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Sunday, August 18, 2024

Pantomima (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


Etimológicamente el término pantomima proviene del griego: pantos, del que procede el prefijo pan, que significa “todo”, y mima, o sea “imitador”, así pantomima significa “que todo imita”

La pantomima, o el mimo, es la representación de una historia por medio de expresiones, gestos o movimientos corporales, sin la intervención de diálogos ni palabras, siendo considerado, de este modo, como un lenguaje no verbal.


En las danzas de corte, durante la Edad Media, era frecuente el uso de ciertos gestos pantomímicos como la reverencia o la invitación a la danza. La danza académica, cuya institucionalización se remonta a 1661, cuando el rey Luis XIV creó la Academia Real de Danza, tomó de la danza de corte dichos gestos y creó, a partir de allí, un vocabulario específico que colabora con la narración. Siendo que la danza, el movimiento en sí mismo, no es representativo, el modo que tiene el ballet de hacer comprensible una historia es a través de la suma de diferentes lenguajes artísticos, como son la música, la escenografía, el vestuario y maquillaje, la iluminación, la interpretación y, por supuesto, también la pantomima.

Jean Georges Noverre, en su libro “Cartas sobre la danza y el ballet” editado en 1760, plantea (entre otras cuestiones que fueron fundamentales en el desarrollo e independización de la danza académica, como aligerar los vestuarios, eliminar las máscaras, etc.) la necesidad de lograr que el público comprendan de qué tratan los ballets sin necesidad de leer el programa de mano. De este modo, revalorizó el uso de la pantomima utilizándola para hacer avanzar la trama.


A partir de allí, todos los ballets poseen, en mayor o menos medida, momentos pantomímicos, sobre todo en aquellos pasajes en donde la trama se complejiza. Ejemplo de esto puede ser cuando, en el “Lago de los cisnes”, Odile le explica a Sigfrido que es una princesa transformada en cisne por un malvado hechicero y que solo cuando un hombre jure amarla, el hechizo desaparecerá; o en “La bella durmiente”, cuando la malvada hada Carabosse cuenta que, cuando Aurora crezca, se va a pinchar con una aguja y va a morir, lo que el Hada Lila revierte, haciendo que al pincharse se duerma hasta que un príncipe la despierte con un beso. Estos momentos serían totalmente incomprensibles sin la ayuda de la pantomima.


La ejecución de la pantomima debe verse natural y fluida, para que no sea algo innecesariamente artificial, que rompa el clima interpretativo. Es importante notar que, en la realización de la pantomima, si bien los gestos son fácilmente reconocibles, no son gestos cotidianos sino gestos estilizados. La danza moderna fue quien introdujo la cotidianeidad en la danza, incluidos gestos como caminar, saludar, sentarse e incluso lavarse los dientes.




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, August 11, 2024

Ballet: “La vivandière” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



“La vivandière” es un ballet en un acto estrenado el 23 de mayo de 1844 en Londres, en el Her Majesty’s Theatre. La música es de Cesare Pugni, el argumento de Arthur Saint-Léon y el diseño escenográfico de E. D. J. Despléchin, P. C. Séchan y J. P. M. Diéterle. La obra estuvo interpretada por Arthur Saint-Léon (Hans) y Fanny Cerrito (Kathi, la cantinera), quienes fueron los protagonistas el día del estreno.



Con respecto a la autoría de la coreografía surgen algunas cuestiones. Por un lado, Saint-Léon en 1843, había realizado una primera versión de “La vivandière” en la ciudad de Roma, con música de Enrico Roland. Luego, junto a Cerrito presentaron la versión definitiva en Londres, un año después. En este caso, la música era la de Pugni y se había agregado un cuadro de polca, muy de moda en aquella época, titulado “Redowa” o “Polca Original de Bohemia”, que terminó siendo más exitosa que todo el resto de la obra. Así, aunque la obra se le atribuye a ambos, Cerrito sería la coreógrafa de la versión definitiva del ballet convirtiéndose de este modo en una de las primeras mujeres coreógrafas de la historia de la danza (seguida por su contemporánea Marie Taglioni, quien estrenó en 1860 “Le papillon”, en Paris). 


La obra se desarrolla en una pequeña aldea húngara donde celebran el regreso del regimiento del Barón Grindberg, donde Kathi era cantinera. El posadero Bibermann tenía un hijo, Hans, que estaba enamorado de la joven. Por ello le pide a su padre autorización para casarse. Sin embargo, dos señores de mejor posición, el burgomaestre de la ciudad y el propio Barón, también querían a Kathi, aunque ambos estaban casados, y convencen a Bibermann que era un mal partido para su hijo por ser ella pobre.


Al enterarse las esposas del burgomaestre y del Barón, deciden que ambos deben hacer un voto de fidelidad y, tras complacerlas, reciben un medallón y un anillo respectivamente. Entre tanto, Kathi acuerda con Bibermann que si consigue una dote podrá casarse con Hans, quién estaba deshecho con el engaño generado por los dos caballeros.

