Aunque constantemente hablamos de cómo diversos escenarios teatrales desaparecen y los que permanecen elevan cada vez más sus precios, haciendo que los pequeños proyectos independientes que hacen teatro en español se vean en una situación de mayor precariedad a la hora de poder hacer sus espectáculos, dicha situación no frustra del todo al numeroso gremio de teatristtas en la ciudad de Miami.
Es precisamente en este cada vez más prolífico ambiente del teatro realizado en la lengua cervantina, que propuestas de este tipo suben a escenarios que habitualmente presentan espectáculos habitualmente en inglés, abriendo de dicha manera las puertas al bilingüismo oficial que caracteriza a esta ciudad, la cual porta dicho galardón -desde 1973- en carácter de exclusividad dentro del resto del país.
Así nos encontramos con que la ya longeva institución artística miamense Area Stage Company -la cual es además un conservatorio formador de futuros jóvenes profesionales- fundada y dirigida desde 1989 por John y María Banda-Rodaz, en la populosa Lincoln Road, de South Beach, ahora asentada en South Miami, y que se ha comprometido a realizar dos producciones al año en la lengua de Cervantes, está presentando como estreno mundial absoluto en dicho idioma la obra “Las marcas del mar” (Sea Marks), del actor, fotógrafo, escultor y escritor norteamericano Gardner McKay (1932-2001). La puesta consta con las interpretaciones de Mariano Chiesa y Constanza Espejo y la dirección de la propia Banda-Rodaz, quien en 1993 tuvo a su cargo también el estreno en inglés de la misma obra en esta zona del Sureste del país, con la que fue galardonada en aquella ocasión con el Carbonell Awards a la mejor dirección, siendo hasta el momento la única mujer en recibir dicho reconocimiento en tal categoría.
"Las marcas del mar", escrita en 1973, es la primera obra de McKay, así como posiblemente la que más ha sido llevada a las tablas de todos los Estados Unidos, habiendo tenido su estreno en 1981 en una producción del neoyorquino The Players Theatre, a cargo de John Stix. Posteriores puestas en escena tuvieron lugar tanto en Broadway como en Off Broadway y Off-Off Broadway, llegando en 1993 a presentarse en el reconocido festival internacional de arte de Edimburgo, en Escocia. En 1976 McKay escribió también el guión de un filme para la televisión basado en su propia obra dramática. Dicho texto ha sido galardonado años atrás con Los Angeles Drama Critics’Circle Best Play Award.
En cuanto a la obra de McKay, su dramaturgia incluye además Master of the Sea, This Fortunate Island, Toyer, In Order of Appearance, Untold Damage y su novelística las obras Toyer, The Kinsman, Trompe L’Oeil y Ten, Bloomsbury Square. Además escribió relatos cortos y sus memorias bajo el título Journey Without a Map, las cuales salieron a la luz en el 2013.
Para esta nueva apuesta de dicha obra, su directora contó con un muy bien concebido diseño de escenografía, a cargo éste de John Rodaz, que mediante diferentes niveles, permite lograr la concepción de los distintos planos temporales y de locación en los que transcurre la historia. Algo muy loable en este mismo rubro es sin duda la mínima utilización de elementos sobre el escenario, lo que hace que los actores se puedan desplazar con amplitud y comodidad por el mismo. En la noche del estreno -a la que asistimos- se presentaron lamentablemente, repetidos problemas con las luces -diseño de Giancarlo Rodaz- sobre todo en los primeros momentos de la representación, no entrando las mismas en las áreas y momentos requeridos, dejando en varias oportunidades a los actores en la sombra. Con el transcurso de la noche dicha situación afortunadamente desapareció.
El tiempo de transcurso de esta puesta -estructurada en dos actos- resulta algo extenso, sobre todo producto a los reiterados y algo extensos momentos donde ambos actores se retiran de escena para sus frecuentes cambios de vestuarios, algunos de los cuales podían haber sido resueltos a la vista de los espectadores y otros tal vez innecesarios, provocando que repetidamente el escenario permaneciera vacío, sin acción alguna, sin siquiera las voces de los actores en ‘off’ llenando el espacio, pero tratando de sortear dicha situación con la banda sonora. Al sentido de extensión de la puesta se suma la laxitud de un texto dramático, el cual se hace por momentos demasiado narrativo, en un principio, con la escena de la escritura y lecturas de las cartas por parte de ambos actores simulando la distancia geográfica entre ellos y hacia el final el demasiado largo y aburrido monólogo del personaje masculino.
Con respecto al trabajo de Mario Chiesa, en el rol de Col Primrose y Constanza Espejo en el de Timotea, el balance no estuvo parejo. Se notó cierta falta de empatía y compenetración entre ambos actores, observándose en él mucho más seguridad, desenvolvimiento y una mayor introspección en su personaje. En el caso de la actriz, la misma se vió algo fría, alejada de su personaje y por momentos diciendo los textos más que interpretarlos. Tal vez, ser la noche del estreno -que siempre es motivo de mayor estado de preocupación y nerviosismo- como los problemas señalados con las luces, contribuyeron a que no fuera el mejor momento para la actriz, cosa que lamentablemente suele suceder en ocasiones.
"Las marcas del mar", tuvo su fin de semana de estreno como ya anotamos, los días 19, 20 y 21 en el escenario del Area Stage, para después presentarse en el Tower Theater, en la Pequeña Habana, los días 28 y 29 del presente mes de septiembre, y luego continuar su recorrido por diferentes escenarios del Condado e incluso de otras ciudades del país, promoviendo de dicha manera al teatro hecho en Miami y permitiendo que el mismo llegue a un mayor número de espectadores, labor por la que la familia Rodaz, al frente de esta compañía, siempre han luchado.
Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, septiembre 25, 2024.
Fotos cortesía de Area Stage Company .