Showing posts with label Cuba. Show all posts
Showing posts with label Cuba. Show all posts

Monday, June 3, 2024

Invitación para el Homenaje In Memoriam a Vicky Roig, Pedro Román, Ramona de Sáa y Nelson Dorr

Vicky Roig
--------------
Ramona de Sáa
------------------
Pedro Román
-----------------
Nelson Dorr
--------------

El Centro Cultural Hispano para las Artes de Miami, dirigido por el maestro Eriberto Jiménez; la Fundación APOGEO y su revista CARITATE, de conjunto con la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM), tienen el gusto de invitarle al Homenaje In Memoriam a Vicky Roig, Pedro Román, Ramona de Sáa y Nelson Dorr, con un panel integrado por Paulina Fátima Aly, Santiago Oms, Dairon J. Bermúdez Acevedo y Ana Lydia Méndez, a cargo, en el mismo orden mencionado anteriormente, del correspondiente panegírico; evento que, moderado por Baltasar Santiago Martín, estará abierto a todos los que quieran intervenir.

Dirección: 111 SW 5th Ave. Miami, FL. 33130.

Fecha: Miércoles 12 de junio de 2024


Hora: 8:00 p.m.

Para mayor información:
786 390 5855 (APOGEO)
561 310 5925 (HCCAM)

Nota: Parqueo gratis disponible en la propia sede y en sus alrededores.

Friday, May 31, 2024

"ELEKTRA, la danza de los muertos"... excelente ajiaco griego-cubano. (por Wilfredo A. Ramos)


“No me apresuro. Busco una voz, la voz de estos tiempos. Aún no la he encontrado”
(De la obra “Yago tiene feeling” de Tomás González).




Como brillante colofón a esta quinta edición del Solo Theater Fest que organiza Artefactus Cultural Project, evento dedicado al arte del solitario actor sobre el escenario y después de cinco semanas de excelentes propuestas llegadas desde Argentina, Ecuador y Miami, proveniente desde la ciudad de New York se presentó la compañía de teatro Galiano108, con “ELEKTRA, la danza de los muertos”, espectáculo asumido por la actriz Vivian Acosta, con dramaturgia y dirección de José González, el cual se basa en textos del fallecido dramaturgo cubano Tomás González Pérez (1938-2008).

Dicha obra, la cual tuvo su estreno mundial en esta misma ciudad durante el año 2011, en el escenario del lamentablemente desaparecido Teatro en Miami Studio, teniendo una calurosa acogida de público y crítica, no había subido de nuevo a las tablas hasta el pasado mes de marzo en el neoyorquino Teatro LATEA, regresando ahora nuevamente a su ciudad de origen.

Pero para hablar de dicho espectáculo, nos vemos en la obligación de hacer algo de historia y así remitirnos a las condiciones que provocaron su origen, el cual lamentablemente fue producto de una situación en la que nada tuvo que ver un simple proceso artístico.

Corría el año 1991 y Tomás González decide estrenar un texto suyo, que bajo el sugestivo nombre de “Ancestros Clásicos”, reunía un grupo de conocidos personajes de la mitología griega -Agamenón, Caronte, Casandra, Clitemnestra y Electra- quienes con sus pretensiones de universalidad, se mezclaban con esa otra tradición ceremonial proveniente de Africa, que es la Yoruba. Con esta mixtura de culturas, el autor trataba de poner en boca de sus personajes de manera indirecta, problemáticas políticas, sociales, personales que no solo pertenecían al acontecer mundial de cualquier época y lugar, sino que alcanzaban de igual manera al nacional.

Con tales presupuestos, dicha puesta en escena fue prohibida de manera arbitraria, durante su ensayo general previo al día del estreno, por órdenes de las instituciones culturales que supervisan y controlan hasta el día de hoy las artes escénicas en el país. A partir de ese instante el dramaturgo y director pasaría a integrar la funesta nómina de artistas censurados, a los que los diversos espacios teatrales le estarían vetados.