A pesar de las promesas a sus esposas, ambos seguían cortejando a Kathi quien, durante un galanteo, les saca el anillo y el medallón, exigiéndoles la dote que necesita a cambio de su devolución. Finalmente, el plan del burgomaestre y del Barón se volvió en su contra, y Kathi pudo casarse con Hans.


La obra completa representó en el Her Majesty's Theatre en 1845, 1846 y 1848. Ese mismo año, Saint-Léon la estrenó en París. Unos años después, en 1855, Jules Perrot la montó para el Ballet Bolshoi, con el título de “Markitenka”, siendo los protagonistas Maria Surovshchikova-Petipa (como Kathi) y el propio Perrot (como Hans). En ese mismo teatro Marius Petipa presentó su propia versión en 1881. Lamentablemente “La vivandière” se ha perdido y solo sobrevivió el pas de six, porque Saint-Léon lo había trascripto en el sistema de notación que él mismo había inventado, la estenografía, plasmado en su libro “La Sténochorégraphie”, publicado en 1852. De este modo, Pierre Lacotte y Ann Hutchinson-Guest, especialista en notación de danza, pudieron recrear este pas de six, en 1975, para el Joffery Ballet. En 1978, Lacotte lo repuso nuevamente para el Ballet Kirov y en 1982, Ann Hutchinson-Guest por su parte, para el Sadler's Wells Ballet. A partir de allí fue tomado para su repertorio por todas las compañías del mundo.









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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, August 4, 2024

Ballet “Laurencia” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


Vakhtang Chabukiani realizó la coreografía de “Laurencia” con música de Alexander Kerin. El ballet está basado en la obra literaria “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, adaptada para la ocasión por Yevgenio Mandelberg. El diseño de la escenografía y del vestuario estuvo a cargo de Soliko Virsaladze. El estreno fue el 22 de marzo de 1939 en el Teatro Kirov de Leningrado, siendo los roles principales interpretados por Natalia Dudinskaya (Laurencia), Elene Chikvaidze (Jacinta), Tatiana Vecheslova (Pascuala), Mikhail Dudko (Comandante) y el propio Chabukiani (Frondoso).


El argumento de “Laurencia” se desarrolla en dos actos y cinco escenas. La primera escena nos ubica en un pueblo español, Fuente Ovejuna. En la plaza principal se han reunido los lugareños a la espera del arribo del Comandante, procedente de una batalla. Los jóvenes, entre ellos Frondoso, Laurencia y su amiga Pascuala, se divierten y bailan al son del violín de Mengo. A lo lejos se escucha música militar, señal de que el Comandante se aproxima. Al llegar, todos lo saludan con gran respeto, pero él no responde. Laurencia le llama la atención por su descortesía y el Comandante intenta cortejarla fallidamente, lo que lo enoja aun más y se retira junto a sus soldados.


Comienza la segunda escena a orillas del río. Las jóvenes van a lavar la ropa. Frondoso le confiesa sus sentimientos a Laurencia, pero ella duda en su respuesta. El Comandante llega en plan de caza y, al ver a Laurencia sola, intenta secuestrarla, pero Frondoso frustra su plan y el Comandante jura vengarse de ambos. Llegan las muchachas con sus canastos y las acompaña Mengo. Cuando están emprendiendo el regreso, aparecen los soldados, Jacinta se retrasa y es atacada por los soldados que intentan abusar de ella. Mengo trata de defenderla en vano. El Comandante ordena arrestar a Mengo para ser castigado y Jacinta queda a manos de los soldados. Regresan a buscar a Jacinta y a Mengo, que no han regresado. Encuentran al violinista, inconciente y golpeado. En medio de esta situación, Laurencia reconoce sus sentimientos y acepta la proposición de casamiento de Frondoso. Llega Jacinta, desalineada y visiblemente angustiada.


La tercera escena nos devuelve al pueblo, donde nos encontramos con la alegre boda de Laurencia y Frondoso. Todos bailan y disfrutan hasta que llega el Comandante quien detiene el festejo abruptamente y se lleva detenidos a Frondoso y Laurencia.

En la cuarta escena vemos a los hombres del pueblo cruzar el bosque. Saben que deben oponerse a la tiranía del Comandante y se reúnen temerosos en las puertas de su castillo, pero no se deciden a tomar ninguna decisión. Los soldados salen con Laurencia a rastras y la tiran en el suelo. Ella, que ha sido maltratada, conmina a los hombres del pueblo a tomar sus rudimentarias armas y rebelarse contra el Comandante. Incluso las mujeres del pueblo, entre ellas Jacinta, se suman a la rebelión e ingresan al castillo.


