cada vez más inadmisible toda forma de autoritarismo clerical (...). El sacerdote es para la comunidad y no la comunidad para el sacerdote. (...). Es triste un pastor querido pero no obedecido, casi más triste un pastor obedecido pero no querido y lo más triste es un pastor ni querido, ni obedecido.”

- Noviembre: Se reúne la Conferencia Episcopal en Camagüey. En esta asamblea Mons. Adolfo, quien había sido nombrado en el anterior período Presidente de la COCC, pasa a ocupar la responsabilidad de Presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz.

2002

- Semana Santa: Es aprobada nuevamente la procesión del Cristo Resucitado y la Virgen de la Alegría, el Domingo de Pascua. Mons. Adolfo en sus palabras expresó: “... la ultima palabra es la muerte, no la Vida. Si esta es nuestra esperanza entonces fijemos en nuestro corazón lo que dice una de estas pancartas si yo estoy contigo ¿por qué te preocupas?, ¿por qué te desesperas, por qué te apuras, por qué tantas pastillas, por qué tanto exagerado nerviosismo, por qué sufrir más que lo que Dios quiere que suframos? No abandonemos a Jesucristo que dijo Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida...”. Actualmente se celebran tres procesiones en la ciudad. La del Santo Sepulcro el Viernes Santo, la del Domingo de Pascua, y la de la Virgen de la Caridad el 8 de setiembre. Además en algunos municipios se celebra la procesión de la Virgen de la Caridad, o la del patrón del lugar.

- 10 de junio: se hace público, en la mañana de este día, la aceptación por parte del Papa, de la renuncia de Mons. Adolfo Rodríguez, como Arzobispo de Camagüey, y el nombramiento de Mons. Juan García, como nuevo arzobispo. Mons. Adolfo en carta a todos, manifiesta: “… yo no puedo ocultar que esta dimisión me estremece interiormente, pero tampoco puedo ocultar que lo deseaba, porque después de 39 años con esta responsabilidad en nuestra iglesia, seguir dirigiéndola es un riesgo para la misma Iglesia, cuando el peso de los años va inclinándolo todo en uno mismo, y por tanto inhabilitando la capacidad humana (...)Las escasas fuerzas que me quedan las coloco a disposición del nuevo Arzobispo en lo que él estime conveniente disponer de mi servicio a la Iglesia de Camagüey”

- 16 de julio: Se reinaugura la Iglesia del Carmen en Camagüey. Luego de 36 años de derrumbarse su techo. Mons. Adolfo encabezó los esfuerzos de muchos para lograr esta obra.

- 24 de agosto: Se celebra en la Catedral la Misa de Toma de Posesión de Mons. Juan García como nuevo Arzobispo. En la homilía pronunciada por Mons. Adolfo, decía a los presentes: “...toda pastoral que en nuestro medio parta de las convicciones para formar actitudes, y no parta de las actitudes para formar convicciones, como lo hacía Jesús en su pastoral, no prende, porque olvida la subjetividad, y si lo afectivo no funciona, lo efectivo no sirve. Me pregunto por qué en nuestro pueblo, un pueblo religioso que da señales evidentes de querer seguir siendo religioso que da señales evidentes de querer seguir siendo religioso, el clima ambiental no es cristiano, como si no fuéramos capaces de presentar un mensaje que impacte y cambie la vida profunda”. En otro momento de sus palabras agradecía: “ En estos años yo he trabajado con materiales prestados que son ustedes: los laicos, el pueblo, los sacerdotes y que han sido como los hilos que me han ido sosteniendo durante años, y por eso tengo tantos motivos de agradecimiento”

- 14 de diciembre: Mons. Juan García ordena cinco nuevos diáconos permanentes. Eduardo Miranda Morales; Orlando A. Hechavarría Fonseca; Albio G. Reyes; Manuel de la Torre Bencomo; José A. Morales Oropesa.

2003

- Mons. Juan García ordena como nuevo sacerdote a Andy Lorenzo Puga

- Se funda en la Parroquia de Vertientes la Comunidad Religiosa de los Marianistas.

- 5 de mayo: Misa Solemne Concelebrada por los 300 años de la parroquia de La Soledad. La misa estuvo presidida por Mons. Juan García. La homilía estuvo a cargo de Mons. Adolfo. Este fue su ultimo acto de carácter público, y su última predicación al pueblo de Dios que peregrina en la Iglesia local camagüeyana.

- 6 - 7 mayo: Mons. Adolfo participa en el encuentro sacerdotal diocesano.

- 9 de mayo: Fallece, producto de infarto cardíaco a las 10. 30 p.m, En la tarde había estado visitando enfermos en el hospital.



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Gaspar, El Lugareño Headline Animator

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