Ante tan deplorable situación, los actores integrantes de dicha puesta propusieron al autor que se trabajara cada uno de los personajes a manera de monólogos independientes, con los cuales podrían presentarse al Festival del Monólogo, que el habanero Café Teatro Brecht venia realizando desde 1988, por lo que para la edición del siguiente año 1992, dicho escenario vió subir a cada uno de esos personajes, logrando, por alguna misteriosa condición, pasar desapercibidos para los censores. Dentro de este evento la imagen de Electra se presentó por mediación de dos trabajos, interpretados por diferentes actrices: “Las bodas de Electra” y “Los juegos de Electra”.

Pasado algún tiempo, con la aprobación de su autor y después de haber fundado la compañía Galiano 108, Vivian Acosta y José González, ya residiendo en España, este último dirige y estrena en el marco del Festival de Cádiz, una puesta en escena concebida sólo para cuatro actores, basada en aquellos textos iniciales del dramaturgo, los que incorporarían a cada uno de los respectivos personajes -excepto el de Casandra- bajo el nombre de “ELEKTRA, la danza de los muertos”, título que mantiene igualmente la propuesta unipersonal, que a pedido del mismo autor se realizara y que ha llegado a nosotros en la actualidad.

La relación de Acosta y González, con el dramaturgo no se limita al trabajo con su obra, sino que trasciende dicho contexto, teniendo que ser buscada más atrás en el tiempo, cuando ambos se vincularían con el también profesor que fue Tomás González, en extensos cursos y talleres en los cuales instruía a sus discípulos en una técnica actoral, denominada por él “Método de Actuación Trascendente”.

Dicha técnica de trabajo, la cual hasta el momento no ha sido estudiada en toda su profundidad, ha sido tratada de ser explicada por algunos investigadores, como es el caso de la cubana Inés María Martiatu: “... como una búsqueda para explorar los dispositivos más insospechados del cuerpo y la memoria de actores y bailarines como parte de su entrenamiento para las representaciones dentro del llamado ‘teatro ritual caribeño...”

De igual manera, otro investigador cubano, Alberto Abreu, señala que: “...dicho método de actuación y su dramaturgia nos lleva más allá de las tablas, hacia una dimensión más amplia dentro del campo cultural cubano…”

Esta novedosa forma de acercarse al trabajo del actor, donde los estudios antropológicos unidos a la cosmogonía espiritual de tradiciones de la cultura y religión afrocubana, convierten este método en un profundo campo de investigaciones y búsquedas, donde tanto el ser espiritual como material convergerán en el cuerpo del actor, logrando sobre el escenario una posesión de los personajes por parte de aquel que raya en un ‘cuasi’ estado de transfiguración, convirtiéndose en una rica y motivadora experiencia de trabajo, la cual descubre inusitados caminos al actor.

Otro interesante aspecto a tener en cuenta dentro de la obra de este autor, es el tratamiento utilizado con el lenguaje por medio del cual se observa el intenso bagaje cultural que es parte significativa de este multifacético y culto artista, con el que juega a su antojo mezclando lenguas y culturas, sin dejar de lado el profundo mundo del ritualismo religioso afrocubano y universal.

Es así, como a partir del acercamiento a dicho proceso creativo, que la comunión entre el maestro y ambos alumnos se va fortaleciendo, logrando incorporar estos últimos las enseñanzas a tal nivel, que al día de hoy son los únicos recipientes de tales conocimientos, llevándolos a la práctica dentro de su labor creativa cotidiana.

En sus más de dos décadas de existencia la compañía de teatro Galiano 108 ha podido mostrar su trabajo a través de toda la red de importantes festivales teatrales de iberoamérica, España y Portugal, llegando incluso hasta el Festival internacional de Teatro Experimental de El Cairo, Egipto -inaugurado en 1993- en el cual su presentación fue reconocida con sendos premios de público y crítica. Todo el deambular de estos dos artistas por el mundo ha sido posible gracias a su pertenencia al CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral), en su capítulo español), del cual son miembros fundadores honoríficos.