En la escena final, los aldeanos recorren todo el castillo intentando encontrar al Comandante. En el ínterin también liberan a Frondoso. El comandante es capturado mientras intentaba huir y trata en vano de sobornar al pueblo con sus riquezas. Tras una acalorada lucha, el Comandante muere a manos de los aldeanos. Vuelve la alegría y el pueblo celebra su victoria
.

Con posterioridad a 1917, la única forma de danza que se aceptaba en la Unión Soviética era el “Choreodrama”, es decir que la danza era un medio para transmitir un mensaje específico al público, en este caso, la posibilidad del pueblo de rebelarse contra su opresor. Chabukiani fue uno de los primero coreógrafos en adaptarse a esta propuesta, presentando una mezcla equilibrada de danza académica y danzas folclóricas españolas, sosteniendo la heroicidad de sus protagonistas por medio del gesto.


Este ballet fue muy popular en la época y fue montado en diferentes oportunidades en Rusia. Por ejemplo, el 14 de noviembre de 1948 “Laurencia” se representó por primera vez en el Teatro Paliashvili de Tbilisi (Georgia) con la interpretación de Chabukiani (Frondoso) y la primera bailarina local, Vera Tsignadze (Laurencia); en 1956, hizo lo propio en el Teatro Bolshoi, donde Chabukiani bailó junto a Maya Plisetskaya; en 1979 Chabukani nuevamente repuso la obra en el Teatro de Ópera y Ballet del Estado de Tbilisi, en este caso con diseños de escenografía y vestuarios de I. Askurava. El 5 de junio de 2010, tras casi medio siglo sin representaciones, Mikhail Messerer realizó una nueva producción de “Laurencia” en el Teatro Mikhailovsky, protagonizada por Natalia Osipova (Laurencia) e Ivan Vasiliev (Frondoso).







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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)

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Sunday, July 28, 2024

Ballet “Gayané” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace



El ballet “Gayané” tiene coreografía de Nina Anísimova y fue estrenado el 9 de diciembre de 1942 por el Ballet Kirov, en Perm (U.R.S.S.). La música fue compuesta ese mismo año por Aram Khachaturián y la orquesta fue dirigida por Pavel Feldt. El diseño escenográfico estuvo a cargo de Natán Altman y el de vestuario de Tatyana Bruni, y el argumento fue escrito por Konstantín Derzhavin, marido de Anísimova. Los roles principales, en el estreno, estuvieron interpretados por Natalia Dudínskaya (Gayané), Nikolái Zubkovsky (Koren), Konstantín Serguéyev (Armén), Tatanya Vecheslova (Nuné), Borís Shavrov (Giko) y la propia Anísimova en el rol de la joven kurda. 


Históricamente el contexto era complicado ya que estaba en pleno desarrollo la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la producción artística no se detuvo y Anísimova completó el elenco de su ballet con bailarines que se encontraban en la ciudad de Perm en ese momento. Más allá de las dificultades, el arte se impuso y el estreno en el pequeño teatro de la ciudad fue un éxito relativo, dada la coyuntura socio-política. 


La obra se organiza en cuatro actos y se ubica en un koljoz, un campo de cultivo comunitario armenio dedicado al algodón, cercano a la frontera. En el primer acto vemos a Gayané cosechando algodón junto a su familia, su padre Ovanes, su hermano Armén y su hermana menor Nuné. Todos trabajan mucho excepto Giko, el marido de Gayané. Ella le recrimina por esa actitud y terminan peleando. Llega al campo un comandante de la guardia fronteriza, Kazakov, y realizan un baile de bienvenida. Gayané le acerca un ramo pero, al verla, Giko se lo arrebata violentamente y huye.


En el acto siguiente nos encontramos en la casa de Gayané, donde la gente del koljoz la consuela por la mala conducta de su marido. Giko regresa y todos se van. Mientras Gayané intenta que su hijo, Ripsime, se duerma, llegan tres contrabandistas para hablar con Giko. Los cuatros conspiran para hacerse del dinero público, incendiar el depósito de algodón y huir al exterior. Al escuchar esto Gayané lo increpa, pero Giko la empuja y la encierra en una habitación.


Es el tercer acto y nos ubicamos en un asentamiento kurdo, cerca del koljoz. Allí están, entre otros, Armén, hermano de Gayané, y dos jóvenes kurdos. Llegan Giko y sus secuaces. Le preguntan a Armén hacia dónde podrían dirigirse desde allí. Armén duda de sus intenciones y manda a buscar a Kazakov. En el ínterin Giko y su banda descubren el plan de Armén e intentan matarlo, pero Kazakov aparece justo a tiempo, arresta a los tres contrabandistas pero Giko escapa y, para crear confusión, prende fuego el almacén de algodón. En su huida se encuentra con Gayané que escapó de la habitación en la que la había encerrado. Giko amenaza con lastimar a Ripsime si no lo deja ir, pero Gayané insiste en retenerlo y Giko la hiere con una daga. Kazakalov escucha el grito de dolor Gayané, corre a buscarla y arresta a Giko, quien es llevado a la justicia. Kazakov cuida a Gayane hasta que ella se recupera y el amor crece entre ambos.

El último acto nos devuelve al koljoz, un año después. En ese momento se realiza una ceremonia por la reconstrucción del depósito de algodón y, al mismo tiempo, se celebran las bodas de los tres hermanos: Gayané y Kazakov, Armén y Aishe, Nuné y Koren. Los festejos incluyen varias danzas folclóricas, de gran colorido. El ballet finaliza en medio de la alegría general.


Este ballet pertenece al denominado “realismo socialista”, que tenía por finalidad destacar los beneficios del trabajo duro en favor del bien común y las desventajas del individualismo y la avaricia, quizás eso explique la simpleza del argumento. Así mismo, incorpora positivamente la diversidad étnica que caracterizaba a la U.R.S.S. y a sus danzas folclóricas, estilizadas por la coreógrafa, generando un ballet con una fuerte impronta de las danzas de carácter..

Luego de su estreno en 1942, Anísimova volvió a montar la obra para el Ballet Kirov de San Patersburgo en 1945 y en 1952, con algunos retoques argumentales, intensificando la historia de amor de Gayané y Kazakov. El otro gran Ballet de la U.R.S.S., el Bolshoi de Moscú, también tuvo sus propias versiones: en 1957 la de Vainonen y en 1961 fue Anísimova quien realizó el montaje del ballet. Algunos años más tarde, en 1972, Boris Eifman realizó su propia versión de “Gayané”, en tres actos, para el Teatro Maly de San Petersburgo. La obra ha trascendido las fronteras y se pueden ver algunos de sus fragmentos en galas de ballet, principalmente el pas de deux de Gayané y Kazakov, la variación solista de Gayané y la reconocida “danza del sable”, protagonizada por Giko.








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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, July 14, 2024

Ballet “La Péri” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
 

La Péri  es un ballet de corte fantástico con coreografía de Jean Coralli, sobre la composición musical de Friedrich Burgmüller, el libreto de Théophile Gautier, diseño escénico de Charles Séchan, Jules Diéterle, Édouard Desplechin, Humanité Philastre y Charles Cambon, y diseño de vestuario de Paul Lorimer y Hippolyte d'Orshwiller. Este ballet fue estrenado en Academia Real de la Música, en parís, el 17 de julio de 1843.

Es un ballet en dos actos y tres escenas que aborda el tópico típico del romanticismo: un mortal que se enamora de una criatura sobrenatural. Esta vez, Gautier se inspiró en el Oriente, en un hada persa (la Péri), y creó el papel pensando en la bailarina Carlotta Grisi. En el estreno parisino, los personajes principales fueron interpretados por la propia Carlotta Grissi y Lucien Petipa, reviviendo la dupla que estrenara el ballet Giselle,dos años antes.

El argumento es bastante sencillo: la Péri aparece ante el sultán Achmet, en uno de sus sueños de opio, y él se enamora de ella. Para poner a prueba su amor, ella toma la forma de una esclava fugitiva, Leila. Achmet es encarcelado por negarse a devolver a la esclava a su dueño original. En un final apoteótico, las paredes de la prisión desaparecen y se observa al sultán entrando al paraíso con la Péri.

Más de medio siglo después, el compositor francés Paul Dukas creó un poema danzado con el mismo nombre y con coreografía de Ivan Clustine, estrenado en 1911. Luego hubo varias versiones coreográficas (Lifar y Ashton, por ejemplo), pero ninguna de ellas tiene nada que ver con el ballet original de Coralli.




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, June 30, 2024

Alicia Markova (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.


Lilian Alice Marks nació el 1 de diciembre de 1910 en la ciudad de Londres. Alfred, su padre, era judío y Eileen, su madre, era cristiana, parte de una acaudalada familia en el distrito londinense de Finsbury Park.

Comenzó con sus clases de ballet a los 8 años como recomendación médica, por supuestos problemas que tenía en sus brazos y sus pies. Estudió con Serafima Astafieva y con Enrico Cecchetti demostrando rápidamente sus capacidades. Con tan solo 14 años de edad fue descubierta por director de los Ballet Russes de Montecarlo, el empresario ruso Serguéi Diáguilev, quién le sugirió que se cambiara el nombre por uno más “ruso” ya que existía la idea de que solo eran buenas las bailarinas rusas. Es así como adopta el nombre con el que sería reconocida mundialmente: Alicia Markova. Con la compañía realizó giras por toda Europa y en 1929, tras la muerte de Diáguilev, regresó a Inglaterra.