Después de todo este extensa y necesaria introducción, estamos preparados para hablar sobre las funciones que de “ELEKKTRA, la danza de los muertos”, estos artistas acaban de ofrecer en Miami.


Desde el momento que la actriz entra a escena, cubierta por completo con una gran capa negra -incorporando el personaje de Caronte, barquero que conduce las almas de los muertos a través del río Estigia hacia Hades, su morada definitiva- nos ofrece un adelanto en cuanto a su trabajo corporal y de voz se refiere, a pesar de estar su figura casi invisible al espectador. A partir de ese instante, la actriz irá dando vida al resto de los personajes -Electra, Agamenón, Clitemnestra- en un desenfrenado ir y venir de caracterizaciones, que incluyen veloces cambios de elementos de vestuario y la incorporación de una variedad de voces que juegan con las diversas personalidades en escena, en un verdadero alarde de dominio técnico. Conocedora de la importancia del buen uso de todo el complejo aparato de resonadores que nuestro cuerpo ofrece, la actriz hace uso de ellos de modo magistral. De tener en cuenta únicamente dicho aspecto de su trabajo escénico, el mismo se convertiría de por sí en una útil clase demostrativa.


Otro aspecto que llama poderosamente la atención al observar el desenvolvimiento de la actriz en escena, es la excelente coordinación y fluidez de sus movimientos, utilizando cada una parte de su cuerpo como instrumento para expresar, reforzar o recrear ideas. Como ejemplo de los anterior se puede señalar el asombroso trabajo que la actriz realiza con un elemento usualmente poco tenido en cuenta como son los ojos o la sutil y elegante manera de utilizar las manos y el movimiento de sus dedos, ejecuciones que nos trae a la mente el delicado trabajo que de estas partes del cuerpo realizan las intérpretes de esas exóticas danzas asiáticas.

En todo momento, salta a la vista el riguroso entrenamiento a que se somete dicha actriz, haciéndose evidente en la plasticidad con que realiza cada movimiento, el poder de control de los mismos, sus constante desplazamientos insuflados por diversos ritmos, así como la adopción de posturas que solo pueden ser resultado de un férreo trabajo con su cuerpo, casi con el de la misma intensidad del requerido para la práctica danzaria.


Un aspecto interesante a observar en la preparación de la actriz, es que además de la incorporación de la técnica creada por Tomás González -Método de Actuación Trascendente- en su labor, se pueden apreciar del mismo modo componentes de otros sistemas de trabajo como los de Meyerhold, Artaud y Grotowski, los cuales tienen como punto en común, llevar al actor mediante diversas intenciones al camino de la expresividad corporal como ingrediente preponderante por sobre la palabra, elemento recurrente en otras culturas.

La concentración de todo este andamiaje técnico-actoral en un sólo cuerpo, nos lleva a observar sobre el escenario un hecho artístico donde confluyen por igual lo ritual junto a lo estético, recordándonos posiblemente ancianas manifestaciones artísticas.

Antes de continuar hablando sobre otros aspectos de la puesta, es necesario acotar, que en esta oportunidad Acosta, brindó también la posibilidad a todo aquel interesado -no solamente a los actores- de compartir una clase magistral, que bajo el nombre de “Las puertas del Ki”, los participantes accedieran a técnicas necesarias que les permitieran abrirse al libre flujo de energía, para con ello lograr niveles superiores de conocimientos, sin depender de estímulos externos preconcebidos, llegando a alcanzar así estados de creación trascendentes.


Reconfortante resultó ver como dicho encuento fue recibido con gran interés, lo que llevó a que el espacio ofrecido para su realización resultara pequeño ante el número de personas interesadas en el mismo, por lo que visto el interés mostrado por sus participantes y otros que no pudieron estar presentes por diversas razones, se dejaran las ‘puertas abiertas’ a la realización de próximos eventos de este tipo.