Ya en su ciudad natal, continuó desempeñándose como primera bailarina. En 1930 participó del primer elenco del Ballet Club (luego denominado Ballet Rambert, a partir de 1935) y, al año siguiente, se unió al Vic-Wells Ballet (desde 1956 conocido como Royal Ballet). Fue la primera bailarina inglesa en interpretar, en versiones completas, a Giselle (del ballet homónimo) y el doble rol protagónico de Odette/Odile de “El lago de los cisnes”.

Tras su salida del Vic-Wells Ballet, en 1935 fundó, junto al bailarín que fuera su primer partenaire, Anton Dolin, el Markova-Dolin Ballet y, en 1950, el London Festival Ballet (hoy denominado English National Ballet) junto, también, a Julian Braunsweg.

Además de los ya mencionados roles de Giselle y de Odette/Odile, Markova deslumbró en la interpretación de "Les Sylphides”, la versión de Dolin del “Grand Pas de Quatre” y en el “Cascanueces”. Dada su versatilidad, ella también destacó en la interpretación de ballet de coreógrafos que le eran más contemporáneos, tal es el caso de la obra “Rouge et noir” (1939) de Léonide Massine y “Romeo y Julita” (1943) de Antony Tudor.

Durante la Segunda Guerra Mundial se trasladó a los Estados Unidos participando junto al Ballet Theatre (hoy conocido como American Ballet Theatre) y como artista invitada en el Metropolitan Opera. También participó de varias películas de Hollywood, como “A Song for Miss Julie” (1945).


El público y la crítica la adoraban, la llamaban “La pequeña Pávlova” y afirmaban que Markova era la mejor bailarina que jamás vivió. Se retiró de los escenarios en 1963, tras ser designada Dama del Imperio Británico. Sin embargo, no abandonó el mundo del ballet, continuó enseñando, reponiendo los clásicos del repertorio y dirigiendo el Metropolitan Ballet de New York (hasta 1969).

Dame Alicia Markova falleció el 2 de diciembre de 2004, tras haber sufrido un ACV, en un hospital de Londres, justo un día después de haber cumplido 94 años.




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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, June 23, 2024

August Bournonville (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

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August Bournonville nació el 21 de agosto de 1805 en Copenhague, Dinamarca. Su padre, Antoine Bournonville, un reconocido bailarín formado con Jean-Georges Noverre, fue su primer maestro en la Royal Danish Ballet School, donde también estudió con el italiano Vincenzo Galeotti. Con tan solo 15 años, en 1820, se unió a la compañía, en la que permaneció hasta 1823. Entre 1824 y 1830 se instaló en París, corazón de la danza académica, concluyendo su formación con Pierre Gardel y Auguste Vestris, al tiempo que se destacaba en la Ópera de París como un bailarín elegante, de demi-caracter, liviano y ágil, bailando frecuentemente con Marie Taglioni, en quién veía a la bailarina ideal.


En 1830 retornó al Royal Theatre de Copenhague, donde se desempeñó como bailarín invitado, llevando el estilo refinado y grácil de la Escuela Francesa. Al año siguiente fue nombrado bailarín principal, puesto que sostuvo hasta su retiro, en 1848, y director de la compañía, hasta 1877. Su desempeño fue magnífico ya que llevó al Royal Danish Ballet a un alto nivel técnico, proveyéndolo de una identidad propia. Sólo dejó su puesto en la compañía en dos breves lapsos, en la temporada de 1855/56 cuando trabajó en la Viena Court Opera y los tres años (entre 1861 y 1864) que estuvo en la Ópera de Estocolmo, todo el tiempo restante de su carrera lo dedicó íntegramente al Royal Danish Ballet para el que creó alrededor de cincuenta ballets y numerosos divertimentos, muchos de los cuales todavía hoy se representan en las principales compañías del mundo. La prolífica producción y las características de los ballets, convierten al Royal Danish Ballet en la compañía con mayor cantidad de ballets románticos en el mundo. Además de “La Sílfide” (1836), encontramos ballets como “Waldemar” (1835), “Festival in Albano” (1839), “Napoli” (1842), “Le Conservatoire” (1849), “The kermesse in Bruges” (1851), “La ventana” y “A Folk Tale” (ambas de 1854) y “Festival de Flores en Genzano” (1858), entre otras. Su última creación para el Royal Danish Ballet fue “From Siberia to Moscow” (1876), inspirada en una visita a Rusia, sucedida dos años antes.


Con una fuerte base en la tradición cultural danesa de la época, Bournonville sostuvo que el arte debería ser positivo, su propósito era elevarnos y convertirnos en seres armoniosos. Esta armonía la encontramos en las historias de sus ballets, en su delicada sincronización musical y en su estilo, caracterizado por la ligereza, la precisión y la gracia.


August Bournonville falleció en su ciudad natal el 30 de noviembre de 1879, dejando consolidada una compañía que, hasta el día de hoy, se encuentra entre las más reconocidas del mundo, con un estilo propio claramente identificable.