Retomando la puesta en escena, debemos señalar que José González, su director, posee un sentido racional del uso del espacio, con lo cual permite a la actriz desplazarse con amplitud y sin obstáculos innecesarios. Igualmente el director maneja la dramaturgia del movimiento en la escena en función constante de la expresividad tanto de los textos orales como de los físicos. La mano del director pone en función de la actriz cada elemento a ser usado dentro del espacio escénico, convirtiendo estos en parte del lenguaje y de la acción dramática, otorgándole a los mismos el significante pertinente a cada uno de ellos. Si bien el autor escribe estos textos teniendo en mente el posible carácter performático de los mismos, el director los asume sin temor, logrando una producción que se moverá de manera cómplice dentro de tal registro, quebrando las fronteras con el más puro espectáculo teatral.


Igualmente de interés resulta el acertado trabajo dramatúrgico realizado por el propio director, conocedor a profundidad de la obra del autor, quien con eficacia reune y adapta las diversas voces de los personajes integrándolas en el cuerpo físico de una sola actriz sobre las tablas.

Sin duda alguna, tantos años de trabajo en conjunto por parte de ambos -actriz y director- han logrado una loable comunión de intereses y propósitos artísticos, los cuales quedan nítidamente visibles a través de la puesta, mostrándose en la solidificación del resultado de este binomio artístico.


No podemos dejar de mencionar, por la importancia que para el éxito de esta puesta teatral ha significado, el magnífico trabajo de escenografía y vestuario a cargo de Pedro Balmaseda y Jorge Noa, las luces del maestro Carlos Repilado y la banda sonora de Enrique González Pérez, respectivamente, quienes sumaron su experiencia para lograr el acabado perfecto a un provocativo espectáculo que no deja de impactar cada vez que sube a las tablas.


Con “ELEKTRA, la danza de los muertos” todos los involucrados en tal proyecto, en especial Vivian Acosta y José González -sus eternos alumnos- han querido rendir tributo de reconocimiento, admiración y respeto al Maestro Tomás González y con ello mantener vivas sus enseñanzas e importante obra, motivando a futuros interesados en profundizar en el estudio e investigación de un trabajo necesario para el teatro y la cultura cubana.





Texto y fotos Lic. Wilfredo A. Ramos.
Miami, mayo 30, 2024
Día del Teatro y la Dramaturgia Cubana del Exilio.

Wednesday, May 29, 2024

"Welcome to Havana, Señor Hemingway": Los primeros años habaneros de Hemingway en una novela de Alfredo José Estrada. (por Carlos A. Peón-Casas)


Mucho se ha dicho de aquella temprana incursión habanera de un Hemingway que ya había conocido la ciudad de paso rumbo a su nueva realidad existencial en el cercano Key West en abril de1928.

El año 1932 marcaría ese reencuentro que su bien enterado biógrafo Carlos Baker reseña con profusión.

Esas primeras jornadas que Hemingway planeó inicialmente para que duraran unas dos semanas, se extendieron a dos meses a partir de abril de aquel mismo año.

Desembarcados a bordo del Anita propiedad de su amigo Russell, a su vez el regente del famoso Sloppy Joe’s Bar, los viajeros tomaron los predios habaneros por asalto.

Con ese setting a la vista Alfredo José Estrada desgrana su interesante y bien contada novela ya mencionada.

Una vieja foto le sirve de apoyatura. Datada en abril de aquel año, retrata uno de los tantos momentos de un Hemingway notoriamente feliz con una de sus espléndidos marlins recién arrancados a la impetuosa corriente del Golfo frente a la mítica ciudad habanera

A su lado posaba, believe or not, el abuelo del autor. Sería uno de los primeros habaneros en entablar cercanías con aquel Hemingway ya reconocido escritor, que incluso se había traído consigo las pruebas de galera de su próxima entrega a las prensas: Muerte en la Tarde.

Estrada, hábil narrador y primero editor educado en Harvard, desanda aquella relación de su abuelo, hábil pugilista en sus años coincidentemente en Harvard, y de quien la leyenda familiar que el autor rastreó con profusión, decía que habría noqueado al propio Hemingway alguna vez.