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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

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Sunday, June 16, 2024

Nikolai Legat (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

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El 27 de diciembre de 1869 nació Nikolai Legat, en Moscú. Creció en una familia de artistas, del linaje Legat-Obújov. Su padre, Gustav, era bailarín y profesor de ballet. Con él, Nikolai (al igual que su hermano menor, Sergei) comenzó a estudiar danza. Ingresó a la Escuela Imperial Rusa de Ballet y allí también se formó con Christian Johansson y Pavel Gerdt. Antes de su graduación, en 1888, ya había bailado con el Ballet Mariinski, a donde ingresó inmediatamente salido de la Escuela y, en 1894, se convirtió en primer bailarín ya que tenía una técnica brillante y era hábil tanto en roles clásicos como de carácter. Nikolai estrenó los roles principales de “Kalkabrino” (en 1891) y de “Raymonda” (en 1898), ambas de Petipa, entre otros. Fue partner de las grandes bailarinas del Teatro Mariinski como Anna Pávlova, Pierina Legnani, Olga Preobrazhénskaya y Mathilde Kschessinska. 


Además de ser un destacado bailarín, junto a su hermano realizaron ingeniosas caricaturas de los bailarines de la edad de oro del ballet ruso, publicando un libro con los trabajos en 1903, en San Petersburgo, y con el nombre “Russian ballet in caricature”, en Londres en 1939.


En 1902 se convierte en asistente de maestro de ballet, mostrando una gran capacidad pedagógica. Por eso sucedió a Petipa, tras su retiro de Escuela Imperial Rusa y del Ballet, como maestro de ballet, en 1910. Así mismo, reemplazó a Johansson, en 1905, en su classe de perfection. Entre sus alumnos figuran grandes nombres de la danza de la época: Olga Preobrajenka, Lubov Egorova, Julie Sedova, Agrippina Vaganova, Tamara Karsavina, Mikhail Fokine, Vaslav Nijinsky y Adolph Bolm, entre otros. En ese período también realizó varios ballets, destacándose la versión de “The fairy doll” (1903), con música de Bayer y otros, realizada junto a su hermano Sergei, donde interpretaron a los dos pierrot en el estreno. Sin embargo prefería la enseñanza a la coreografía.
 

La vida personal de Nikolai Legat no fue calma. Por un lado, sufrió el suicidio de su hermano menor, Serguei, en 1905, con quien compartía también clases, escenarios y caricaturas. Por otro lado, su vida amorosa: se casó tres veces, primero con la bailarina Olga Chumakova, con quien estuvo casado por diez años. Luego se divorciaron y Nikolai se casó con la hermana de Olga, Antonia. La relación fue breve, se separaron dos años después, pero llegaron a tener una hija, María. Finalmente, algunos años más tarde, se casó con la bailarina Nadezhda (Nadine) Nikolaieva, que tenía la mitad de su edad.


En 1914, tras un desacuerdo con la dirección del Teatro, abandonó el Mariinski y comenzó a dar clases en diferentes instituciones privadas, fundamentalmente en París y Londres. Allí conoció a Nikolaieva, su última esposa, quien siguió en viaje con él. Luego de la Primera Guerra Mundial regresaron a la entonces U.R.S.S. pero no consiguieron insertarse en los nuevos cánones de la danza soviética y, en 1922, dejan definitivamente la U.R.S.S.


En la temporada 1925/1926 reemplazó a E. Cecchetti como maestro de ballet en la compañía de S. Diaghilev, los Ballets Russes. En Londres, en 1926, donde finalmente se instaló, abrió junto a su esposa su propia escuela, la Legat School of Ballet, en Kent, siendo maestro de una nueva generación de bailarines, tales como Alexandra Danilova, Lydia Lopokova, Margot Fonteyn, Ninette de Valois, Anton Dolin y Serge Lifar.


Nikolai Legat falleció en Londres, el 24 de enero de 1937, a los 67 años. La Escuela continuó con sus actividades, a pesar de la partida de su gran maestro, y luego se trasladó a Sussex. En 1939 se publicaron, en Londres, sus memorias “Ballet Russe: Memoirs of Nicolas Legat”.





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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).


Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". florenciagu@gmail.com

Sunday, June 2, 2024

“Strange Fruit” (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.




La obra “Strange Fruit”, con coreografía de Pearl Primus, es un solo estrenado el 14 de febrero de 1943, en la que fuera su primera función como bailarina independiente, denominada “African Ceremonial”. Primus obtuvo su inspiración al escuchar la canción interpretada por Billie Holiday, en 1939, que musicaliza el poema de Abel Meeropol (alias utilizado por Lewis Allan), justamente denominado “Strange Fruit”. El poema, en su primera estrofa, dice:
Los árboles del sur dan una fruta extraña,
sangre en las hojas y sangre en la raíz,
cuerpo negro balanceándose en la brisa del sur,
fruta extraña que cuelga de los álamos.
Primus encuentra aquí el germen para representar dancísticamente la complicada situación de los afrodescendientes frente al racismo. El nombre original de la pieza al momento de su estreno fue “A man has just been lynched”, que refiere exactamente lo que la obra representa: una mujer blanca acaba de presenciar el linchamiento de un hombre. En las representaciones siguientes cambió la literalidad del nombre por el del poema, por eso la obra llega hasta nuestros días como “Strange fruit”, mucho más poético pero no por eso menos potente cuando se comprende la referencia.


La obra a veces era representada en absoluto silencio, otras sólo con el recitado del poema y en algunas ocasiones con la música. Lo que parece ser permanente es la búsqueda de Primus por conseguir la identificación del público con esa mujer horrorizada por los actos atroces que se cometían contra los afroamericanos, quizás llamar a la reflexión, buscar un cambio de actitud, crear conciencia.


El poder redentor del arte se hace presente en “Strange Fruit”, que sigue siendo interpretada aun hoy, conectando el pasado y el presente de una sociedad en la que las injusticias raciales, lamentablemente, siguen sucediendo.





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Strange Fruit
by Lewis Allen (pseudonym)


Southern trees bear a strange fruit
Blood on the leaves and blood at the root
Black body swinging in the Southern breeze
Strange fruit hanging from the poplar trees.

Pastoral scene of the gallant South
The bulging eyes and the twisted mouth
Scent of magnolia, sweet and fresh
And the sudden smell of burning flesh!

Here is a fruit for the crows to pluck
For the rain to gather, for the wind to suck
For the sun to rot, for a tree to drop,
Here is a strange and bitter crop.






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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com

Sunday, May 26, 2024

Ballet "Homage to The Queen" (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

Los textos anteriores, se pueden leer en este enlace.



Sir Frederick Ashton realizó la obra “Homage to The Queen” en ocasión de la conmemoración de la coronación de la Reina Elizabeth II, el 2 de junio de 1953. El ballet se estrenó ese mismo día en el Royal Opera House, Covent Garden (London), con música especialmente compuesta por Malcolm Arnold, con el nombre "Homage to the Queen” (Op. 42), y la escenografía y el vestuario diseñados por Oliver Messel.


“Homage to The Queen”, subtitulado “The Coronation Ballet”, es un ballet en un acto que, al momento de su estreno, contó con todos los grande bailarines del Sadler's Wells Ballet en escena. La obra no posee argumento, está realizada sobre una temática: los cuatro elementos. Así, comienza con una Entrée a cargo del cuerpo de baile y luego sigue la “Procesión de los cuatro elementos”, donde cada reina aparece con su consorte y su séquito. Inicia la Reina de la Tierra interpretada por Nadia Nerina, junto a Alexis Rassine; luego la Reina del Agua, con Violetta Elvin y John Hart a la cabeza; en tercer lugar ingresa la Reina del Fuego, liderando Beryl Grey y John Field; finaliza la Reina del Aire interpretada por Dame Margot Fonteyn, en compañía de Michael Somes y todo el cuerpo de baile.


La obra fue repuesta en la escena del Royal Opera House, con diferentes elencos, en las temporadas 1954, 1955, 1956, 1958, 1970, 1994 y 1995. El 5 de junio de 2006, en ocasión del cumpleaños número 80 de la Reina, se realizó una nueva versión sobre el original de Ashton, dirigida por Christopher Newton, quién además recreó la Entrée y la Apoteosis. Para la realización de la coreografía de las Reinas, se convocó a tres creadores: David Bintley coreografió “Earth”; Michael Corder “Waters” y Christopher Wheeldon “Fire”. En esta nueva versión se mantuvo la coreografía original de Ashton para la Reina del Aire, que estuvo interpretada por Darcey Bussell.





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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).

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Sunday, May 19, 2024

Charles Weidman (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.

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Charles Weidman nació en Nebraska, el 22 de julio de 1901. En un principio se había enamorado de la arquitectura, fundamentalmente la griega y la egipcia, pero tras ver a bailar Ruth St. Denis, cambió su rumbo y decidió ser bailarín. Con ese propósito, a los 19 años se traslada a Los Ángeles para formarse en la Denishawn School, donde estudió durante ocho años, además de formar parte de la compañía que St. Denis y Shawn dirigían.

En la Denishawn conoce a Doris Humphrey. En 1927 deciden independizarse y formar una nueva escuela y compañía, la Humphrey-Weidman Company, para alejarse del exotismo que proponían St. Denis y Shawn y buscar un nuevo estilo, algo propio y diferente. Durante este periodo Weidman creó obras cuyos temas se relacionaban con problemas sociales, siempre manteniendo una mirada satírica, como por ejemplo “School for Husbands” (1933) y “And daddy was a fireman too” (1943); también realizó obras en colaboración con Humphrey, como “New dance” (1935), y coreografió para Broadway.