De la relación de ambos, que arrancó alguna tarde de aquel abril en el mítico Floridita, donde el propio autor enrumbaría sus pasos en pos de detalles para su novela, se entretejen los intríngulis de esta excelente pieza narrativa donde otra vez, y casi siempre se entrelaza el amor y la pasión, y una y otra dama, incluyendo inefablemente a aquella Jane Masón tan imbricada con aquel Hemingway de míticas prestancias.

El resultado de una trama que se afinca en la ficción, pero que no carece de oleadas de muy bien documentada historicidad, incluyendo los avatares de una era de revolución e intrigas conspirativas de aquel “machadato” de convulsas y aún discutibles resonancias, que Hemingway habría de mencionar en su reconocida Tener o no Tener, cuyo setting está también contada entre las dos orillas del Estrecho de la Florida: Key West y La Habana.

El autor reconoce que su libro es un acto conspirativo donde no faltan las inevitables referencias biográficas que van desde Baker en su Hemingway: A Life Story, las alusiones de Michael Reynolds y los apuntes de Norberto Fuentes para su Hemingway en Cuba.

Otros atisbos de valor documental les fueron cercanos desde valiosos recuentos de la revista Bohemia, el periódico Havana Post, y otras publicaciones y autores con puntuales referentes a la capital de Cuba como Alejo Carpentier y Miguel Barnet.

Tuvo además la inmensa suerte de que la propia Mary Hemingway fuera la primera lectora de esta interesante saga, que sin dudas es valiosa y elocuente, y altamente recomendable para amantes de la obra de Papá y también para entendidos y estudiosos del tema.

"La cucarachita Martina y el ratoncito Pérez", una feliz versión teatral de un popular cuento infantil. (por Baltasar Santiago Martín)


El domingo 19 de mayo asistí al Teatro Tower de La Pequeña Habana de Miami, para ver la obra La cucarachita Martina y el ratoncito Pérez, una adaptación de Ulises García de la comedia original escrita por el dramaturgo cubano Abelardo Estorino (Premio Nacional de Literatura, Cuba, 1992 y Premio Nacional de Teatro, Cuba, 2002), quien a su vez se basó en el popular cuento infantil para llevarlo a las tablas.

En esta feliz versión, dirigida por la experimentada actriz y directora matancera Sara Miyares, la cucarachita Martina y el ratoncito Pérez son dos vecinos que se conocen desde hace un tiempo, pero el tímido ratoncito no se atreve a confesarle a Martina que está enamorado de ella, y por ello se le presenta disfrazado, cada vez como un supuesto y diferente pretendiente, para pedirle matrimonio, pero todos son rechazados por la cucarachita, hasta que se arma de valor y la enamora con éxito él mismo.

Yani Martín como la cucarachita Martina y Steven Salgado como el ratoncito Pérez. Al fondo: Grettel Barreiro, como la vecina “nada chismosa” de la pareja. Foto: Oscar P. García de Paula “Oscarito”
----------------

Luego de la boda, un día la cucarachita Martina va de compras a buscar un ingrediente (paprika) que le falta para terminar de cocinar una sopa, y el ratoncito, que quedó a cargo de la misma, se cae dentro de la olla, pero Martina llega a tiempo para salvarlo de morir ahogado –y cocinado–, y fueron “felices, muy felices”, como los dos proclaman al final de la obra.

Y al igual que sus personajes, tanto Yani Martín, como la cucarachita Martina, que Steven Salgado, como el ratoncito Pérez, pueden sentirse muy felices con la acogida del público infantil miamense –padres y demás familiares incluidos–, que llenó la sala durante las cuatro funciones ofrecidas, amén de su simpático, chispeante y desenvuelto desempeño actoral, que mantuvo el interés de “los bajitos” durante toda la obra.

Steven Salgado como el ratoncito Pérez, y Yani Martín como la cucarachita Martina. Al fondo: Grettel Barreiro, como la vecina “nada chismosa” de la pareja. Foto: Oscar P. García de Paula “Oscarito”
---------------

Considero además un gran acierto de la puesta haber incluido varias piezas de nuestro genial compositor Ernesto Lecuona, cantadas por Yani con perfecta afinación y “gracia sin par”, tanto en los graves como en los agudos; excelente forma de dar a conocer la maravillosa obra de Lecuona a las nuevas generaciones, sin obviar, por supuesto la interpretación al piano de dichas piezas por Grettel Barreiro, quien además fue la vecina “nada chismosa” de la pareja.


Steven Salgado, como el ratoncito Pérez, y Yani Martín, como la cucarachita Martina. Foto: Cortesía de Para Bajitos.
--------------

Para finalizar –y no por ello menos importante–, quiero agradecer el diseño escenográfico de Pedro Balmaseda y Jorge Noa (Nobarte); el vestuario y las máscaras de Zenén Calero, así como el diseño gráfico de Román Fernández, para que todos juntos hicieran posible que la magia del buen teatro se apoderara del escenario del Teatro Tower y complaciera a su nutrida audiencia de niños de todas las edades, objetivo principal para lo que fue creada su Fundación “Para Bajitos”, fundada en 2018, cuya misión es promover eventos para niños en Miami y sus alrededores, con obras de teatro bilingües, eventos familiares, clases de actuación, libros para niños, narración de cuentos, artes y manualidades.



Baltasar Santiago Martín
Fundación APOGEO para el arte público.
Asociación de Cronistas de Espectáculos de Miami (ACEM).
Hialeah, 28 de mayo de 2024.

Fotos: Cortesía de Para Bajitos y de Oscar P. García de Paula “Oscarito”

Monday, May 27, 2024

Desde Ecuador nuevamente Casa Toledo en escenarios de Miami. (por Wilfredo A. Ramos)


“Soy descendiente del Barón de Carondelet; por lo tanto, soy noble, no como ustedes mocosos sinvergüenzas...”
(Palabras de La Torera a los niños que le gritaban por las calles de Quito)




Como parte de la quinta edición del Solo Theater Fest, evento centrado en la presentación de espectáculos unipersonales, organizado por Artefactus Cultural Center, la ciudad de Miami tuvo la oportunidad de disfrutar nuevamente de la participación del Centro de Arte y Cultura Casa Toledo, institución radicada en la ciudad de Quito, la cual que además de subir a su escenario obras teatrales, se preocupa en realizar exposiciones de artes plásticas, conferencias, conversatorios, talleres y otras actividades como organización que dirige su trabajo hacia la comunidad que la rodea.

Valentina Pacheco y Manolo Morales, columna vertebral de dicho centro cultural, quienes se han convertido en artistas reincidentes en nuestra ciudad, una vez más se presentaron ante nuestro público, él en calidad de director general y ella como actriz, para mostrarnos el unipersonal “La Torera”, el cual cuenta con dramaturgia y dirección de la reconocida y premiada escritora, directora teatral, de cine y televisión ecuatoriana, Viviana Cordero.


Con este espectáculo, autora y actriz se propusieron rendir tributo a uno de esos personajes extravagantes y pintorescos que deambulan por cualquier ciudad, convirtiéndose en parte de ella y llegando a ser identificados por sus habitantes como elementos propios del acervo cultural. Todos estos personajes poseen siempre una historia mitad real mitad inventada por la propia imaginación colectiva de los que cotidianamente conviven desde la distancia con ellos. Tales individuos con el paso del tiempo se convierten en mitos, pasan a formar parte de diversas historias, que provocan en ocasiones risueños recuerdos y en otras triste veneración, al estar ligados a recuerdos de otras épocas.