En 1945, la sociedad con Humphrey se disuelve y Weidman funda una escuela primero y, en 1948, crea su propia compañía. Para este nuevo grupo crea gran cantidad de obras, destacándose “A house divided” (1945), “Fables for our time” (1947) e “Is sex necessary” (1959).


Con respecto a su técnica, creó un vocabulario basado en la gravedad. Exploró cómo al ceder ante la gravedad el cuerpo cae, mientras que al oponerse a esta fuerza natural también se podía crear movimiento y, también atendió a los movimientos que precedían y proseguían a la caída. De allí surgieron la suspensión (resistencia a la gravedad) y la sucesión (desarrollo del movimiento mientras un impulso fluye de una articulación a otra). De este modo, su vocabulario incluía trabajo de suelo, saltos y caídas. Aunque su técnica no fue lo más personal que aportó sino sus dotes histriónicas: las coreografías de Weidman eran muy expresivas y, a menudo, bastante emocionales, recorrían el amplio abanico de la comedia a la tragedia, pero siempre en sus obras el componente expresivo era fundamental.


Fundó, junto al escultor Mikhail Santaro, el Expression of Two Arts Theater, en New York, en 1960, donde realizó exhibiciones y enseñó hasta sus últimos días. Entre sus alumnos se destacan José Limón, Louis Falco y Bob Fosse, entre otros, con carreras más que prominentes. Charles Weidman fundó las bases de la danza moderna norteamericana e influyó también en otros estilos, como el jazz. Lamentablemente, de su extensa obra no quedó casi nada registrado. Falleció a los 73 años, en la ciudad de New York, el 15 de julio de 1975.





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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO)

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Sunday, May 5, 2024

Vagánova (por Florencia Guglielmotti)

Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.


Agrippina Yákovlevna Vagánova nació entre fines de junio y principios de julio (dependiendo las fuentes) de 1879 en la ciudad de San Petersburgo. Toda su vida estuvo ligada al Ballet Imperial del Teatro Mariinski en dicha ciudad (luego conocido como Ballet Kirov). Ya en 1888, con 10 años de edad, fue aceptada en la Escuela del Ballet Imperial, una gran institución de danza académica fundada por la Emperatriz Ana y financiada por los zares.


Al comienzo encontró algunas dificultades, pero con esfuerzo y dedicación se graduó como alumna de la Prima Ballerina Eugeniia Sokolova, aunque también fue formada y entrenada por Ekaterina Vazem, Pável Gerdt y, Enrico Cecchetti y Christian Johansson, representantes de las escuelas italiana y danesa respectivamente. Luego de la finalización de sus estudios, Vagánova se unió al Ballet Imperial, logrando el grado de Prima Ballerina en 1916, un año antes de su retiro.

Era conocida en la época como “la reina de las variaciones” por su virtuosismo y gran nivel técnico. Sin embargo, el antiguo coreógrafo y maestro Marius Petipa nunca reconoció sus dotes y las únicas menciones de Vagánova que hay en su diario van acompañadas de calificativos como “horrible” o “espantoso”.


En 1917, a su partida de los escenarios, comenzó su fructífera tarea de enseñanza en la Escuela del Ballet Imperial. Las propias dificultades sufridas al comienzo de sus estudios la llevaron a comprender más a fondo y a desentrañar la técnica del ballet. Hasta 1917 tanto el Ballet como la Escuela eran subvencionados por el Zar ya que se trataba de un arte de elites; tras la revolución, el futuro del ballet en Rusia era esquivo. Pero Vagánova se aferró a su amor por el ballet y logró la supervivencia de este arte. Comenzó como maestra y, en 1934, fue nombrada directora la escuela que actualmente lleva su nombre: la Academia Vagánova de Ballet.


El método “Vagánova”, tal como se lo conoce hoy en día, surge de la óptima fusión de la delicadeza y elegancia de la escuela francesa, la fuerza y entrenamiento rígido de la escuela italiana, y la ligazón y encadenamiento de pasos de la escuela danesa. Estas tres escuelas europeas convergieron en la Rusia zarista, desde el inicio mismo de la danza académica en ese territorio y, de allí, el profundo conocimiento que Vagánova tenía de ellas. La riqueza de sus enseñanzas está sistematizada en la obra “Fundamentos de la Danza Clásica” (1934) que continua siendo un libro de consulta habitual para los maestros y estudiantes de ballet.


Grandes bailarines fueron sus alumnos, como Natalia Dudinskaya, Marina Semyonova, Galina Ulánova, Olga Lepeshinskaya y Maia Plisetskaya. Y muchos otros recibieron los beneficios de sus enseñanzas, luego de su muerte (el 5 de noviembre de 1951), graduándose de la Academia Vagánova, como Rudolf Nuréyev, Irina Kolpakova, Mikhail Baryshnikov, Natalia Makarova, Yuri Soloviev, Altynai Asylmuratova, Diana Vishneva y Svetlana Zakharova.




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