La Torera -Anita Bermeo, su nombre real- fue uno de estas desdichadas personas que vivieron una desfavorable vida desde su más temprana niñez, la cual sin querer la fue arrastrando por caminos de majestuosas ilusiones, de hermosos desequilibrios de grandeza, conduciéndola a convertirse en la ‘presuntuosa y elegante dama’ que recorría las calles de su amado Quito hasta altas horas de la noche, cerciorándose que todo en la misma se encontrara en perfecta calma y orden. Tanto amó a la ciudad que le pertenecía desde sus desvaríos de reina, que en algún momento de su vida recibió el homenaje de ese mismo pueblo al que ella protegía y que decidió entre globos y guirnaldas floridas rendirle su merecido reconocimiento, para que por una vez siquiera, se sintiera al fin como la soberana que desde su cálida locura pretendiera ser.


Tal criatura ha despertado el interés no solamente de este dúo de artistas -Cordero-Pacheco-, sino que igualmente ha encontrado lugar en el trabajo de Carmen Elena Jijón -autora, directora y actriz-, así como también en el de la dupla formada por la actriz María Luisa González y el director Jorge Mateus. Con respecto a la visión que cada una de estas tres actrices le otorgan a La Torera, una crítica y periodista ecuatoriana ha señalado, que la de Valentina es la realista, la de González la romántica y la de Jijón es la postmoderna.


Como se desprende de la acotación hecha más arriba, la incorporación que de dicho personaje pudimos apreciar en esta oportunidad, va dirigida a mostrarnos al ser de carne y hueso, con todos sus avatares por los que transcurrió su accidentada vida, por lo que el trabajo de la actriz se enmarca dentro de una concepción de caracterización naturalista del mismo, tratando de retratar la imagen del ser humano, lo más definida y cercana posible.


Para contarnos la historia, la actriz se vale de la ‘reencarnación escénica’ de múltiples personajes – creo recordar alrededor de nueve- teniendo por tanto que enfrentar la arriesgada tarea de hacerlos diferenciables unos de otros, lográndolo no solo con una minuciosa labor con la adaptación de las voces, sino a la vez, valiéndose de un sólo elemento de utilitaria -un largo palo forrado de cintas de colores- con el cual obtiene un muy efectivo trabajo de singularización de cada escena.


Al acierto del desempeño vocal, habría que agregarle la eficacia en la manipulación de los muy pocos objetos con que cuenta en la escena -una taza, una naranja, una larga tela y algunas piezas de vestuario- los cuales cuelgan del techo y con los cuales irá interactuando de manera natural.

La actriz poco a poco se transformará sobre las tablas al unísono que su personaje lo hace en la vida real, para finalmente encontrarnos frente aquella mujer, que con su estrafalaria vestimenta de añorada realeza, enfrentada a su agrandada sombra proyectada sobre las paredes a medida que hecha a nadar con lentos pasos, abandona el escenario como si así se perdiera por entre las callejuelas de su querida ciudad.


No podemos dejar a un lado el excelente diseño de luces, en manos de Eddy Díaz Souza director del evento, que logra arropar la soledad de esta actriz en el escenario, logrando atmósferas y ambientes precisos y hermosos.

Este trabajo, nos trajo a la mente esos otros recordados personajes que en aquella, nuestra Habana de tiempos pasados, daban color y simpática calidez humana a las calles de la ciudad como lo fueron La Marquesa, La China, Bigote de Gato y el más emblemático de todos, nuestro igualmente señorial Caballero de París, inspirador, de melodías, poemas, pinturas, esculturas, narraciones y piezas teatrales también.

Con “La Torera” Valentina Pacheco nos ha traído a Miami, no sólo la historia de un personaje local, sino que nos ha brindado la oportunidad de ver reflejada sobre el escenario la historia de cualquiera de nuestras ciudades, con su gente, sus transformaciones, convirtiendo dicho espectáculo en un canto intemporal a nuestras raíces.





Texto y fotos: Lic. Wilfredo A. Ramos
Miami, mayo 25, 2024

Sunday, May 26, 2024

Epitafio para un amigo. En Memoria de Nelson Dorr. (por Wilfredo A. Ramos)


El amanecer del día de hoy, 26 de mayo, nos ha traído la lamentable noticia del fallecimiento del director teatral cubano Nelson César Dorremocea Udaeta, conocido por todos por su nombre artístico Nelson Dorr, quien el próximo 31 de julio arribaría a los 85 años de edad.


Miembro de una familia donde los tres hermanos se dedicaron al teatro -Nicolás dramaturgo y Daisy actriz- llegó a esta manifestación de mano de la casualidad, obligado por su hermano a dirigir esa primera obra -“Las Pericas”- que convulsionó al teatro nacional en la década de los sesenta.


A su amplia trayectoria en las tablas, dirigiendo textos de dramaturgos cubanos e internacionales, se suma su atrevida incursión en todos los géneros escénicos -unipersonal, drama, comedia, farsa, teatro para niños, galas, ópera, ballet, musicales- siendo el máximo exponente de ese último género en Cuba.


Su labor pedagógica siempre anduvo de la mano con la creativa, impartido talleres y cursos tanto de superación como de formación para assistants de dirección, actores y directores.


Su constante presencia como presidente de las llamadas comisiones de evaluaciones -invento burocrático para ‘medir’ los conocimientos artísticos- lo llevó a cada rincón del país donde un teatrista necesitara de su consideración y opinión para poder desempeñar su trabajo.


Llevó su labor de director más allá de las fronteras cubanas, dirigió elencos en Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Brasil, Ecuador, México, Libia, Francia, URSS y España.

El año 2011 vio cómo se le concedía el Premio Nacional de Teatro -bastante tardío por cierto- gracias a la firme posición de los integrantes del jurado -premiados con anterioridad todos ellos- que casi exigieron que se enmendara tal inaceptable olvido.

Director de fuerte carácter, trabajó con igual celo con grandes figuras de las tablas como con recién graduados de las escuelas teatrales. Trabajar a su lado fue siempre una escuela, no dudando en detener un ensayo para ofrecer información sobre una época determinada, un estilo de trabajo o una técnica. En muchas de sus obras hasta llegaba a montar las coreografías y hacer los diseños de escenografías y vestuario, esto último gracias a sus conocimientos por ser graduado de la Academia de Artes Plásticas de San Alejandro.


Fue responsable de la vuelta triunfal a los escenarios de grandes y admiradas figuras como María de los Ángeles Santana y Rosa Fornés, haciéndolas sumar más triunfos a sus ya exitosas carreras.

Podríamos continuar escribiendo del artista, del maestro, del amigo, pero en este momento los sentimientos me traicionan y el dolor ante su partida me nubla la vista.

Atreviéndome a parafrasear una oración católica, tal y como una vez él lo hiciera, al referirse a la Santana con el Ave María, ahora digo:

“Director nuestro que estás ya en los cielos, continúese haciéndose tu voluntad teatral aquí sobre los escenarios. Amén"



Wilfredo A. Ramos
Miami, mayo 26, 2024.

Saturday, May 25, 2024

Celebran en Camagüey el quinto aniversario del Hogar de Ancianos "Mons. Adolfo Rodríguez"


Este sábado 25 de mayo, fue celebrada la misa en acción de gracias por el quinto aniversario de la fundación del Hogar "Monseñor Adolfo"

La eucaristía fue presidida por Monseñor Domingo Oropesa, obispo de Cienfuegos y concelebrada por el arzobispo de Camagüey,Monseñor Wilfredo Pino, y los sacerdotes José Grau, capellán del Hogar, y Ernesto Pacheco, Vicario General de la Arquidiócesis. 

(Información y fotos tomadas de la página de Facebook del Arzbispado de Camagüey)



---------------
Ver en el blog
Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!

Gaspar, El Lugareño Headline Animator

Click here to visit www.CubaCollectibles.com - The place to shop for Cuban memorabilia! Cuba: Art, Books, Collectibles, Comedy, Currency, Memorabilia, Municipalities, Music, Postcards, Publications, School Items, Stamps, Videos and More!